liii. visitas inesperadas


AMENAZAS,
capitulo cincuenta y tres: visitas inesperadas!



San Francisco.

          —¡ESO FUE MUY IRRESPONSABLE Y PELIGROSO!—ESPETÓ HANK PYM ENOJADO. Ya habían pasado tres horas desde que habían hecho la misión y doce minutos desde que llegaron. Los tres se habían encontrado con un Hank bastante furioso y Hope no era la única que estaba seria. Irina dejó su traje en su habitación y al dirigirse a la cocina, se sentó silenciosamente junto a Hope y Erika. Scott se encontraba de pie, observando como Hank los reprendía.

          —Pero Hank...—murmuró Erika.

          —¡Pusieron todo en riesgo!

          Scott buscó algo en su bolsillo y dejó el prototipo del dispositivo silenciosamente en la mesada. Irina y Erika sonrieron ante aquello, sintiéndose orgullosas de su éxito en la misión. Hank, al verlo, miró a Lang con los ojos abiertos de par en par. Hope pestañeó un par de veces e intentó no echarse a reír—Lo consiguieron.

          Scott asintió sintiéndose satisfecho junto con las chicas y Hank miró a su equipo—Bien hecho.

          —Un segundo—dijo Scott enarcando una ceja—. ¿Acabas de hacerme un cumplido?—miró a las chicas—. Lo hizo, ¿no?

          —Eso parece—respondió Erika sonriendo.

          Hank presionó un botón que activó el dispositivo, iluminándolo de un color azul—Estuve muy bien, ¿no?

          El ojiverde soltó una carcajada entre dientes y dijo—¿Qué hay del hecho de que luché contra un vengador y no morí?

          —Aún sigo sin creer que hayas vencido a Sam Wilson siendo tan pequeño—dijo Erika intentando no reírse—. Será algo divertido para recordar.

          —No nos quedamos en el pasado—dijo Hank mirando el prototipo con satisfacción—. Tenemos que terminar los planes—y sin más, salió de la cocina.

          Scott suspiró e hizo un gesto distraído con la mano. Hope hizo una mueca y dijo—No le hagas caso. Lo hicieron bien.

          Irina asintió con una sonrisa y Erika le tomó del brazo, mirándole fijamente. Al principio, Irina se mostró confundida frente a ese cambio drástico de comportamiento pero luego sabía a qué se refería—Puedo explicarlo.

          —Más te vale que lo hagas—respondió la ojiazul—. ¿Cómo fuiste capaz de entrar a la base de los Vengadores sabiendo que Steve estaba allí?

          Morgan se encogió de hombros—No lo sé. No estaba usando mis poderes cuando entré.

          —¿Alguien más sabía que estabas allí?

          —Tony, estaban los dos juntos cuando me descubrieron—Irina intentó no reírse y jugueteó inconscientemente con sus dedos—. Estaban hablando sobre nosotras. No sabían dónde nos encontrábamos. Y no lo sabrán.

          —¿Qué pasará cuando volvamos?—le preguntó Erika haciendo una mueca—. No creo que nos den la bienvenida con los brazos abiertos después de tres semanas sin aparecer.

          —Luego de que Steve me llamara unas treinta veces, no creo que me permita salir por un largo tiempo—replicó la rubia mirando a Scott de soslayo—. Capaz pueda llevar a Scott allí.

          —Uhm...no lo sé, pienso que...

          —Darren—escucharon a Hank y todos se quedaron petrificados—. ¿Cómo diablos entraste?—Y cerró la puerta.

          Todos se miraron entre ellos, Irina era la que estaba más preocupada. Hope era la que seguía. Conocía las intenciones de Darren Cross, pero no se lo permitiría. Erika miró hacia la ventana y la abrió, Scott frunció el ceño y se acercó rápidamente—¿Qué intentas hacer?—preguntó él en un susurro.

          —Voy a ver de qué hablan—dijo ella trepando para salir—. Si decide hacerle daño a mi mentor, le voy meter una flecha por la cabeza.

          —¡Espera!—replicó Irina y le tendió un arma que tenía cerca—. Si le hace algo, tú vas por adelante y yo iré por aquí.

          La muchacha asintió y saltó por la ventana, Irina se levantó y caminó lentamente hacia la puerta. Hope observó a Irina y dijo—Los planos—murmuró alarmada—. Lo matará.

          —Erika y yo no dejaremos que lo haga—dijo ella y se posó contra la puerta suavemente, sus ojos verdes cambiaron a ser azules por causa de su poder—. Ve, Scott.

          '¿A qué se debe esta visita?'

          'Tengo buenas noticias' Escuchó a Darren en su cabeza.

          '¿En serio?¿Cuáles son?'

          'Pym Tech, la compañía que tu creaste está a punto de convertirse en la más rentable del mundo. Anticipamos que solo mañana, ganaremos unos 15 mil millones de dólares. '

          Morgan no sintió nada más y por un momento, el pánico se apoderó de ella. Scott estaba fuera de la habitación, pegado a una pared, ordenando a las hormigas que dejen todo escondido. 'De nada.' Escuchó a Darren y sintió un movimiento. 'Sé que suena raro, pero me gustaría que estés ahí. Este es mi momento y me gustaría que fueras testigo.'

          'Seguro, Darren. Estaré allí.'

          '¿Qué fue lo que viste en mí?' preguntó Darren, haciendo resonar esas palabras en la cabeza de Irina.

          'No sé a qué te refieres.'

          'Todos esos años atrás, cuando me elegiste. ¿Qué viste en mí?'

          'Me vi reflejado en ti.'

          'Entonces, ¿por qué te alejaste de mí?'

          'Porque me vi demasiado reflejado en ti.' Y no sintió más a Darren.

          Erika se escondió en un arbusto y observó como Darren caminaba hacia su auto. El susodicho se subió al mismo y se alejó rápidamente por la avenida. Erika corrió hacia la puerta y la abrió de golpe, esperando no encontrarse con lo que Darren quería.

          —¡Hank!—gritó ella y al ver que su mentor estaba sano y salvo, suspiro de alivio—. Oh, qué bueno es verte.

          Irina abrió la puerta, aliviada. Scott salió de su escondite también, sin embargo, Hank no estaba feliz. Todos fueron a la cocina otra vez, volviendo a sus ligares.

          —Lo sabe. Te está engañando—empezó Hope—. Debemos ponerle fin a esto.

          —Todos asumimos riesgos—replicó su padre, tomando asiento junto a las chicas.

          —¿Y si vio que estaba aquí?—insistió la joven.

          —No te vio. No pudo haberlo visto.

          —¿Cómo lo sabes?

          —Puede que haya visto algo que no hemos escondido—dijo Erika.

          —Yo he visto sus intenciones, las cuales eran muy claras. Venía a matarte—declaró la rubia mirando fijamente a Hank—. Debe saber algo.

          Hope sintió que uno de los bolsillos vibraba, palpó su bolsillo y supo que era su teléfono. Al sacarlo, observó que se trataba de Darren. Ella miró a todos con una mueca preocupada y atendió. Todos se miraron entre ellos, mientras que Hope hablaba con Darren por teléfono. Irina estaba preocupada, no solo por Hank, si no por el plan que estaban ideando. ¿Qué harían si Darren ya lo sabía? Necesitaba a Steve para esas decisiones, pero esta vez, ella estaba a la deriva junto a Erika—Triplicará la seguridad. Perdió la cabeza, y sabe que algo planeas.

          —Pero no sospecha de ti—añadió Hank.

          —Agregará escáneres de cuerpo entero en todas las entradas y cerrará los conductos de ventilador externos—exclamó Hope—. ¿Cómo haremos que Scott entre?

          Todos se quedaron en silencio y por un momento Irina miró a Erika. La muchacha de cabello negro negó rápidamente—No, no llamarás a Steve.

          —Erika, él puede ayudarnos.

          —¡Hank no quiere la intervención de los Vengadores en esto!

          —¡Pero si ya hemos intervenido!—replicó Irina mostrando cierta indignación—. ¡Nosotras somos Vengadoras!

          —Darren Cross tampoco sospecha de nosotras, llamar a Steve empeoraría las cosas mucho más.

          —Erika tiene razón, Irina—dijo Scott y la rubia le miró fijamente—. No debemos causar la atención, debemos ser muy discretos porque si llamas a tu novio musculoso, estaremos perdidos.

          Irina suspiró con frustración y luego miró a su compañero—Ilumíname, Scotty. ¿Qué sugieres que hagamos?

          —Ir por las tuberías—respondió y Hank se levantó de golpe—. No puede agregar seguridad a las tuberías. La presión es demasiado fuerte, pero si podemos disminuirla...puedo entrar por ahí.

          —Alguien tendrá que ingresar al centro de control del edificio para cambiar la presión del agua—dijo Hope caminando de un lado al otro—. Hank, Erika, Irina y yo estaremos con Cross. ¿Quién se encargará de eso?

          —Agrandaremos nuestro equipo—sugirió Scott—. ¿Qué necesitamos? Un guardia de seguridad falso para que pueda bajar la presión del agua, alguien que pueda hackear la fuente de energía y apagar la red de láser y alguien que nos ayude a escapar.

          —Debes estar bromeando—murmuró Irina, al saber a lo que se refería.

          —No, no, no—negó Hank instantáneamente—. No esos tres locos. Ellos no.




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