Can you leave it?

Como muchas noches, los sueños de Reptile lo persiguen. Es el mismo sueño una y otra vez, la gran extinción Zaterrana. Era como si estuviera en un ciclo interminable de tristeza. La amargura y la rabia del odio recorrían sus venas, haciéndolo enojar.

—Reptile– la voz de su cónyuge se escuchó en algún lado.

El pistolero sacudió el hombro del asesor del Kahn cuando esté comenzó a moverse bruscamente sobre la cama, dando zarpasos al aire lo que lo llego a recibir uno que otro. Los gritos ahogados sonaban mientras se agitaba; podía sentir pequeñas gotas de ácido apenas raspar su piel tersa.

—¡Lagarto, despierta de una maldita vez!– esta vez su voz tenía un poco más de urgencia.

El reptiliano se enderezo como si fuera impactado por un rayo, su aliento era irregular y las lágrimas estaban a punto de salir. El castaño se acercó a su pareja lentamente, apretando su labio por el dolor que intento ignorar en su brazo, procediendo a sujetar la zarpa de su mate como intento de consuelo hacia el. No era realmente este tipo de cosas su ambiente, pero intentaba hacer algo con tal de que el raptor dejase de herirlo al dormir.

Mientras tanto Reptile, respiraba fuertemente. Últimamente había estado recordado todo luego de tantos años de poder superarlo. Los había perdido en aquella invasión, sus familia, sus crías, amigos y todo lo que apreciaba fue destruido en aquella.

—¿Black?– finalmente hablo. Su voz se sentía tensa.

—Estoy aquí– respondió con ese tono que parecía presentar nulo interés.

El contrario se lanzó al humano para hundir su cabeza en el pecho ajeno, intentando relajarse de algún modo. El intento de caricia amable contra su espalda escamosa calmo parte de su estado, era un toque tosco pero le era suficiente para sentirse a salvó entre el calor ajeno. Reptile se separó lentamente alzando su cabeza para observar los ojos caoba del hombre.

—Erron...– suspiro entre ese característico tono rasposo que parecía más un gruñido.

Levantó sus garras perezosamente para poder acariciar aquellas hebras castañas mientras se mantenía en el hombro bronceado.

—Sabes que esos sueños ya no significan nada. Es una fuerza consistente en la vida, bueno o malo tendrás que ignorarlo antes que te consuma.– No era de los que daban un sermón inspirador, pero estaba intentando todo lo que se le ocurriese, sean palabras suyas o citadas de Kotal.

Con un pequeño suspiro, el Raptor se incorporó sobre una mano y miro las sábanas rasgadas y corroidas bajo el.

—Si hubiera dormido más tiempo hubiera destruído la cama o te hubiese roto perforado un vaso... otra vez.–

Erron solo negó con la cabeza y se rió entre dientes con un pequeño tono molesto, apreciando como la criatura tragaba duro constantemente para que no quedasen residuos de su saliva ácida en su boca, procediendo así, a dar lamidas en las heridas que provocó en el hombre como forma de disculpa e purificación para que no se infecte.

—No sería la primera vez que ha sucedido.– dijo Erron mientras se enderezaba, estirando sus brazos. Miró el reloj en la mesita de noche. 4:59 am, el reloj señalaba. —Tus pesadillas tienen un momento indescriptible.– Rápidamente apagó la alarma antes de que sonara.

—No tenemos labores hoy.– Reptile pareció protestar mientras cubría a su compañero con la única parte buena de la sábana de su cama. El mercenario puso los ojos en blanco y evitó los de su cónyuge, sabía muy bien qué mirada le estaba dando.

—Sabes que necesitamos reportarnos a Kotal.–

—No tengo realmente ganas de ver a nadie hoy... Puede que lo entienda. Estoy demasiado cansado hoy... No sé cuánto tiempo más pueda tolerar dormir y volver a verlos.–

—Si tanto estás cansado puedo decir que te enfermaste.– había un tono de broma en la voz del hombre mientras se levantaba de la cama para ponerse sus pantalones lentamente. Se encaminó a el gran ventanal de su habitación asignada cubierto por una ventana, abriéndola de golpe como forma de molestar al otro y que se levantará.

Cosa en la que tuvo exito, puesto que con un gruñido, el Zaterrano se cubrió el rostro con un antebrazo debido al dolor de su ceguera momentánea.

Con un suspiro se incorporó una vez más. Esta vez saliendo de la cama. Se acercó al mercenario por detrás para abrazarlo con fuerza contra si. Dejando su barbilla sobre el hombro de este.

—En realidad no es una mala idea decirles que estoy enfermo.– La curva de sus labios de Erron se ensanchó cuando Reptile acercó sus labios al su lobulo hablando con una voz profunda y gutural. —Solo... No me dejes solo por hoy.– su voz flaqueo ante ese comentario lo que lo llevo a abrazar los antebrazos del ser verde contra su cuerpo.

Suspiró pesadamente cuando sintió un beso suave en su hombro. Era un momento tierno y cómodo para Reptile y una relajante para Erron, disfrutando de la compañía del otro mientras miraban como el sol terminaba de salir.


Okey, me tarde mucho en subir un capítulo, lo se. Este de hecho lo hice toda la madrugada para mi bebé hermoso, tenía otro para la cosa pero su cumpleaños fue ayer y yo tenía la esperanza de que fuera hasta julio para poder hacerlo mejor. 

Todavía debo otros ocho capítulos y yo me emocione cuando tenía dos listos pensando que eran solo esos JAJAJA, quizás cuando actualice todo le ponga pause a esto por qué quiero darle más atención a otras historias. UwU 

Ahora sí, pequeña iguana, ya te había dicho que dar una buena actitud simplista de Erron no es fácil así que hice lo mejor que pude en unas siete horas. Yo me iré a ivernar por tres días otra vez, bye.

¡Feliz No-Cumpleaños!

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