Daga y yo nos reunimos fuera de la mansión. Le veo abrir su boca para empezar a hablar, pero algo lo calla, posiblemente el hecho de no saber siquiera qué decir.

Termino por avanzar y seguir caminando para alejarnos lo más que podamos de este territorio, ya que podríamos volvernos una presa cazada.

Luego de varios pasos y él retirarse su máscara se dispone a hablar.

—¿Eso que demonios fue? Jamás había visto a alguien hacer eso. Es de locos, no, hoy no me drogué ni nada por el estilo —me dice sentándose en una acera de la calle.

Yo me paro frente a él esperando que se levante mientras le sigo la conversación.

—No lo sé, pero si está vivo, debe haber una forma de cazarlo —le respondo.

—Nos va a matar a todos, a todo el que se acerque —responde Daga.

—El circo dio su palabra y cobró parte por adelantado —expongo.

—Hablaré con padre, él debe poder hacer algo, buscaré la forma de devolver el dinero, pero no es algo con lo que debamos relacionarnos. Látigo, eso no era humano —me dice Daga ahora levantándose y tomando mi camisa desde su bajo tamaño—: no lo hagas, te conozco.

¿Decirle que realmente me emociona ver algo como esto? Sentir que hay una nueva raza que cazar. No voy a ir contra algo que no puedo matar o domar... pero si nos lo pidieron, ¿a caso no será posible de lograr?

Daga se para de puntas y me besa, lo atraigo por la cintura mordiendo su labio y dejando el momento en algo corto.

Recuerdo que le dije a Jeremy que no haría algo sin él presente y realmente me cuesta mantener esas palabras. Separo a Daga sin poder impedir la propia reacción de mi cuerpo, ya previamente excitado por la adrenalina y empiezo a caminar hacia el circo.

Daga se limpia la boca con el pulgar y camina a mi lado, posiblemente pensando en lo sucedido y como alejarnos de eso. Aunque lo conozco, una pequeña parte de él arde en curiosidad.

¿Me lo vas a negar, Daga? Por algo vives en nuestro circo.

¿No dijo Jeremy que me esperaba? Será lo mejor llegar pronto.

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Llego a mi tienda y me encuentro con las velas encendidas, una sobre mi mesa y otra sobre un baúl mal acomodada. El mínimo movimiento y posiblemente todo se incendie.

Mis ojos van hacia Jeremy que está sobre la cama...

Una imagen bastante... irresistible.

Se encuentra mirando a la entrada mientras se mantiene sentado sobre sus piernas. Del cuello le cuelga una cadena a forma de collar y sus ojos están cubiertos por una cinta. Su torso está descubierto y lo único que presenta es la ropa interior.

Sus manos están amarradas en su espalda y puedo ver como el rubor sube por sus mejillas mientras siente mis pasos en la habitación.

—Daga me dijo... que esto te iba a gustar —susurra todo expuesto y vulnerable.

Me es imposible resistir algo como eso. Me acerco a él jalando la cadena de su cuello y profundizando un beso lleno de deseo, uno que había aguantado estos días.

Mi otra mano va a su trasero, adentrándola por su ropa interior para apretarlo, levantándole hacia mi cuerpo.

Deslizo mi nariz por su suave cuello y dejo una marca de mordida en este. Es tan propenso a que queden evidencias en su piel que disfruto dejarlas.

—Ve suave... tenemos toda la noche —me dice y no puedo evitar darle la vuelta sin soltar su correa.

Él queda a cuatro patas sobre la cama y bajo su calzón hasta las rodillas para adentrar un dedo y empezar a dilatarlo.

No puedo resistirlo...

Demasiados días...

Horas...

Necesito a Jeremy.

Bajo mis pantalones y me inclino sobre él mordiendo su hombro a lo que deja escapar gemidos.

—Látigo, sé más amable... por favor —me pide apretando la almohada con sus manos.

No puedo evitarlo, mi mano se desliza hacia su miembro erecto y comienzo a estimularlo sin dejar de jalar su cuello mediante la cadena y el collar.

Parece que lo disfruta tanto como yo porque no dura ni un minuto cuando siento algo líquido y caliente caer en mi mano.

Jeremy esconde la cabeza en la almohada evitando que yo pueda ver todo, debe estárselo comiendo la vergüenza.

Entro de nuevo uno de los dedos en su interior, un segundo tampoco es rechazado hasta que logro adentrarme en él de la forma que quiero, empezando los movimientos.

No logro ver su cara, solo las marcas en su espalda y a pesar de que la posición y vista de su trasero es encantadora, no me es suficiente.

Lo volteo por la cintura con cuidado y dejo frente a mí, trata de cubrirse su rostro, pero retiro sus manos y le observo. La venda no me deja ver sus ojos, aunque sí las mejillas y labios coloridos, los cuales beso sin parar de embestirlo.

Le cuesta seguir el movimiento de nuestros labios por los sonidos que desprende su boca. Lo levanto en peso de la cama para seguir y sus manos se sostienen de mi espalda para no caer.  Tras cinco minutos me termino por correr en su interior y él mancha mi camisa con el suyo.

—Necesitaba esto... —Le respondo ahora tomando su boca de una forma más suave y menos posesiva.

Él no deja de abrazarme y retiro la venda de sus ojos para encontrarme con unos ojos llorosos.

—¿Qué sucede? —Le cuestiono.

—Eres un bruto, solo llegas y me tomas sin control —me dice.

—Preparaste todo esto, ¿qué esperabas? —le respondo ahora abrazando su cintura para acomodarlo en la cama un segundo, dejando que se recupere.

—Algo más gentil, al menos un poco —me dice rechistando.

—Queda demasiada noche, prometo ser gentil en algunos momentos —le respondo tomando el olor de su cuello, su piel, todo...

Parece incluso haberse bañado y preparado para la situación...

No entiendo por qué me tiene tan obsesionado...

Su mano va hacia mi mejilla y toma el valor de ser quien inicie un beso, uno lleno de dudas, pero entiendo lo que desea.

La noche hubiese sido perfecta si hubiese conseguido también la cabeza de aquel animal.

—Solamente mírame a mí —llama Jeremy mi atención y lográndolo.

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Espero que hayan disfrutado este corto capítulo, una pequeña paz XD y calma.

Me pregunto como estará Lucía con la tía Soga... Ay diosito.

Bueno, vamos avanzando en este mundo... la pequeña fantasía oscura del circo.

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