II

§


El calor de la casa parecía haber aumentado a mil grados, las manos de Hoseok sudaban y su frente echaba goterones; la señora Chae puso una gran jarra de limonada recién hecha en medio de la mesa, y, al sentir que su garganta carraspeaba, fue y la tomó con las manos temblorosas para así servirse un buen vaso, a ver si con eso le regresaba la vida.

Bebió y sintió que nada cambiaba, así que volvió a agachar la cabeza.

A su lado estaba Minhyuk igual o peor, no tenía idea en lo que se había metido, pero la repentina mirada seria de la señora y el ceño arrugado del señor en sillas de ruedas lo hacian sentir como si fueran a ser echados de la casa en cualquier momento. Trató de ver a Hoseok de reojo y saber si algo de lo que decía era mentira, pero este mantenía su cabeza abajo.

Al principio el menor pensó que solo irían al pueblo por suministros, después de llegar y ver que estaban frente a una casa se dijo que tal vez era algún amigo, pero resultaba que Hoseok lo llevó a algo similar a su entierro y él mismo era testigo de como aquellos señores estaban matandolos sólo con sus miradas; y cómo no, si a su hermano mayor en algún arranque de locura se le había ocurrido pedirles poder llevarse, a su único hijo, a la cuidad.

—¿Entonces vos lo que decís es que te querés llevar a mi muchacho de mi lado y hacerte cargo de él ¿pa'qué?

Levantando la cabeza el rubio asintió antes de hablar — s-sí-sí, señor. — fue lo único que soltó. Jamás tartamudeo tanto en la vida, es más, nunca tuvo que rendirle cuentas a nadie, pero ahora estaba frente al padre y la madre de quien ahora era su pareja.

—Lo que quiere decir mi hermano es que Hyungwon-ssi tendrá más oportunidades en la cuidad. Sé que no es importante en este caso, pero administramos algunas escuelas, así que él puede estudiar en la que mejor le parezca; luego de terminar podrá escoger alguna carrera en cualquier universidad, que bien puede ser financiada por nuestra fundación o por ustedes mismos si no desean nuestra ayuda. — la mirada del señor Chae logró suavizarse un poco. Hoseok pensó que su vida habría sido un infierno si su hermano menor no hubiese ido junto a él; asintió con la cabeza a cada una de las palabras de Minhyuk y prosiguió.

—Señora y Señor Chae, sé que no tengo derecho a decir nada, que me he aprovechado de su hospitalidad y de su confianza, y que seguramente todo esto sonará como una locura, pero me he enamorado de su hijo. — Minhyuk giró a ver a Hoseok de manera brusca, esas palabras simplemente lo habían tomado por sorpresa. — Deseo poder estar con él y ayudarlo a que encuentre un futuro más allá de este pueblo; y por favor, no piensen que creo que el pueblo es algo malo, jamás diría eso, es solo que pienso que Hyungwon tiene potencial para hacer lo que desee y que pueda experimentar algo más sólo será posible si sale de su zona de confort.

Hoseok ideó tal cosa con tal de dar solución a los problemas, así, de un solo tiro.

Si Hyungwon viajaba a la cuidad con la clara intención de continuar sus estudios, a  Minhyuk ya no le parecería como algo pasajero y tomaría su relación más en serio, además él de verdad tendría la oportunidad de encontrar algo que le gustara mientras estaba a su lado; así todos ganaban. pero todo en la mente era mucho más fácil, ahora que estaba ahí, sudando como nunca y sintiendose más pequeño de lo que era, se preguntaba si no era mejor haber escapado junto a Hyungwon a alguna isla lejana.

Estaba seguro que si se lo proponía él aceptaría.

—Hoseok, por favor, necesito hablar con mi esposo. — La señora habló bastante seria, tanto, que Hoseok sintió haber decepcionado y abusado de la confianza de aquella bella mujer. Se levantó cabizbajo e hizo una reverencia, Minhyuk hizo lo mismo y juntos salieron al porche  a esperar por la decisión de los esposos.

El menor, quien guardó silencio mientras veía a su hermano con los nervios de punta, se sentó junto a él en las pequeñas escaleras y trató de buscar la manera de traer a él algo de paz. —jamás pensé que dirías algo como eso —comentó al azar esperando que eso funcionara.

—¿A qué te refieres? — el mayor estaba tan nervioso, que no entendía nada de lo que hablaba Minhyuk. Soltó un profundo suspiro y cerró los ojos repasando lo idiota que estaba siendo, en serio estaba arriesgando demasiado

¿Qué si le impedían acercarse a Hyungwon?

— Que estás enamorado del chico caballero.

El rubio abrió los ojos y miró a su hermano.

—Ah, eso... — sonrió con algo más de nervios porque también se atrevió a decir aquello frente a más personas; el sentimiento era extraordinario y algo sofocante.

—¿De verdad piensas esforzarte tanto en esto? — se lo preguntó bastante curioso y algo preocupado — Nadie te está obligando a nada, Hoseok. —de manera vana Minhyuk recordó aquél evento del pasado y profundizó en ello. — El abuelo no te está obligando a regresar ¿sabes? Tampoco he oído que los otros ancianos soliciten tu presencia Y-

—Exactamente, por que nadie me ha dicho qué hacer es que he tomado esta decisión por mi cuenta. Quiero saber hasta dónde puedo llegar.

Minhyuk se quedó en silencio más tiempo del normal, miró las calles del pueblo descubriendo que la tarde era tranquila y daba gusto estar sentado tomando el aire.—Siento si creé algún malentendido, debí confiar más en tí. Siempre pensé que tus caprichos te habían llevado a meterte con Hyungwon para demostrar alguna tontería sin sentido, pero ahora veo que has madurado, hyung; aunque sea un poco.

— Chico grosero. Sigo siendo tu hermano mayor ¿Sabías?

Minhyuk ignoró su reclamo —¿Crees que estén muy enojados? —al parecer también se sentía preocupado por lo que estuvieran pensando los padres del castaño. — Lo que propusiste tiene mucho sentido, pero él es su único hijo ¿no? Quizá....

— Lo sé, Min. Así como tu me proteges porque soy tu familia más cercana, para ellos Hyungwon es como un tesoro invaluable; su madre lo adora y su padre está muy convencido de que es el mejor hijo de todos y mantiene tremendamente orgulloso porque también posee el don de trabajar la madera al igual que él ¿qué crees que estén pensando? Que por supuesto yo no merezco estar con él. Yo también lo pensaría si fuera ellos.

Y fue ahí cuando por fin comprendió Minhyuk, a profundidad, lo que sucedía y las verdaderas intenciones de Hoseok al llevarlo ahí; entendió en su totalidad que lo  que hizo horas atrás estuvo errado y que haber hecho sentir incómodo a Hyungwon de manera innecesaria no fue más que una falta de respeto, una por la que le debía una disculpa. Tal vez si se merecía el escrutinio por parte de sus padres, merecía sus miradas acosadoras mientras ellos los hacían sentir como bichos raros, pues el también le hizo lo mismo a Hyungwon, aunque hubiese sido inconscientemente.

—Hoseok, ven por favor.

Sólo fue una dulce voz llamándolo, pero el sobresalto fue demasiado evidente. El rubio se levantó de donde estaba sentado y entró siguiendo a la señora Chae; rezó por que, lo que sea que fueran a decir, no afectara lo que tenía con el castaño.

Lo pedía a gritos.

◇◇◇

La noche llegó.

Hyungwon estuvo trabajando durante un buen tiempo en el dichoso gazebo — desde la tarde hasta entrada la noche — después de eso paró y descansó en la cabaña, tomó una ducha y se puso cómodo para hacer la cena; no sabía dónde estaría Hoseok junto a su hermano pero pensaba que no tardarían en llegar, así que mientras la comida se cocinaba, se sentó un momento a pensar en lo sucedido en la mañana.

Su hombre logró calmar de manera momentánea la enorme intranquilidad con sus dulces palabras, pero aún se sentía afectado por todo. Pensó en las opciones que tendría en el pueblo, en la escuela, en el trabajo y en todo lo que lo rodeaba, y para ser sincero consigo mismo, Hoseok había sido lo más excitante que le ocurrió a lo largo de tanto tiempo; pero era obvio, que las diferencias en sus mundos iban de extremos a extremos y que seguramente aquello no funcionaría porque más se entendían una zorro y un hurón.

Mientras divagaba en esas cosas escuchó un auto llegar y parquearse en frente, así que se levantó y  yendo a la ventana notó que el auto que estaba enfrente no era para nada la camioneta en la que andaba Hoseok, por lo que salió. Una vez fuera vio salir del auto a un peliazabache de ojos negros y profundos y que vestía un traje gris que lo hacía lucir muy elegante; esperó a que este hablara para saber de quién se trataba, pero aquel hombre simplemente se detuvo y lo miró con vetas de desprecio.

—¿Dónde está? —preguntó el pelinegro en un tono demandante que no le gustó para nada al menor.

—Por San Patricio ¿no le han enseñado a saludar? — el tono usado por el hombre que tenía en frente era peor que el de Hoseok cuando lo conoció, se puso de pie frente a él y cruzó sus brazos esperando le dijera quién era. — ¿Quién es usted?

—¿Perdón? ¿A quién crees que le hablas de esa manera?

Hyungwon no comprendía como un aparecido podía estar tan molesto así de repente, si lo único que hizo fue salir a recibirlo. —pues caramba, parece que a nadie porque aún no me dice su nombre. — su ceño fruncido mostró lo poco de acuerdo que se encontraba de que lo tratara de esa forma, si ni siquiera le conocía de ningún lado.

El pelinegro se mostró más iracundo aún, ya estaba lo suficientemente enojado antes de encontrarse con ese pueblerino grosero pues pasaron días y Hoseok aún no habilitaba su tarjeta, no era ni el uno por ciento de gracioso tener que sorportar la grosería de un niño que no tenía escrúpulos y que hablaba en un dialecto incomprensible.

—¿No es esta la maldita cabaña de Mei? ¿Dónde está Hoseok? ¡Dímelo, ahora! Y en un coreano que pueda entender, niño. —demandó de nuevo el peliazabache, y esta vez fue con mucha menos paciencia que al principio.

Justo cuando Hyungwon se dispuso a abrir la boca para soltar un enorme insulto, se detuvo y vio como el auto de Hoseok se parqueó junto al del sujeto iracundo que tenía en frente. Suspiró y esperó a que el mayor bajara, para saber de quién se trataba el imbecil y por qué lo buscaba con tanta insistencia.

—¿Qué haces aquí? —La impresión de ver que Jongho estaba ahí fue considerable; Hoseok no se lo esperó, pero supuso que debía estar desesperado sin su tarjeta, hasta el punto de tener que acosar a alguno de los abogados que estuvieron ahí. Minhyuk también bajó de la camioneta y en silencio caminó junto a su hermano mayor.

—¡Necesito que me devuelvas mi tarjeta! — se lo gritó casi sin fuerza — no-no ¡no puedes amenazarme, dejarme sin dinero por días y pretender que no sucede nada!

Hyungwon vio a Hoseok y su corazón se alegró mucho, pero el ruido insistente del peliazabache opacada cualquier tipo de ambiente romántico.

— Regresa a casa y luego de eso consideraré devolverte la tarjeta. — Hoseok habló de manera relajada, siguió su camino  pasando frente al pelinegro y llegó hasta donde se encontraba Hyungwon. —Hola, caballero ¿has estado bien sin mí? — dio un pequeño beso en los labios del castaño y este sonrió feliz; en los ojos de Hoseok había un extraño brillo que Hyungwon no quiso olvidar nunca.

— He estado bien. — rodó los ojos queriendo pretender que no se había sonrojado y Hoseok rio ante eso. — pero recorcholis, este sujeto está matando toda mi paciencia. —al recordar su primer encuentro con el pelinegro volvió a fruncir el ceño y lo señaló molesto — Se ha portado como todo un patán.

— E-e-espera ¿qué está pasando aquí? ¿¡Hoseok, quién es ese niño!? — para Jongho esa escena fue más rara que haber visto algún fantasma con sus propios ojos. Su primo mayor jamás fue cariñoso con nadie, siempre lo recordaba como un odioso, caprichoso, malgeniado y un maldito cuando quería serlo, era el ser más frío que podía haber conocido y verlo ahí en brazos de un muchacho lo hizo desconectarse y preguntarse si ese en realidad era Hoseok.

—Deberías dejar tanto drama, Jongho ¿qué haces aquí y por qué no esperaste hasta nuestro regreso? — preguntó ahora Minhyuk.

— ¿viste eso, Minhyuk? ¡Hoseok anda besando a un pueblerino! ¡Dile algo! — a Hyungwon la situación lo confundió un poco, pero supuso que tal vez era la personalidad de Hoseok la que lo precedia y de ahí la impresión del pelinegro.

En realidad su hombre era muy cariñoso.

—Estás exagerando. Ahora entremos, hace mucho frío. — Minhyuk no dijo nada más, con el rostro serio entró a la cabaña primero y detrás de él entró Hoseok y Hyungwon; Jongho, quien miró a todos lados buscando la cámara escondida, entró después esperando que al menos su tarjeta fuera habilitada para poder salir de ahí tan rápido como llegó.

◇◇◇


Cuatro personas se encontraban sentadas en la mesa esta vez, Hyungwon se sintió intimidado porque estaba rodeado de tres hombres con absoluta belleza y con un porte elegante que los hacía bastante diferentes de los demás; obviamente para el castaño Hoseok era el mejor de todos, pero era claro también que debía obtener la aprobación de muchas más personas. Su primo Jongho, como le decían, no parecía ser persona fácil y eso que no conocía al tal Sung In, quién parecía ser aún más difícil de tratar.

Comieron en silencio, el único que a veces y lanzaba un quejido era Jongho, pero era porque no le gustaba para nada la cena que le ofrecieron; Con una mirada de desaprobación Hoseok le hizo meter la cara en el plato y no despegarla de ahí por un buen tiempo. Por otro lado, Hyungwon sentía que tanto su hombre como Minhyuk parecían raros, lo notó tiempo después de entrar a la cabaña, pero no tuvo oportunidad de preguntarle nada, pues el peliazabache se agarró a discutir por una dichosa tarjeta  que Hoseok supo cancelar.

—El abuelo está esperando por ustedes. —Jongho habló a la defensiva, como si con eso fuese a librarse de la desaprobación de sus dos primos.

—La empresa está bien de nuevo, una semana más no le hará daño a nadie. —comentó Minhyuk tomando la servilleta para limpiar sus labios, mientras que Hoseok asintió la cabeza.

—Sí, pero ya que tomarás la presidencia, deberías estarte preparando para el millón de entrevistas y preguntas que harán ¿qué haces en este agujero? No tiene sentido — su forma de expresarse causó mella en Hoseok, quien levantó la mirada casi queriendo golpearlo.

—Cuidado por como te refieres a mi cabaña, estúpido. — lo miró fijamente y Jongho aclaró la garganta al sentir vergüenza de lucir temeroso por alguien como Hoseok; le avergonzaba quedar como un tonto frente al pueblerino que parecía tenía más beneficios en el trato amable.

—Deberías agradecerme por darte noticias de la cuidad, Hoseok, porque aquí al parecer no llega ni el sol. — su comentario hecho con enorme orgullo le pareció gracioso a Hyungwon, quien no tardó nada en responder a ello.

—Aquí si pega y pega fuerte. —comentó el castaño con animosidad, dejando a Jongho confundido y alterado.

—Que pega ¿qué?

—El sol ¿a caso no entiendes? — Hoseok comió lo último del plato y miró a su primo de nuevo con el típico desprecio; para el peliazabache no era apropiado seguir discutiendo sobre ello, así que dijo lo que le pareció podría frenar aquella mirada que le molestaba tanto.

—Wejin está en Seúl porque quiere invertir en el nuevo proyecto que propusiste para las universidades. Cuando se presentó frente al abuelo fue una sorpresa total, ya que pasaron un buen tiempo hablando en su despacho. — Hyungwon escuchó ese nombre y de inmediato supo de quien se trataba; vio a Hoseok titubear y se sintió incómodo de solo imaginarse lo que estaría pensando.

—Si quiere invertir que lo haga. Lo que me molesta es que esté hablando con el  abuelo ¿qué pretende? —para sorpresa de todos, Minhyuk se mostró realmente molesto por la noticia.

El menor recordaba perfectamente a aquel hombre; la primera vez que Hoseok lo llevó  para ver a su abuelo no lo aceptó y por más que trató de detenerlo no pudo hacerlo, después de largos minutos que parecieron un infierno de tiempo, su hermano mayor salió de la mano de aquel sujeto, sus ojos reflejaban un profundo alivio, pero su cuerpo estaba tenso y no se encontraba feliz de ninguna manera.

Por un tiempo dudó de que Hoseok saliera con su compañero de universidad, más sin embargo después de varias semanas de ver que nada era negado por el menor, Minhyuk lo aceptó y creyó que iba en serio con aquella inesperada relación; hasta que un día volvió a casa con su rostro lleno de golpes.

Minhyuk nunca perdonó a Wejin por tocar lo más preciado en su vida, a Hoseok; era cierto que lo que le hizo su hermano no era justo, pero eso no era razón válida para el daño físico que le inflingio. Ahora no era diferente, si tuviera a Wejin en frente, no sabría si reaccionaría tan bien como solía hacerlo.

—Minhyuk tiene razón, no hay razón para que tenga que ver al abuelo personalmente ¿qué quería? — el rubio mostraba una profunda incertidumbre ante lo que decía Jongho, no comprendía del todo su intención de comentar algo tan ridículo.

—No lo sé, pero seguro se tratará de tí ¿qué más sería? Fueron novios durante la universidad ¿o no?—con aquella jugada Jongho creyó que haber ganado ya, al menos consiguió joderle la vida al menor que estaba sonriente y que ahora se mostraba con el ceño fruncido; al darse cuenta de ello sonrió — Increíble, quién iba a imaginar que quizá serás el primero en casarte. Te felicito, primo.

◇◇◇


A la hora de dormir, Hyungwon entró a la habitación del fondo junto a Hoseok y Jongho se alarmó de manera impresionante; si es que era cierto y el arrogante de su primo iba en serio con la relación esa, entonces sería una bomba.

ya con Hoseok y Hyungwon en la cama, la habitación permanecía a oscuras y sólo una estela de luz entraba por la ventana; la luna parecía brillar de nuevo. Hyungwon escuchó la sutil respiración del mayor y llegó a pensar que se encontraba dormido, pero después de oír un suspiro por parte suyo supo que era todo lo contrario.

—¿Seokkie? —llamó para confirmar si estaba despierto y esperó en silencio.

—Dime... — Se sintió aliviado de que el mayor le hubiese contestado y de repente dudó en hacer la pregunta; supuso al final que era más fuerte la curiosidad que sentía.

—Tu hermano habló de regresar a Seúl ¿Volverás con él? —eran miles las dudas que crecieron luego de la cena, cientos de de miles de dudas, pero al parecer esa era la primordial y la que más rondaba su cabeza.

Estaba asustado.

la ansiedad regresó al cuerpo de Hoseok al instante, desde que llegó a la cabaña buscó la forma de decirle al castaño de una manera que no fuera a tomarlo por sorpresa, pero Jongho destruyó todo con sus intenciones y con su visita inesperada. Se giró, abrazó la cintura del castaño, respiró profundo y habló.

—Sí, viajaremos la semana que viene.

para Hyungwon aquellas palabras fueron terribles, sospechaba que algo como eso sucedería y no por eso estaba preparando para escucharlo. Se separó del mayor con brusquedad a y el cuerpo le tembló debido a la impotencia y el enojo.

— ¡Por Dios! ¿¡y cuándo pensabas decirme!? — Saliendo de la cama fue de un lado a otro y se cubrió el rostro porque el pecho le dolía enormemente.

—Cálmate, Hyungwon, por favor déjame explicarte.

—¡No! es claro lo que está pasando aquí ¡te has cansado de mí y ahora quieres dejarme!  —al menor el corazón le dolió tanto, que no se escapó de llorar ahí mismo — Por San Pedro, eres mi hombre ¿Cómo recorcholis puede mi hombre hacerme llorar más de lo que he llorado toda mi vida? Es inaudito.

El rubio miró a Hyungwon con asombro, ese chico se veía lindo bajo cualquier luz, en cualquier circunstancia y con cualquier expresión; su corazón dió saltos de alegría y sonrío —Hoy estuve con tus padres. engañé a Minhyuk para que me acompañara, pues no sabía si podría haberlo hecho solo. — el rostro de Hyungwon se llenó de confusión, dejó de sollozar en el momento en que la declaración por parte de Hoseok lo abordó de manera inesperada, pues no entendía por qué tendría Hoseok que ir a ver a sus padres sin decirle nada.

—Recontra recorcholis, Hoseok, no te entiendo ni una pizca. —confesó inquieto y ansioso. — Sorbió la nariz y se cruzó de brazos mirando fijamente al rubio que no lograba explicarle todo de una vez. Hoseok soltó un profundo suspiro.

—Que reuní valor para confesarle a tus padres de frente que estoy contigo, que eres mi pareja y que te quiero llevar conmigo; no sé cómo vayas a tomar esto, pero lo decidí de manera arbitraria. Les dije que vendrás con nosotros a Seúl para terminar la escuela y comenzar la universidad; si no quieres está bien, no voy a obligarte, pero quiero decirte que tendrás más oportunidades allá en la cuidad que aquí. — Hoseok hizo una pausa y miró al castaño, este no decía nada de nada, así que se sintió nervioso por  su respuesta a la decisión que había tomado por los dos. —No dependerás de mí, al menos no del todo. Verás, tengo un apartamento a mi nombre, no es ostentoso y es muy cómodo, podrás vivir ahí y me pagarás cuando consigas un trabajo de medio tiempo... aunque me gustaría que no hicieras nada por tí mismo, pero imagino que no lo permitirás ya que sé lo orgulloso y malgeniado que eres. No lo sé, puedes decidir que harás en ese caso porque siento que si te presiono vas a regresar aquí en menos de lo que imagino y eso me asusta... me asusta perderte, Hyungwon. ¿Qué opinas? ¿Irías con este viejo a Seúl? Debo resaltar que trabajé duro para convencer a tus padres de que era el indicado para tí, jamás sentí tanto miedo.

anonadado por todo el río de palabras que dijo Hoseok, se sentó a su lado y le sostuvo la mirada. No podía creer lo que estaba escuchando de repente, sentía como estar en un sueño.

—Por favor, di algo. Si no dices nada siento que lloraré también aquí mismo. — Hoseok de verdad sintió que sería rechazado y eso lo puso tenso. Hyungwon levantó su mano y acarició el rostro del mayor, este, en busca de calor, ronroneo y se acercó más para recibir mejor la caricia del otro.—¿irás conmigo?—insistió de nuevo con la esperanza de oír algo que le diera calma. — Hyungwon besó a Hoseok con pasión; ahora entendía que pensar en el futuro no era algo sencillo y que era lo suficientemente incierto como para definir cualquier cosa a la ligera. Al separarse y mirar a Hoseok a los ojos, notó que este parecía ansioso todavía —¿eso es un sí, Hyungwon?

—Claro que sí, Seokkie. Caramba, si iría contigo hasta el mismísimo infierno de ser necesario.

para Hoseok esas palabras fueron suficientes, muchísimo; se abalanzó sobre Hyungwon y volvió a besarlo, le besaba todo el rostro de la alegría, tanta era que parecía un niñito de lo contento. Lo miró y se puso serio, no perdía el brillo en sus ojos. —Te amo, Hyungwon, te amo mucho.

Hyungwon sintió su pecho llenarse de un cálido sentimiento —Estaré contigo siempre, Hoseok. — lo abrazó muy fuerte derritiendose a su paso.

§


—¿Llevas todo?

—Sí, he empacado todo en tu auto. Iré a despedirme de mamá y papá. — Hyungwon corrió a dentro de nuevo y Hoseok cerró la cajuela reuniéndose con su hermano justo después; el menor reía entretenido.

—Se ve feliz — comentó Minhyuk — creo que se tomó las cosas mejor de lo que esperabas. — Hoseok prácticamente respiró aliviado.

—Y gracias al cielo fue así o sino hubiese terminado por amarrarlo y llevarlo conmigo en contra de su voluntad; a esta hora tendrías un hermano fugitivo.

—¡oh vamos, Hoseok! exageras. —Minhyuk rió y tomó el comentario del mayor como una broma fuera de lugar y pausó poco a poco cuando este no reía ni nada, sino que se mantenía serio. —¿estás..

—¿crees que bromearia con eso? Estaba desesperado, Minhyuk. — casi contuvo un grito y negó con la cabeza — Haberlo noqueado y secuestrado estaría mal, seguro me odiaría.

El menor abrió los ojos totalmente incrédulo.

—Has perdido la cabeza por ese chico caballero, Hoseok, ni siquiera sabes lo que dices. — Minhyuk volvió a ver hacia dentro del porche y mientras lo hacía continuó —No sé qué es más gracioso, si tú diciendo que estuviste a punto de llevártelo o Hyungwon quién dijo que se iría pegado a tu cuello de ser necesario. — rió mientras negaba con la cabeza. Su hermano mayor definitivamente cambió mucho en poco tiempo, era otra persona; apasionado, lleno de vida, alguien muy alegre, y eso, sinceramente, se lo agradecía profundamente a Hyungwon.

El viaje de regreso fue toda una osadía; Minhyuk sonreía mientras iba manejando, debido al alboroto que había en el auto. Hyungwon hablaba a lo que marcaba, él hablaba de todo, del pueblo, del cielo, de la escuela, cantaba canciones de viaje, lanzaba recorcholis indiscriminadamente, y aún así, Minhyuk se sintió aliviado de escucharlo pues sentía la sincera emoción en sus palabras.

Hoseok era otro cuento viejo.

Su paciencia respecto a ese lado hablador del castaño no cambió mucho por el tiempo en que convivieron juntos, de nuevo recordó la vez que lo llevó a rastras a la cabaña y se preguntó si aquella opción de lanzarlo de la camioneta en movimiento aún estaría vigente, pero negó con la cabeza su pensamiento deshechandola de inmediato; antes se debía a que no era nada legal hacer tal cosa, pero ahora la razón principal es que amaba mucho a ese chico hablador y contador de historias.

Queriendo darle solución al asunto se dio la vuelta y llamó a Hyungwon.

—Ven aquí — el menor se detuvo de hablar de inmediato y se acercó al mayor sin dudar.

—¿Entonces si has visto las mariposas que... — la pregunta fue interrumpida por un profundo beso por parte de Hoseok; estaba buscando una forma de callar a Hyungwon y no hallaba mejor forma que esa.

—Caramba, Hoseok... — un profundo sonrojo abarcó todo el rostro del castaño, porque de verdad el mayor logró tomarlo desprevenido.

—Ahora guarda silencio, pronto estaremos en Seúl. — Hoseok le brindó su mejor sonrisa y lo mismo hizo Hyungwon; el menor se recostó en el asiento y cerró los ojos sintiéndose tan nervioso de haber dejado todo lo que conocía atrás, pero su hombre de alguna forma parecía darle fuerza y le agradeció mucho por ello.

Al llegar a la cuidad Hyungwon vio a través de la ventana del auto, con impresión, los grandes edificios e infraestructuras que la decoraban, era totalmente diferente a todo lo que conocía porque ni siquiera las personas se veían igual. Su asombro se hizo aún más grande cuando llegaron a un conjunto de apartamentos, Hoseok dijo que el lugar no era para nada ostentoso, pero seguro en esa parte, o era exagerado o su concepto de lo sencillo estaba totalmente distorsionado.

El rubio bajó las cosas de Hyungwon con la ayuda de Minhyuk y una vez todo estuvo afuera le habló a su hermano. —¿Puedes llevar el auto de Jooheon al mecánico? llamaré a Dakota para que venga por nosotros en cuanto termine de instalar a Hyungwon.

—Claro que sí, te esperaré en la empresa. —con un beso en la mejilla Minhyuk se despidió de su hermano y luego se dirigió al castaño.

—Bienvenido, Hyungwon, ya verás que te acostumbraras a la vida en la cuidad. —sonrió y lo abrazó con cariño; cuando vio que todo estaría en orden subió de nuevo al auto dejando a la pareja sola al fin.

—Bien ¿qué te parece? —Hoseok no sabía qué tan impresionado o arrepentido estaría Hyungwon en ese momento, pero optó por preguntar aquello una vez estuvieron dentro. Esperaba que al menor le gustase o sino tendría que hacer trámites para comprar otro apartamento que a él le gustase, haría lo que fuera.

—Dijiste que no sería muy llamativo, pero mira todo esto. — Hyungwon levantó las cejas mirando al rededor y luego a Hoseok que levantó los brazos intuyendo lo obvio.

—Mi forma de sencillo es diferente, quizá, pero al fin y al cabo tienes donde quedarte y eso es lo único que importa aquí; así que comienza a desempacar.

—Ven para acá, ahjussi ¿cree que porque tiene mi custodia va a mandarme hacer lo que quiere, como si fuera mi padre?— Hyungwon se pegó a Hoseok de manera insistente y escurrió la mano por debajo de su camisa para sentir su piel; reía y jugaba con el mayor mientras este trataba de sacárselo de encima con el poco de fuerza de voluntad que manejaba ya.

—Basta, Hyungwon. — evitó reírse e intentó de nuevo sacar la mano de Hyungwon sus pantalones — He llamado a Dakota para que venga por nosotros y traiga algo de ropa adecuada; iremos juntos a la empresa. Si te dejo aquí solo te aburrirás y no quiero que eso suceda.

—¿Estará bien que te acompañe? Puedo quedarme aquí y... ¿Qué puedo hacer aquí? No lo sé, sólo te esperaré. — Hyungwon dio besos por la barbilla del mayor y sonrió cuando lo sintió ceder poco a poco. Cada vez era más fácil.

—No seré el presidente pero sigue siendo mi empresa, así que no hay ningún problema con que vayas. — El rubio lo apartó con fuerza haciendolo sentar en la cama que estaba cerca, abrió la maleta más grande y comenzó a ordenar la ropa en el clóset.

—Sólo es un pretencioso. —Soltó Hyungwon mientras le daba una nalgada en ese fuerte trasero una vez se inclinó; Hoseok se irguió cerrando los ojos, tomó aire y luego se giró mirando al castaño que sonreía victorioso.

—No me provoques, Niño. — La sonrisa altanera de Hyungwon se fue desvaneciendo y en lugar de eso una llama creció en si interior. Se levantó caminando directamente a él, Hoseok sonrió y el menor entendió que lo había hecho muy apropósito.

— no hay otra manera de que aprenda a tratarme como tu hombre ¿No es así?

El mayor recibió al menor entre sus brazos muy complacido temblaba de emoción de sólo pensar en lo que vendría y agradecía en lo más profundo de su corazón haber decidido algo bueno en su vida; sentía que era lo mejor que había hecho por sí mismo.

Amar

Algo que nunca se imaginó pudiera hacer, ahora le parecía algo muy sencillo de hacer y de lo cual ya no tenía ni idea de cómo escapar.

◇◇◇


Dakota tuvo que esperar un largo tiempo antes de poder llevar a Hoseok y a Hyungwon a la empresa, el mayor pidió la ayuda de la joven escolta para que les consiguiera a ambos trajes que encajaran con el lugar al que asistirian y así lo hizo. Estaban caminando por el estacionamiento dirigiéndose al ascensor y Hoseok miró a Hyungwon por un breve momento dándose cuenta que lucía precioso en traje, si ya de por sí era una joya de hombre, joven y reluciente, ahora que estaba organizado, sin botas, ni vaqueros, se veía mil veces más sexy.

Se acercó en un impulso y lo besó; la pasión de lo acontecido en el apartamento aún lo tenía con el cuerpo caliente y lleno de sentimientos. Dakota, por su parte, permaneció ignorante ante el hecho de que su jefe, al cual jamás vio hacer tal acción y del cual no conocía ningún novio o nada parecido, estaba ahora con un joven que no tenía idea de dónde diablos había salido.

—Pronto llegaremos,  no estés nervioso. — le comentó el mayor a Hyungwon y este sintió su corazón ir corriendo rápido.

—Por la barba de San Pedro, si dices eso qué quieres que yo sienta entonces.

—Toma mi mano. — Hoseok extendió su mano en cuanto las puertas del ascensor se abrieron, sonrió y a Hyungwon le vino la tranquilidad de nuevo, el mayor era su refugio,  se sentía seguro a su lado y su calor le daba las suficientes fuerzas para seguir; sin dudarlo tomó la mano del mayor y salió del ascensor junto a él.

Todos miraban altamente impresionados,  pero no al castaño, sino al presidente que parecía que se hubiese vuelto loco; o bien cabía la posibilidad de que fuese alguien más.

—B-b-buenos días, CEO. — la recepcionista de ese piso del edificio lo saludó de esa manera al verlo, lo miró casi sin escrúpulos y luego a Hyungwon; era realmente atractivo pero algo andaba mal, lo detalló, lo miró de arriba a abajo notando que las manos de los dos estaban entrelazadas y soltó un sonido de la impresión, uno que calló con sus propias manos.

— ¡Por Dios!

—¿Qué sucede? —preguntó muy serio Hoseok,  tanto, que la mujer palideció.

—Na-na-nada Señor,  lo siento.

El rubio rodó los ojos y continuó caminando a la sala de juntas  donde se suponía le darían la presidencia a su hermano menor, algunos momentos se detenían porque Hoseok le mostraba el lugar a Hyungwon, le explicaba con detalle lo que hacían y cómo funcionaba la empresa; al menor eso le interesó lo suficiente,  parecía atento a todo lo que el mayor le explicaba y sus ojos comenzaron a cobrar un brillo especial.

Casi llegando a la sala una voz bastante reconocida para Hoseok, los asaltó; el rubio se giró, soltó por un momento la mano de Hyungwon y caminó hacía la persona que tanto esperaba ver.

—¡Lee Sung In! —el mencionado levantó la mirada del suelo y apartó el teléfono de su oreja por un breve momento.

—Te llamaré luego. —Colgó y miró a Hoseok de arriba abajo. — Pero si es mi primo favorito ¿cómo has estado? ¿Dónde estuviste todo este maldito tiempo? —la sonrisa que le brindaba el pelirrojo era bastante falsa.

—No importa dónde estaba. — le discutió Hoseok descubriendo el enorme descaro — no pude descansar las últimas semanas por tu estúpida culpa,  eres un idiota.

—Pero lo has arreglado ¿no? me has salvado, porque estuve a punto de ser desheredado. —comentó como si no fuera nada. A su primo simplemente no le interesaba nada relacionado a la empresa y eso era ya evidente.

—¡Debieron hacerlo! Eres un maldito irresponsable ¿lo sabías?

Sung In se desconecto del esperado regaño y miró sobre el ancho hombro del rubio, al chico joven que estaba tras él; buen porte, hermoso y ese traje se ajustaba perfectamente a su alto cuerpo. Le llamó la atención apenas posó los ojos en él, no solo por lo sexy que podía verse,  sino por lo joven que era

¿19? O tal vez ¿20? 

A Sung In se le hizo agua la boca de solo pensar lo que podía hacer con toda esa energía. Caminó hacia él dejando de lado a Hoseok y mostró una sonrisa brillante.

—Hola, soy Sung In ¿y tú eres?— el hombre de cabello rojo tomó la delgada mano del manor besándola y desde su posición miró directamente a sus ojos; era encantador y su belleza una sin igual.

Hyungwon lo miró y por su mente pasó un: "Recorcholis,  el irresponsable" pero no estaba en condiciones de decirlo en voz alta, puesto que era familiar de Hoseok y él lo único que quería era poder mostrarse como alguien indicado para el mayor; alguien de quien no se sintiera avergonzado.

—Mucho gusto, soy Chae Hyungwon. —el castaño retiró su mano limpiandose sobre el traje, le dio asco e hizo una leve reverencia sólo por cortesía.

—Increíble, dialecto. Me gustan los hombres salvajes. —soltó Sung In sin vergüenza; Iba a acercarse más al joven alto, pero de repente se vio siendo sacudido por alguien, y cuando furioso se fijó en quien era,  se encontró con que Hoseok estaba sosteniendole el brazo y mirándolo iracundo. —¿¡y a tí qué te pasa!?—preguntó perturbado por el enorme sacudon.

—¿qué crees que haces? — sabía que había hecho mal al no manejar la empresa como se debía, pero su actitud déspota y malhumorada si que logró empeorar en el tiempo en que estuvo refundido quién sabe dónde. Dios, odiaba a Hoseok a muerte, pero eso no le daba derecho a tratarlo así.

— Seokkie...

— Silencio. — Hoseok se dirigió a Hyungwon y el castaño calló por un momento. — Lee Sung In, te lo advierto ¡ni siquiera pienses en acercarte a él! si lo haces voy a usar todo lo que tengo para hundirte en la isla más recóndita, ¡te lo juro! — el pelirrojo sintió el frío recorrer su columna vertebral.  Cuando Hoseok decía algo lo cumplía a cabalidad y su intención no era terminar en alguna isla desierta, menos por un chico que no valía tanto la pena, es que ni siquiera sabía por qué diablos Hoseok se encontraría tan alterado por algo igual.

—Tranquilo, Hoseok,  no tienes que enojarte tanto.— se quejó cuando el rubio soltó su brazo y miró con verdadero asombro el cómo caminó hasta el menor y lo tomó de la mano para dirigirse a la sala de juntas.

—¿qué demonios? ¡Hoseok, deja eso! — Hizo una mueca de dolor y frotó su brazo — Ey, animal ¿qué hizo ese pobre chico para que quieras molerlo a golpes? Anda, sueltalo y yo lo llevaré a casa. — Hoseok se tensó y Hyungwon prácticamente se vio atrapado en un dilema.

— Callese, ahjussi ¿por qué sigue insistiendo? Mire, sólo un tonto se mete con el hombre de alguien más. — se lo dijo en un ruego para que entendiera de una vez y la boca de Sung In se abrió enorme.

— No le hables, Hyungwon, ese sujeto es un trafuga. Usaría cualquier momento para meterse entre tus piernas, ese maldito. Debí haberlo enviado en el primer avión a alguna isla lejos se aquí....

Hoseok se alejó entre alegatos y al castaño lo llevaba prácticamente colgado del cuello, mientras le daba un sin fin de besos ennla barbilla. Jongho ya le había contado algo como que Hoseok tenía a alguien que era mucho más joven que él, pero solamente pudo reírse del peliazabache; todo él tiempo creyó que su primo quería tomarle el pelo.

¡Pero era verdad!

Dentro de la sala, durante la junta, no fue nada diferente. Todos veían con curiosidad al chico que permanecía sentado a un lado de la mesa cerca a Hoseok, de vez en cuando este se acercaba al oído del castaño y le explicaba una que otra cosa, y el menor sonreía mientras asentía la cabeza; ante los ojos de todos los presentes aquella actitud era poco normal y digna de un cuento de terror.

Hoseok planeaba algo, seguro los mataría a todos.

fue el turno del rubio para explicar los proyectos en los que estuvo trabajado junto a su hermano, la mayoría cerró los ojos esperando lo peor, pero al contrario de lo que imaginaban, su versatilidad y  facilidad para exponer cada uno de los puntos llamó mucho la atención; parecía animado y además sonreía.

Hyungwon estaba fascinado de ver a su hombre en su labor, era guapísimo y se contuvo un par de veces de lanzarle besos, quería colgarse de su cuello y besarle toda la cara por tanta belleza. Lo admiraba, se notaba mucho que al mayor le encantaba su trabajo y para el castaño eso fue el click definitivo que lo llenó de un impulso y un deseo inigualable; pero sobre todo, de profunda y verdadera admiración.

La elección del presidente pasó sin mucho problema, Sung In firmó su renuncia y salió de la sala bajo la mirada penunbrosa de todos los ejecutivos; Minhyuk, quien se encontraba nervioso por lo que vendría, firmó y celebró con un fuerte abrazo a Hoseok.

—Esto ha salido mejor de lo que esperaba, Hoseok, tu presentación fue lo que todos esperaban. Incluso mejor —comentó Jooheon a penas pudo. Estaba tan feliz y aliviado que toda la pesadilla hubiese pasado ya.

—Sabes que no hay manera de que falle en algo como eso. Soy el mejor — se enorgulleció de sí mismo, pero eso a Jooheon no le sorprendió.

— De no ser por esa actitud, ya habría dicho que te extrañaba demasiado. Espero que mi auto esté en buen estado o tendré que lanzarte de este vigésimo piso, Idiota.

— Respecto a eso...

—¡No lo digas! No lo digas, por favor. —El pelinegro  llevó las manos a su rostro y esperó escuchar que Hoseok había lanzado su auto a algún acantilado, pero este sólo le confesó que tenía un pequeño rasguño debido a un leve choque; nada del otro mundo. —Voy a tener que hacerte pagar por esto, Lee Hoseok.

—Lo sé. Como sea, debo ahora debo irme ahora. Tendré el resto del día libre.

—Espera ahí, príncipe encantador. Todavía no me dices qué pretendes ¿es este otro plan para molestar a tu abuelo? — Jooheon lo reto a que dijera la verdad de una vez; podía ser que todos estuvieran pretendiendo actuar normal, pero era lógico que nada era normal.

No si "pareja" y "Lee Hoseok" componían la misma oración.

—¿De qué hablas? —Hoseok no entendió a la primera las palabras de su amigo,  pero cuando siguió la dirección en que él veía pudo comprender.

—Ah, él. es mi sexy novio. — lo dijo orgulloso de que fuera así.

—Sí,  eso es evidente ¿pero qué pretendes hacer con él? ¿Qué planeas ahora? Habla. — Hoseok recordó su plan primero y asintió la cabeza al recordar lo primordial.

—Pues, por ahora estar junto a él y apoyarlo hasta que decida qué quiere hacer. No sé, hay muchas cosas.

—Hablo en serio, Hoseok. —expresó con seriedad Jooheon. No podía creer de ninguna manera que su amigo se tomara tan a la ligera esas cuestiones. Ese muchacho se veía a leguas enamorado.

—Y yo también hablo en serio ¿a caso nunca te has enamorado?

Jooheon lo miró con los ojos bien abiertos

—¿Qué dijiste?

—Que si nunca te has enamorado. — Jooheon miró en dirección a Hyungwon de nuevo, este estaba leyendo algunas de las carpetas que estaban en la mesa y parecía concentrado en entender lo que decían.
—Hoseok, por favor ¿es en serio? — lo dijo en un murmullo bajo — ¡es un niño!

—¿Ves como si quisiera reírme de mi mismo?

—Santo Dios ¿estás bien? No puedo creer ni media palabra de lo que me estás diciendo... — Hoseok miró a Jooheon y esperó por alguna objeción sobre su relación con Hyungwon, pero en su lugar un suspiro de alivio se escapó de los gruesos labios del hombre. — Te felicito. eres un bastardo suertudo, así que espero que esta vez puedas ser feliz de verdad, te lo mereces.

el comentario de Jooheon logró aliviarlo, porque ya tenía la aprobación de cuatro de las personas más importantes para el; el señor y la señora Chae,  Minhyuk y ahora Jooheon. Lo único que le faltaba era conseguir la aprobación de Changkyun y la de su abuelo... pero sabía que eso último iba a ser difícil o más bien casi imposible.

la junta finalizó así,  entre alegrías por el nuevo enfoque de la empresa, el nuevo presidente y la curiosidad por saber quién era el joven alto que acompañaba a Hoseok; todos los miraban insistentemente y buscaban entender dónde había estado el rubio y qué tanto estuvo haciendo para aparecer de repente en la empresa luciendo como si fuera otra persona.

—Por los peces de colores que viven en el arcoiris, Hoseok,  eso fue muy genial. Eres increíble.

—¿Cierto que sí? Soy alguien genial, sí que lo soy. Nada que ver con ese playboy al que admirabas tanto, por supuesto soy mejor.

—Por eso te amo tanto. Me impresiona  cada cosa de tí,  me tienes medio tonto con tanta belleza e inteligencia. — Hoseok sonrió y ocultó su sonrojo, iban por el pasillo de vuelta al ascensor entre charlas y boberias. —Necesitamos llegar al apartamento ya,  no creo que pueda aguantar tanta felicidad. — Hoseok pensó en qué diablos era que pretendía Hyungwon con su afán — Seokkie...

—¿qué sucede? ¿Por qué paras? — se detuvo a verlo, no quedaba nada para llegar al ascensor y ahora que desglosaba cada palabra por parte de Hyungwon ya quería llegar también rápido al apartamento.

—He decidido qué seré en el futuro.. — eso lo tomó por sorpresa, pero no tanto como el besó en la mejilla que le dió el castaño
— quiero ser alguien como tú, quiero llegar a ser alguien tan genial e inteligente como tú, cariño.

Los ojos de Hoseok alumbraron y sin contenerse ni medirse se aferró al castaño y lo besó; esas pequeñas acciones, esas cosas cursis y besos melosos, los abrazos que no era capaz de aceptar o brindar en un pasado ahora parecían minúsculas e insuficientes para demostrar cuánto sentía en su pecho con solo escuchar una cuantas palabras de su parte.

—Tu ya eres maravilloso, incluso más que yo. Te amo, Hyungwon.
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Hello, mis personas favoritas.
Aquí les traigo el penúltimo capítulo de Morir De Amor, espero que les haya gustado y que hayan disfrutado.
Las veré en el siguiente capítulo que es el FINAL! 🤣🎊

Por favor cuídense y estén seguros. Recuerden lavar sus manos y mantener a toda su familia con la debida protección.
Gracias!

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