v. capitán idiota


LA VIOLENCIA Y LA CAÍDA,
capitulo cinco: capitán idiota!



          AL DÍA SIGUIENTE SE NOTABA DEMASIADO LA TENSIÓN ENTRE IRINA MORGAN Y STEVE ROGERS, además al capitán le disgustaba el hecho de que la muchacha hubiera entrado a SHIELD. Pero Irina lo disfrutaba, lo disfrutaba demasiado. Miraba a Steve con una sonrisa de lado mientras que él le miraba con odio. Fury se encontraba junto con ellos ya que los dos se encontraban en su oficina.

          —¿Se odiarán hasta la muerte?

          —Si es necesario, si—habló Steve apretando los dientes.

          —Vamos, Stevie—dijo Morgan cruzándose de piernas, aún sonriendo—. No podremos llevarnos mal por siempre.

          —Yo creo que si.

          —¿Prefieres que lo hagamos por voluntad propia o que él lo haga?—la muchacha señaló con la cabeza a Fury, quien les miraba serio.

          —¿Y si no la hacemos por la primera opción?—Fury cortó a Steve mientras que él se tragó las palabras, para dirigirle una mirada de odio a Irina—. No podrán llevarse mal por siempre. Deberán actuar como equipo, les guste o no.

          'Te lo dije' dijo la muchacha en la mente del capitán.

          Steve se quedó mirándola fijamente, mientras que la muchacha esbozaba una sonrisa de lado.

          —¿Se puede saber que le sucede, capitán?—Fury le sacó de sus pensamientos.

          —Escuché su voz en mi mente—respondió sin dejar de observar a la muchacha.

          —¿Porqué no me sorprende, capitán?—Morgan dijo encogiéndose de hombros—. Soy telépata. Esa es una de las habilidades que tengo—habló para luego mover sus dedos, soltando un aura color azul—. Y supongo que debes conocer esto—le miró con sus ojos ojos verdes que se encontraban azules.

          —Estoy al tanto de esas habilidades—dijo Steve suavizando su semblante rígido—. Pero aún no confío en ti.

          Morgan se levantó de su asiento, mirándole de reojo—No hace falta que lo hagas, sé perfectamente que soy el enemigo para ti.

          —Eso no hará cambiar mi parecer—dijo Steve levantándose, para luego dirigirse a la salida.

          Morgan le observó irse, hasta que Steve cerró la puerta, se giró para observar a Nick Fury—¿Es siempre tan tajante?

          —Le hace falta entrar en confianza—le respondió—. Y eso lo logrará mañana.

          —Y debería preocuparme porque...

          —Mañana irás de misión con él, las agentes Romanoff y el equipo STRIKE.

          —¿A dónde?

          —Tengo un plan.




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Oceano Índico.

          Un quinjet pasó volando a una velocidad impresionable en medio de la noche, allí se encontraban Rogers, Morgan, Natasha, Erika y el equipo STRIKE.

          —El objetivo es una plataforma de lanzamiento, la Lemurian Star—dijo Rumlow mientras observó de reojo a Morgan, uno de esos hombres, presionando una pantalla táctil con información sobre un barco—. Estaban haciendo su último lanzamiento, cuando los piratas la abordaron. Esto ocurrió hace 93 minutos.

          Steve frunció el ceño—¿Algún pedido?

          —1.5 Billones—respondió con sencillez.

          —¿Porqué tanto?—preguntó Morgan observando a Rumlow.

          —Porque es de SHIELD.

          —Entonces no se desvió el curso—dijo Steve observando a Natasha—. Es una violación.

          —Debe haber una buena razón para hacerlo—intervino Natasha.

          —Estoy cansado de ser el conserje de Fury—dijo Steve.

          —Pues lo eres—Morgan se mofó, ganándose una mirada de odio de Steve, Erika soltó una ligera carcajada—. ¿Ahora qué dije?

          —¿Cuántos piratas son?—preguntó el rubio, ignorándola.

          —25 de los mejores mercenarios liderados por este—dijo Rumlow tecleando algo en la pantalla, mostró la foto de un hombre con barba y pelado—. George Batroc. Ex director general de seguridad externa, División Acción.Encabeza el listado de búsqueda de la Interpol, cuando los franceses lo removieron había hecho 36 misiones de asesinato. Este tipo tiene una reputación de víctimas máximas.

          —¿Hay rehenes en el barco?—preguntó Erika.

          —Principalmente técnicos y un oficial—dijo este abriendo el perfil de uno—. Jasper Sitwell. Todos están en las cocinas.

          —¿Se puede saber que hace Jasper Sitwell en un barco como ese?—preguntó Steve de brazos cruzados y observó a Natasha buscando una explicación

          —A mi no me mires, yo no sé nada.

          Steve suspiró—Revisaré la plataforma y encontraré a Batroc. Nat y Erika detengan los motores y esperen instrucciones. Rumlow controla la popa, encuentra a los rehenes y ponlos a salvo. Y en cuanto a Morgan—dijo pensativo—. Te quedas.

          Morgan le miró con los ojos azules—¿Disculpa?

          —Tú sigues mis órdenes—dijo el súper soldado plantándose frente a ella—. Y te ordeno que te quedes aquí. ¿Podrás hacerlo?

          —No—respondió alzando la voz.

          —Morgan, no hagas esto más difícil—dijo Erika.

          —Será mejor mantenerla esposada—ideó Rumlow.

          —Dazhe ne proiskhodit (Ni se te ocurra)—habló la muchacha en ruso, fulminándole con la mirada.

          —Es una muy buena idea—Steve asintió.

          —Esto no debe ser posible—dijo Morgan rodando los ojos.

          El quinjet redujo su velocidad, estando a metros arriba del barco, las puertas de este se abrieron dejando ver la espesa y oscura noche que había allá fuera.

          —¿Hiciste algo divertido el sábado por la noche?—preguntó Nat colocándose el cinturón con sus pistolas.

          —Bueno, todos los chicos del cuarteto están todos muertos—Steve respondió—. Así que no realmente.

          Rumlow esposó a Morgan en un asiento, mientras que ella aún seguía mirando a Steve Rogers con odio.

          'Creo que desde ahora empezaré a llamarte Capitán Idiota' le habló la muchacha, siendo ignorada por el capitán.

          —Llegamos a la zona de salto, Capitán—dijo el piloto.

          —Si invitas a Kristen de estadísticas a salir, probablemente dirá que si—dijo Natasha con una sonrisa de lado.

          Steve se colocaba el casco y se lo abrochaba, se le dificultaba hablar con el viento—¡Por eso no la invito!

          —¿Eres demasiado tímido o tienes miedo?—gritó para que él lo escuchara.

          —¡Estoy muy ocupado!¡Espera aquí, Morgan!—dijo Rogers y saltó de la compuerta del quinjet.

          —¿Tenía puesto el paracaídas?—preguntó Erika.

          —No, no lo tenía.

          Steve caía libremente, con su escudo en la espalda, en dirección al barco completamente iluminado, subió a la popa. Allí había un guardia, pero Steve fue sigiloso y lo hizo desmayar. Corrió para sacar su escudo y golpear a uno, corrió hasta llegar a una parte bastante amplia del barco donde derribó a algunos guardias vigilando el perímetro pero uno le apuntó y dijo varias cosas en francés pero luego se escucharon dos gimoteos y este cayó. Rumlow dejó de apuntar con su arma mientras bajaba en el paracaídas, acompañado por Romanoff y Erika, con otros soldados. Steve guardó su escudo en la espalda.

          —¿Que hay de la enfermera que vivía enfrente?—Natasha insistió—. Parecía agradable.

          Erika rió—Mamá es cupido, Steve.

          —Controlen el cuarto de motores—bufó Steve—. Y luego me buscan una cita.

          —Podemos hacer varias cosas a la vez—dijo Nat antes de irse con su hija.

          Morgan se encontraba sentada allí, mientras que veía la compuerta abierta.

          —¿Crees que un par de esposas pueden detenerme, Rogers?—dijo haciendo movimientos lentos con su mano para luego quitarle el seguro a las esposas—. No saben de lo que soy capaz.

          Se levantó para luego ir hasta el piloto, mover sus manos mientras que ideaba qué hacer, caminó hasta la compuerta abierta y se puso un paracaídas.

          —Bien—respiró hondo—. Tú puedes, Morgan.

          Dicho esto, la muchacha saltó al vacío, en dirección al barco. Y realmente no le importaba si ella era su enemigo, lograría que él confiara en ella.





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