II
§
Un ruido ensordecedor llegó los oídos de Hoseok, era tan fuerte, que tuvo que tomar su propia almohada, cubrirse los oídos con ella y así no obtener una sordera; cuando ya no pudo aguantar más aquel terrible escándalo, se sentó en el borde de la cama y trató de comprender quién sobre la faz de la tierra podría ser tan desgraciado, como para hacer tanto bullicio.
Sólo una persona llegó a su cabeza.
—Hyungwon... Dios, ese mocoso.—lo dijo apretando los dientes de la mera rabia. Con esfuerzo se levantó y después de dar varios pasos se dió cuenta que ya no le era necesaria la muleta, Hoseok podía caminar igual o mejor a antes del accidente. —¡Ha! Mira no más el diagnóstico del doctorcito tonto. Mi pierna rota se ha curado y todo es por mi, claro está. — entró al baño, se miró al espejo meticulosamente, lavó su rostro, cepillo sus dientes, y cuando se vio listo para ver a Hyungwon, tomó su muleta y salió afuera pretendiendo no estar emocionado ni nada parecido.
Aunque en realidad fuera todo lo contrario.
—¡Hyungwon! —lo gritó desde la puerta de su habitación, esperando hubiese sido lo suficientemente alto como para sobresalir por encima de alboroto que tenía el menor que se encontraba con un taladro, una máscara de protección en su cabeza y unos guantes amarillos, además vestía una polera negra y vaqueros azules que le quedaban de muerte; Hoseok, quería de verdad entender qué en la vida había hecho que Hyungwon se levantara a terminar de desbaratar la cabaña, siendo que aún era muy temprano, al menos para el. —¿¡qué haces ahí!? ¡Detente ya que me vas a dejar sordo!
—¡Oh, Seokkie!—Hyungwon giró su cabeza apenas escuchó la voz del mayor, levantó la máscara y habló tremendamente animado. — ¡Recorcholis que bien se ve usted! Aamm, Yo- estoy reforzando la puerta principal, será lo mejor antes de que regrese a casa.
Hoseok frunció el ceño al escuchar esas palabras, sin pensarlo siquiera salió por completo del pasillo y llegó a la sala queriendo entender. —¿de qué hablas?
—De que pronto terminaré mi trabajo aquí en la cabaña y como le tiene tanto miedo a las fieras, pues haré de su entrada la más segura del pueblo ¡será la mejor! — lo expresó completamente animado, Hyungwon sonreía de manera brillante con cada palabra que pronunciaba, e incluso le guiñó un ojo y se mordió el labio inferior intentando provocar al mayor; aunque eso, sentía el menor, era algo imposible.
¡Hoseok tenía un corazón de piedra!
Pero no se rendía.
—Con que eso...Claro. Pero ¿Sabes? no hables de irte, de ninguna manera lo hagas — Hoseok pasó su mano libre por su cabello y levantó el mentón completamente orgulloso, pretendiendo que no había dicho con absoluta calma lo que su corazón rogaba a gritos. Confundido, Hyungwon levantó una mano intentando saber a lo que exactamente se refería.
—Pero qué...
—No, no. Estás bajo mi cuidado ¿lo recuerdas? Fue el trato que hice con tu madre, así que no regresarás hasta que yo diga que has terminado de pagar por los daños del auto de Jooheon. — Hyungwon se desinfló al escucharlo decir eso, una de sus cejas se levantó en signo de disconformidad y sencillamente optó por dejar descansar el taladro en alguna parte del suelo, mientras tomaba aire de nuevo para continuar.
—Está bien, está bien. Caramba, me recuerdas a mi madre. — lo comentó porque lo sintió así, yendo a la cocina se sirvió un vaso con agua y miró de nuevo a Hoseok que estaba guapísimo esa mañana; no mintió cuando se lo dijo, incluso si el mayor había ignorado su halago un tanto descarado, aún creía fervientemente en esas palabras y él mismo se lo confirmaba viéndose así de precioso.
—¿Yo?
Hoseok se señaló a sí mismo y Hyungwon bebió otro largo sorbo de agua; asintió muy convencido. —Sí, es como si hubiesen usado el mismísimo molde. Cuénteme ¿son todos los de ciudad así de atractivos?
Y Hoseok rió fuerte.
De todas las veces, esa era la primera vez que Hyungwon veía una risa tan clara y sincera por parte del mayor, se quedó observándolo de manera atenta y admitió que, aunque Hoseok tuviera un millar de defectos, esos mismos eran sutilmente opacados por los miles de atractivos que poseía; su sonrisa era una de tantas.
— ¿y tú por qué me estás viendo así? ¿Se te perdió algo en mi cara? — su voz tajante lo bajó de la nube en la que iba, Hyungwon despertó un tanto impactado, pero casi de inmediato se compuso y tuvo algo en mente.
—hyung ¿deberíamos hacer algo especial hoy?
La pregunta estaba fuera de lugar para el rubio que expresó la incertidumbre con su cuerpo entero, acercándose a la encimera miró directamente al rostro a Hyungwon y habló con un tenue tono de voz. —¿especial? ¿Cómo especial?
— Algo como que, yo intento hacer la cena esta vez y tú me ves. Podemos beber algo de vino también, si quieres. — Hyungwon se inclinó sobre la encimera quedando cerca de Hoseok, y este, totalmente extrañado, tiró su cabeza hacia atrás porque no toleraba tenerlo así de cerca; su corazón se aceleraba mucho, sus labios temblaban y el cuerpo completo se sentía raro. Lo odiaba, pero Hyungwon se veía bastante animado e incluso hizo con sus manos un gesto de tener una copa cuando se rindió en el intento de acosarlo.
—Eres menor de edad ¿siquiera sabes de lo que estás hablando? — se burló estando seguro de que Hyungwon no tenía idea a lo que se refería. —¿y sabes cocinar?
Hyungwon asintió segurisimo — ¡Claro que sé! he aprendido mucho de mamá. — Hoseok siguió no creyendo nada.
—Como sea, ponte a trabajar y luego veré si hacemos o no algo "especial". Anda, ponte en marcha de una buena vez.
Hyungwon vio a Hoseok dar la vuelta y volver a su habitación, aún más emocionado por la sutil aceptación del mayor mordió su labio inferior por cuenta nueva y luego soltó una sonrisa abierta; sorpresivamente todo de él comenzaba a interesarle de manera extraordinaria, porque él era como una caja del tesoro que jamás había sido abierta o surcada.
Era precioso así no más.
— Pero hyung, tengo hambre...
§
Hoseok preparó tocino con huevos, pan y jugo de naranja para el desayuno, en el pueblo ese tipo de comidas no eran para nada normal, pero según él, al castaño no le iba nada mal probar algo diferente.
Ahora ambos conversaban de una manera más normal, de vez en cuando Hoseok recordaba el hecho de ser el mayor de los dos y le pediría a Hyungwon que lo tratase con algo más de respeto; aunque aceptaba que Seokkie sonaba muchísimo mejor que "ahjussi", con eso al menos ya no se encontraba en desventaja con el playboy que tenía por doctor. Para Hyungwon aquello era bueno, le costó al principio darse cuenta de los gestos lindos del mayor, pero en ese instante se podía decir que disfrutaba hasta de los momentos en que echaba maldiciones, habían momentos en que veía que el mayor necesitaba ayuda, así que trataba de hacerlo de forma indirecta ya que sabía perfectamente lo que le vendría si lo hacía de frente.
Prácticamente ya sabía cómo tratarlo y eso le era suficiente
Luego del desayuno, lleno de energía y buen humor, Hyungwon se dedicó a continuar con el trabajo de la cabaña y esta vez hacía los refuerzos en la parte trasera de la misma; por parte de Hoseok, aún curioso por saber lo que hacía el menor, salió sosteniendo su muleta la cuál, por cierto, ya no le servía para nada, y su mirada mientras salía siempre recayó en Hyungwon que seguía partiendo leña bajo el intenso sol. Sí, estaba haciendo un calor insoportable, pero el menor se mantenía totalmente centrado haciendo su labor y extrañamente lucia más bello que nunca.
Santo Dios
Hoseok llegó al límite de la puerta entre el patio y la cabaña, seguía viendo totalmente embobado en dirección donde estaba Hyungwon y notó el cómo acomodaba varios de los maderos que, supuso, usaría para alguna otra obra del lugar; el castaño no tenía camisa y lo único que decoraba su delgado cuerpo eran esos vaqueros azules que tallaban perfectamente su cintura y trasero, la fina y sudorosa espalda de Hyungwon de repente parecía muchísimo más que atractiva ante los ojos de Hoseok e ido en su pensamiento se apoyó en el marco de la puerta todavía mirando cada uno de sus movimientos, hasta que Hyungwon al fin se dio cuenta de su presencia.
—¡Seokkie! Caramba ¿qué hace ahí? ¡vaya adentro que el calor está bravisimo!— Hoseok recobró su postura autoritaria en cuestión de segundos, aclaró la garganta sintiendo las orejas arder y con el corazón a mil señaló el montón de maderos. — mueve eso hacia allá —señaló el lado contrario a donde se encontraban y Hyungwon se giró quedando completamente frente al rubio, su peso estaba todo en su pierna derecha y prácticamente su expresión mostraba la queja interna que debía estar echando.
—¿ah? ¿y eso por qué? — soltó el aire por la boca mientras sus manos fueron a su delgada cintura, los ojos de Hoseok se volvieron profundos al mirar su torso y regresó a su rostro que prácticamente le aclamaba misericordia — ¿está viendo el sol que hace? Si me pide que vaya y le busque un helado de crema al pueblo seria menos cruel ¿sabe?
—Anda, hazlo rápido. — agitando la mano Hoseok lo apresuró, y rogó a los cielos el menor le hiciera caso porque de ser así seguro tendría suficiente para volver a recobrar la cordura. Hyungwon no entendió nada, pero si era algo que pedía Hoseok, entonces estaba bien; sin más quejas caminó hacia el montón de maderos cambiándolo luego de lado, era en serio un duro trabajo debido al sol daba como nunca, sin embargo podía hacer eso y mucho más en nombre del guapísimo hombre de ciudad.
—Bien, Bien. Me gusta, me gusta... —murmuró Hoseok para sí mismo— ahora vuelve a ponerlos donde estaban. — y ya Hyungwon no lo toleró.
—¡Por la barba de merlín, Hoseok!
—Ey, ey ¿qué con ese nombre sin honoríficos? — Hoseok sonaba severo a oídos de Hyungwon, sentía la injusticia emanar de su sistema pero tampoco buscaba desobedecer nada que el mayor pidiera.
—Seokkie, por favor ¿qué hice ahora? — lo rogó, lo habría implorado y aún así Hoseok nunca se ablandó.
—En serio, Tú. Yak! solo da la vuelta y haz lo que te he pedido. — Nuevamente, pero con la impaciencia picandole ya, Hyungwon comenzó a mover los maderos del lado contrario al lugar en el que estaban, Hoseok por su parte aprovechó que tenía voz de mando para hacer trabajar a Hyungwon y así saciarse más tiempo con la vista de su cuerpo; era un aprovechado, un abusivo, y aún así se las arregló para lídear con el sentimiento, hizo un cuadro tipo película con sus dedos y enfocó el trasero del castaño con verdadera satisfacción; mordió su labio inferior y se preguntó si Hyungwon decía que era un hombre por algo... —Diablos, que buena vista. Excelente. — volvió a murmurarse mucho más que satisfecho y dando la vuelta hacia dentro habló para Hyungwon. — ¡Lo haz hecho muy bien, niño! Ahora vuelve a ponerlos donde estaban. — Tomó su muleta y se ventilo el rostro con la mano libre, sentía un horroroso calor recorrer su cuerpo entero, pero para nada era por el ardiente sol que estaba en su furor. — Dios, me siento exhausto; fue demasiada emoción. — soltó finalmente dejando a Hyungwon completamente anonadado y bastante malhumorado.
—Recorcholis ¿qué le sucede a este Hyung ? ¿de verdad le falta un tornillo? ¿Acaso no ve el sol que hace? Aigooya, por eso este mundo está como está.
§
Minhyuk caminó a través de la gran misión, el estilo tradicional del lugar era predominante y el olor a incienso se intensificaba conforme se acercaba a su lugar destinado; una vez se detuvo frente a la puerta del gran despacho respiró profundo y dudó en realizar la acción pensada, pero una inesperada voluntad proveniente de las palabras de su hermano mayor, Hoseok, le hicieron levantar la mano y tocar la puerta.
—Siga. —La voz que provenía del interior era grave y muy seria, Minhyuk temió por las palabras que diría el hombre ahí dentro pero aún así abrió la puerta y entró; el anciano que sostenía algunos papeles en la mano lo miró fijamente.
—Abuelo. —el menor hizo una noble reverencia, pero aquéllo fue recibido de manera fría.
—Siéntate. — cerrando la puerta terminó de entrar por completo, ni siquiera tomó asiento y sólo permaneció de pie. —¿Dónde está tu hermano?
Minhyuk tomó aire antes de responder, con esta sería la segunda vez que su abuelo preguntaba por el paradero de Hoseok y decirlo no era una opción. —Abuelo, nuevamente le digo que no lo sé, él simplemente... — ni siquiera logró decir nada, el anciano se levantó de golpe y su expresión le dijo absolutamente todo.
—Eres el vicepresidente, su asesor y su hermano menor ¿pero dices que no has podido averiguar dónde está? —dijo con una aparente calma que el menor sabía sólo era una fachada — ¿estás seguro de que no lo sabes o sólo lo estás cubriendo?
—Lo siento, abuelo.
El hombre mayor se quedó viendo a Minhyuk que mantenía con la mirada gacha y rindiendose volvió a tomar asiento. —Necesito solucionar de inmediato este gran problema que ha dejado Hoseok —suspiró y miró directamente al rostro su nieto. — ustedes no me dejan otra elección.
—Abuelo, aceptaré lo que haya decidido sin ningún reclamo. — hizo una reverencia y esperó por ello; el anciano asintió.
—Eso esperé. — comentó y empujó una carpeta verde en dirección a Minhyuk — Prepárate para apoyar a Sung In en todo lo que necesite, enséñale lo haya que enseñarle y encárgate de que no nós lleve a la ruina.
—S-sí, abuelo. —nuevamente Minhyuk realizaba una reverencia y con la cabeza abajo cerró sus ojos por no haber podido convencer a su abuelo de que haría un buen trabajo siendo el presidente, tal y como pidió Hoseok que lo hiciera. Un suspiro se escuchó, y una mano pesada, pero cálida, le acarició la cabeza al menor.
Era su abuelo.
—Hijo, esto no es tu culpa, pero si dejo que subas a la presidencia todos los medios, la competencia y todo aquel quien quiera la cabeza de los Lee buscarán quién eres y tu origen.... Eso, chico, es algo que no podemos permitir que nadie sepa.
—Pero, abuelo, mi madre...
—Tú madre fue una tonta al creer en tu padre, y aún si se casaron ese matrimonio jamás debió ser; Minhyuk, cada uno decide cuándo ser ciego y ella misma no quiso ver la realidad, sabía perfectamente a lo que se enfrentaba, fue en contra de nuestra palabra y se aceptó vivir bajo las promesas de tu padre ¿Cómo podríamos explicar algo igual? — Hubo un profundo silencio que se posó entre ambos y el mayor caminó hacia la ventana de su despacho, desde donde podía ver claramente un enorme jardín. — siempre me he lamentado, Mei llegó a esta casa contigo en vientre, era joven y también era perfecta, con clase, inteligencia, paciencia y belleza, ella lo tenía todo e incluso cuidó de Hoseok como si fuera su propio hijo; pero cuando... Cuando mi hijo buscó no ser desheredado y regresó con la madre Hoseok sentí verdadera lástima por ella, aún así, la concesión de los ancianos decidió que estaba bien, porque al fin cabo la madre de Hoseok era su esposa ante la ley; además ella nos dio algo que Mei no nos podría dar nunca debido a su condición y eso era un heredero. Pero con todo y eso le dimos la bienvenida a Mei y a ti sin ninguna queja, ella aceptó y crió a ambos como hermanos de sangre, y nada más importó.
—Lo sé abuelo, y lo entiendo. — Minhyuk pensaba que repasar la historia de su madre era casi innecesario. — Amo a Hoseok como mi único hermano, no tengo a nadie más.
— Y agradezco a los cielos que no sea diferente, porque ningunos de los dos tiene la culpa de haber nacido en una familia así. Estoy feliz de que sin ser su hijo de sangre, Mei estuvo siempre dispuesta a enseñarle todo lo que sabía tanto a Hoseok como a ti, desde arte, negocios y economía,
lo hizo a perfección hasta convertirlos en lo que son ahora.
—Abuelo, no entiendo.
—¿Por qué digo todo esto? —el anciano se giró, hizo un gesto de claro cansancio, para luego caminar hacia uno de los sillones de estilo clásico que decoraban el lugar. — Tal vez porque estoy realmente viejo, muchacho, que he estado sintiéndome culpable todo esté tiempo por la forma en que confinamos a Mei en esta casa, por tener que pedirte que trabajes para Sung In, aunque sepamos que ese chico es caso perdido.
—No importa qué sea, yo siempre estaré a disposición de la familia Lee, abuelo. Ustedes son mi familia... Pero, Hoseok...
—Lo sé, nos odia, jamás nos va a perdonar nada de lo que injustamente le hicimos a Mei; aunque no era su madre, ella logró que la amara como tal y así la ve él.
Minhyuk negó con la cabeza —También siento que tengo responsabilidad sobre ello, abuelo; si tan sólo le hubiese insistido en seguir correctamente las reglas, nunca se habría atrevido a ir en contra de la palabra de los ancianos.
—Pero es mejor así —lo dicho por el anciano dejó a Minhyuk confundido, hasta que supo explicar a lo que se refería. — porque podrá hacer todo lo que no podemos nosotros ahora.
—Oh... Entiendo, abuelo... Me haré cargo de todo, y realmente lamento no poder decir dónde se encuentra mi hermano ahora.
§
Sentado en la camilla del consultorio médico, Hoseok se dedicó a ver a Hyungwon hablar con el playboy sobre su pie y lo que realmente sucedió con el mismo; el alto castaño sonreía un montón, por momentos miraba en dirección al rubio sólo para confirmar que estaba hecho todo un gruñón, dizque porque él lo que tenía era la pierna rota y no un esguince, que eso jamás se lo había dicho Hyunwoo.
Hoseok vió con bastante recelo el cómo Hyunwoo pasaba su mano por el delgado brazo del menor y reían como si nada; todo frente a él. Era una absoluta falta de respeto, una humillación completa. —¡ey! ¿ya terminaron de pasar el informe sobre la maldita vida de las personas del pueblo? ¿Qué clase de hospital es esto? ¡Mi pie no se cura solo!
—Recorcholis, Seokkie, calmate.
Hyungwon lo miró asombrado por el tono que usó Hoseok, aunque a este último ni siquiera le interesaba si estaba bien o mal. —Tú silencio ¿y usted doctor? ¿Qué piensa hacer con mi pierna rota? — el moreno sonrió pasándose el dedo índice por los labios, llenadose de paciencia inhaló y exhaló aire porque comenzaba a sentirse exhausto con su paciente.
—Lo siento, Señor Lee, pero como le dije usted no tiene más que un leve esguince de tobillo; es solo eso, incluso hemos procedido a tomarle unas radiografías para mostrarle el estado sano de su hueso.
Hoseok cerró los ojos sintiendo cómo la ira iba creciendo. —Dice usted que estudió en la universidad de Seúl ¿cierto?
El doctor giró para ver a Hyungwon y así saber si él entendía a qué iba de nuevo esa pregunta, pero el castaño simplemente se encogió de hombros — Creo que ya tuvimos esta conversación.
—Sí, pero lo que usted no sabe es quién soy yo — De un salto se bajó de la camilla, inclusive cuando minutos antes alegaba que su hueso estaba roto no le importó y siguió hasta estar justo en frente de Hyunwoo — Soy Lee Hoseok, nieto de Lee Jung Su, quien es dueño de una de las empresas más grandes de todo Corea del Sur y de las cuales yo era presidente ¿sabía usted eso?
—Ehm, bueno... Creo que no...
con su dedo punzaba el hombro del moreno mientras hablaba totalmente falto de paciencia —¿¡Sabe usted de lo que le hablo al menos!?
—N..
—Perfecto, no sabe nada ¡usted no sabe nada! Le sugiero que deje de parecer tan perfecto delante de los demás y comience a ser consciente de que siempre estará por debajo de...
—¡eso es suficiente, Hoseok! — el mayor se sorprendió mucho por el llamado de atención del castaño, cuando lo vio al rostro notó su seriedad y en su interior se sintió tan patético; pensó en lo que acababa de hacer, en cómo se estaba viendo frente a aquél doctor y sintió verdadera vergüenza.
Sin decir una palabra más Hoseok salió dejando muleta y todo atrás, caminó por los pasillos con los anchos hombros bastante rígidos de la rabia, el estómago lo tenía revuelto y los ojos, por alguna razón, le ardían; en su pecho se encerraba un huracán de sentimientos que eran inexplicables y descubrió casi de inmediato que uno de esos sentimientos era el de querer llorar, lo sabía porque sólo lo sintió cuando se enteró de que su madre murió.
al salir y sentir cómo la brisa le dio en el rostro, frenó y en seguida sintió que alguien lo tomaba del brazo; contuvo muy bien las ganas de soltar a llorar, aunque no entendiera a la perfección por qué quería hacerlo, sólo sabía que lo habría hecho de no ser porque al que tenía en frente era a Hyungwon.
—¿Qué fue todo eso? — Hyungwon estaba molesto, muy molesto; mirando al rededor, Hoseok apretó los puños lleno de frustración
¿por qué lo defendía? No era justo ¿qué tenía el playboy que no tuviera el? ¿Tanto le gustaba? Su ceño se frunció profundamente —Yo... ¡Él se lo buscó! —se defendió Hoseok
—¿De qué estás hablando? Hyunwoo hyung no ha hecho nada malo, Seokkie, él lo único que busca es ayudarte a que veas que tu pie está bien; solo eso. — Hyungwon tomó el rostro del rubio entre sus delgadas manos y lo miró a los ojos, estaban cristalinos. El menor se quedó viéndolo así, como si aquellos ojos lo hubiesen hipnotizado, hasta que Hoseok lo sacó de su trance.
—Suéltame, por favor —alcanzó a escuchar antes de sentir que el mayor se separaba. Sin querer dejarlo ir — y más por algún tipo de impulso — saltó sobre él impidiendo que se alejara más, rodeo su cuello con sus brazos y hundió el rostro en el hueco de su cuello
—Recontra Recorcholis, Seokkie, lo siento. Estoy tan preocupado por usted que no estoy siendo consciente... no sé, sólo quédese quieto.
Hoseok soltó un pesado suspiro e intentó quitarse al menor de encima — Vete, depronto y el playboy necesita más de tí que yo. — las palabras usadas por Hoseok a la hora de referirse a Hyunwoo estaban cargadas de bastante resentimiento — No quiero tener problemas así que sueltame ya; puedo volver a casa solo.
—No, No, no ¡por los peces de colores que habitan en el arco iris, tu no vas a conducir en ese estado! ¿qué te pasa? — Hyungwon se separó mirando a Hoseok al rostro, sus brazos se aferraban fuertemente porque lo último que quería era separarse de él.
Sonaba como una broma, Hoseok dejó de forcejear, lo miró desde su posición y frunció el ceño reclamandole a Hyungwon. —Me pasa que no sirvo para ser el tercero de la discordia ¿querías ver al playboy? ¡Pues bien, ve por él de una vez! Pero a mi no me uses de excusa para ello — bufó con fuerza, se cruzó de brazos y miró a otro lado que no fuera a ese bellísimo rostro; Hyungwon lo vio estando así, suspiró comprensivo y se arriesgó a darle un beso en la mejilla.
—Yo te traje porque te quejaste de tener dolor, Seokkie. — lo dijo y buscó que lo mirara. — Vamos, lo siento por... Por lo que sea.
—Acepté venir porque creí que... — haciendo una pausa consideró lo que diría, no tenía la más mínima idea de qué poner como excusa y tener tan cerca a Hyungwon estaba comenzando a afectar su cerebro de igual manera.
—Creiste que...
—¿que no hay más doctores en este maldito pueblo? — reviró e intentó quitarse al castaño de encima de nuevo — Sueltame ya ¿qué demonios estás haciendo? — Hyungwon rio como si estuviera en ánimo de jugar siquiera, él besaba su barbilla y se colgaba de su cuello molestándolo a más no poder; al final usó más fuerza de la necesaria para hacer que lo dejara libre, se acomodó la camiseta negra y el menor sólo supo seguir riendo mientras le lanzaba un beso al aire, el cual espantó porque ni loco lo recibiría.
—Que amargado. — murmuró Hyungwon arreglando su propia ropa; así continuó hablando. — Hyunwoo es el encargado de atender los casos de urgencia, si te atendió es porque yo se lo pedí, duh.
—Perfecto, ahora resulta que le doy lástima. — Hoseok maldijo tensandose todo porque de nuevo se sentía furioso.
—Hey, Hoseok. Hoseok, mireme. — El mayor no quería, su mente le repetía una y otra vez que no lo hiciera pero era como si su cabeza estuviera desprendida de su cuerpo, prácticamente giró cuando escuchó una segunda vez al castaño pedirle que lo mirara. —Nadie aquí tiene lástima por alguien tan fantástico como usted ¡caramba, es genial! Todo eso sobre su familia y lo que es, todo en usted es simplemente estupendo — Hyungwon acarició su fuerte pecho y sonrió viéndolo al rostro — Me encanta esa parte tuya... bueno, diría que todo...
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En el mundo existen personas de todo tipo, con distintos pensamientos, puntos de vista y que viven cada cual en diminutos mundos creados a su gusto y semejanza; siendo tan diferentes
¿cómo es que dos personas pueden coincidir tan perfectamente?
Llamemoslo media naranja, almas gemelas o lo que sea ¿cómo es posible encontrar en el mundo, entre millares de personas con pequeños mundos diferentes, a la persona indicada? ¿Cómo es posible encontrar a ese alguien que haga que tus piernas tiemblen, tu razón se nuble y tu pecho vibre?
Sí, tal vez no todos tengan la misma suerte, algunos más desafortunados que otros perderán la oportunidad de encontrar a ese alguien que los complete, pero yo, en mi caso especial, juro por lo más sagrado que jamás lo dejaré ir.
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Hola a todos!
Espero que les guste el capitulo, que lo disfruten y recuerden que si tienen alguna duda, entonces pueden dejar sus comentarios o enviar sus mensajes.
Mil gracias!
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