RENACIMIENTO,
capitulo treinta y cuatro: el mismo idioma!

          EL QUINJET VOLABA POR EL CIELO, la música armoniosa se concentraba en los parlantes de Banner. La joven castaña se encontraba al lado de Tatiana, ambas estaban cubiertas por una manta. Mientras que Tony se encontraba piloteando el quinjet, Clint estaba al lado de Erika, quien aún seguía dormida. Natasha terminó con Banner sentada, mientras que él se quitaba los auriculares.

          —La nana ha funcionado mejor que nunca.

          —Es que no me esperaba un código verde.

          —Si no hubieras estado ahí habría habido el doble de bajas—dijo Natasha—. Y mi querida hija sería...un recuerdo añorado.

          —A veces lo que quiero oír exactamente no es exactamente lo que quiero oír.

          —¿Cuando vas a llegar a confiar en mi?

          —No es de ti en quien no confío.

          —Thor, informa sobre Hulk.

          —Las puertas de Hell están llenas de los gritos de sus víctimas—dijo levantando su puño. Natasha le observó fulminante mientras que Bruce se tapaba la cara con las manos—. Eh, pero no de los gritos de los muertos—se corrigió—. No, no. Gritos de heridos, sobretodo gemidos, un montón de quejidos e historias del desguince del deltoide...y gota.

          —Eh, Banner—dijo Tony—. La doctora Cho viene desde Seúl ¿se instala en tu laboratorio?

          —Sí, lo conoce muy bien.

          —Gracias, dile que Katniss deberá recibir el tratamiento completo.

          Clint soltó un gruñido.

          —Sí, señor—respondió Jarvis.

          Tatiana se armó de valor y dijo—¿Dónde estamos?¿Y quiénes son ustedes?

          Todos miraron asombrados a Tatiana (excepto Irina) y Thor preguntó—¿Nos entiendes?

          Tatiana rodó los ojos—Sé hablar cinco idiomas incluyendo este. Ahora respondan la pregunta.

          —Lo que me estoy preguntando es cómo ambas llegaron a manos de Strucker. Aunque, bueno, Irina salió mucho antes—dijo Tony girando el asiento—. Jarvis, ponte al volante.

          —Sí, señor.

          —¿Cómo es que has llegado a Strucker?—preguntó Clint e Irina le lanzó una mirada fulminante—. ¿Qué?

          —Yo fui la primera, Tony. Tatiana y yo nos conocimos un año después que el soldado me capturara—dijo Irina.

          —Alexander Pierce me envió cuando estaban borrando al soldado—respondió Tatiana y miró al suelo—. Era una de las tantas oportunidades para escapar.

          —¿Pero...?—preguntó Thor.

          —No he podido hacerlo.

          —Estarás contento ¿eh?—dijo Tony, ahora observando a Thor—. Llevas detrás de él desde que SHIELD se hundió. Aunque he disfrutado de nuestras incursiones.

          —¿Incursiones?—preguntó Tatiana.

          —Larga historia—murmuró Irina.

          —No, pero esto...lo acerca a su fin.

          —En cuanto sepamos para qué más se ha usado y no solo a armas—dijo Steve—. ¿Desde cuando Strucker es capaz de mejorar humanos?

          —Uhm...¿hola?—bramó Morgan levantando la mano—. Estamos aquí.

          —Banner y yo lo examinaremos antes de que vuelva a Asgard—dijo Tony—. ¿Te parece bien? Solo unos días, hasta la fiesta de despedida. ¿Te quedas no?

          —Sí, si. Claro. Hay que deleitarse en las victorias.

          —Sí...¿a quién no le gustan los festejos?—dijo Tony al apoyarse en el borde—. ¿Capitán?

          —Espero que esto ponga fin a los Chitauri y a HYDRA—dijo y observó a Tony—. Así que...sí. Festejos.

          Tony miró a las dos chicas y alzó una ceja—¿Qué dicen?

          Ambas asintieron e Irina observó a Erika quién despertaba.

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          Una hora después, el quinjet aterrizó en la plataforma de la Torre de los Vengadores, se colocó en su lugar y las puertas se abrieron, dejando ver a dos mujeres. Bajaron a la joven Barton en una camilla, seguida por Natasha y por Clint. Tatiana fue llevada para un examen médico. María fue hasta la nave y saludó a Tony—El laboratorio está listo, jefe.

          —Oh, él es el jefe—dijo señalándolo a Steve quien se encontraba al lado de Irina—. Yo solo pago todo y diseño todo y hago que todos...se vean más geniales.

          —Hola, Hill—saludó Morgan.

          —¿Qué se sabe de Strucker?—preguntó Steve.

          —Lo tiene la OTAN.

          —¿Podrían matarlo?—preguntó Irina y Steve le miró mal—. ¿Qué?

          Steve rodó los ojos y observó a maría—¿Y los mejorados?

          —Wanda y Pietro Maximoff. Gemelos—dijo mostrándole su tablet—. Huérfanos a los 10 años cuando una bomba destruyó su edificio. Sokovia ha tenido una historia dificil, no tiene nada de especial pero comunica con todos los sitios especiales.

          —Menos mal que vivía a las afueras—murmuró Irina.

          —Igualmente afecta.

          —¿Sus capacidades?—preguntó Steve.

          —Él tiene el metabolismo acelerado y la homeostásis potenciada, lo de ella es la interconexión neuroeléctrica, la telekinesia y manipulación mental—dijo y ambos jóvenes le miraron—. En resumen, él es rápido y ella rara.

          Steve llamó al ascensor y se abrieron las puertas de ese, entró junto con Irina—Volverán a aparecer.

          —Concuerdo con eso. Se presentaron como voluntarios a los experimentos de Strucker. Es una locura.

          —Sí. ¿Qué monstruo dejaría que un científico experimentara con él para proteger a su país?

          —No estamos en guerra, capitán.

          —Ellos sí.

          Y se cerraron. Ambos subieron silenciosamente por el ascensor hasta que Irina, a propósito, decidió romper el silencio—Wanda es idéntica a mi. En referencia a mis poderes.

          —Pero tú tienes el suero del super soldado, me lo has dicho. Eres diferente.

          —Eso no lo había tomado en cuenta.

          —Pero lo eres.

          Irina le sonrió y observó cómo Tatiana era llevada al laboratorio.

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          —¿Seguro que se pondrá bien?—preguntó Natasha—. Vaya que fingimos necesitarla para unir al equipo.

          —¡Oye!—dijo Erika molesta—. Espero que esto me deje una cicatriz.

          —¡Ni se te ocurra!—gritó Clint.

          —No hay posibilidad de deterioro—dijo la doctora Cho—. La funcionalidad nanomolecular es instantánea—Presionó un par de botones mientras que la máquina pasaba sus luces rojas sobre la herida de Erika—. Sus células no saben que se adhieren a simulacros—explicó.

          —Está empezando a crear tejido—dijo Bruce.

          —Si la hubieran llevado a mi laboratorio—siguió presionando botones—. La cuna de regeneración podría hacer esto en...20 minutos.

          —Oh, la pequeña Barton no responde. La hemos perdido antes que a su padre. ¡Qué lástima!—dijo Tony con una bandeja de bebidas—. ¿Hora?

          —Wow...tranquilo, Tony. Aquí el que se morirá primero es mi padre, no yo.

          —¡Erika!

          —¿Alguien puede decirme qué pasó mientras yo estaba "muerta"?

          —Trajimos a Tatiana—dijo Natasha haciendo una mueca—. Bueno, además de que a tu padre estaba a punto de tener un infarto al ver que te desmayaste. Lo demás fue normal.

          —Lo que sí, voy a terminar hecha de plástico.

          —Estará hecho de usted misma, señorita Barton—dijo Helen sonriendo—. Ni su segunda madre notará la diferencia.

          —Ella no tiene segunda madre—dijeron Natasha y Clint al unísono.

          —Eso no puedo arreglarlo—se corrigió.

          Erika soltó una ligera risita—Natasha es la única madre que tendré en la vida, por ahora.

          —Esto es lo próximo, Tony—dijo Cho observando su tablet—. Tus trajes de metal serán reliquias olvidadas.

          —Ese es exactamente el plan—respondió—. Y Helen, espero verte en la fiesta del sábado.

          —Tú sí, pero yo no tengo tiempo para fiestas—dijo—. Y Thor...¿estará?

          Irina buscó a Tony por todos los pasillos hasta que llegó a la conclusión de que posiblemente se encontrara en el laboratorio. Caminó por el pasillo para subir un par de escaleras que llevaban al laboratorio. Divisó a Tony desde la puerta de vidrio y entró allí sin dudarlo. Él se encontraba tocando los botones de un holograma y al ver la presencia de la castaña.

          —Vaya, vaya. ¿No deberías estar descansando, Morgan?

          —No te hagas el tonto conmigo, Tony. Sé que tú también viste eso.

          —¿Qué?

          —La visión con los Vengadores muertos—susurró la rubia—. Yo también lo vi.

          La expresión de Tony Stark había cambiado radicalmente, sabía qué de qué hablaba. Hizo un paso más para acercarse a ella—¿Qué hacemos?

          —Es un futuro incierto, Tony. Puede que eso sea una advertencia para nosotros. Wanda estaba jugando con tu miedo.

          —Y lo ha hecho muy bien.

          —No creo que eso fuera a ocurrir, créeme.

          —Bien, espero que tengas razón.

          —¿Ahora qué pasa?—preguntó Bruce—. ¿Me habías llamado?

          —Sí—dijo Tony asintiendo—. Es el cetro. Nos preguntábamos como Strucker se había vuelto tan ingenioso.

          Los dos caminaron hacia el centro, Tony sacó una tarjeta. Irina decidió marcharse.

          —Así que estuve analizando la gema por dentro—escuchó por última vez antes de salir—. Pueda que reconozcas...

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