xv. escondiéndose pero peleando
LA VIOLENCIA Y LA CAÍDA,
capitulo quince: escondiéndose pero peleando!
STEVE ROGERS OBSERVÓ A IRINA MORGAN SENTADA EN LA CAMA, sabía que Erika también estaba allí. La joven arquera se acercó con un hielo en la mano y se lo tendió a la muchacha. Miró a Steve y le sonrió levemente, indicándole que se acercara. El susodicho lo hizo, quedando a un lado de la cama.
—Ponte esto y no te lo quites hasta que yo vuelva—advirtió Barton acomodándole el hielo, miró a Steve y se levantó de la cama—. Los dejaré solos.
Y sin más, Erika Barton salió de la habitación. Steve tomó el lugar de Erika en la cama, mirando a Irina. La muchacha se encontraba pálida, con una mejilla morada y el labio algo cortado. Steve la examinó detenidamente, encontrándose con su cuello algo rojo, recordando lo que le había hecho en Wheaton. Se arrepentía, demasiado. Había dejado que el enojo le traicionara, dejando a Morgan lastimada. Irina lo sabía, alzó su mano y la posó en una de las mejillas de Steve.
—Deja de culparte, Steve—dijo finalmente—. Realmente me lo merecía, de alguna forma.
Steve negó mientras sonreía—A veces me olvido que puedes leer mentes.
Y por un momento, el silencio reinó en la habitación, Steve se mantuvo mirando a Morgan detenidamente. Perdiéndose en sus propios pensamientos. Irina lo sabía, podía verlo todo. La muchacha sonrió al verlo tan perdido en ella.
—¿Qué tanto piensas?
—En que es imposible dejarte ir.
Irina sonrió con tristeza—A veces lo es, pero lo haces por las personas que amas. Muchas veces pienso que el peligro me persigue y eso lastima a las personas que tengo a mis alrededores, las que me importan.
—Y por eso debo protegerte, Irina Morgan. Porque he encontrado a alguien como yo.
—Un monstruo, eso es lo que has encontrado.
—No—acotó, sintiendo rabia ante las dos palabras que soltó—. Tú no eres el monstruo, ellos te obligaron a ser uno. Pero para mi no eres un monstruo.
Irina se acercó al cuerpo de Steve, con suma delicadeza, rodeó su cuello con los brazos y sus labios se fundieron con los de él en un beso. Era uno lento, preciso, delicado. Steve la envolvió con sus fuertes brazos, abrazándola. Su mente reclamaba tenerla en sus brazos, con fuerza, y no volver a soltarla nunca. Morgan siguió besando los labios del super soldado, con más intensidad, mostrándose más hambrienta a los labios de él. Steve se dejó llevar por los besos de Irina Morgan, cayendo ante su embrujo. Comenzaba a ser hipnotizado por la completa lujuria que sentía sobre la joven. Por un momento, Irina se separó, poniendo el pulgar en los labios del rubio. Sornió con felicidad, mirando a Steve con sus ojos verdes.
—No quiero ir demasiado rápido—murmuró.
—Yo tampoco...—respondió e iba a besarla otra vez, pero alguien abrió la puerta.
—Será mejor que vengan a comer algo—dijo Sam apoyándose contra la pared—. Si es que ustedes comen.
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—Entonces la pregunta es—dijo Natasha parada—. ¿Quién de SHIELD podría lanzar un misil doméstico?
—Pierce—dijo Morgan.
Su hija, Erika, suspiró—Y quien quisiera estar en el edificio más alto del mundo.
—Pero no está trabajando solo—dijo Steve—. El algoritmo de Zola está en la Lemurian Star.
—También estaba Jasper Sitwell—acotó Irina comiendo su tostada.
Steve posó su vista en la espía—La pregunta es: ¿Cómo los dos más buscados en Washington secuestran a un oficial de SHIELD en la luz del día?
Sam Wilson se acercó hasta ellos y les tendió una carpeta—La respuesta es: No lo hacen.
—¿Qué es esto?—preguntó Erika mirando la carpeta.
—Puedes llamarlo currículum.
Natasha vio las fotos y miró a Sam—¿Esto es Bakhmala? Misión Khandil Khalid. ¿Fuiste tú? No dijiste que eras para rescate.
Steve observó una foto donde estaba Sam con un compañero—¿Este es Riley?
—Sí.
—Escuché que no podía usar helicópteros por las granadas propulsadas—dijo Morgan sonriendo—. ¿Qué usaste?¿Un paracaídas furtivo?
—No—respondió y le tendió una carpeta a ambos—. Usé esto.
Steve se mantuvo leyendo el archivo—Creí que eras piloto.
—Nunca dije que era piloto.
Steve observó la carpeta pero luego negó—No puedo pedirte esto, Sam. Te fuiste por una buena razón.
—Si el Capitán América necesita mi ayuda—dijo Sam cruzado de brazos—. No hay mejor razón para regresar.
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—Escucha, debo volar a casa esta noche—dijo el senador, saliendo junto con Jasper Sitwell por la puerta de un edificio acompañado por agentes—. Tengo problemas con el electorado y tengo que estar ahí.
—¿Con algún votante en particular, señor senador?—preguntó Sitwell.
—No, realmente—respondió—. Tiene 23 y es atractiva. Muy atractiva ¿entiendes?
Se detuvieron en una de las escaleras y se miraron frente a frente.
—Creo que quiere ser periodista, y no tengo idea.
—No me parece un gran problema—respondió Sitwell.
—¿En serio? Me está arruinando la espalda—dijo y observó el broche que tenía—. Lindo broche.
—Gracias.
—Ven aquí—dijo y lo abrazó—. Hail HYDRA.
En cuanto se quedó solo, su teléfono empezó a sonar. Sacó este y se encontró con un número que no reconocía. Miró a sus acompañantes y dijo—Traigan el auto—los mismos asintieron y se fueron, Jasper presionó uno de los botones—. Sí, señor.
—Agente Sitwell, ¿que tal su almuerzo?—preguntó una voz masculina—. Escuché que aquí hacen croquetas de cangrejo deliciosas.
—¿Quién habla?—preguntó cautelosamente.
—El tipo atractivo con gafas con una chica sexy a su lado, a tu izquierda.
Jasper miró a su izquierda y luego Irina fue a su mente. 'A su otra izquierda, Sitwell' dijo en su mente. Y Jasper los encontró, ambos alzaron el vaso. Jasper entrecerró a mirada, mirándolos fijamente—¿Qué quieren?
'Doblarás en la esquina a tu derecha' Le indicó la muchacha rusa. 'Hay un auto gris dos sitios más lejos. Daremos un paseo, Jasper.'
—¿Porqué haría eso?
'Porque esa corbata luce muy costosa y odiaría arruinarla' Advirtió la muchacha sacando el arma, apuntándole con un láser rojo. 'Usted elije.'
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Jasper Sitwell salió disparado hacia el suelo de la azotea, seguido por Irina, Steve, Erika y Natasha.
—Háblame del algoritmo de Zola, Sitwell—dijo Irina caminando a la par de Steve.
—Nunca oí hablar de él—respondió colocándose los anteojos.
—¿Qué hacías en la Lemurian Star?—preguntó Steve.
—Estaba vomitando, me descompuse...—dijo este y se chocó con el borde pero fue agarrado por Steve antes de caer—. ¿Esto quiere decir que me arrojarás al vacío? Porque no es tu estilo, Rogers. Ni de Natasha y Barton.
Steve le acomodó el traje—Tienes razón. No lo es...—observó a la joven Morgan—. Es el estilo de ella.
Irina le pateó en el abdomen y el agente cayó por la azotea soltando un grito.
—¿Eso significa que están juntos?—preguntaron las Romanoff al mismo tiempo.
—¿Y tú que ves?—preguntó Irina de mala gana.
Se escuchó el grito otra vez y Sam Wilson llegó volando con sus alas, dejando a Sitwell en la azotea. En cuanto aterrizó, guardó sus alas y les observó. Los cuatro no dudaron en acercarse.
—El Algoritmo de Zola es un programa...—dijo alzando la mano—. Para elegir objetivos en proyectos.
—¿Qué objetivos?—preguntó Steve.
—¡Tú!¡Erika!¡Natasha!—dijo nervioso—. ¡Un locutor de televisión del Cairo, el subsecretario de Defensa, un graduado del secundario de Iowa!¡Bruce Banner!¡Stephen Strange!¡Tony Stark!¡Cualquiera que sea una amenaza para HYDRA!
Irina observó de reojo a Steve, diciéndole que era una locura.
—Ahora o en el futuro.
—¿En el futuro?¿Cómo podría saberlo?—preguntó Natasha.
—¿Cómo podría saberlo?—imitó—. El siglo 21, es un libro digital. Zola le enseñó a HYDRA a leerlo.
—¿Cómo?—preguntó Erika cruzándose de brazos.
—Balance bancario, historial clínico, patrones de votación, correos electrónicos, llamadas telefónicas—respondió—. El algoritmo de Zola evalúa el pasado de la gente para predecir el futuro.
—¿Y luego que pasa?—preguntó Steve.
Sitwell se arrepintió—Dios...¡Pierce me matará!
—No si yo lo hago primero—murmuró Irina a punto de ir hasta Jasper pero Steve le detuvo.
—¿Después que pasa?
Sam agarró a Sitwell por el cuello de la parte de atrás—Los helicarriers del proyecto borran a las personas de la lista—replicó.
—Los matan—murmuró Erika.
—Unos millones cada vez—dijo él.
—Y por eso quieren volver a activar los proyectos—dijo Irina, recordando las palabras de Zola.
Erika frunció el ceño—¿Qué proyectos?
—аено N°12 y N°13—respondió mirando a los presentes—. El proyecto Prodigy y Ultraviolent.
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editado ✓
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