III

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Hoseok revisó su clóset con impaciencia; si  hubiese previsto que en algún momento necesitaría otro tipo de ropa que no fuera la que ya tenía, entonces habría pedido que costruyeran un gran centro comercial en medio del maldito bosque. Relajando sus apuros caminó hacia el baño y miró su rostro en el espejo prácticamente sonriendo de tan sólo recordar las palabras del castaño horas antes.

«...¡caramba, es genial! Todo eso sobre su familia y lo que es,  todo en usted es simplemente estupendo. Me encanta esa parte tuya... bueno, diría que todo...»

Avergonzado Hoseok se dió un par de golpecitos en la frente, le parecía una tontería estar preocupado, animado o cualquier otra cosa,  por unas simples palabras de un mocoso de pueblo; se obligó a borrar la sonrisa y de manera insistente esta volvió a formarse en su rostro.

—Lee Hoseok ¿Qué te sucede?  Te recuerdo que es un niño ¡un niño! — se hablaba a sí mismo en tanto señalaba su imagen en el espejo. — Eres el responsable de llevarlo sano y salvo a los brazos de adorada madre,  así que reacciona idiota.

Echó un suspiro

En serio quería creer todas las palabras que estaba diciendo pero no podía asimilar ni una con verdadera propiedad, le parecía que solamente lanzaba basura sin sentido después de que se sintió nervioso por ser consciente de que debía ver al castaño en minutos.  Luego de haber discutido frente al centro médico, Hyungwon halló la forma de convencerlo  de que Hyunwoo jamás tuvo la intención de hacerlo sentir menos que nadie,  al contrario,  el pobre cristiano sí que quería ayudarlo a que  mejorase de su pie, pero Hoseok hasta el final estuvo reacio a aceptar su ayuda.

¿Que si se sintió apenado?

Pues sí, pero solo un poco,  porque al final tenía atascada la espinita esa que le decía  que el castaño hacia todo aquello solamente por proteger al doctorcito y hacerlo quedar bien; como sea, la cosa era que terminó por aceptar aquel momento especial que tanto estuvo pidiendo el menor,  dizque para fortalecer las paces y dejar que todo lo malo se fuera de una vez por todas.

Aceptó luego de un par de ruegos.

Y estaba de acuerdo,  que eso del momento especial sonaba muy estúpido y quizá era en realidad una excusa sin sentido de Hyungwon para quedar bien y ya, porque ¿qué más podría ser? Obviamente era solo eso ¿Por qué tenía que pensar que  lo hacía por algo más que lo evidente? Igual el castaño se moría por el Playboy y a él ni siquiera le interesaba nadie en sentido romántico; solo sería una cena con un poco de vino, una que otra palabra y a dormir.

Eso se lo dijo a sí mismo mientras tomaba su estómago de lo nervioso que estaba.

Cansado de sentirse como un adolescente sin sentido común caminó hasta su clóset de nuevo y tomó lo primero que vio, lo hizo así porque no iba a darle más vueltas a un asunto sin importancia; era una gran locura pensar qe debía esforzarse tanto por algo que no lo ameritaba en realidad, y que muy seguramente Hyungwon ni siquiera distinguiría si había trabajado fuerte en su imagen o no, porque por supuesto que a él no le interesaba ni un poco. Después de cambiarse y prepararse para enfrentar la dichosa cena buscó entre las cosas de la mesa de noche su teléfono celular, y cuando lo encontró, buscó por llamadas perdidas o algo parecido, pero no halló absolutamente nada.

—¿Qué está pasando? — de la nada se encontraba preocupado porque no hubiese señal alguna por parte de su familia, ni siquiera su castigo había sido enviado y hasta donde sabía el estado de sus cuentas seguían siendo bastante fluido. — Definitivamente algo pasa. — Sin pensarlo más tiempo marcó al primer número en la pantalla y después de tres timbrazos contestaron.

—¿Hoseok? — Escuchar esa voz hizo que muchas de las inseguridades que venía acumulando con el pasar de los días, se fueran difuminando, sintió una opresión en el pecho y su primera acción fue cerrar los ojos y tomar el aire correspondiente.

—Min — quiso decirle que lo extrañaba, pero eso era demasiado para decir — ¿cómo está todo? No he tenido ninguna llamada de tu parte ¿qué tienes para contarme?

Escuchó el rayar de una pluma y supuso que estaría trabajando en su despacho. —Bien, todo marcha muy bien. ¿Cómo estás tú? ¿Sigues remodelando? — levantando las cejas se quedó en silencio por varios segundos y prácticamente se abstuvo de responder a sus preguntas aparentemente desinteresadas; no es que fuera un adivino o algún tipo de especialista, pero es que Minhyuk tenía una particularidad cuando mentía.

—¿Vas a decir entonces que los ancianos aceptaron que tomarás la presidencia? — lo preguntó y pudo escuchar como detenía todo movimiento; esa era una ventaja en el campo, los sonidos todos se amplificaban.

—Pues,  más o menos.

La respuesta de Minhyuk le hizo arrugar el rostro entero por la misma perplejidad que vivía, "más o menos" no era una respuesta válida a su pregunta; eso no le decía nada. —¿qué significa eso? —preguntó exasperado — ¿estás o no estás en la presidencia? Responde con honestidad ¿qué te han hecho?

—Claro que sí, hermanito. Por favor calmate, no hay por qué estar molesto ¿sí? Estoy tratando de dirigir la empresa como mejor puedo, así que está bien si no asomas tu rostro por aquí por un buen tiempo; aunque te extrañaría demasiado. — Hoseok sonrió brillantemente cuando fue por parte de Minhyuk que lo pudo escuchar; le era difícil expresarse, más Minhyuk siempre hacía todo mucho más sencillo.

—Entonces supongo que realmente no tengo de qué preocuparme. — su voz sonó bastante satisfecha — Estaba seguro de que se darían cuenta de que el único que merece estar en ese puesto eres tú.

—Claro... Pero no respondiste mi pregunta ¿Cómo está la cabaña de mamá? ¿Te gustaron los muebles? — era cierto, a pesar de todo estaba muy feliz de poder volver a ver la cabaña de su madre en pie y no se imaginaba siquiera lo que sería de la expresión de Minhyuk una vez viera en lo que la había convertido; Hyungwon hacía un espléndido trabajo al fin y al cabo.

—Los muebles están perfectos, casi podría decir que todo fue comprado por ella. Pero lo que realmente debes ver es la cabaña como tal, quedó como si la hubiese enviado a hacer con algún famoso arquitecto. Es increíble; está como antes..

—Según oigo sigue siendo un lugar agradable para descansar y pienso que no pudiste escoger mejor lugar, Hoseok hyung — Minhyuk sonrió al otro lado de la línea y Hoseok asintió porque efectivamente lo era — Espero ir pronto y saber qué tan bien quedó. Bueno, lo haré si puedo librarme del trabajo al menos por un par de días — Hoseok al escuchar el comentario soltó a reír.

—Sería maravilloso que vinieras lo más pronto posible, aunque la gente del pueblo es un tanto difícil, siempre puedes ignorarlos y  sólo centrarte en el limpio aire que aquí se respira. Oh,  y Minhyuk,  investiga en la universidad de Seúl sobre un estudiante de medicina llamado Son Hyunwoo.

—¿Qué? ¿Sabes cuantos estudiantes de medicina pueden haber en la universidad de Seúl?  — Minhyuk se quejó de su petición, pero sus quejas sólo aumentaban sus ganas de que hiciera lo que le pedía.

¡Lo necesitaba!

—Sí, pero supongo que solo hay uno que tiene ese nombre y es de Boseong-gun ¿O no? — lo preguntó con obviedad, tenía que asegurarse de qué tan fiable era ese sujeto y si realmente Hyungwon estaría en buenas manos en el futuro.

Era simple curiosidad.

—Dios — Minhyuk suspiró pesado antes de quejarse por sí mismo — ¿Ahora qué te hizo ese pobre hombre? ¿No me digas que te tocó o te habló de salir? Hoseok, te he dicho que debes de ser más comprensible con las personas, eres un hombre atractivo y fácilmente cualquiera podría estar interesado en ti; así que, déjalo en paz.

—No, tú no entiendes. En este caso no descansaré hasta hallar la forma de demostrar quien es más genial y confiable de los dos, Minhyuk, no voy a quedar como un hablador inmaduro sin sentido común ¿sabes lo idiota que me hizo quedar?

—¿de qué hablas? — rio sutilmente porque todo sonaba como a un sin sentido — Estás perdiendo la..

—¿Cariño?

Un fuerte impacto fue lo que recibió Minhyuk al escuchar algo impensable, parpadeó varias veces y alejó el teléfono de su oído sin creer lo que estaba escuchando; volviéndo a la llamada preguntó en seguida por lo que sea que estuviera sucediendo —¿hyung, hay alguien contigo? — su rostro era todo un poema porque ni siquiera cabía en su cabeza algo igual.

—¡No!— Hoseok cerró los ojos al darse cuenta que la respuesta era a lo sumo estúpida — Digo, sí. O- Bueno ,  no exactamente... — Mirando hacia atrás, a la puerta, el mayor de cabello rubio tomó aire y mordió su labio intentando buscar las palabras — Está bien, sí hay alguien conmigo, ¡pero no es lo que piensas! Mejor dicho, te llamaré luego. — El sonido de la línea siendo colgada se escuchó resonante, cosa por lo cual Minhyuk procedió a colgar también; sonrió incrédulo por lo que había acabado de escuchar y se preguntó en serio quién en la faz de la tierra había logrado conquistar a su difícil hermano mayor.

—¡Dakota! — pegó un grito emocionado debido a la sola idea, por años Hoseok se dedicó a evitar cualquier cosa que tuviera que ver con relaciones y ahora... — ¿Cariño? — Minhyuk soltó una risita incrédula.

—Sí señor ¿me ha llamado? — Una mujer alta y uniformada entró casi enseguida, Minhyuk prácticamente brilló entre sonrisas e hizo que ella se acercara más.

—Ven aquí ¿Por qué no me dijiste que Hoseok estaba saliendo con alguien? — preguntó más que animado — Tú sabías perfectamente ¿no? ¿A quién llevó con él? Dímelo, vamos. No le diré a nadie.

—Lo siento, joven Minhyuk,  pero durante el tiempo que estuve escoltando al señor Lee jamás lo vi entrar, salir o reunirse con nadie que no fuera usted, el señor Jooheon o el joven Changkyun.

—¿de verdad? — La sonrisa se fue de su rostro completo y le abrió paso a la incertidumbre. Su hermano Hoseok ciertamente siempre fue un huraño, pero sea quien sea que le hablaba al otro lado parecía ser bastante cercano y hasta sonaba amoroso. — No lo creo, debe haber alguien ¿no? Yo mismo lo escuché llamándolo cariño ¡cariño!

—No tendría por qué mentirle, joven Minhyuk. — Para el menor era un completo misterio.

La voz que logró escuchar no podía ser relacionada de ningún manera a las únicas otras dos personas que Hoseok toleraba y la joven escolta mencionaba, además, Dakota era una mujer muy meticulosa como para dejar pasar información sobre cualquier persona externa que se relacionara con su hermano, ella más que nadie sabía cada aspecto.

Al final optó por pensar que ella debía tener razón, no es como si las personas cambiaran de la noche a la mañana ¿o sí? No, de ninguna manera; y, para ser honestos, si no supiera perfectamente que Hoseok era demasiado arrogante para relacionarse con nuevas personas, y más, comenzar una relación con alguien,  pensaría completamente que en serio estaba teniendo algún tipo de amorío de verano con cualquier tipo del pueblo.

Soltó una nueva risa, pero esta vez era netamente incrédula. No sabía cómo era que se había dejado llevar por fantasías tontas. Hoseok en serio no podía estar saliendo con alguien ¿Cómo podría? — no es posible —dijo en voz alta riendo y negando con la cabeza tal pensamiento descabellado; definitivamente ese "Cariño" tenía su buena explicación. Dejando de lado el tema siguió evaluando los proyectos que Sung in había dejado atrasar y que debían ser entregados pronto.

◇◇◇

En la cabaña, al momento de Hoseok colgar la llamada, un fuerte impacto lo abordó; le era imposible explicarle  a Minhyuk algo tan simple — y a la vez tan complejo — como el "He contratado a un chico para que restaure la cabaña y ahora tendré una cena con él" ¡No! Minhyuk seguramente se burlaría luego de arrinconarlo con un montón de preguntas que serían igual de difíciles de responder, es que de solo imaginar lo que diría le causaba impresión; ni siquiera podía soportar pensarlo.

—¿Cariño, estás ahí? — Hoseok no sabía si gritar histérico o sonreír por esa voz masculina que lo llamaba tan dulce y gentilmente, su corazón bombeo, apretó las manos tratando de manejarlo y tomó aire varias veces buscando volver a sus sentido.

—U-un momento por favor. — aunque su voz se quebró en algún punto, alcanzó a decir aquello antes de correr al baño y confirmar que todo anduviera bien con su rostro y cabello; al terminar corrió de regreso a la puerta,  se detuvo justo en frente,  recuperó la serenidad y abrió. —¿Qué sucede? —volvió a usar su mismo tono neutral, casi agrio de siempre. — ¿por qué demonios estás tú llamándome cariño? Yo no soy tu cariño ni el cariño de nadie.

—Caramba, cariño, te ves tan atractivo. — Hyungwon lo dijo genuinamente encantado y sonrió de manera resplandeciente colgándose en el cuello del mayor— Por todos los dioses,  es que te ves fantástico.

Con un beso en la barbilla Hyungwon selló su elogio, cosa que Hoseok no comprendía en qué momento un mono gigante se le había pegado al pescuezo; ya acostumbrado habló mientras intentaba quitárselo de encima. — Lo notaste ¿no es cierto? No pensé en absoluto qué usar y eso se debe a mi buen gusto al comprar ropa — Hoseok cerró la puerta de su habitación y caminó con el castaño a cuestas por pasillo en dirección a la cocina, él se mantenía olfateandolo, besándolo, mordiendolo como si aquello le diera dinero o quién sabe qué otra cosa. — Su.el.ta... — con fuerza desmedida lo empujó alejandolo de su humanidad que se sentía ya vulnerable, más Hyungwon estaba aferrado como si tuviera pegamento en los brazos — ¡Suficiente! — logró hacer que se zafara, él tambaleó y de inmediato se dedicó a acomarse la ropa. — Deja de hacer eso, te he dicho millones de veces que no me toques.

Hyungwon soltó un quejido cruzandose de brazos, sus ojos lo analizaron de arriba abajo haciendo que prácticamente quisiera cubrirse bajo las cobijas, y no siendo eso suficiente, se mordió el labio inferior y miró al techo soltando un contundente suspiro.—  pues no pasaría si no apareciera tan comestible ante mis ojos. — Hyungwon vio con intensidad a Hoseok luego de decir eso, siendo este ultimo el que casi muere de la sola vergüenza.

Ese niño era el descaro en todo el sentido de la palabra.

—Las luces han quedado de maravilla — por supuesto no iba a quedar como un idiota, así que cambió el tema por completo, evitó su mirada y continuó caminando buscando la salida; sentía un calor intenso en todo el rostro y el corazón se le quería salir. — ¿cu-cu-cuántas profesiones tienes? Carpintero,  electricista,  chef...

—Catador de vinos también; siéntese. — le indicó — Y de verdad está muy atractivo. Pero tranquilo, siga ignorado mis palabras; eso no cambiará el hecho de que me parece una persona fenomenal.

El mayor chaqueo la lengua al escucharlo. —Imposible, — accedió a aceptar el puesto que el menor le ofrecía frente a la encimera de madera y siguió sosteniendo la conversación — no tienes la suficiente edad para beber aún. Y tampoco tienes por qué decirme nada, sé perfectamente lo atractivo que soy porque me veo todos los días al espejo. — con orgullo se arregló el cabello y naturalmente chocó con la mirada de Hyungwon nuevamente. ¿Qué más quería él? ¿Su alma a caso? — ¿qué sucede?

— Santa madre de Dios, es que si dijera lo que estoy pensando seguro me enviaría ya mismo a construír esa casa para perros. — Hyungwon rio haciendo que Hoseok frunciera el ceño — Por cierto,  tengo la suficiente edad como para beber vino. No soy un niño.

—¿Es normal eso? — dijera lo que dijera Hyungwon, no tenía sentido siquiera que se comportara así, y ¿qué demonios era en lo que estaba pensando? — no importa si crees que eres un adulto, tú edad sigue siendo un impedimento. — lo dijo seguro, salvo que al instante cayó en cuenta de lo extraño que había sonado eso en su cabeza ¿cuál era la verdadera razón de haberlo dicho?

Estaba enloqueciendo.

—¡Pero por supuesto que no es ningún impedimento! — Hyungwon habló alto sintiéndose animado. Al ver que el menor buscaba algo en la gabeta de arriba, miró su trasero y quiso sacarse él mismo los ojos por no obedecer a su cerebro; miró a otro lado y sin más volvió su vista detalladolo hasta que él se giró, de inmediato regresó a la conversación como si no hubiera hecho nada, nada más que verle el trasero como ya se le hacía costumbre. — hyung, usted es alguien que parece tener buenos sentidos así que le mostraré lo que puedo hacer cuando se trata de vino. Por ahora.

—Increíble, no esperé que hablases en serio. — lo dijo sospechando mucho de las palabras que le profesaba el otro, si era sincero, a veces solía perderle el hilo a las conversaciones porque no entendía muy bien el dalecto.

—Yo siempre lo hago, Seokkie;  pero siento que siempre me estás tomando a la ligera, aún cuando no sabes de lo que soy capaz.

Su ceja levantada le daba seguridad, por supuesto, pero Hoseok no hizo más que burlarse de los pobres intentos de menor. —¡Oh, discúlpeme usted, caballero! ¡perdone mi ofensa, por favor! —bromeó elevando sus brazos en total signo de rendición y Hyungwon negó con la cabeza buscando todo lo que necesitaba para ponerse en marcha con la cena.

—No, no lo hice con esa intención. Por las peras de San Agustín, solo estaba mostrándote mi punto de vista. Quería que vieras más allá.

—Pues, no lo acepto. —Hoseok le sacó la lengua, tomó una de las uvas de la canasta que descansaba sobre la encimera y la comió. — sigues siendo un inconsciente irresponsable.

—Santo Dios, eres una persona demasiado difícil de convencer, Lee Hoseok.

Le pareció gracioso escuchar su nombre en boca de Hyungwon y aún así se las arregló para mantener la seriedad y regalarlo por lo mismo —Nombre... — Hyungwon simplemente dejó caer sus hombros y rodando los ojos buscó de nuevo la atención del mayor.

—Está bien, está bien ¿qué tal si esta noche no hay honoríficos entre tú y yo?  Ni apodos ni nada, Solo tú y yo siendo lo que somos en realidad ¿qué dices? — mirándolo animado Hyungwon insistió, sólo que Hoseok no estaba de acuerdo.

—Ja! pero si este soy yo ¿de qué estás hablando? — el menor negó con la cabeza y sonrío inclinándose en la encimera, tocó su mano con uno de sus delgaduchos dedos y trazó una linea uniforme a través de ella.

—No, sé que en el fondo hay un Seokkie que es adorable, que es dulce y que...

—¿Y qué? — lo interrumpió alejando la  mano de su alcance — ¿Qué ama? Tonterías. — Su rechazo ante la idea fue evidente. Por más que Hyungwon o cualquier persona insistiera en la idea, era imposible para Hoseok aceptar algo como amor o tan siquiera cariño de otra persona, sólo porque para Hoseok todo tenía un motivo de por medio y el amor no era la excepción.

—¿Qué comes que adivinas? — Hyungwon buscó su rostro para ver sus expresiones, más Hoseok insistía firmemente en huirle.

—Es porque muchos me hablan del amor como si lo entendiensen todo sobre él. Romance, cariño, almas gemelas y todas esas cosas, dejemoslas para los cuentos de niños; para mi el amor simplemente no existe ni va conmigo.

Hyungwon frunció el ceño al no comprender.

—¿Estás seguro?

—Por supuesto que sí — Aseguró muy convencido Hoseok, estaba más que seguro de que el amor no era su terreno, y que, si llegara a coincidir con alguien, este no sería más que algún tipo de pasajero gusto que no pasaría de ahí. — Nadie a podido convencerme de lo contrario; ni siquiera Wejin fue capaz de hacerme cambiar de parecer, así que no insistas.

—¿Wejin?

—Sí, mi ex pareja. Estuve con él pocos meses, pero después de que me cansé terminé la relación ¿y por qué estoy diciendote todo esto? Dios, debo aprender a cerrar la boca. — se dió un par de golpecitos en la cabeza y regresó de nuevo.

—¿Tal vez porque somos amigos? Usted puede decirme lo que quiera, que yo siempre estaré atento a escucharlo. — Hoseok lo miró y sonrió.

—Ya veo,  ya veo.

Hyungwon observó a Hoseok picar de las frutas que habían en la encimera, para después casi obligarse a contener la inminente curiosidad y no seguir mirandolo; absorto en sus propios pensamientos se puso manos a la obra con la cena. Una pasta a la italiana que hacía su madre cuando quería variar fue la elección del menor para esa noche, y vendría bien, pues Hoseok solía quejarse demasiado de la forma en que comían en el pueblo.

El aroma de la comida era exquisito, pero para Hyungwon lo eran más los gestos y movimientos por parte del mayor al hablar, cada historia de viaje, cada experiencia era una sensación maravillosa que lo motivaba a querer salir también; el castaño nunca pensó en su vida más allá del pequeño pueblo con su número limitado de personas, con riachuelos, un esplendoroso lago y lindos campos de té verde, ese lugar era su mundo y aún así le pareció estrecho y un poco insuficiente al escuchar todas esas historias por parte de Hoseok.

Quería conocer más.

La conversación avanzaba, la cena estaba casi lista y a Hoseok de verdad parecía haberle encantado el cambio porque animado preguntaba por cómo se le había ocurrido tal idea de una cena así; Hoseok debía aceptar, quisiera o no,  que Hyungwon había logrado sorprenderlo al demostrarle que era un buen cocinero. Ahora trataba con más sutileza al castaño, jugaba con él de vez en cuando y al momento de cenar lo invitó de su plato, a veces se acercaba a él y le acomodaba el cabello o la ropa, sonreía abiertamente e incluso hasta cantaba; algo que nunca se había atrevido a hacer, ni siquiera frente a su hermano. Hyungwon aplaudía todas y cada una de las acciones del mayor,  buscaba la manera de complacerlo,  de hacerlo sentir bien y a gusto durante la cena, lo hacía porque le encantaba que Hoseok no se sintiera limitado a una sola faceta — esa de niño arrogante — sino que también mostrara que podía ser divertido y sorprendente.

—¿Y qué de tu familia, Hoseok?  Hablas mucho sobre tus viajes por el mundo,  pero no has mencionado ni una vez nada sobre tu familia.

Hoseok dejó de reír paulatinamente al escuchar esa pregunta tan complicada, por más que lo pensó no obtuvo mayor respuesta; miró su copa de vino, la movió y bebió de ella. —Mi familia... Mi familia es una basura.

Hyungwon abrió los ojos sorprendido —Wow,  eso es, inesperado. — No lo esperaba realmente, sabía de personas que no soportaban uno que otro miembro de su familia, más sin embargo, las palabras de Hoseok eran en algún sentido serias y muy fuertes.

—Pero es cierto. A excepción de la que se hizo pasar por mi madre, el resto  es una absoluta basura.

Hyungwon asintió la cabeza de manera sutil tratando de comprender —Santa cachucha, Hoseok ¿y por qué dices eso?

—Es porque, aunque le digo madre a Mei ella no es mi verdadera madre, aún así me cuidó como a su propio hijo y la amo por eso,  porque a comparación de mi verdadera madre ella si que supo amarme a mi y a mi hermano.... Él.... A veces dudo de lo que ve en mi que tanto ama — la mirada de Hoseok cayó y su voz se hizo débil — Por mi culpa Mei,  su madre, pasó dificultades y aún así me acepta como su hermano de sangre. De verdad no entiendo su forma de pensar, debería odiarme ¿por qué muestra tal amabilidad? Quizá sólo se siente en la obligación.

—Pero entonces sí conoces el amor..

La intervención de Hyungwon captó su atención, creyó por un instante que Hyungwon no lo estaba escuchando realmente. —Ya te he dicho, eso es puro cuento, y si así fuera ¿por qué Mei no está viva? ¿Por qué confió en papá? ¿Por qué Minhyuk aceptó que fuera yo quien tomara la presidencia en lugar de protestar para que se la dieran a él? —Hoseok notó la expresión confusa del menor, así que se detuvo de hablar por un momento; decir cualquier cosa sobre su familia era algo que de verdad lo alteraba y más cuando ese tema estaba relacionado con su madre y su procedencia.. — Nuevamente qué estoy diciendo — dijo mientras se servía otra copa de vino; necesitaba disipar el sentimiento de frustración de alguna manera.

—Lo siento, Seokkie. No sé qué tan duro sea para tí, pero hay algo que debes saber.— El mayor atendió completamente esperando por lo que Hyungwon iba a decir— Tu madre y hermano son personas realmente geniales por todo lo que hicieron y hacen; lamento mucho lo de Mei, sí, pero ya que tu hermano está vivo deberías hacerle saber todo lo que sientes y verás que él te dará la respuesta a lo que necesitas saber.

El rubio quedó aturdido por las palabras tan maduras de Hyungwon,  frotó sus ojos para comprobar que no era el vino el que estaba haciéndole tener alucinaciones y se levantó de golpe acercándose bastante al rostro del menor. —Chae Hyungwon, eres un niño bastante interesante.

la cercanía del mayor tomó totalmente por sorpresa a Hyungwon, miró directamente a sus ojos y pasó por su nariz hasta llegar a su boca: tontamente recordó aquél beso.  Sonrojado desvió la mirada a un lado evitando delirar más. —No soy un niño,  ya te lo he dicho. —musitó nervioso y casi confundido. El mayor no comprendió qué era lo que hacía a Hyungwon comportarse de manera tímida, era extraño.

—¿ah?

El mismo nerviosismo lo hizo reaccionar, era castrante tener que escuchar a diestra y siniestra, por parte de Hoseok, que era un niño y nada más. —¡que no soy un niño! — el rubio río sin más.

—Claro, claro, eso me lo dejaste claro hace un rato; fue una excelente vista. Por cierto, — Los tragos ya estaban pasándole factura a Hoseok, quien estaba comenzando a decir cosas "sin sentido"; al menos para Hyungwon, que se preguntaba a qué se refería exactamente con aquellas palabras. —Has preguntado lo suficiente y se puede decir que te he contestado todo, ahora es mi turno — habló Hoseok con una repentina y devastadora seriedad. —¿Qué tanto te gusta de ese sujeto Hyunwoo? — Por supuesto Hyungwon esperaba una pregunta de otro tipo o tal vez algo relacionado a su vida familiar, jamás esperó que Hoseok realmente estuviese interesado por algo como eso y menos cuando aquello sólo fue una mentira que ideó para jugar con él en aquél entonces; así que se echó a reír. —¿Qué es lo gracioso de mi pregunta? Estoy siendo absolutamente serio al respecto y exijo saber la respuesta.

—Hyunwoo hyung es solamente un amigo, jamás me fijaría en él de esa manera; además su pareja me mataría. — y vaya que lo haría. Kihyun era un hombre con bellas facciones, muy culto y conservador, que no dudaría ni un segundo en rebanarle el cuello si de meterse con Hyunwoo se trataba.

—Espera ¿qué? ¿De qué pareja estás hablando? — fue más que confuso tener que escuchar que en realidad el playboy estaba comprometido, frunció el ceño tratando de entender al menos y miró a Hyungwon que aún sonreía quién sabe por qué.

—Por San José,  estoy hablando de que de verdad hyung tiene su pareja. Se llama Kihyun y en estos momentos vive en Seúl.

—Entonces tú...

—Le mentí. — Hyungwon miró a Hoseok con un juguetón arrepentimiento. — Lo siento por eso, sólo quería jugar con usted.

Esas no debían ser las palabras, de verdad creyó que Hyungwon no tenía ojos para nadie más ¿qué diablos tenía el mocoso en la cabeza? —¡Y por qué diablos lo hiciste! — sonó más a pataleta que otra cosa, su rostro mostraba la leve indignación y respiraba pesado tratando de comprender el por qué en serio Hyungwon le había hecho pasar por tal martirio.

El castaño simplemente se encogió de hombros al responder. —Lo hice para vengarme de lo que me habías hecho; pero, si somos sinceros, fuiste tú quien dedujo que estaba enamorado de Nunu; yo sólo te seguí la corriente, eh. — Hoseok lo miró con recelo, y aunque no quería creer enteramente en las palabras de Hyungwon, le era imposible no sentir alegría por saber al fin que el playboy tenía su vida muy a parte de la del menor. Sin decir nada dio un último sorbo a su copa de vino y se levantó dispuesto a volver a su habitación.

—De acuerdo, ahora me voy.

Al escuchar aquello se levantó de su silla muy preocupado por lo que sea que estuviera pensando Hoseok y que lo hubiera hecho decidir marcharse tan rápido; ningún tiempo era suficiente ya. —Espere Hoseok, de verdad no quise molestarlo. No se vaya, quédese.

—No estoy enojado y menos molesto — lo dijo con un tono digno muy propio de él —  es sólo que la vida del playboy no me interesa al fin y al cabo; me voy porque he bebido suficiente y siento que debo descansar,  no estoy acostumbrado a beber tanto y menos a tratar con personas. — Hyungwon levantó las cejas animado de nuevo.

— Quién lo diría. — se mordió el labio y se dio el lujo de acercarse más a él — Como alguien mayor que es usted, pensé que tendría el temple que se necesita para esto; seguramente no todos en la ciudad son abiertos a la diversión.

—Sólo dame un par de semanas, luego de eso sabrás lo que es tener temple y diversión. — Hyungwon rió bajito por las cosas que se formaban en su cabeza, sin siquiera pensarlo se colgó en el cuello del mayor y dio un beso en su barbilla; Hoseok simplemente rodó los ojos y buscó el rostro del castaño.

—¿te estás burlando de mí? Odio que lo hagan — Él se lo advirtió. Claro que lo sabía perfectamente, pero al encontrarse tan cerca de su rostro las palabras no salieron de su boca; podía hacerlo pasar una vez ¿pero dos veces? Tragó con dificultad, su cuerpo entero tembló y repentinamente su menté no le dio señales de qué más hacer, era tan fuerte el sentimiento que por un momento se sintió en completo desespero por no saberlo. —¿No dirás nada? Perfecto,  ahora te harás el mudo — Hoseok alejó al menor quitándoselo de encima, retomó su camino sin pausas a su habitación y sacudió su mano mientras daba la espalda; en su rostro tenía una expresión llena de insatisfacción.

—Espere, Hoseok —sentir la mano del menor en su brazo pareció regresarle algo de emoción a su cuerpo,  una sonrisa apareció en su rostro y la borró en cuanto giró para verle de frente.

—¿qué sucede?

Hoseok lo miró tan fijamente, que Hyungwon se quedó sin aire. —Yo- Yo...

—Tú...

—¿Qué te gustaría desayunar mañana? Puedo prepararte el desayuno todos los días que quisieras. —las manos de Hyungwon temblaban y en algunas de las palabras que dijo su lengua alcanzó a trabarse,  así que Hoseok solo supo mostrar incredulidad y decepción, combinado con su típico enojo.

—A ver ¿crees estamos en algún tipo de novela? ¿Por qué tienes que tocarme si vas a preguntarme por algo tan sencillo como eso? — A veces,  por no decir todo el tiempo, Hoseok llegaba a ser altamente intolerante, y el no haber captado las inocentes intenciones detrás de las palabras del castaño fue ya demasiado malvado de su parte.

—Santo Dios, Seokkie. Lo siento, no debí hacerlo. — el más alto desplazó su mano del brazo de Hoseok y le dejó libre para que regresara a su habitación; por parte del rubio, al ver  el rostro herido del menor se sintió de lo peor — algo bastante nuevo para él — su corazón picó varias veces al notar aquella expresión de cacharro que solía hacer la señora Chae, Hyungwon lo había sacado todito  y eso sólo le partió el corazón.

—Hyungwon —lo llamó y este lo miró — Soy medio torpe a veces y no logro aceptar la amabilidad fortuita de los demás; pero esta vez me gustaría aceptar tu oferta. — sonrió y finalmente regresó a su habitación casi corriendo, porque no podía manejar lo que había dicho.

A pesar de su desafortunada confesión, Hyungwon logró una cosa importante y que no había podido apreciar tan bien y tan claro; la sonrisa de Hoseok era sin lugar a dudas lo mejor de toda la noche. Saltó en silencio y celebró, miró en dirección a la habitación del mayor y sonrió aún más.

Si seguía así no iba a poder contener por más tiempo todo lo que estaba sintiendo.

◇◇◇

Hoseok disfrutaba de la tranquila mañana,  el calor de su cama era perfecto y se acomodó mejor dentro de las cobijas para así asegurar su comodidad, todo era tan agradable, hasta que sintió agua caer en su frente; pensó en lo peor, en que tal vez Hyungwon no había logrado reparar el techo de la cabaña o que se había agujereado de nuevo. Abrió los ojos iracundo buscando el techo,  pero lo único que pudo encontrar fue un feo lagarto que era sostenido frente a él.

—¡con un demonio! ¿¡Qué diablos es eso!? — sus ojos casi salen de sus cuencas, corrió en segundos a la esquina de su cama y se cubrió con la cobija esperando el feo animal no lo fuera a moder o algo peor.

—Buenos días, Hoseok ¿cómo amaneciste? —El castaño mostró su sonriente rostro, llevaba un impermeable amarillo y al bajar la capucha sus cabellos castaños, que se encontraban mojados, calleron por todo su rostro.

—¿Qué-qué-qué es eso? ¡alejalo de mi!

—¿No te gusta? Pero si es lindo y lo he traído para ti. — Hyungwon sintiendo algo de tristeza por el animalito que estaba siendo rechazado.

—¡Es un lagarto!

—¡Sí! Y estaba en el lago, lo recog..

—¡Regresalo de inmediato!

—Caramba pero si fue difi...

—¡Re. gre. sa. lo, de inmediato!

Hyungwon comenzó a salir mientras hacía pucheros y sostenía al lagarto entre sus manos con cariño, le murmuraba cosas y le acariciaba como a cualquier mascota. Hoseok lo siguió con la mirada hasta que le vió detenerse en la puerta.

—Seokkie, también he preparado el desayuno. No puedo esperar a que lo pruebes. —Volvió a sonreír y esta vez fue el mayor quien quedó desarmado ante la brillante sonrisa del menor.

—Ajá... —asintió varias veces con la cabeza y con la boca levemente abierta.

—Entonces iré y volveré como el rayo. — él se fue todo el camino silbando. Cuando ya Hyungwon salió por completo,  Hoseok se tiró sobre la cama y se preguntó qué mal había hecho para que el mundo le estuviese jugando tal broma; Tocó su corazón y cerró muy fuertemente los ojos, porque decir que ese chiquillo le gustaba era poco para todo lo que sentía.

La temporada de lluvias comenzó oficialmente y todas las mañanas fueron igual, ya Hoseok ni siquiera se preocupaba por ver qué animal o reptil llevaba Hyungwon entre sus manos a la hora de levantarlo, simplemente a penas abría los ojos buscaba el rostro del menor sonriente, sus cabellos castaños que caían a la perfección por su frente y su impermeable amarillo que combinaba con su piel blanca; cada día que pasaba trataba de suprimir el sentimiento de ansiedad que nacía de presenciar aquella brillante sonrisa, y luego de regañarlo y enviarlo a devolver cualquier animal que llevara en sus manos,  secaba su cabello, desayunaban juntos y hablaban por largos ratos.

Fue así hasta que Hoseok ya no pudo aguantar más el sentirse así

—¡Mira, Hoseok, es una libélula!

El rubio abrió los ojos encontrándose con un Hyungwon más brillante que nunca,  su corazón se agitó y de un impulso de levantó,  lo tomó del brazo y lo atrajo hacia él sin decir absolutamente nada; sin preguntarle o tan siquiera importarle lo que sucedería después, lo besó,  lo besó y no sentía arrepentimiento, ni siquiera le importaba la edad, sólo sentía alivio de poder estar haciendo lo que había querido hacer hacia mucho tiempo.

—Odio mucho que me levanten temprano en la mañana. —dijo Hoseok al separarse y lamerse lo labios mientras lo veía profundamente.

Hyungwon tenía el rostro completamente rojo y se había quedado en una pieza; si eso era un sueño, más vale y se apuraba a despertar ya.

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Hola, mis personas favoritas.
Aquí mes dejo un nuevo capítulo de esta historia, así que espero puedan disfrutar y entretenerse.

Las quiero muchísimo, gracias por el apoyo. 💗

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