LA VIOLENCIA Y LA CAÍDA,
capitulo treinta: los milagros!

          AL DÍA SIGUIENTE DE LA MISIÓN EN ESCOCIA, Irina Morgan no pudo dormir bien aquella noche luego de saber que el Cetro se encontraba en Sokovia. No tenía idea de dónde se encontraba Strucker ni siquiera le importaba.

          La muchacha se levantó pesadamente de la cama, sabiendo que Steve no estaba en la habitación. Se cambió la camiseta mientras se levantaba por completo y se encaminaba al baño. Se cepilló su cabello largo y luego volvió hasta la habitación para terminar de vestirse.

          No tardó mucho en salir hacia la sala de conferencias, ya que en el trayecto vio que nadie estaba a la vista. Erika salió de su habitación con el cabello revuelto y sonrió a Irina mientras se frotaba los ojos—Buenos días, ojitos diabólicos—murmuró—. Realmente es una mierda ir a las reuniones a esta hora.

          Clint vino caminando mientras que usaba su teléfono, también tenía el cabello revuelto. Cuando fue hasta las muchachas, posó un beso sobre la frente de Erika—Buenos días, cielo—murmuró y luego miró a la castaña—. Buenos días, Wikipedia.

          Irina sonrió mientras negaba lentamente con la cabeza. Vieron que Clint se dirigía a la sala de conferencias así que las muchachas decidieron ir hacia allí.

          Al entrar a la sala, Irina se encontró con el resto de los vengadores. Steve era el único arreglado de todos, el resto estaba en pijamas.

          —Creo que Steve, Thor y Tony son los únicos normales aquí—murmuró Natasha.

          Irina se acercó hasta Steve y besó sus labios suavemente. Observó que todos estaban ubicándose en sus lugares, ella tomó asiento al lado de Steve y María Hill no tardó en llegar. Cuando llegó allí, miró que todos estaban con el cabello completamente revuelto y sus miradas somnolientas acompañaban en el pack.

          —¿Interrumpí su sueño?—preguntó dejando su tablet en la mesa.

          —Créeme—murmuró Morgan—. No querrás saber la respuesta.

          —Eso es comprensible—respondió tocando un par de botones—. Buenos días, de todas formas.

          —¿Se puede saber porqué nos despiertas tan temprano?—preguntó Bruce.

          —Se encontró la localización del cetro de Loki—anunció María Hill.

          Steve frunció el ceño de inmediato y preguntó—¿Lo encontraron?¿Dónde está?

          —En una montaña en Europa del Este—respondió.

          —Sokovia, para ser exactos—acotó Irina—. He tenido visiones cuando estuvimos en Washington y aquí.

          —Se supone que cuando tienes esas visiones debes decírnoslas—repuso Steve mirando algo molesto—. Somos un equipo.

          —Lo sé y lo siento. Pero no podía preocuparte sin saber con seguridad a que visiones me enfrentaba—declaró la muchacha castaña—. No sabía lo que veía. Recordaba muy poco de aquel lugar.

          —¿Entonces eso significa que conoces al barón Strucker?—preguntó Tony.

          —Él y el doctor List fueron quienes me mejoraron a los 7 años—respondió ella mirando con enojo a los demás—. Pero mis poderes comenzaron a desarrollarse a los pocos meses después. De allí me enviaron a un confinamiento en Siberia.

          —¿Fuiste confinada? Eso es información ocultada—dijo Erika.

          —Si el cetro está en Sokovia con Strucker—añadió Irina mirando hacia la pantalla—. También mi amiga Tatyana. Luego de lo ocurrido en la autopista en Washington, Pierce tuvo que enviarla a Sokovia.

          —Considero que debemos ir allí y recuperar el cetro—Irina le fulminó con la mirada—. Y también a lady Tatyana. ¿Pero quien envió la información?

          Morgan sonrió y observó a María Hill—Un viejo conocido de la señorita Hill. Fue muy generoso al enviarlo.

          —Estoy de acuerdo con la agente Morgan, pero su identidad prefiero mantenerla clasificada—indicó María quitando el archivo de la pantalla.

          —Debemos recuperar el cetro lo antes posible—dijo Irina—. HYDRA está haciendo algo grande. Y no será nada bonito.

          Luego de la reunión, Irina volvió a su habitación se tapó el cuerpo entero con la manta y el edredón. No quería escuchar a nadie y lo único que buscaba era dormir un poco más. Sintió la puerta abrirse en un movimiento rápido e Irina lo ignoró. Cerró los ojos e intentó dormir. Había peso en la parte izquierda de la cama y la castaña soltó un gruñido.

          —Debiste habérmelo dicho, Irina.

          Irina se destapó y observó algo culpable a Steve—Lo siento, pero aún no estaba segura de ello—replicó acariciando la mejilla del capitán—. Pero sabía que pronto todo salía a la luz y yo tendría que contarlo.

          —Se supone que somos un equipo, Morgan, confiamos entre nosotros.

          —Si piensas que yo no confío en ti, te equivocas—respondió Irina tapándose otra vez.

          Steve soltó un suspiro y destapó a Irina—Nunca dije eso, claro que confío en ti—ella se sentó en la cama y le miró fijamente con sus ojos verdes—. Pero somos un equipo, los dos. Pero me preocupo por ti y eso es lo que me importa.

          Irina cerró los ojos mientras esbozaba una sonrisa—Yo también lo hago—y luego los abrió—. Te quiero demasiado, Steve Rogers.

          —Y yo a ti, Irina Morgan—murmuró antes de juntar sus labios con ella en un suave y cálido beso.

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Sokovia, Europa del Este.

          El barón Wolfgang Von Strucker miraba la caminata del doctor List, lucía algo preocupado ya que había llegado de un reciente enfrentamiento con el equipo de Phil Coulson y se habían logrado llevar a sus dos experimentos: Lincoln Campbell y Deathlok. Ambos miraban atentamente a los soldados que trabajaban y a los doctores que se encontraban realizando pruebas en todas partes. Strucker miró a List quien le observaba con rostro preocupado.

          —Se acabó. Fury fue liberado y puesto en público.

          —Todo lo que él conoce se ha publicado—espetó Strucker.

          —Señor Strucker, si se consigue que se respete nuestro trabajo...si se enteran de que servimos a HYDRA...

          —HYDRA, SHIELD—declaró el barón pasando por su lado, siendo completamente impávido en sus palabras—. Dos caras de una moneda que es más que una moneda—lo condujo hasta el cetro y ambos le observaron—. Lo que tenemos vale más que cualquiera de las dos.

          El cetro de Loki brillaba con mientras era analizado por los técnicos. Strucker miró a la gema azul resplandecer.

          —Solo hemos rasgado las superficie y nada más—observó a List y comenzó a caminar junto a él fuera de la habitación, cruzó el umbral y giraron—. Hay otras instalaciones que hacen un buen trabajo de HYDRA por todo el mundo—comenzaron a caminar por los pasillos de la base—. Bueno, vamos a darle una sorpresa al Capitán América y a sus coloridos amigos para mantenerlos fuera de nuestras narices.

          —¿Y qué pasa con el proyecto Ultraviolent?—preguntó List—. Ella está del lado de SHIELD. Luego de lo ocurrido en Washington fue reclutada para los Vengadores. Sabrá que tenemos a su amiga. ¿Y los voluntarios?

          —Iryna Morgan no nos disturbará, no puede si es que quiere a su amiga viva. Ella, el Capitán América y su circo no nos vencerán—respondió Strucker observando hacia adelante—. Los muertos se enterraron muy profundo, los fantasmas no serán capaces de encontrarlos.

          Y de repente, se detuvieron. Strucker y List miraron hacia adelante—¿Y los sobrevivientes?—murmuró List.

          —Los gemelos y la señorita Belkova.

          Allí se encontraban tres celdas, en una había un joven que se chocaba contra las paredes, intentando escapar. En la segunda estaba una muchacha con un poder muy similar a Irina pero su aura era de color rojo, jugaba con unos cubos de madera usados. En la última celda, se veía a una con un teletransportador de color violeta. Pero no podía salir.

          —Tarde o temprano conocerán a los gemelos y a Prodigy.

          Tatyana observó que Strucker estaba allí. Y fue hasta la ventana—¡STRUCKER!

          —Ya no es un mundo de espías, doctor, ya no más. No es ni siquiera el mundo de los héroes—miró a List, quien miraba preocupado a Tatyana, que golpeaba la ventana con fuerza—. Esta es la era de los milagros, doctor.

          Los ojos de Tatyana se cerraron mientras se echaba hacia atrás. Y comenzó a correr hacia adelante.

          —Y no hay nada más aterrador...que un milagro.

          Repentinamente, la ventana de la celda de Tatyana Belkova se rompió en miles de pedazos.

FIN DEL ACTO UNO!

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