oiv. conversación incómoda
⌜ oiv
capítulo cuatro ⌟
⤹ ❴ CONVERSACIÓN INCÓMODA ❵ ⤸
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Luna estuvo ignorando las llamadas de Sam por todo el fin de semana, e incluso tuvo que tomar turnos dobles en su trabajo, sacrificando su tiempo con Rain, para no tener que ver a su amigo, el cual parecía totalmente decidido a hablar con ella.
Hasta evitó pasar por la casa de Allison Uley cuando iba a llevar a su hermano a jugar con Seth solo para no poder cruzarse con Sam. No podía explicar los nervios que sentía de solo imaginar tener que hablar con él.
Era algo tonto, lo sabía y estaba muy consciente de eso, pero era algo que no podía evitar. Mucho menos ese sentimiento de culpa al pensar que estaba siendo una mala amiga con Leah por mantener algún tipo de comunicación con Sam.
Lo cual era otro tema que la mantenía en un constante conflicto: Leah y el hecho de que Sam parecía más preocupado por hablar con ella que por los sentimientos de su ex pareja. Su amiga parecía, con cada día que pasaba después de su ruptura, peor en cuanto al tema anímico, aún tenía la esperanza de que Sam quiera volver.
Suspiró con tranquilidad y le dio un último beso a Rain antes de dejarlo ir con Sue, mientras Seth le sonreía con la mochila en su espalda.
—¿Donde está tu hermana?
Seth le dio una sonrisa incómoda, mientras pasaba su peso de un pie a otro.
—Mamá le dio permiso de no ir al Instituto hoy —respondió—. Por lo de Sam, ya sabes.
—¿Cómo está ella?
Seth se encogió de hombros.
—No he tenido pareja, pero se ve triste. Papá quiere que lo olvide por todo los medios, dice que no es el chico indicado para ella.
—Ya encontrará a alguien que si la valore —sonrió.
Colocó su mano en el hombro de Seth y ambos salieron de la casa, justo cuando Luna se aseguró que su puerta estaba por completo cerrada, un auto se estacionó frente a su casa.
Luna fingió estar buscando algo en su bolso para evitar mirar al frente, sabía de quien era aquel auto. Se trataba de la única persona que conducía que conocía, y el bufido molesto de Seth solo hizo incrementar sus sospechas.
—Hola, Luna.
Luna se obligó a mirar al dueño de aquella ronca voz. Sam Uley estaba parado frente a ella justo como la última vez que lo vio, con todos los cambios físicos que había adquirido después de su desaparición.
Estaba notablemente más alto, con el cabello negro corto al estilo militar y sumamente más musculoso que antes. No podía entender como había sucedido eso en tan solo dos semanas.
—Hey, Sam —saludó—. ¿Vas a clases? Seth y yo ya nos íbamos.
Luna no esperaba que sus palabras sonaran tan rápidas y nerviosas, no sabe el porque se sentía de esa manera cerca de su amigo ahora que acababa de terminar su relación con Leah la hacía sentir muy mal.
—¿Crees que podamos hablar primero? —le preguntó Sam, para luego echarle una mirada a Seth—. A solas —aclaró.
—No creo que...
—Luna —la llamó, interrumpiéndola—, es solo un momento. Por favor.
Le echó una mirada apenada a Seth, el cual le dio una sonrisa.
—No te preocupes por mi —dijo—. Me iré con Jacob.
Seth señaló hacia la casa de su vecino, Jacob estaba parado en la puerta de su hogar mirándolos con curiosidad.
A Luna no le dio tiempo de responder cuando vio a Seth alejarse y llegar hasta donde estaba Jacob, el cual le dio una media sonrisa y empezaron hablar.
—Tengo clases —le dijo a Sam a modo de excusa—. Y voy a llegar tarde por tu culpa.
Sam le dio una sonrisa burlona.
—Yo te llevaba a clases, ¿recuerdas? Me sé muy bien tu horario y es por ello que sé que tienes las primeras dos horas libres.
Luna bufó y se volteó para abrir la puerta de su casa. No iba a hablar con Sam afuera, donde todo el mundo podía verla.
Colocó su mochila en el sofá del living y sintió como Sam seguía sus pasos a través de la habitación. Se volvió a mirarlo y le extrañó bastante su comportamiento, parecía bastante nervioso.
—Primero —dijo, antes que él pudiera hablar—, ¿dónde estuviste estas semanas y por qué creciste veinte centímetros más?
—Luna, querida, hay un momento en la vida de todo niño que éste empieza a convertirse en hombre.
Luna rodó los ojos mientras soltaba una risa. Había olvidado la faceta cómica que muy pocas veces Sam sacaba a relucir.
—Para eso evitaste que acompañara a Seth al Instituto. ¿Para decirme que ahora eres un hombre?
Luna pudo observar como de la cara de Sam se escapaba todo rastro de burla, en cambio regresaban a él los nervios. Vio como empezaba a jugar con sus manos para después guardarlas dentro de sus bolsillos.
—¿Estás bien, Sam?
—Sí, sí, solo... —se aclaró la garganta—. Necesito hablar de algo importante contigo.
Bien, esas palabras lo único que lograron en Luna fue acelerar su ritmo cardíaco. Es que, era una realidad, no entendía porque se encontraba tan nerviosa.
Principalmente, no era la primera vez que se encontraba a solas con Sam. Ya antes habían estado únicamente ambos en una habitación, y era de lo más normal, si se obviaba el hecho de que ella lo consideraba bastante atractivo.
Pero quizás iba más al hecho de que era la primera vez a solas con Sam desde su regreso y sabiendo que había terminado su relación con Leah. Algo sobre el hecho de saber que Sam estaba soltero la alegraba, lo cual, si lo pensaba mejor, era algo que no debía sentir.
—Estuve llamándote todo el fin de semana —dijo. Luna ya lo sabía, ella estuvo ignorando esas llamadas—. Hasta vine un par de veces y no estabas.
Eso era algo que también sabía y que trató de evitar a toda costa.
—Estuve ocupada —se excusó—. Ya sabes, el trabajo y Rain y... Sí, eso.
Sam asintió. Era justo decir que él no era el único nervioso en esa habitación.
—Yo quería... Bueno, ya sabes... Sabes que terminé con Leah, ¿verdad?
¡Bingo! Iba por ahí el asunto. Luna se cruzó de brazos y alzó una de sus cejas, algo que pareció intimidar al muy grandote de su amigo, pues sus nervios parecieron incrementar.
—Sí, lo sé, Samuel. Leah estuvo todo el fin de semana llorando en este sillón.
Sam no miró el sillón, la verdad era que no observaba nada más que a ella.
—La verdad no puedo entender como le pudiste hacer algo así —regañó—. Ella estuvo preocupada por ti cuando desapareciste. Y cuando regresas, lo único que haces es pelear con ella y terminarle. Eres...
—Luna.
Luna habría continuado hablando, de no ser por el tono serio con el cual Sam había mencionado su nombre. No la hizo temer, claro que no, en realidad el que parecía más asustado ahí era él, pero si fue como si algo ajeno a ella le dijera que debía prestar atención a sus palabras.
—Tuve una razón para terminar con Leah.
—Bien, ve y dicela. ¿Por qué llamarme todo el fin de semana para decirme tus razones? Es a Leah, mi amiga que continúa triste, a quien debes decírselas.
—Me siento muy mal por lo de Leah, jamás fue mi intención lastimarla, lo juro; pero tuve que terminarle. En serio, Luna, tú más que nadie debe escuchar mis razones.
—¿Y eso porqué, Samuel?
Y la mirada en los ojos de Sam fue el único indicio que necesitó para saber que no quería oír las palabras que salieron de su boca.
—Porque yo terminé con Leah por ti, Luna.
Y, oh, Luna en serio no había querido escuchar esas palabras.
Era una real contradicción la que sentía dentro de ella, su corazón bombeaba con fuerza, bailando de felicidad por esa frase. Era como si desde que conoció a Sam habría querido oírlo decir esas palabras.
Por otro lado, en cambio su mente estaba hecha una furia. No podría creer la desfachatez de Sam para decirle eso. ¿Ella era la culpable de su ruptura con Leah? ¿Ella era la razón por la cual su amiga estaba tan triste e infeliz?
—¿Qué? —preguntó, aunque lo había escuchado con claridad.
—Terminé con Leah para estar contigo, Luna. No quise que pasara así, pero sucedió y solo... Me gustas, Luna.
Y fue en ese momento en que Luna decidió hacerla caso a su cabeza y no a su loco corazón que con cada palabra que soltaba Sam parecía bailar de felicidad.
—¡Debes estar bromeando! —gritó, histérica—. ¡Tú no puedes venir a mi casa y decirme eso! ¿Qué esperas que haga? ¿Qué salte a tus brazos y nos besemos? ¿Si te das cuenta que eres el ex novio de mi mejor amiga?
—Luna.
Bufó, echándose para atrás cuando él intentó tocarla. No iba a hacer caso de sus palabras, y mucho menos iba a prestarle atención a la mueca de dolor que tenía.
—¡Leah es mi amiga! —exclamó con enojo—. ¡Ella literalmente ha estado llorando conmigo por ti y tú vienes y me dices esto!
Luna no estaba consciente de sus palabras, solo sabía que estaba gritándole las muchas razones por la cual eso estaba mal, en cuanto a Sam, él estaba tranquilo, escuchando cada una de las palabras que le gritaba.
—Yo no escogí esto, solo sucedió —dijo, justo cuando ella se detuvo—. No quería hacerle daño a Leah, jamás fue ni intención. No quiero ponerte en una situación complicada, pero debía saber lo que siento por ti.
—Ya lo has hecho —bufó—. Eres mi amigo y planeaba que tu ruptura con Leah no interfiriera en eso; pero ya no.
Luna respiró profundamente, tratando de calmarse, para luego decir:
—Vete de mi casa.
—Luna, sé que...
—¡No! ¡Escuchame! —musitó con enojo, Sam se calló—. Te vas a ir de mi casa, vas a olvidar toda esta conversación y te vas a olvidar de mi. En cambio, regresarás a tu casa y llamarás a Leah para decirle que eres un idiota y que quieres volver con ella, ¿entendiste?
» Si tú única razón para terminar con ella fue para poder estar conmigo, pues lo siento mucho, Samuel, eso no va a poder ser.
Sam se tensó y duró unos cuantos minutos en silencio hasta que soltó un largo suspiro.
—Te voy a respetar, lo sabes, cumpliré con alejarme de ti; pero no volveré con Leah.
Luna iba a replicarle, cuando Sam volvió a hablar.
—Te quiero a ti, Luna. Tú eres la única persona en el mundo con la que quiero estar.
—No puedo creer que estés hablando en serio —soltó una risa irónica—. Sam, ¿qué te ocurre? ¿Solo te despertaste un día y decidiste dejar a Leah por mi?
Sam abrió la boca para contestarle pero la cerró de nuevo. Luna solo le quedó ahí parada, mirándolo seriamente con los brazos entrecruzados.
En su mente no entraba todo lo que le había dicho Sam, ¿era eso en serio?
—Es más complicado que eso —respondió finalmente—. Tú me gustas, Luna, en serio. Hay algunas cosas que no puedo decirte, pero son para protegerte, de seguro ni me creas cuando te lo diga.
Luna lo cortó, soltando un largo y pesado suspiro. Sam sonrió al verla, le parecía bastante tierno ver el casi imperceptible tic que hacía la nariz de la chica cuando intentaba calmarse.
—Yo no quiero hablar de esto ahora —dijo Luna, para luego observar el reloj en su muñeca—. Está conversación se alargó mucho más de lo que quería, tengo que ir a clases.
—Dejame llevarte —pidió, aunque para Luna sonó más como un ruego, como si él no quería alejarse de ella.
Luna le dio otra de sus muy irónicas sonrisas.
—Venga, llegaré al instituto con la persona que acaba de confesar sus sentimientos por mi y que, para datos adicionales, es el ex de mi amiga —Sam bufó—. Sí, gracias, prefiero caminar.
Cuando cogió su mochila pudo escuchar como Sam soltaba otro bufido de desesperación.
—Deja de darle tanta importancia al hecho de que soy el ex de Leah, Luna.
—¡Pero si ese es el hecho importante aquí, Sam! —le gritó—. Leah hasta hace tres días era tu novia, aquella que besabas y decías querer. ¡No voy a olvidar eso, y mucho menos el hecho de que ella estuvo tres días llorando por ti en mi sillón!
» ¡Sal de mi casa y alejate de mi!
Sus últimas palabras parecieron ser un golpe duro para Sam, el cual solo asintió seriamente y terminó saliendo de su casa sin decirle ni una palabra.
Fue en ese momento en que Luna se dio cuenta de la incomodidad en la que se sentía. En realidad, no sabía con exactitud cuales eran los sentimientos que más predominaban en su cuerpo, desde la incomodidad por haber tenido esa charla hasta la pequeña vergüenza que sentía al recordar como Sam decía que ella le gustaba.
Terminó por volver a echar su mochila al sofá, ya no quería ir al Instituto, no después de haber escuchado todas esas cosas que le había dicho Sam. ¿Cómo podía mirar a Leah ahora a la cara después de esa conversación incómoda?
Ay, ya nuestro querido Sam se le ha confesado a mi preciosa Luna.
Ni Flash es tan rápido como Sam confesándole a Luna sus sentimientos, ahque xd
Bien, siempre me va a dar tristeza la historia de Leah, tanto la de los libros originales como la que estoy escribiendo acá. Leah es una bebé preciosa que merece todo lo bueno del mundo.
Acabo de terminar mis clases y aprobé todo ✨estoy muy feliz✨
Diganme si les gustó el capítulo, me encanta leer sus comentarios.
Valoren mi esfuerzo comentando y/o votando✨
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