Capítulo 5:

Cerré el ordenador y me masajeé las sienes. Llevaba todo el día leyendo correos. Lo cierto era que Rachel tenía bastante don de gentes. Sabía exactamente que decir para ganarse a todos a través de unos simples mensajes. También había investigado sobre las fiestas. Eran realmente increíbles. Estar a su altura iba a ser difícil. Para descansar, cogí el móvil y me conecté al chat grupal.
- ~A se ha conectado -
JJ: holaaa April!!
~A: Hola ^^
JJ: que tal el dia?
~A: Agotador
~A: He estado investigando sobre el trabajo de Rachel
JJ: y que te ha parecido?
~A: Increible
~A: Estoy algo nerviosa por tener que estar a la altura
JJ: no te preocupes
JJ: nosotros te ayudaremos
Julia: Ciertamente, Rachel tenía talento para la organización de eventos.
JJ: era la mejooor

Me debatí si preguntar o no por Rachel. Había leído varios artículos acerca de su caso que decían que se había suicidado. Me parecía un tema delicado y no había querido mencionarlo.

Julia: No sé si es un poco pronto para esto pero ayer el Señor Grayman tuvo una reunión con un grupo activista. Querían crear una serie de refugios a lo largo del país para distintos animales no domésticos. Tal vez serían buenos invitados y darían una buena imagen. Al fin y al cabo las fiestas son para ayudar a grupos como ellos.
~A: Suena bien
~A: Si me pasas el contacto puedo guardarlo para cuando empiece a mandar las invitaciones
Julia: Por supuesto
- Prince se ha conectado -
Prince: April! Veo que estas conectada
~A: Hola Derek
Prince: Justo esperaba encontrarte
Prince: Llevo toda la tarde en el gimnasio y estoy agotado
Prince: Me apetecia hablar con alguien agradable

Junto a sus mensajes llegó una foto. Era realmente guapo pero sin duda no era mi tipo. Tenía el pelo teñido de blanco y se veían sus ojos naturales de color azul. Siempre que salía en público llevaba unas lentillas de color rojo. En la foto aparecía con una toalla alrededor del cuello. Pusé los ojos en blanco y me reí. Me habían dejado claro que era muy dado a enviar fotos siempre así que no le di mucha importancia. Seguí charlando con ellos tres un rato pero todos debían volver a sus quehaceres y yo también me desconecté. Antes de cerrar la aplicación cotilleé el perfil de Seven. Tenía pocas fotos en las que saliera él pero las suficientes para que mi mente divagara y fantaseara. En ese momento me llegó una llamada suya. Para no parecer desesperda le cogí al tercer toque.
- Seven, ¿todo bien?
- Sí. Es solo que tengo una alarma puesta y puedo ver quien entra a mi perfil.
Mi primer instinto fue entrar en pánico. Esto era peor que cuando le das like a la foto de alguien en insta cuando tiene más años que estrellas el firmamento. Luego recordé que todos, especialmente JJ y Derek, me habían avisado de que Seven era dado a las bromas y que al ser hacker muchas parecían reales y casi daban miedo.
- ¿Has probado a inventarte esto con el resto del grupo? - pregunté antes de reírme.
No estaba segura de si era una broma o no pero tenía que probar. Seven se rió al otro lado del teléfono.
- ¿Crees que algún día conseguiré que te creas una broma?
- Tendrás que esforzarte mucho. Aunque lo cierto es que si estaba cotilleando tu perfil.
- ¿Y aún así no ha colado?
- Casi.
- ¿Y que tenías tantas ganas de saber? Venga, ¡pregunta!
- ¿Cómo has acabado siendo hacker?
- Cuando era pequeño... - se detuvo un momento - un grupo de la mafia me secuestro - terminó con tono dramático.
No pude evitar reírme.
- No te rías. Es cierto. Debía a aprender a manejar un ordenador o jamás vería la luz del día.
- Tampoco es que la veas mucho a día de hoy - bromeé.
- Auch.
Algo que también me había quedado claro de Seven era que evitaba hablar de su pasado, utilizaba el humor como vía de escape y trasnochaba en muchas ocasiones, llegando a pasar días completos sin dormir.
- Prométeme que hoy te irás a dormir - le pedí.
Me sentí un poco estúpida pero en las pocas semanas que llevaba les había cogido cariño a todos. ¡Solo un par de semanas! Y Seven... había algo, un magnetismo que me empujaba hacia él. Quería saber más de él pero yo no podía coger mi ordenador y averiguarlo todo. Desde el día del café tampoco le había vuelto a ver.
- Eso dependerá de si termino el trabajo o no.
- ¡Seven! - le regañé.
- Bueno, vaaale. Seguiré una hora y apago el ordenador.
- Gracias.
- Pero...
- Ya estamos. ¿Qué quieres a cambio?
- Tómate otro café conmigo.
- Ya sabes que yo tomo té. ¡Y tu también deberías!
- Tomaré té. ¡Pero no te acostumbres!
- Está bien. Salgo a las 8. Y fingiré que no puedes averiguarlo o que no te acuerdas.
- A sus órdenes, señorita.
- Adiós - me despedí entre risas.
- Hasta mañana - dijo casi en un susurro.
Colgué el teléfono y lo apagué. Me quedé con una sonrisa tonta mirando la pantalla en negro. Bastet que estaba en la mesita del salón me maulló.
- Calla - le regañé antes de acaricirle la cabeza.
Volvió a maullar y comenzó a ronronear.
- No me gusta - le reclamé.
A modo de respuesta me dio un mordisquito.
- ¡Oye! Está bien. Puede que me guste un poco. ¡Pero todavía no sé mucho de él!
Bastet siguió ronroneando y saltó sobre mi regazo.
- Pero es muy mono, ¿verdad? - pregunté levantando su cabecita.
De nuevo maullo.
- Eso pienso yo - me reí.
No sé que tenía este chico, pero me estaba calando fuerte.

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