Roses

Nota del autor para la bella señorita Sthefynice:
Antes que nada, feliz primavera 2018. Esta es una temporada donde las flores nacen, donde las cosas nuevas casi siempre surgen; donde existe un renacer.

Eso, creo que es de lo que se trata el Starker para mí; aquello que nace por segunda vez, de forma más hermosa, más pura.

Espero disfrutes demasiado este fic así como yo disfruté escribirlo.

P.D: ¿Advertencia? Mi intento de lemon, solo eso...

“Los sentimientos y observaciones del hombre solitario son al mismo tiempo más confusos y más intensos que los de la gente sociable; sus pensamientos son más graves, más extraños y siempre tienen un matiz de tristeza, imágenes y sensaciones que se esfumarían fácilmente con una mirada, con una risa, un cambio de opiniones, se aferran fuertemente en el ánimo del solitario, se ahondan en el silencio y se convierten en acontecimientos, aventuras, sentimientos importantes.”

—Thomas Mann


A Peter Parker a veces le gustaba recordar cómo había obtenido aquel traje, como su vida había cambiado drásticamente y como tenía permitido visitar la nueva base de los Vengadores. Eran privilegios que no se ganaban con facilidad y a decir verdad, a veces era unos asuntos aún algo enredados para él.

Fue solicitado para intervenir en una pelea, una donde su objetivo era impresionar a Anthony Stark, el gran Iron Man; así que dio todo de él en aquel aeropuerto, sus golpes fueron certeros al igual que las telarañas lanzadas y a pesar de que esas acciones no eran un pase para ser parte de los Vengadores, obtuvo una frase por parte del millonario:

“Te llamaré después.”

Y por supuesto que así fue.
Tony le había informado de la situación o al menos de lo que tenía permitido que este dijera.
Peter le escuchaba con atención, incluso, cuando Tony hablaba un tanto entrecortado diciendo la mala noticia después del aeropuerto.

—Rhodes, está grave...

—Señor Stark, de verdad lo siento, sigo en el hotel, si gusta darme su ubicación puedo ir y...

—¿Quién eres? Porque según recuerdo tenemos escasas veinticuatro horas de conocernos, mocoso.—Tal vez en ese momento el dolor que el moreno sentía por su mejor amigo luchando por su vida era lo que le hacía responder de esa forma al nombrado Spider-Man, haciendo que este se quedara en completo silencio aunque sencillamente no podía Tony lidear con que el muchacho le viera con lástima.

Peter no conocía mucho al genio, era un gran fan de él, un ejemplo a seguir, era un hombre tal vez catalogado como "Perfecto" en el subconsciente de la mente del menor que cuando escuchó al final un: “Quédate ahí, te acompañaré a casa cuando todo esto se calme”. Le hacía sentir unos nervios tan inexplicables.

Fue un día después de esa llamada que compartió el jet privado con el Señor Stark y le pudo observar en silencio; miraba con cautela ese moretón en su rostro que aún no sanaba, incluso, parecía tener más heridas, la forma en que desviaba la mirada hacía la ventanilla con ese semblante tan serio mientras movía su muñeca un poco; pareciera que aún dolía, aunque luego su mirada se enfocó en aquel brazo, justamente en su hombro y fue cuando se alarmó.

—Señor Stark... Está...—

El menor había estado fingiendo dormir, solo para no ser una molestia en aquel viaje pero ahora sus miradas se cruzaban para al final, Tony fruncir el ceño.

—¿Qué no estabas durmiendo?

—Yo... No, ah... Está sangrando...—Dijo con rapidez antes de desviarse en pensar cómo justificar que estaba observando al mayor.

Tony verificó aquello y en efecto, una de sus camisas favoritas ahora tenía visible una mancha de sangre, maldijo a lo bajo para comenzar a levantarse pero fue Happy que ahora se acercaba y el botiquín era arrebatado de sus manos por Peter.

—Hay que cambiar la gasa... —Susurró el muchacho, disponiéndose a hacer aquella tarea en silencio.
Stark lo observaba y no tenía una idea clara de sus pensamientos; ¿Por que ese chico se preocupaba por un desconocido? Peter pudo con sencillez ignorar ese hecho, incluso dejar que el mismo limpiara y cubriera esa herida pero ahora visualizaba como el castaño mordía un poco su lengua y con sumo cuidado ahora acariciaba esa herida y colocaba la nueva gasa.
Eran detalles que Tony Stark nunca había experimentado.

———————————

Pasados un par de meses, Spider-Man no era requerido en misión alguna, eso hacía que surgiera en el menor la necesidad de ser un héroe; incluso un vengador pero, él no podía depender de solo esa identidad.

—Dijo que no necesita a Spider-Man, ¿Pero a Peter Parker?

Fue una tarde en la que el muchacho se presentó en la Torre de los Vengadores, dejando al moreno sin palabras por un breve momento.

—Lo que sea que tengas pensado, no me interesa, Peter...—Tony admiró como el más joven hacía una leve mueca, pero se acercó tomando su mochila con un poco de más fuerza.

—Puedo ser de gran ayuda en su laboratorio.

—¿Estás pidiéndome empleo?

—En realidad, ah... Yo... Quisiera ser su compañero de laboratorio...— Las palabras salieron entrecortadas de sus labios que parecieran temblar un poco; gesto que ahora el millonario miraba con cierta curiosidad y hasta un poco de ternura.

Analizando aquella situación por Stark, no necesitaba a un "compañero", ese puesto era destino a Banner que... Bueno, después de los sucesos de Ultron, no tenía conocimiento de él.

—¿Qué te hace creer que te necesito? —

La frialdad de esa incógnita, le hacía a Parker mirar al moreno en silencio.
Peter en realidad no sabía que tanto englobaba esa pregunta porque ahora por simple inercia admiró a su alrededor, como si esos pasillos vacíos respondieran por él.

“¿Qué te hace creer que te necesito?”

Era una pregunta que ahora Tony le hacía desviar la mirada, porque a pesar de tener poco tiempo en conocer al menor; había algo que le hacía sentirse pleno, incluso, seguro.

—No quiero molestarlo, Señor Stark.
Y tampoco hago esto para... Ser un vengador o algo parecido; solo se me ocurrió...

—Bien...—

—¿Ah? —

Tony se levantó de aquel sofá y le dedicó, por primera vez una sonrisa al más joven.
No era necesario seguir escuchando el gran discurso que Peter tenía preparado para una respuesta negativa.

—Necesito a alguien con quien pueda hacer pruebas...

—¿Pruebas? ¿Conmigo? Pero...—

Ver la expresión de incredulidad en Peter, hizo que Tony soltara una pequeña risa, eso hizo que el menor comprendiera que era una broma y le acompañó en esa risa.
Sería el nuevo compañero de Anthony Stark y eso, era algo que le hacía en ese momento sentirse emocionado porque podía conocer más del genio y de su verdadera vida.

——————————

Cuando Peter despertó se dio cuenta que estaba en la cama del moreno, al enfocar su vista y si, girarse pudo observar al millonario dormido.

La noche anterior, había sido espantosa para los dos, por supuesto, más para el moreno.
Peter ahora conviviendo más con él, contemplaba un lado tan humano que ninguna de esas revistas de escándalos había mostrado del mayor.

Tony, a altas horas de la madrugada había tenido un extraño episodio de pesadillas y Peter se alegraba de haber decidido pasar la noche en aquella Torre porque pudo lograr sacar al moreno de ese trance donde el sudor frío se apoderaba de él, sus dientes rechinaban aunque al final, algunos gritos e incluso lágrimas se habían hecho presentes.

Peter podía resentir ese miedo, incluso ahora siendo un 'día nuevo', su piel se enchinaba; y ahora, solo se preguntaba si alguien más del anterior equipo había presenciado ese acto.

—Sobre lo de anoche, no se lo menciones a Vision, él en verdad cree que el té que prepara me ayuda a dormir...—

Tony comenzaba a hablar mientras se sentaba en esa cama y soltaba un exhausto suspiro.
Nunca quiso en realidad alertar a Peter, que lo viera en esa faceta que él consideraba frágil incluso muy débil.

—Es un secreto, ¿Entiendes, mocoso? —

Peter no pudo evitar asentir e incluso tomar la mano del nombrado Iron Man, acto que les hizo a los dos mirarse a los ojos, en un silencio que no era del todo incómodo; Tony entendía que podía confiar plenamente en el menor.

—Nadie sabrá de esto, Señor Stark —

Al igual que entendía, que ese "Señor Stark", no sonaba ya molesto.

————————

La complicidad entre ellos, creció de una manera en que el millonario había tomado el gusto de no solo estar con Peter en el laboratorio, si no, el de disfrutar con él una película o el admirar las fotografías que tomaba.

Eran cosas tan sencillas, que le hacían sonreír, incluso en ocasiones atreverse a acariciar el cabello de Peter o tomará su mano; actos que el menor no pasaba desapercibido, pues, llegaba algunas veces a abrazar al mayor cuando la emoción estaba en él.

Todo se volvía más íntimo sin que lo notaran, eran cómplices de algo; algo que Peter no entendía muy bien aún. Es por eso que estaba caminando al interior de la nueva base de los Vengadores, es por eso que había comprado un ramo de rosas rojas, como si toda esa confusión y su enorme error del día anterior fuera a resolverse con ese pequeño detalle.

Pidió a FRIDAY que avisara al mayor de su llegada y aunque la IA le aseguró de que ya lo había hecho, pasados algunos diez minutos llegó a la conclusión de que el genio seguía algo molesto con él.

Tomó la iniciativa de ir personalmente a la habitación del moreno; FRIDAY le había informado que estaba terminando de arreglarse así que los toquidos en la puerta se hicieron.

—Sea lo que sea que quieras, no estoy disponible, Parker.—

Escuchar su apellido, hacía que el menor sintiera un extraño hueco en su estómago, mordió su labio inferior y un toquido más estuvo; esperó un momento breve pero al final, abrió la puerta.

El moreno ajustaba el cuello de su camisa mientras se observaba en el espejo.
Peter cerró la puerta detrás de él y soltó un largo suspiro.

—No voy a regresarte el traje, si eso es lo que quieres, no lo haré...— La voz de Tony era tan firme, incluso diferente a la que ya se había acostumbrado el menor que le hacía sentir que era mejor solo irse, pero, esa era la cuestión: Ya antes todos se habían ido.

Pareciera que nadie del equipo o incluso alguna conquista, lograra enfrentar en su totalidad las facetas del millonario.
¿Quién era Peter Parker para querer ser quien entendiera esas actitudes?

—Vine a algo más importante... Yo... No quiero el traje...—

—Ayer rogabas por el.—

—Si pero... Usted, dijo algo que... Me hizo... —

Peter bajó la mirada porque se había cruzado con la de Tony por medio de ese reflejo aunque ahora el moreno estaba más concentrado en ese ramo que tapaba un poco el rostro de Parker.

—No se a que te refieres con lo que dije, fuí claro al decir...—

—Que si hubieran muerto civiles, estaría eso ahora en mi conciencia y que si... Hubiera muerto yo, sería... Su culpa. . .

El silencio que estuvo después de haber dicho aquella frase era el más incómodo el que alguna vez Peter experimentó.
Las palabras incluso aún no podía el digerirlas y el suspiro de Tony, le hizo morder su labio inferior.

—Quiero decirle que... No es sería su culpa si yo en algún momento pierdo la vida en acción, es parte de mi trabajo proteger a la ci... — Las palabras del muchacho cesaron cuando el castaño se dio la vuelta y poseía un semblante tan serio que solo se le ocurrió acercar un poco ese ramo de rosas. —Son para usted...—

Tony visualizó el ramo de flores por unos momentos aunque al final lo tomó solo para arrojarlo a la cama y seguir observando al de menor edad en un silencio mortífero.

—¿Tú crees que... Es muy fácil?; Peter, admiro que estés comprometido en ser Spider-Man pero...—

~ ¿Qué hay de mí? ~

Los pensamientos del moreno estaban nublados por el egoísmo, un sentimiento que había dejado de lado desde que salió con vida de aquella cueva pero había algo más: ¿Un sentimiento de miedo?

Cuando se enteró que el menor había ido a detener al nombrado "Buitre" por su cuenta, dejó de lado los asuntos que iría a atender a la industria y acudió a verificar no solo que su plan hecho con el FBI diera resultado; eso, había pasado a un segundo plano, porque su total atención estaba enfocada en Peter.

—Pero...— Repitió el menor admirando la forma en que Tony tomaba aire y limpiaba su rostro un par de veces de manera algo desesperada.

No era fácil para Tony explicar los sentimientos que con el transcurso de los meses se fueron formando en el interior de él y que al parecer el menor no tenía idea alguna de ellos; no lo culpaba, siempre fue bueno ocultando lo que de verdad sentía y a pesar de que Peter había logrado conocer a ese Stark detrás de la máscara, no llegaba al tal grado de leerlo en su totalidad y eso... Eso a Tony le gustaba.

En realidad, le gustaban tantas cosas de Peter: el que fuera tan inteligente, la forma en que hablaba con una pasión extraordinaria de lo que fuera, querer tomar fotos de todo, su amabilidad e incluso esa inocencia; tal vez si esas razones eran dichas en voz alta a Rhodey, el moreno no se cansaría de decirle que había perdido el juicio o que incluso eso era ilegal pero Peter se había vuelto parte de su vida, de una manera inesperada.

—¿Sucede algo, Señor Stark? —

Era mejor pedirle a Peter que se fuera, que le dejara solo pero ahora sus avellanas se cruzaban con las del menor.

—Suceden tantas cosas, Peter, y no sé por dónde empezar a explicarme.— El menor se alertó, solo por el hecho de que lo próximo que dijera el mayor fuera una mala noticia o que pero aún, algo que tuviera ver con él de forma negativa.

—Yo... Puedo escucharlo todo, si quiere decirlo — El susurro del muchacho hizo que Tony se acercara para poder colocar su mano en la cabeza del contrario y así acariciar su cabello.

Peter se había acostumbrado a esas manías que el mayor poco a poco había formado; aquellas donde acariciaba su cabello, tomaba su mano o incluso la forma en que recargaba su mentón en su cabeza cuando él decidía abrazarlo.

Eran detalles que le hacían sentirse feliz, incluso nervioso pero era algo que trataba de controlar y con ello se refería a esas ocasiones donde el mayor entrelazaba sus dedos con los suyos y sus mejillas cambiaban sutilmente de color.

Peter no quería pensar en esos momentos así que lentamente recargó su frente en el pecho del genio; solo en silencio esperando que la "mala noticia" estuviera y disfrutando de la loción de Tony aquella de menta con un poco de tabaco.

—No quise exponerme ayer, solo quería hacer lo correcto y no salió como quise...— Hablaba bajo mientras cerraba sus ojos y sus manos se aferraban un poco a esa camisa que no estaba en su totalidad abotonada.

—No se trata de eso, Pet, al menos... No del todo. — El genio tomó con cuidado el mentón del menor para levantarlo y así lograr mirar aquel rostro, en especial esos confundidos ojos cafés.

La mirada de Tony, hacía a Peter quedarse estático; su respiración ahora parecía inexistente y sus manos tomaban de manera accidental con más fuerza esa camisa.
Todo se volvía extraño pero para nada desagradable, Peter sentía una extraña calidez, tal vez porque ese momento era uno que anhelaba.

—Lo entiendo...— Dijo bajo Peter, como si al conectar esa cercanía y palabras ya tuviera la respuesta en su cerebro, aquel secreto que pareciera que nunca sabría en su totalidad.

—¿Lo entiendes? ¿Entiendes... Qué no me gustan las rosas? ¿O mejor dicho que me regalen cosas? Ese "Lo entiendo" engloba muchas cosas...—Tony no estaba molesto, en realidad sólo quería terminar con ese asunto de una vez y si el chico le odiaba; tenía la libertad de irse. —Peter... ¿Entiendes lo que causas en mí? — Una pregunta hecha mientras miraba a los ojos al menor y posaba sus manos en sus mejillas solo para disfrutar que poco a poco cambiaban de temperatura.

“¿Entiendes lo que causas en mí?”

Cuando esa pregunta estuvo, Peter pudo sentir como sus mejillas eran aprisionadas y ahora miraba los ojos del mayor teniendo los labios entre abiertos; era como si no tuviera escapatoria y por supuesto estaba invitado a decir también como se sentía.
Sus mejillas ardían y su corazón latía con tanta fuerza y rapidez que al final solo pudo sonreír algo nervioso.

—Yo... Ah... He estado tan confundido, me... He atrevido a buscar en libros las respuestas incluso ' síntomas' de... Esto pero ah... Siempre me llego al mismo resultado—

La seriedad de Tony se desvaneció, abriendo paso a una leve risa al escuchar esas palabras; imaginar al menor así, tan nervioso buscando que era eso, le daba un poco de gracia porque él en esos últimos meses actuó igual. —Nadie está enfermo, Peter... Creo que... Así es como se siente cuando... Quieres a alguien de verdad. No me creas tanto, nunca he sido bueno en estos temas...—Las palabras eran susurradas porque al final los dos se atrevían a pegar sus frentes y disfrutar de la calidez, de ese momento que querían desde tiempo antes que sucediera.
—Es normal, así como mi miedo a... Perderte...—

Por simple instinto, el menor cerró sus ojos, lentamente subió sus manos para poder abrazar un poco el cuello del mayor y disfrutar de esas palabras.
Eran solo un par de genios que siempre tuvieron la respuesta frente a ellos y era mejor no ignorarla, ya no más.
—Lo quiero, pero no de la manera en que... Piensa; no lo veo como una figura paterna, yo... Solo lo quiero, Señor Stark...—

—Y si, es por eso que no me agrada que me digas "Señor Stark", pero... Solo por esta vez... Te lo perdonaré, Pet...— Dichas esas palabras y aprovechando que el menor tenía los ojos cerrados, se atrevió Tony a cerrar los suyos propios para acercar sus labios a los ajenos; en un principio fue solo un roce, como si buscara la aprobación de ese acto en el menor, al sentir que él entreabría sus labios, el nombrado Iron Man comenzó un beso lento.

Peter se sentía en el cielo, no porque fuera besado por el gran Anthony Stark, si no, por el simple hecho de que la persona que quería; le correspondía.
Mientras ese beso continuaba, el muchacho pudo sentir como las manos de Tony ahora abrazaban su cintura, acto que le hacía estar tener su cuerpo cerca del magnate.

El beso se prolongó, incluso subió de intensidad y Peter al final solo logró separarse para poder tomar aire un breve momento y fue cuando Tony creyó que era mejor soltarle hablar de forma clara e incluso sobre el otro tema de Spider-Man pero, ¿A quien podía engañar? Estuvo tantos meses buscando ese momento que aprovechando que el menor tenía desviada la mirada aún en ese proceso de recuperar oxígeno, se atrevió a dejar un camino de besos comenzando por la sien de Peter, bajando por su mejilla zurda y al final aspiró el aroma de ese cuello para depositar un suave beso. —Peter... Me gustas más de lo que crees...—

Los ojos del casi universitario se cerraron cuando sintió como su piel se erizó ante eso, incluso se aferró más al mayor; era su cuello un punto sensible del que jamás tuvo conocimiento tal vez por el hecho de que él jamás había estado así con alguien.

—Señor Stark...

—Solo Tony...

El procedimiento de aquellos besos se repetía, incluso, pudo Peter sentir como había una leve mordida en su hombro que fue descubierto un poco. Las manos de Tony ahora decidían actuar y comenzar a levantar la camiseta que el menor poseía; era algo tan placentero observar como en cada lugar que posaba sus dedos, la piel de Peter se erizaba.

Peter soltó el cuello del mayor, solo para darle acceso a que se deshiciera de esa camiseta y cuando fue hecho Tony pudo visualizar algunas cicatrices y lunares en la piel del chico. Besó aquellos lunares que estaban en su hombro, acto que le hizo a Peter soltar un suspiro y comenzar a caminar hacia atrás a la par del mayor para poder llegar a la cama.

Tal vez estaban yendo rápido, tal vez Peter debió decirle al genio que se detuviera y que era mejor hablar pero su cuerpo reaccionaba de una manera que ni él comprendía y su mente se nublaba solo con el aroma del mayor; no, no quería que eso se dejara de lado.

Más besos fueron repartidos al pecho del menor, incluso dejaba Tony sus labios más tiempo en esos lugares donde estaban visibles esas cicatrices a la par que se deshacía de su corbata que nunca se logró poner y desabrochar su camisa en su totalidad.

Peter disfrutaba de aquella escena donde la linda camisa era dejada a un lado para el mayor disponerse a besar de nueva cuenta sus labios e incluso sus manos terminar de quitar las prendas bajas.

En algún punto, la espalda de Peter estaba en esa cama, sus manos acariciando la ancha espalda del mayor, sus desnudas piernas eran besadas, causando en el muchacho un escalofrío al sentir esa barba en su piel; había encontrado otro punto sensible, eran lugares que... Nadie había tocado, y Peter se alegraba que fuera Tony el primero en hacerlo.

—Eres muy sensible, Pet...—

Dicha esa frase, Tony se atrevía a acariciar la erección que sobresalía de la ropa interior que aún poseía el menor.
Todo eso se sentía como un sueño, más que un deseo era esa necesidad de tener a Peter solo para él.

—Señ... ahh Tony... —

El nombre fue dicho por simple inercia cuando no pudo Peter ya morder sus labios y su ropa interior fue quitada.
El filántropo sonrió victorioso, complacido de escuchar al fin su sobrenombre salir de los labios de ese chico que pareciera que toda su piel comenzaba a arder.

Cuando el mayor se deshizo del resto de su propia ropa, nuevamente el juego de besos estuvo. Jugó con la lengua del menor, incluso, Peter daba batalla como si quisiera ser quien llevara el control de ese beso.

Los roces de sus miembros hacían que hubiera algunos pequeños gemidos de por medio en esos besos, en esas caricias incluso en las palabras bajas que Peter decía y Tony entendía del todo.

—¿Qué... dices? —

Al fin se animó a preguntar ese Tony que tomaba el miembro del menor para comenzar a masturbarle.

—Ah... Qué... Me alegra que ah... Usted sea... Mi... Mi primera vez...—

Por una fracción de segundo, la muñeca de Tony se detuvo ante esas palabras. ¿Peter aún era virgen?
En lugar de reír o mofarse, se sintió especial porque él sería el primero en poder hacerlo completamente suyo.
Tony no halló la mejor manera de responder a eso que solo besar de una forma lenta y tierna a ese chico.

—A mí me alegra que... Estés aquí —

Tony no se refería a ese íntimo momento, si no, a todos esos casi nueve meses de haber conocido a Peter y que al mostrarle quién era en realidad; nunca quiso irse.

Peter entendió esas palabras ya que acariciaba ahora enredaba sus dedos en el cabello ajeno y le dedicaba una gran sonrisa que era besada nde nueva cuenta por Tony.
Los gemidos de Peter hechos sobre los labios del millonario, eran perfectos que le hicieron a Tony en un momento dejar la erección del menor para tocar la suya propia.

Podía actuar por instinto y solo comenzar a penetrar al menor pero en cambio, Tony decidió llevar un par de dedos a la boca del menor para que lograra llenarlos de saliva; al termino de esa tarea Peter de manera instintiva abrió un poco más sus piernas dando acceso al mayor de su entrada.

—Tranquilo...—

Susurró el genio, que después de rozar sus dedos en esa entrada los comenzaba a meter, generando en Peter que cerrara sus ojos y soltara unos cuantos gemidos.
Pasada un breve momento, Tony comenzó a mover sus dedos de forma lenta primeramente en círculos y luego simulando pequeñas penetraciones que algún punto se volvieron más rápidas.

Los dedos de los pies de Peter estaban aferrados a las sábanas, igual que los de sus manos.
La caliente piel poco a poco se lograba ver más brillante debido a esa fina capa de sudor.
Tony regaló unos cuantos besos a lo largo del miembro del chico mientras sus dedos seguían preparando al chico.

—Ah... No creo... Ah... Quiero...—

—Lo se, Pet...—

No era necesario formular tantas palabras, solo actuar y dejar aquellos juegos.
Tony decidió sacar sus dedos provocando un suave gruñido en su acompañante y lentamente se colocó sobre él para tomar su miembro y así introducirlo con cuidado en la palpitante entrada de Peter.

La erección de Tony desaparecía en el interior del muchacho y eso hacía que Peter apretara sus ojos y hasta un leve grito saliera de sus labios.

—Peter...—

Tony besó su frente y luego sus labios para así con sus manos ahora libres guiar los brazos ajenos para que se aferraran a su espalda y así, terminara de entrar en el menor y regalar unos segundos a Peter para que se familiarizara con aquella nueva sensación.

Los besos continuaron, hasta que el menor levantó un poco su cadera, dando permiso al moreno de que continuara y así fue como pequeñas penetraciones comenzaron haciendo que pequeños jadeos salieran de los labios del menor.

—... Señor... Stark...—

Suspiró con una sonrisa que le hizo a Tony cerrar sus ojos un breve momento y dejarse llevar abrazando aquella cintura para ir marcando cierto ritmo de aquellas embestidas.
El magnate disfrutaba de la forma en que los dedos del muchacho se encajaban en su piel más de la cuenta, como el placer recorría su cuerpo y en el de Peter.

La velocidad de las estocadas aumentó, haciendo que Peter arqueara su espalda, disfrutando de los espasmos, de aquel éxtasis que eran una nueva experiencia para él.
El moreno acariciaba en ocasiones las piernas ajenas, al final decidió tomar el miembro del castaño para masturbarlo.

—Ahh... To...ny...—

El timbre de voz de Peter había cambiado por uno más profundo aunque las palabras eran opacadas por esos gemidos que se volvían perfectos para oídos del filántropo haciéndole gemir de igual manera.

—Peter... —

El momento del clímax estaba tan cerca que el chico enredaba en la cadera de Tony sus piernas para poder sentirlo más cerca, más profundo en realidad.
Tony tenía que admitir que a pesar de haber tenido sexo con tantos hombres y mujeres, era la primera vez que se sentía completo, que disfrutaba de verdad que fuera besado y acariciado y él de explorar la blanca piel de Peter.

Gimieron sus nombres restando importancia que el menor se venía y manchaba el abdomen del moreno o que Peter sentía como ese líquido caliente ahora estaba en su interior haciéndole al final besar de nueva cuenta los labios del ingeniero.

Al finalizar aquel acto, y cuando las embestidas se volvieron poco a poco nulas; Tony salió del interior del menor y lo primero que hizo fue abrazarlo y besar su ahora cabello húmedo.

—Ah... Yo...—

Comenzó Peter aunque al final no tenía la menor idea de que decir o que palabras articular.
¿Tenía que agradecer el momento? ¿Irse o solo esperar alguna instrucción?

—¿Tienes algo que hacer en este momento?

—Uhm... No, solo venía a disculparme y...—

Pero aquellas palabras cesaron cuando un beso más estuvo en su cabello y luego se separó al ver que esa camisa le era ofrecida.

—FRIDAY, avisa por favor que no llegaré a esa junta.
Tengo... Qué hablar con Peter...—

El muchacho que ahora con una sonrisa portaba esa camisa, escondió un poco su rostro en esa almohada y soltó un suave suspiro cuando sintió como ahora Tony acariciaba su espalda con los pétalos de una de las rosas que él le había regalado.

Epílogo

Tony tenía ya al menos quince minutos en que repetía ese proceso donde miraba el reloj de su muñeca, golpeaba sus dedos en la mesa y bebía de su copa de whisky.

Nunca fue alguien paciente y que ahora su cita tardara tanto en llegar le hacía pensar si lo mejor era irse o llamar por tercera ocasión para saber si sería plantado o debía esperar un poco más.

—Tony... ¡Lo siento! —

La voz que reconocía muy bien le hizo girarse y ahora admirar a aquel chico que llegaba con un ramo de rosas que le hizo al moreno cruzarse de brazos.

—Rosas, Peter... No es necesario que gastes en estas cosas...

—Lo se, lo se pero creo que hoy tenía que hacerlo, es... Una ocasión especial, ¿No? —

Los brillantes ojos del menor, hicieron sonreír al muchacho y sin importarle que en aquel restaurante tuviera la total atención; se acercó para primeramente acomodar la corbata del chico y luego acercarse para dejar un beso en sus labios.

—Para usted...—

Susurró Peter con una sonrisa haciendo que Tony soltara un suspiro y mirara el ramo.

—No vas a sentarte hasta que tome el ramo, ¿Verdad? —

Tony rodó los ojos para tomar entre sus brazos el gran ramo de rosas rojas y hasta atreverse a olfatearlas un poco.

—Gracias, Peter...—

—No agradezca, yo ah... Feliz primer año de novios...—

Susurró bajo el muchacho haciendo que Tony riera y negara con la cabeza.

—Eso fue hace una semana, alguien estuvo de excursión haciendo cosas de universitarios —

—Lo sé y tengo tantas fotos que mostrarle...—

El filántropo asintió con la cabeza y dejando aquel ramo en la mesa, disfrutó de aquella cena con Peter Parker.
Habían sido cuestionados tanto por aquella relación, por ser diferentes, la diferencia de edades pero a Tony solo le importó que obtuvo primeramente la aprobación de Peter; de querer estar con él y segundo, la de May.

Aún recordaba aquella amenaza, donde le pedía cuidar a su muchacho y también que lo hiciera feliz aunque en realidad era algo mutuo.

—¿Te he dicho que me haces muy feliz, Peter?

El sonrojo en el menor no se hizo esperar y Tony sabía, que podía contemplar a Peter lo que restaba de su vida.

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