Capítulo.- 02
Nada podía salir peor, ya nada más podría acabar con mi felicidad, la gota que cayó del vaso fue esta, escuchar como aquel hombre decía que mi familia nos había dispuesto a mi hermano y a mí, para servirle a ese hombre robusto... Sentía mi mundo desmoronarse cuando escuche aquello, cuando mis padres no se reusaron a cancelar aquel trato. Sentí coraje... Mis padres me habían traicionado, a mí, y a mi hermano...
Cuando salimos de aquel horrible lugar, no me permitieron despedirme de Dylan, no me permitieron desearle suerte con aquel hombre, no me permitieron verlo por última vez a esos ojos cristalinos que se habían apoderado de mi hermano...
No sé qué me harán, no sé qué le hará ese hombre a aquel niño que se subió al auto con un semblante serio y molesto, miles de preguntas sin respuesta cruzaban por mi mente, miles de preguntas eran las causantes de un dolor infernal de cabeza, no quiero que me hagan daño, no quiero que me hagan más daño del que ya he vivido...
No han dicho ni una palabra ninguno de los dos, van callados con la vista al frente sumidos en sus propios pensamientos, sé que quizás estarán planeando el que haré yo para ellos, sé que están planeando como hacer que me retire de inmediato con Jolson, no quieren mi compañía, ni yo la de ellos... Desoto se ha quedado conmigo, Jolson les volvió a repetir al salir de ese edificio que el perro era valioso por varias razones, quería que esos dos hombres lo hicieran agresivo, que fuera peligroso no solo con los que se metieran conmigo, si no con todo el mundo...
El auto color negro para en una gasolinera, el hombre de ojos esmeraldas baja del auto con sequedad mientras que el hombre de rizos se queda dentro del auto con tranquilidad. Es joven, no pasa los veinte años, al menos es lo que yo pienso...
Mi respiración es irregular, ahora, podría bajar del auto y salir corriendo, ganar ventaja mientras Desoto puede gruñirles o atacarlos de manera rápida, pero no... No puedo hacerlo, no cuando he visto que ambos tipos cargan armas con ellos...
Miro por la ventanilla del auto al tipo de ojos esmeraldas, habla con un hombre de color que tiene una gorra color roja y un uniforme color militar, trabaja aquí en la gasolinera, y por lo que he visto, está metido en asuntos con Jolson... El tipo saca un rollo de billetes y se lo entrega al hombre de ojos esmeraldas, cuenta el dinero y hace una mueca al ver que al parecer no es todo el dinero requerido.
El hombre de rizos me mira por el espejo retrovisor, hago lo mismo, en un desesperado intento de no intimidarme con su mirada, pero fracaso, bajo la mirada y muerdo con fuerza mi labio inferior, tratando de ahogar el grito y el llanto que amenazan con salir... La puerta del auto es abierta, elevo la mirada y el chico de ojos esmeraldas entra con seriedad y molestia.
─Llama a Frank cuando llegues a Bedford-Stuyvesant, y dile que Lenin tan solo me dio mil dólares.
─No es ni la puta mitad que prometió darnos... ¿Sabes dónde vive?
─South Bronx... Tiene una casa allí, vive con sus tres hijos y esposa, contando a una anciana que está en silla de ruedas.
─Iremos por la noche, no pienso amenazarlo con un arma en la maldita gasolinera ─por la noche... Sera mi oportunidad para escapar...
El moreno comienza a conducir nuevamente por la zona, su tranquilidad es sumisa, quizás ahora piensa el cómo deberá amenazar al tipo con hijos, esposa y una anciana indefensa... Este negocio es un asco...
***
No sé cuánto ha pasado, hemos dejado las calles llenas de movimiento por calles solitarias con autos circulando a una velocidad increíble, hombres fuera de sus casas fumando y bebiendo, no he visto ningún niño fuera de sus hogares jugando con la pelota de baloncesto, no he visto ni siquiera a ninguna mujer tender su ropa en los tendederos del jardín delantero, no he visto ni siquiera a los ancianitos alimentando a los pájaros...
Es ahí cuando me he dado cuenta en donde estamos... Bedfor-Suyveant... Uno de los barrios más peligrosos en todo New York, famoso por sus asaltos en todo el día, famoso por su increíble encuentro de asesinatos, famoso porque ni los policías se atreven a entrar a este sitio...
Cuando el auto se detiene, es apagado inmediatamente, estamos frente a un edificio de cinco pisos, blanco, escaleras metálicas a su alrededor, y ventanas en todo el edificio, hay autos estacionados en ese mismo lugar. Los dos tipos salen del auto cerrando las puertas, uno de ellos abre la puerta en donde me encuentro y me obliga a bajar tomándome con fuerza del brazo, Desoto ladra un par de veces antes de recibir un grito del moreno ordenándole que se calle, no obedece, ladra un par de veces más antes de que yo le pida que guarde silencio.
Calla, me mira, y baja las orejas asustado, el chico de cabello acaramelado da un portazo a la puerta del auto antes de soltarme y obligarme a caminar a aquellas escaleras metálicas, comenzamos a subirlas con rapidez mientras Desoto me sigue el paso apresurado, sediento, no ha comido nada, y lo sé, porque desde que me voy al colegio él me sigue, quedándose toda la mañana en ese mismo sitio hasta que salga de ahí...
Cuando llegamos al último piso el hombre de rizos entra primero, el otro hombre me obliga entrar a empujones y a llamados de atención roncos y estrictos, cuando estoy dentro del apartamento, no es lo que me imaginaba, imaginaba un sitio sucio, repleto de droga, basura, repleto de sangre por todos lados, humedad y una muy mala recepción... En cambio, las paredes están pintadas de un color blanco, el piso esta tapizado de color negro, hay uno que otro cuadro de la ciudad de New York, hay muebles alrededor, una cocina a lo lejos subiendo dos escalones a lo mucho, un largo pasillo que deja ver algunas puertas, papeles en aquella mesa de centro y botellas de cerveza vacías...
Rasco mi antebrazo con la mirada baja, trago saliva tratando de calmarme, no me dañaran... No me dañaran...
Desoto se deja caer a mi lado con su lengua por los suelos, me hinco frente suyo y acaricio sus orejas, está demasiado sediento y hambriento...
─Vendré más tarde Jackson, debo seguir recuperando más de lo que tenemos hasta ahora. Te quedas a cargo de ella.
─No demores, más tarde iré a tu apartamento, traeré una solución para lo de Lenin.
El hombre que estaba detrás de mí se dio la vuelta en seco saliendo del apartamento en seguida, cerró la puerta con un poco de fuerza mientras dejaba escuchar sus pasos sobre el aluminio de las escaleras. Estoy sola con él...
Escucho pasos, pero no sé a dónde se dirige... Me giro y lo puedo ver en la cocina de espaldas tomando un poco de agua del grifo, me levanto del piso llevando mis manos hacia adelante para entrelazarlas, cuando se gira me mira colocando sus manos en aquella barra de azulejo blanco.
─N-necesita... A-agua... ─pido nerviosa, él solo hace una mueca de disgusto girándose nuevamente, abre uno de los gabinetes y saca un pequeño refectorio de plástico hondo. Me hinco una vez más.
El agua cae en este con rapidez, pronto deja de escucharse para verlo acercarse a mí con normalidad, se hinca un poco dándome el refectorio con agua. Agradezco en un pequeño susurro para colocarlo frente a Desoto, el can, pronto se levanta y comienza a beber de esa agua con rapidez... Me levanto una última vez.
El mira directamente a los ojos con seriedad, desvió la mirada al interior del pasillo largo y el hace lo mismo, una vez más siento dirigir su mirada a la mía...
─ ¿Por qué venderte a Jolson niña? ─un escalofrió recorre mi cuerpo al escucharlo dirigirme la palabra, trato de mirarlo pero no puedo, me atemoriza hacerlo...
─Y-yo... N-no me vendí...
─Preferir hacerte daño a ti y a tu hermano y no a tus padres es venderte niña.
─... No soy una niña... Y-y yo no acepte esto... P-por si no lo sabes... Mis pa-padres me vendieron a ese hombre...
─... ─su mirada fue otra al escucharme, lleve la mirada al rostro de Desoto quien ahora solo se encontraba rascando su oreja izquierda. ─ ¿Qué edad tienes?
─... Diecisiete...
─Agradece que estas aquí y no atendiendo en un jodido prostíbulo.
─...
─ ¿Estudias?
─S-si...
─ ¿Trabajas?
─... Solía hacerlo... P-pero mis padres robaban mi dinero ganado...
─Que padres tan mierda tienes... Jolson me dijo que no volverías a ir a esa escuela. Por tu bien, y por el nuestro.
─... E-estoy por graduarme... M-me falta un mes para eso...
─No soy el que da las órdenes niñita. Yo hago lo que él me ordene.
─D-debe haber una s-solución p-para
─Deja de tartamudear ─me interrumpió con brusquedad─. No soy tu jodido padre para aguantar tus malditos nervios y tartamudeos, aquí hablas con claridad o guardas puto silencio el resto de tu vida.
─...
─Aquí temo decirte que estas en mi zona niña. Yo mando aquí y cuando estés con Styles el será el que te mande. Que te quepa en tu puta cabeza que él y yo detestamos a las malditas lloronas tartamudas. ¿Alguna duda?
─... ─negué, y negué por que no confió en mi voz para responderle como debería, empuño los ojos con fuerza al sentir que explotare, mis labios titilan sin parar, lo mejor que puedo hacer es morderlos y tragarme el llanto. Si en la casa de mis padres era un infierno... ¿Dónde estoy ahora?
─Frank mando por tus pertenencias cuando estabas con Jolson, las trajo aquí, están en la segunda puerta. Instálate, hablare con Jolson respecto lo de tu maldita escuela.
***
Han pasado las horas, estoy sola en el apartamento del tipo, si, dije que escaparía pero me ha dejado encerrada, no me dijo nada acerca de lo de mi escuela, siendo sincera, no quiero dejar de asistir a ese lugar aunque sea algo poco agradable para mí, no quiero dejar que esto me cambie y perjudique mi futuro, quiero ser alguien importante, no quiero dejar de ir solo porque ellos me lo ordenen...
He estado pensando en Dylan... ¿Qué le harán hacer a mi hermano? ¿Qué planes tiene ese hombre para él?
Es solo un niño... Es todo lo que es, no sé si de igual manera a él lo forzaran a dejar la escuela, que será de su futuro al lado de un hombre mafioso y temido por toda la ciudad de New York...
Estoy en un cuarto que apenas si tiene un colchón, no hay mueble que sostenga el colchón roto de algunos extremos, el piso es frío, al igual que la habitación, hay una pequeña gotera en la esquina de la habitación, la humedad se desliza por la orilla dejando ver un color verdoso y terroso, no huele mal, sin embargo pronto comenzara a oler de lo peor...
Desoto está a mi lado dormido, hace unas horas que comió un poco de pollo, solo eso, y la mayoría solo eran sobras... La noche cayó sobre la ciudad y el tipo misterioso no ha llegado, no ha pisado el apartamento desde hace ya algunas horas, no me sorprendería que estuviera con Jolson o con el tipo de ojos esmeraldas, quien además de ser intimidante lo veo como alguien lleno de misterio, de rencor...
Y el moreno, el moreno es quien oculta algo que me hace querer averiguar que es... Frío hasta los huesos, mandón, modesto y arrogante, ¿Qué lo haría de esa manera? ¿Cómo se metió con Jolson?
Si estará pagando una deuda o simplemente decidió ser reconocido por mala fama... No tengo la menor idea de lo que pudo haberle pasado... Me incorporo del colchón con un tremendo dolor de espalda, frunzo mi ceño mientras me levanto por completo de este, camino hacia la ventana y solo puedo tener a la vista algunas casas con las luces encendidas, alguno que otro pandillero en las esquinas esperando a sus víctimas y uno que otro grafiteando las paredes...
Abro un poco la ventana para asomarme por esta, el aire fresco golpea mi rostro y los sonidos de la ciudad entran a mis oídos, autos, ambulancias, patrullas de policía, miles de sonidos que desde mi antigua casa no lograban escucharse... La presencia de Desoto a mi lado me hace sobresaltar, él olfatea su exterior para después mirarme a los ojos y lamer mi mejilla, acaricio su cabeza con cariño observándolo mirar al frente.
Un auto se estaciona frente al apartamento, el moreno baja de aquel auto color negro con rapidez desmedida dirigiéndose a las escaleras de aluminio, lo miro con atención, cada paso que da tan apresurado con su ceño fruncido y una de sus manos en sus bolsillos, me aparto de la ventana adentrando la mitad de mi cuerpo al interior de la habitación, el sonido de la puerta ser abierta me da la alarma de que debo de cerrar la ventana ahora mismo. Aparto a Desoto con rapidez bajando la ventana sin la necesidad de hacer tanto ruido, me encamino hacia la puerta para abrirla y al momento en que lo hago, mi cuerpo choca con el de ese hombre.
Me aparto de él y llevo mi vista hacia abajo.
─Necesito tomar un baño...
─ ¿Y qué? ¿Quieres que yo te de ese baño acaso?
No digo nada, miro hacia un costado soltando un suspiro cansado, no lo conozco, y ya me está cansando su carácter de mierda...
Apoya su cuerpo en el marco de madera, cruza sus brazos mientras mastica aquella goma de mascar que ya yace en su boca. Huele a cerveza, a cigarrillo, sin embargo, veo que trata de disimular ese aroma con aquella goma de menta.
─Hay un baño a dos puertas de aquí ─pronuncia con inquietud─ has lo que tengas que hacer.
─Gracias...
Paso a su costado sintiendo su frialdad, sintiendo el asco de tener a una adolecente aquí en su apartamento, no le he preguntado bien su nombre, no sabe el mío, solo lo escucho una vez y dudo que lo haya aprendido... Solo se refiere a mí por "niña".
Cuando llego a aquella puerta, entro, encontrándome con algunas de mis pertenencias, mi toalla, cepillo de dientes y otras cosas sin importancia, me recargo contra la puerta escuchando sus pasos acercarse a la habitación del baño, sin embargo, pasa de largo hasta llegar a la sala... Suelto un suspiro largo y pesado para comenzar a quitarme lo que llevaba puesto, aquel pants de gimnasia color gris con la camisa es color blanca tiene dos botones en la parte del cuello y aquel logotipo de este. Cuando los quite por completo me quede en lo interior, se siente tan raro ducharte en un lugar que no es tu hogar...
***
Al salir de la corta ducha, envolví mi cuerpo en mi toalla, el agua escurre por mis hombros y espalda, tomo a perilla de la puerta y la abro un poco, asegurándome que el tipo no esté frente a mí. Salgo por completo cuando verifico que no está, camino rápido hasta la habitación encerrándome en esta, Desoto esta acostado en el piso, mueve sus orejas al percatarse de que entre, le doy un corto saludo y vuelvo a mi rutina de vestirme...
Tomo lo que uso para dormir, un pantalón de lana color azul y una camisa blanca con un logotipo enfrente de esta, la coloco cuando lo interior ya está en mi cuerpo, seco mi cabello y dejo la toalla en el colchón. Escucho algunas voces en la sala. Quizás, sea mi oportunidad para ir y preguntarle al moreno sobre lo de mi escuela...
Tomo valor y salgo de aquella habitación en silencio, cuando llego al final del pasillo mi vista para en donde ellos están, ambos me miran con sorpresa por verme aquí, interrumpiendo su charla. Llevo mis manos al frente mientras mi vista se pasa en los ojos esmeraldas y marrones, hay dinero sobre la mesita de centro...
─ ¿Qué quieres?
La dureza con la que dirige la palabra me hace sobresaltar, llevo mi mirada hacia el interior del pasillo y niego un par de veces, doy un paso hacia atrás para encaminarme al lugar una vez más. Pero me detengo al llamado de uno de ellos dos.
─Joe me dijo que tus planes son seguir estudiando.
─ ¿Joe? ─pregunto confusa. El tipo de cabello acaramelado esboza una sonrisa.
─Él es Joe, Michael o Jackson, como quieras dirigírtele.
─Oh, yo... No lo sabía... Te diriges más por Jackson hacia él... Y, si... M-me encantaría seguir asistiendo al colegio...
─Jolson no estará de acuerdo ─dice─. Y Joe, no está de acuerdo tampoco.
─Y-yo no diré nada si es lo que les preocupa es que diga quienes son en realidad... ─admito.
─ ¿Por qué piensas que nos preocupa? ─Joe golpea contra mi respuesta, lo miro un par de segundos antes de bajar la mirada al piso.
─P-porque no quieren ser arrestados por lo que hacen...
El chico de ojos esmeraldas sonríe aún más, se sienta en uno de los sillones de piel negra y se cruza de piernas mientras su dedo índice pasa por sus labios, una y otra vez; ─ ¿Cuál dijiste que era tu nombre? ─pregunta con amabilidad.
─Lily... Lily Collins...
─Bien Lily ─el moreno se levanta del sofá en el que estaba llevando sus manos a sus bolsillos delanteros─. Nadie sabe que trabajamos para el hombre más mafioso de New York, no al menos la gente de esta estúpida institución, solo gente asociada con Jolson. ¿Miedo? Temo decirte que eso para nosotros es una mierda ─saca una de sus manos de uno de esos bolsillos mirándome con detenimiento─. Haremos esto... Styles y yo aún tenemos la cordura que Jolson no tiene. Dijiste que te faltaba un mes para tu graduación. Después de terminar eso, Lily... Harás lo que yo te ordene.
─...
─Jolson no sabrá ni una puta palabra de esto Collins. Y si se entera por lengua tuya o de alguno de tus amigos... Créeme, desearas no haber abierto la puta boca.
─...
─ ¿Quedo claro?
─Cl-clarísimo...
─Styles te llevara mañana... Y te traerá de regreso, se quedara hasta que salgas de ese lugar, después, harás algunas cosas que nos ayudaran.
─N-no tengo experiencia con nada de lo que ustedes hacen...
─Me importa una mierda Collins. Harás lo que se te diga, tengas o no la experiencia. Te recuerdo, que yo mando aquí, te recuerdo que Styles manda aquí, y aquí siento decepcionarte, pero se hace lo que se te ordene.
─...
─ ¿Alguna objeción con esto niña?
─... N-no...
─Bien, buenas noches Collins.
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