lx. nueva búsqueda


AMENAZAS,
capitulo sesenta: nueva búsqueda!



Una semana después.

          IRINA MORGAN NO HABÍA SALIDO DE LA BASE DE LOS VENGADORES DESPUÉS DE LA FIESTA. Steve y el resto podían salir y entrar las veces que les plazca. En aquel momento, Irina sabía que estaba lidiando con su castigo por lo de Hank. No salir a hacer misiones era lo que más le molestaba. Había veces que Visión se quedaba y le enseñaba a ella a jugar al ajedrez. El castigo de Erika fue por menos tiempo, sin embargo, era controlada por Natasha.

          Aquel día todos se preparaban para ir a distintos puntos del mundo, sin embargo, Irina se quedaba en la base. La joven permanecía sentada con los pies cruzados sobre el sillón, miraba como Steve preparaba sus cosas para salir. Irina se recostó en el respaldo del sillón y soltó un suspiro.

          —Oye, deja de quejarte—dijo Tony pasando a su lado.

          —Poshel na khuy, Tony (Púdrete, Tony)—replicó ella en ruso.

          —Irina—Steve llamó su atención y ella le miró—. Intentaremos de volver rápido. Recuerda que esto no es para siempre.

          —¿Sabes hace cuanto que no tengo una pelea?—la rubia miró a Steve—. Tres semanas. Y llevo contados los días.

          Steve Rogers rodó los ojos y se acercó a su amada, se arrodilló y tocó su pierna levemente—Irina, ¿acaso crees que me gusta tenerte aquí encerrada? Solo faltan dos días. Intenta...uh...—pareció ver las opciones que tenía—. ¿Por qué no lees un libro?

          —Qué gran novio eres.

          El capitán soltó una gran carcajada y se acercó a besar la frente de la rubia—Eres muy tierna cuando te enojas.

          —Uf...y se lo dices a la chica que te pateó el trasero hace catorce meses en Washington—replicó Irina haciendo una mueca—. Ten cuidado, ¿si?

          Steve asintió y se acercó, esta vez, para besar los labios de Irina. Y sin más, salió por las escaleras. Irina observó como el quinjet se alzaba para salir disparado hacia el cielo, perdiéndose en él. Y ahí estaba, sola otra vez.

          Muchas veces, lo único que hacía era terminar libros que había dejado por la mitad o intentar aprenderse una receta. El ajedrez que le había enseñado Visión no le servía para nada. Lo que no había intentado en esas tres semanas de permanecer aislada del mundo fue ir a la sala de entrenamientos. Y eso lo haría sin problemas.

          La rubia caminó hacia el pasillo donde se encontraba la sala y se sorprendió al no ver a nadie. Caminó lentamente y sintió una especie de pared que le impidió seguir. Escuchó voces tenues y se apoyó sobre la pared invisible.

          —¿Me extrañaste, pequeña flor?—escuchó una voz masculina detrás de ella.

          Irina se giró en seco, encontrándose con la figura de Brock Rumlow frente a ella. La muchacha se quedó quieta, presa del pánico, mientras que Rumlow le sonreía. Se veía diferente; llevaba una armadura con pintura en el centro, su cara estaba magullada por lo que había ocurrido en el Triskelion. A Irina le resultó muy tenebroso.

          —Al parecer si me extrañabas—dijo antes de pegarle un puñetazo en el abdomen.

          Morgan salió disparada hacia la pared, que se hizo añicos. Pero no se quedaron quietos, parecía que flotaban, como si se quisieran desintegrar. Como fragmentos de una ventana. La joven se levantó y Brock corrió hacia ella. Con un movimiento rápido de manos, Irina apartó a Rumlow contra la puerta que también se fragmentó. La confusión de la rubia era mayor. ¿Qué era todo eso?

          Recibió otro golpe de Rumlow y se estrelló contra la pared. Soltó una bocanada de aire mientras que se levantaba. Miró a Rumlow con sus ojos azules gracias a su poder.

          —¿Qué es lo que quieres de mi?—espetó Irina enojada.

          —La destrucción de los Vengadores—replicó este sacando un cuchillo y corrió hasta ella para saltar.

          Irina Morgan juntó sus manos y las separó, impidiendo que la hoja del cuchillo de Rumlow se incruste en su pecho. El fulgor azul se hizo presente y la muchacha hizo fuerza para empujar hacia atrás. Sin embargo, Rumlow no ayudaba. Forcejeó más e Irina hizo más fuerza. Su aura azul, repentinamente, se volvió de color negro y sus ojos se oscurecieron. Abrió las palmas y una explosión se abrió lanzando a Rumlow fuera.

          Morgan miró sus manos y observó que el aura que rodeaba sus manos era de color negro. Miró a Rumlow y este reía sin cesar. Irina hizo un movimiento corto con sus manos y cayó en la realidad. Estaba en medio de la sala de entrenamientos y su nariz sangraba.

          ¿Acaso ese era un indicio sobre lo que vendría?¿Por qué sus poderes habían cambiado de color? Ella no lo entendía. Debía buscar ayuda, debía decirle esto a Steve. La joven salió de la habitación corriendo y se dirigió al vestíbulo, pero se encontró con Steve y los demás.

          —¡Oh!¿La misión fue muy rápida, chicos?—preguntó Irina—. No los esperaba.

          —¿Qué tan rápida crees que fue?—preguntó Rhodey.

          —Uh...treinta minutos—respondió la rubia.

          —Irina, estuvimos fuera por dos horas—dijo Erika.

          'Oh, dios' se dijo a ella misma.

          —Tenemos que comenzar la búsqueda—anunció Steve subiendo las escaleras.

          Irina frunció el ceño—¿Cuál búsqueda?

          —Hay indicios de que Brock Rumlow atacó varios lugares del mundo—respondió el capitán y todos le siguieron.

          —Esto no puede estar pasando—dijo Irina en voz alta, tomando asiento en una de las sillas—. Creo que voy a vomitar.

          —¿Qué no puede estar pasando, Morgan?—replicó Tony acercándose a ella.

          —Tuve una visión—replicó ella y miró a los demás parpadeando los ojos un par de veces—. Algo malo se vendrá y Rumlow lo provocará.

          'No solo Rumlow lo hará, yo también.'





soñaste que todo había terminado -





PERO ESTO RECIÉN COMIENZA!





FIN DEL ACTO TRES!





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