Capítulo 4:
- ¿Qué haces aquí? - le pregunté sorprendida.
- Quería ponerte al día.
- Podrías haberme escrito.
- Me he quedado sin café y lo necesito para trabajar. Aquí me puedo quedar hasta tarde.
Vi que Jessica se acercaba y cambié rápidamente de tema.
- ¿Quieres tomar algo antes del café? - le pregunté apuntando en mi libreta.
- Mmm... ponme unas patatas fritas grandes. Y el café solo.
Jessica se quedo cerca y supe que me regañaría por respirar en cuanto me separara de la mesa.
- En seguida.
No sabía si Seven se había dado cuenta de la presencia de mi jefa pero en cuanto terminé de apuntar su pedido fui directamente hacia ella.
- No tienes toda la tarde para atender a cada cliente. Si quieres ligar hazlo fuera del horario. Yo me encargo de esta mesa - me pidió la libreta con el pedido de Seven y se la entregué sin rechistar.
Seguí haciendo mi trabajo y recogí las bebibas y pedidos de las demás mesas. Pasé un par de veces junto a Seven que estaba concentrado en su ordenador. Estaba dejando unas bebidas en una mesa cercana cuando Jessica le llevó sus cosas.
- Aquí tienes.
Seven ni se molestó en mirarla.
- Vaya. Es un ordenador muy chulo. Creo que mi hermano tiene uno parecido - dijo jugando con su pelo.
- Lo dudo.
Jessica pareció algo sorprendida pero no se rindió.
- Pues habría jurado que era idéntico.
Seven le ignoró de nuevo y sigió tecleando con prisa. Jessica no tuvo más remedio que irse.
- Karma - musitó Dean a mi lado.
- Y que lo digas - respondí sin quitar la vista de encima del pelirrojo.
- ¿Crees que tenga posibilidades? - me preguntó Dean.
- Ni idea. Pero parece concentrado.
- No os pago para que habléis. Seguid trabajando.
A toda prisa nos pusimos manos a la obra de nuevo. Los de la mesa 3 se habían marchado y me tocaba limpiar. Nada más terminar oí que Seven me llamaba.
- Dime.
- Traeme otro café.
- Voy.
Estaba a punto de irme cuando su voz me detuvo.
- Mejor que sean dos. ¿A ti como te gusta el café?
Tras unos segundos en los que me quedé completamente sorprendida y paralizada por la pregunta, recuperé mi voz para poder hablar.
- No suelo tomar café. Además ahora tengo que trabajar.
- Tu turno termina en 20 minutos. Podemos hablar después.
Esta vez no fui capaz de responder. ¿Sabía mi horario? ¿Había investigado donde trabajaba y que horario tenía?
- No vuelvas a investigar sobre mí - le contesté en tono serio.
- Comprenderás que tenía que hacerlo. Eras bastante sospechosa.
- Pues si ya has averiguado todo lo que querías, para. Da mal rollo.
Le vi sonreír sin dejar de mirar a la pantalla.
- Si le está molestando mi compañera no se preocupe. Ya se va - dijo Jessica metiéndose por medio.
- Quiere otro café - le dije a Jessica antes de irme.
Sin embargo, no me alejé mucho y llamé la atención de Dean.
- Perdona si te ha molestado. Suele acosar a algunos clientes.
Seven siguió tecleando. Dean y yo nos reínos por lo bajo.
- Este chico es maravilloso - dijo Dean sin quitarle el ojo de encima.
- ¿Quieres otro café entonces?
- Eso ha dicho April.
- Tiene muy mala memoria. Por eso la digo que lo apunte todo pero esto no lo ha escrito. Ya lo siento.
De nuevo silencio. Esta vez me mordí la lengua para evitar reirme y que Jessica se diera cuenta de nuestra presencia.
- ¿El café solo? Es como lo has tomado antes. A mi me parece la mejor forma de tomarlo.
Sus intentos por subirse la falda del uniforme, desabrocharse la camisa y jugar con su pelo no estaban surtiendo efecto ya que Seven no apartaba la vista de la pantalla.
- Este chico es de piedra. Normalmente todos la miran muchísimo.
- Volvamos al trabajo. No creo que la conversación de para mucho más.
- ¿Qué conversación?
Estallé en carcajadas llamando la atención de Jessica. Vi que Seven había ladeado la cabeza ligeramente. Tal vez también me hubiese escuchado. Jessica se acercó hecha una furia.
- ¿Si tienes tiempo para reirte porque no limpias los baños?
- Mi turno termina en 10 minutos.
- Que pena. Así compensas el tiempo que has estado haciendo el vago.
A regañadientes fui al armario de limpieza y después al baño. Para cuando termine ya habían pasado más de veinte minutos de mi hora de salida. Recogí mis cosas y y fui a la mesa en la que estaba Seven.
- ¿Y bien? Qué has averigudo.
- Me ha costado mucho rastrear su procedencia. Quien quiera que lo enviara sabe cubrir sus huellas. He conseguido averiguar desde que oficina lo enviaron pero las grabaciones de seguridad de esa semana se perdieron. Sea quien sea quien está detrás de todo esto controla bastante de informática.
- ¿Otro hacker?
- Podría ser. De momento no puedo averiguar mucho más. Necesito que si pasa cualquier cosa por el estilo me avises.
- April, deja de molestar a los clientes - me regañó Jessica.
Hoy no pensaba dejarme en paz ni en el trabajo ni fuera.
- Ya he terminado mi turno. No estoy trabajando.
- Entonces vete. ¿Qué van a pensar los clientes si ven una chica con el uniforme holgazaneando? Además no es razón para acosar a un cliente.
- Le he pedido yo que se sentara - me defendió Seven.
Era la primera vez que dejaba de teclear y apartaba la vista del portatil.
- Aun así con el uniforme no puedo dejar que te quedes aquí sentada.
- Eso se soluciona fácil - respondió Seven quitándose su sudadera.
Me la tendió y la cogí algo dudosa. Era negra con alguna zona roja y un símbolo en la espalda. Me la puse y subí la cremallera.
- Traeme la cuenta ya que estás - le pidió Seven.
Me tapé la boca para ocultar mi sonrisa y a Jessica no le quedó más remedio que irse.
- Ojala pudiera hablarla así - me mofé.
- Acabo de entrar a tu correo. Voy a instalarte un acceso al correo de Rachel. Deberías estudiártelo para ver como ella conseguía que vinieran a la fiesta. Las invitaciones eran completamente personalizadas y además era muy selectiva. También tendrás que decir que no a grupos que quieran venir y no encajen con lo que buscamos.
- Alto el carro. ¿Has entrado a mi correo?
- Poner tu nombre y año de nacimiento no es muy inteligente.
- ¡Deja de meterte en mis cosas!
- Era la única forma de instalarlo y te va a ser de utilidad.
- ¿Y no podías pedírmelo?
Siguió tecleando sin responder.
- Al menos podrías prestarme atención si has venido a hablar conmigo.
Levantó la vista y guardó su ordenador. Jessica le trajo la cuenta y dejo su número en el ticket. Seven lo vio y tras pagar se puso en pie sin cogerlo.
- Te llevo a casa.
- Como sabes donde vivo...
- Puedo fingir que no me acuerdo si quieres.
Puse los ojos en blanco sin poder evitar sonreír.
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