▪️Sombras... Parte. III▪️
009
Los hombres no tardaron en llegar a la cabaña de Kayac el curandero de la manada.
Los cinco hombres no pidieron permiso o aprobación para entrar, sin decir una sola palabra en cinco segundos derrumbaron la puerta de la cabaña.
— ¡Kayac! — Despejaron la mesa del comedor y pusieron con delicadeza a su Alfa.
Un hombre descuidado y anciano salia del sótano algo alterado por los ruidos tan fuertes que se escucharon antes.
— ¡¡¡Hombres invesiles!!! — observo la puerta y el desastre que provocaron al tirar todo de la mesa al suelo para después mirar a los hombres — ¡Que es todo!... — estaba listo para insultarlos una vez más, pero en cuanto observo a su Alfa retorciéndose del dolor sobre la mesa salió corriendo hacia su dirección.
— Sal... Salva a mi... — Madison se derrumbó de el dolor y en un último esfuerzo de mantenerse conciente se desmayo.
Kayac apretó la mano de su Alfa y al instante salió hacia una estantería llena de frascos con líquidos de colores y otros no tan coloridos. Se podría decir que con colores más opacos y apestosos a simple vista.
El hombre observo detenidamente cada frasco hasta encontrar uno en específico.
La agarro y se dirigió nuevamente hacia la mesa.
— ¿Que es eso? — un hombre lo detuvo cons su mano antes de que llegara a su Alfa.
— Es difícil explicarlo, y si me tomo el tiempo de hacerlo, la Alfa moriría —
El hombre pareció recapacitar y apartó rápidamente su brazo permitiendole el paso.
Kayac abrió delicadamente la boca de Madison y vertió aquel líquido tan brilloso en ella, para después levantar levemente su cabeza para evitar que se ahogase.
— Luna en línea... — los demás Calers se le quedaron viendo algo confundidos — deben de llevarla ante su Luz... Está noche —
— ¿¡Como se supone que haremos eso!?... Tu más que nadie sabés que la maldición de esa luna es casi imposible de activar y letal para los que participan —
Kayac solo miraba a los hombres alterados con una sonrisa no muy cuerda de su parte.
— Tienen 12 horas para activarla — Les acercó un papel a los hombres con un nombre y dirección en el.
Los hombres se miraron entre si y sin dudarlo salieron de inmediato a planear lo que harían para salvar a su querida Alfa.
— ¿Como haremos para encontrar a la luna de la Alfa? — el más tímido y asustadiso le hablo Neal, el encargado.
— Si el loco de Kayac nos dió esto... — sacudía el pedazo de papel — Fue por algo Sasha — Se detuvo y llamó a dos hombres más — ¡Alec!... ¡Jean!... — Los hombres llegaron enseguida — Bien nos dividiremos... Sasha y Lork irán a buscar a este hombre... — les dió el pesado de papel.
— Muy bien, pero ¿como evitaremos no ser quemados por la barrera? _ interrumpió Lork.
La pregunta de Sasha dejo callado al instante a Neal. El cual mentalmente buscaba una respuesta.
_ La bruja... _ Sasha llamo la atención del resto — Hay que hacerla hablar... —
— ¿Y como aremos eso Sasha? — Neal intimidaba al pobre con la mirada.
— Todos tienen un punto débil solo... Solo hay que encontrar el suyo —
— Gran idea Sasha... ¡TENEMOS 12 HORAS PARA SALVAR A NUESTRA ALFA, Y TU SOLO PIENSAS EN IR A DESPERDICIARLAS CHARLANDO CON LA BRUJA! — Todos se asustaron con sus gritos.
— ¡Neal! — Lork trataba de tranquilizarlo — Iremos a hablar con ella, mientras que tú vas al lago y te tranquilisas — Neal iba a protestar pero afortunadamente llegó su mujer y se lo llevó.
El resto; Sasha, Lork y Jean fueron a la cabaña donde se encontraba Sammy en busca de una alianza o un sacrificio.
— Bien, hablemos... — Jean arrastró una silla hasta estar a pocos metros de Sammy — Es muy sencillo ser mágico... Antes de llegar a esa montaña... — indicaba con su mano _ Ay un barrera mágica que nos impide el paso. Lo único que queremos es que la destruyas... ¿Puedes hacerlo o no? —
— Dar indicaciones de que las montañas están al oeste solo funciona cuando puedes verlas — Sammy se burlaba del gesto del hombre — No pueden salir por lo tanto no hay forma de que puedan sobornarme con algo... Eso nos deja en que su única opción es torturarme y aún así no haría nada — les guiño el ojo a los hombres.
— ¿Porque adelantaste la maldición de la Alfa? — Sasha dió un paso adelante.
— La maldición de un licantropo normal se activa cuando esté mata a alguien... Por el contrario ustedes los Calers activan su maldición con su luna en línea, bastante patético desde mi punto de vista — se recostaba en la silla
Cada Caler tiene su media luna. Su amigo, compañero y amante. En muchas historias de amor se le podría llamar como su cuento de hadas, pero no todo es felicidad y sueños cumplidos... Cuando un Caler encuentra a su luna se siente especialmente atraído por esa persona, pero a la vez siente que un mundo los separa. La maldición se activa cuando las dos lunas; tanto la del Caler como la de la otra persona se alinean en luna llena atrayendose como metal y imán, hasta juntarse por completo... Pero la maldición prohíbe que dos almas gemelas, que dos lunas estén juntas, por lo que una destruye a la otra creando así la Luna Mournful o mayormente conocida como la Luna Rota.
La luna destruida en el combate termina con la vida de alguna de las dos partes, haciendo que la persona o Caler que quede en pie termine con la marca infernal de la maldición en su torso, haciendo que este no pueda volver a tener nada con alguien más. Y si es así la marca arderá y incinerara a la persona que la posee.
— ¡Necesitamos salir! — Jean tiro la silla y agarro a la mujer del cuello — ¡Así que deja tus acertijos a un lado y dinos que debemos darte para que quites la estúpida barrera! —
— Sigue intentándolo imbécil — Sammy le escupió en la cara.
— En verdad crees que Klaus Mikaelson te dará lo que pediste por hacer esto... ¡No le importas!... Eres un cero a la izquierda para el... Y es más preferible que acabemos contigo a qué el lo haga — la soltó fuertemente y se dió la espalda para irse.
— Espera... — Sammy intentaba soltarse de las cadenas — "Nunca eres feliz hasta que encuentras algo por lo que sentirse infeliz; entonces, estáras encantada"... Con esas absurdas palabras Klaus...—
— ¿Te conquisto? — ella solo asintió de mala gana y con sus ojos un poco cristalizados.
— Una Claire callo en los encantos de un Mikaelson... Muy ético de mi parte — sonreí irónicamente — Las llaves — señalaba las esposas que tenía.
Los hombres no sabían si lo mejor era soltarla, aún no confíaban en ella y se podría escapar fácilmente.
— Es tu decisión formar parte de una familia o irte a buscar amor donde claramente no lo hay — Jean se arrodilló y saco unas llaves de su bolsillo, para luego abrir las esposas y dejar libre a Sammy.
Sammy lo miro con una ceja levantada pero se levantó, sacudió su ropa y se dirigió al oeste de las montañas acompañada de los hombres.
Ella levanto una mano y la puso en la barrera y la otra la extendió hacia Jean.
— Soy una bruja Sifón, absorvo magia — lo miro fijamente — ¿Vas a ayudarme o no? — Jean sonrió de medio lado y sostuvo la mano de la bruja.
Corlett
Un destelló morado se extendió por todo el lugar y un ruido de explosión llegó a los oídos de todos.
Sammy cruzo al otro lado aún sosteniendo la mano de Jean. El cual cerro los ojos con fuerza pensando que se iba a quemar.
En cuanto los abrió vio a Sammy burlarse de él.
— No es divertido _ se cruzó de brazos.
— Para mí si — seguía riéndose.
— Bien chicos ahora vayan, ya saben que hacer. ¡Rápido!
Los hombres fueron a buscar a el chico y Jean se quedó con Sammy.
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A MEDIA NOCHE...
— ¡Jean! — Sasha y Lork traían a el hombre con la cabeza cubierta — aquí está _ lo tiraron a los pies de Jean.
— ¿Tu eres Anthony Atalaya? _ le quitó la tela de la cabeza y lo puso en pie.
El hombre aterrado asintió.
Jean lo llevo rápidamente a la casa de Kayac dónde se encontraba Madison y lo puso en la misma habitación.
— ¡Madison! — grito Anthony al verla.
— Eres su Luna... Morirá si no cumples con la maldición — Jean le explicó todo lo de la maldición al pie de detalle.
— Yo... Yo lo... Lo haré — Anthony no dudo en sacrificarse por ella — ¿Como se activa? —
— Tu sangre — Kayac agarraba un pequeño cuchillo y lo extendía a el — derramala en su torso —
Anthony le dió un último beso a su amada y corto parte de su muñeca dejándola caer según las indicaciones de Kayac.
Las gotas de sangre de Anthony se convirtieron en pequeñas gotas de luz brillante.
— Que... ¡¿Que está pasando?! —
— Un progenitor... No muere hasta el día de su conversión — Kayac decía sorprendido.
— Madison... Está... ¿Está esperando un hijo? — Anthony pregunto y Kayac asintió aún sorprendido.
— ¡Haz... Haz lo que tengas que hacer!
— Jean termino con el horrible silencio — Lo necesitabas a el ¿no es así?... Aqui lo tienes — empujó a Anthony hasta el.
— Date prisa, no hay mucho tiempo — Kayac tomaba a Anthony del brazo.
Anthony aún seguía sorprendido por lo que había escuchado... Su cuerpo no respondía a las órdenes que el mismo le daba, pero en lo único que estaba seguro es que aquel bebé que estaba esperando Madison, sin duda era su hijo.
Con ayuda de los hombres, sacaron a Madison y a Anthony a la luz de la luna llena.
Kayac ya tenía preparado un cuadrado de hojas de un árbol llamado Acacia saligna, árbol que protege desde los más viejos hasta los más jóvenes licantropos.
Ambos fueron ubicados dentro del cuadrado. Cuando la luna se centro en el horizonte y su Luz era más evidente para todo el oeste, la maldición empezó a apoderarse de el momento.
— ¿Estás listo? — Anthony asintió aun sosteniendo a su mujer en brazos — El alma de Madison seguramente es más poderosa que la tuya — interviene Kayac antes de que todo ocurriese.
— No trates de mejorar la razón de mi muerte Kayac — Anthony sonríe de medio lado.
Kayac asiente con una sonrisa melancólica y da un paro atrás para que todo diese inicio.
La luna en el horizonte se torno de un color más fuerte y todo brillo que lo rodeaba desapareció. Cuando el último brillo de la luna desapareció la luna o como lo conocían los vampiros, la alma de Anthony salió de su ser, sin antes haber besado por última vez a su amada y haberse despedido de ese pequeño que esperaba Madison.
Las dos lunas se alinearon en una línea recta en todo el horizonte. La luna de Madison a la izquierda y la de su amado a la derecha. Ambas estuvieron inmóviles por un momento, pero fue cuestión de segundos para que las dos chocarán una contra otra a la velocidad de la luz, haciendo que un esplendor de color plateado invadiese todo Nueva Orleans, dejando por poco a muchos ciegos.
La maldición de la Alfa de la manada Caler provoca que toda la manada duerma por al menos dos días desde el esplendor de la maldición...
No sabemos que pasó después... Después de esos días no se volvió a saber nada de tu manada, o al menos hasta donde nosotros supimos, estrellita...
(Subconciente de Elena)
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