Capítulo 2. Festival de luces.
A pesar de que el tiempo había pasado desde la última vez que supieron de aquella mujer la vida de HoSeok siguió su curso de manera tranquila, a excepción de recordar cómo su madre lloro a su padre implorando que erradicará aquel odioso destino que había sido impuesto en la vida de su pequeño más el alfa solo pudo consolarla advirtiendo que era imposible, no podían ir en contra de las palabras de la luna, como podrían hacer eso, sería fatal y peor para su pequeño hijo quien solo existía y vivía feliz en su inocencia, ahora a sus 7 años ya era todo un niño grande o así le decía a sus padres y personal que trabajaba bajo su servicio.
Su madre decía que siempre sería su pequeño bebé y no importaba que pasarán los años sobre el, eso jamás cambiaría.
Y ahora la familia real, Jung, se preparaba para asistir solo un momento al festival de las luces, a pesar de las crisis que se habían vivido esos últimos 4 años, la prosperidad no abandono a aquel reino y querían estar agradecidos con su gente y que mejor que asistir a ese festival en dónde podrían disfrutar.
— Su alteza, el principe se niega a colocarse el atuendo, alegando de que no es nada cómodo y bonito.— la dama que atendía al joven príncipe daba la queja de su reciente negación a usar la vestimenta que correspondía.
— Dile que es necesario además de ello que sí lo hace, prometo que el rey está noche irá directamente a leer un cuento para él.
HoSeok quien se encontraba detrás de aquella puerta sonrió y se marchó tan rápido para no ser descubierto por nadie.
— Vamos Zico Hyung, necesitamos irnos antes de que madre se de cuenta que estamos aquí.
Jalo a su ayudante y consejero sin percatarse que su madre ya se había dado cuenta de su presencia, se sorprendía de lo intrépido que podía ser su pequeño hijo y a veces su esposo le decía que eso se debía a qué HoSeok era una mini versión de ella, pues recordaba a la perfección cuando en ese entonces la princesa se escapaba de sus clases para disfrutar de un día en el pueblo aún si eso le costaba una reprimenda por parte de sus profesores y le advirtió que probablemente su hijo fuese de esa manera.
HoSeok llegó a su habitación y con ayuda de las damas se vistió, aún cuando odiaba aquella ropa encima así como cintos y demás cosas no pudo negarse, había escuchado la recompensa que tendría. Y es que aunque fuese un niño ya grande a veces extrañaba ver a su padre junto a él pero comprendía que era necesario que el se marchase a distintos lugares buscando la manera de proporcionar ayuda a su propia gente, admiraba mucho a su padre y el también quería ser digno de recibir aquella responsabilidad, pues sabía que su madre por cuestiones de salud ya no pudo concebir más hijos así que HoSeok era el único heredero al trono.
Cuando ya estuvo completamente arreglado se anunció la llegada de la reina y todos incluído el ofrecieron respeto.
— Que precioso te miras mi pequeño HoSeoki.— su madre beso su mejilla.— debemos darnos prisa, tu padre nos espera.
Tomo la mano de su pequeño y con una elegancia que caracterizaba a la familia real dieron marcha al encuentro con el alfa Jung.
Jinyoung esperaba junto con sus guardias a la llegada de su esposa e hijo, a pesar de que el tiempo era justo no iba a desaprovechar la oportunidad de estar junto a su familia, habían sido meses de su ausencia.
Le preocupaba en algunas ocasiones dejar a Tzuyu sola, pues a veces las palabras de aquella mujer regresaban mientras observaba a su niño haciendo actividades día a día.
El le había consolado, asegurando que se aseguraría de hacer lo posible porque aquel destino no fuese tan cruel con su primogénito pero su lobo le decia que eso era imposible y aceptará ese hecho.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando vio a su amada y hermosa esposa llegando, se sentía afortunado. La corona, el reino, nada de ello valía realmente, solo su amada esposa, su Tzuyu, aquella chica revoltosa que más de una vez le había jugado bromas haciéndose pasar por una simple dama de la corte. Hasta que sus lobos de reconocieron y de inmediato se quedó enamorado de ella. Y que decir se ese tiendo cachorro, con sus lindos hoyuelos marcados a causa de su sonrisa, amaba a su familia tanto que daría su vida por ellos.
— Mi reina.
Le tomo de la mano para depositar un ligero beso en ella y después tomar entre sus brazos a su cachorro.
— Mi gran HoSeok, veo que haz crecido bastante.— le beso su mejilla.
— ¡Claro padre! Yo ya soy alguien fuerte y valiente que protegerá a madre y al reino, y los protege aún en tu ausencia.
Jinyoung sabía que esas palabras no estaban destinadas cómo reproche a su falta de presencia durante largos tiempos. Pero aún así se sintió un tanto mal.
— También para decirte que mamá ha prometido que tú vas a leerme un cuento después de este festival.
La sonrisa de HoSeok se amplio aún más y Tzuyu soltó una ligera risa.
— Este jovencito, me preguntó de dónde habrá oído eso.
HoSeok se asustó un poco, su madre jamás le había mencionado directamente a el sobre ello.
— Lo siento mami.
El alfa soltó una carcajada.— no es bueno oír conversaciones ajenas, pero lo que dijo tu madre se cumplirá pero recuerda HoSeok, respeta la privacidad.
El pequeño Jung asintió y todos partieron directamente al pueblo para estar un lapso de tiempo ahí y después regresar al palacio donde otras ceremonias se realizarían.
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— No puedes atraparme Soyin, no puedes.
Un niño con solo un ligero conjunto de seda corría para no dejarse atrapar por su hermano mayor, quien estaba a nada de aventarse sobre el.
— Soy SeokJin, SE-OK-JIN, pequeña migajita grosera, no soy soyin.— Jin estaba a nada de poner sus manos sobre el pequeño cuerpo de un lindo TaeHyung de solo 4 añitos de edad.
Porque de igual manera, en el hogar los Kim, los dos hijos del matrimonio habían crecido lo suficiente y las palabras de aquella mujer se desvanecieron como el hielo que se derrite al estar en contacto con el sol.
Nadie recordaba de ellas a excepción de SeokJin quién creía que aquello fue parte de una historia que usualmente Mina le contaba.
SeokJin decidió rendirse así que se acostó en el suelo, cerro sus ojos y espero pacientemente.
TaeHyung al darse cuenta que su hermano mayor se había detenido se acercó tímidamente y cuando estuvo frente a él pincho su mejilla con delicadeza hasta que la tercera vez se asusto pues su hermano había saltado sobre él.
SeokJin ya era todo un alfa adulto de 8 añitos, o así lo creía cuando acompañaba a su padre a algunas reuniones de carácter informal pero que para Jin se consideraban de suma importancia.
— Te tengo migajita y está vez no vas a escapar, mamá quiere que estemos listos para el festival o de lo contrario no te comprará nada.— Jin advirtió al pequeño TaeHyung que con un puchero le observaba.— vamos con Mina, debe tener nuestra ropa lista.
— Pero promete que jugaras conmigo más tarde Soyin, por favor prometelo.
— Haremos cómo tú desees pequeño pero ahora debemos estar más que preparados.
Ambos caminaron sujetados de sus pequeñas manitas, mientras Mina rezaba a la diosa luna por aquellos dos cachorros, los amaba mucho pero a veces llegaban a ser tan inquietos y eso que rara vez se transforman en sus lobeznos.
Cuando Dahyun y SeoJoon llegaron por sus hijos no pudieron evitar enamorarse de ellos como siempre sucedía, eran tan guapos y hermosos a sus ojos, el alfa Kim se sentía tan afortunado de tener a su pequeña manada y no dudaría en protegerla de cualquier circunstancia que la vida les presentase sin embargo nada aseguraba que fuese a vencer cada una de ellas y para lamento de su lobo tal vez en un futuro su joya más preciosa, su pequeño hijo omega tendría que luchar por un destino cruelmente escrito.
— ¡Mami, mami mira que bonito me veo!
El pequeño Tae corrió directamente a los brazos cálidos de su madre y está lo recibió gustosamente, abrazando y dejando que su omega ronronear a causa de la felicidad que le transmitía tener a su lindo cachorrito con él. Amaba demasiado a su hijo, a ambos en realidad.
Nunca pensó alcanzar la felicidad de formar una familia, proveniente de un campo de esclavitud y rescatada por su actual esposo, estaba agradecida con la luna por la oportunidad que le brindo. Aún recordaba cuántas veces se avergonzaba de la nula capacitación en cuanto a escribir y leer, creía que su alfa en ese entonces salvador solo le tenía lástima y quería deshacerse de una omega inservible tal como sus padres habían hecho con ella.
Intentaba esforzarse pero le era difícil, demasiado para ella e incluso algunas veces decidió escapar de aquella casa que servía como refugio pues sentía que estaba de más. Pero cada que lo intentaba o el alfa le descubría o bien se sentía tan cobarde de abandonar un lugar que le proporcionaba al menos un techo, comida y no pasar frío. Así como también se vería una persona mal agradecida por ello. Es por eso que decidida a ser de un provecho además de sus clases que recibía por parte de un amigo de su esposo quien también era omega se dedicaba a hacer quehaceres con la finalidad de aportar al menos algo económicamente aunque el alfa Kim le había dicho que no era necesario pero ella sentía que si lo era, con todo ello fue ganándose el cariño de las personas y su personalidad amable, dulce, bondadosa e inocente le hacían querer entablar algún tipo de relación. Algunos alfas intentaron cortejarla pues creían que una omega cómo ella era digna de ser portadora de sus cachorros. Pero desistian de ello al saber que SeoJoon era quien la protegía o aún más al enterarse que ese alfa quien era allegado a la familia real era su destinado. Claro que Dahyun desconocía ello, pues su lobo y ella habían perdido comunicación después de tantos eventos desafortunados.
Así que cuando una noche mientras todos estaban acomodando todo para descansar y cuidarse del invierno que azotaba al imperio, un alfa estaba demasiado perdido en la nebulosa del calor que le provocaba su celo.
Dahyun desconocía de ello, sabía que era Omega porque desprendía su característico aroma pero jamás había experimentado lo que era un calor provocado por el celo.
Se ofreció a ayudarlo a pasar esa etapa, con mucha vergüenza pero era lo mínimo que podría hacer, a pesar de que SeoJoon se negó aún sabiendo que era su destinada, lo la obligaría a cumplir algo que desconocía pero para sus sorpresa la chica le asistió toda la noche preparando paños para bajar la temperatura de su cuerpo así como té de supresores a base de plantas medicinales, durante toda la noche cuido demasiado de él e inconcientemente desprendía más su aroma. Lejos de llegar a hacer algo sexual como usualmente sucedía en los celos, el lobo de SeoJoon se regocijo en su interior al ver cómo su destinada le ayudaba y en su inocencia prestaba lo que más podía. Así estuvo aquella muchacha en vela para cuidar de su salud y solo en pocos momentos descansaba para volver a ayudarle. Después de 3 largos días de esa situación al fin Kim se sentía perfecto y fue cuando descubrió a su dulce chica durmiendo en una pequeña mudilla de ropa que por obvias razones le pertenecían a el.
Con cuidado la llevo a la habitación de la muchacha y pidio que cuidarán ahora de ella. Más tarde se enteró que había pescado un resfriado a causa de cuidarle.
Agradecido fue su turno de brindarle los cuidados pertinentes y aquella noche de invierno, el lobo de Dahyun se presentaba y aceptaba al lobo de SeoJoon cómo su destinado. Por razones correctas Kim decidió ir lento y tratar de conquistar a aquella chica con delicadeza, sabía de dónde había salido y no quería asustarla.
Después de tantas citas, cenas de ellos dos y con ayuda de la diosa luna, ambos admitieron su amor. Se casaron con la bendición de la luna que incluso el Rey del imperio en ese entonces príncipe, estuvo presente en su boda pues SeoJoon había alcanzado un nivel grandioso dentro de la corte.
Dahyun amaba a su esposo, jamás le presionó o trato mal, le cuido y otorgó su felicidad máxima la cual consistía en sus cachorros.
— Eres tan precioso mi cachorrito.— beso sus mejillas.— SeokJin también estás demasiado guapo mi alfita hermoso.
SeokJin amaba recibir los cumplidos de su madre, a decir verdad ambos hermanos amaban demasiado recibir aquellas atenciones de su progenitora.
— Y que dices de mi.
Su esposo hizo acto de presencia, tan guapo como la primera vez que le conoció.
— Usted alfa mío, su belleza es realmente asombrosa, mi corazón late con su presencia y mi alma desfallece a causa de su ausencia. No podría alejarme de usted aunque quisiera y es que nuestras almas se han encontrado para permanecer unidas.
SeokJin amaba tanto los poemas que su madre llegaba a decir, el deseaba un Omega que fuese así de poética cómo su madre. Mientras que el pequeño TaeHyung no comprendía correctamente todo ello.
— Te amo mi hermosa Dahyun y a ustedes mis lucecitas de la constelación.
Abrazo a su familia y con ayuda de sus sirvientes así como guardias partieron al festival.
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Estaba seguro que su madre lo castigaría por una semana entera por su descuidó o peor aún tal vez ya no lo querría. SeokJin se encontraba aterrado pues había perdido a su lindo hermanito y todo porque a TaeHyung se le había antojado un bollito caliente con un poco de té de jazmín, era una de sus comidas favoritas.
Se supone que Mina junto con su escolta irían a comprar ello pero cuando volteo a dónde estaba su hermano ya no lo encontró. Sabía bien que su pequeña migajita solía cometer travesuras, lo normal en su edad.
Y mientras el con cuidado buscaba a su hermano. TaeHyung estaba caminando lo que sus pequeñas piernas le permitían. En su mano ya tenía lo que le había pedido a SeokJin pero de un momento a otro lo perdió de vista al igual que sus guardias y niñera. Se sentía solito y triste, pero su padre siempre le había dicho que cuando sintiera soledad buscará la luz más bonita y se quedase ahí y el iría por el.
Haciendo caso a sus palabras se acercó a una farola de luz, la gente veía a aquel pequeño niño y ninguno se atrevía a tocarlo o ayudarlo, sus razones tenían pero también se debía al emblema que portaba en su pequeño pechito el cual estaba bordado.
Cuando estuvo ahí se percató que detrás de el los puestos estaban poco iluminados. Entonces el sonido de algo caerse le asusto. Cerro con fuerza sus ojitos y contó hasta 5 esperando a que su padre alfa llegase a él, tenía bastante miedo pero quería ser valiente al mismo tiempo. Lentamente se asomo para ver qué había sucedido y cuando la curiosidad le ganó un niño como su hermano SeokJin cayó sobre su cuerpo.
TaeHyung estuvo a punto de romper a llorar pero se detuvo al ver a aquel niño con la mirada triste y al mismo tiempo a la defensiva. Su madre le había dicho siempre que aquellas personas necesitaban ayuda y el quería ser un buen niño.
Desde una esquina el guardia Lee había encontrado a su pequeño, avisando a Mina y cuidando de el en lo que llegaban la señorita y el amo SeokJin.
— Hola, mi nombre es TeTe.— Kim le extendió su pequeña manita al contrario pero no la recibió.
— No me importa.
Sus palabras fueron algo bruscas lo que provocaron un puchero en el pequeño omega. Sin embargo no iba a desistir.
Observando al contrario se percató que a pesar de ser una festividad aquel niño no vestía como él, sus ropas se encontraban un poco viejas, sucias a causa del polvo y rotas en algunas partes, muy diferentes al trajecito que portaba.
Estaba tan concentrado analizando a aquel niño que cuando escucho el sonido de un rugido se asombro.
Con lentitud acercó su mano que contenía la bolsita con el pan y el tecito.— toma, debes tener hambre.
Aquel niño de mirada gatuna le observo dudoso, no confiaba en las personas pero sabía que aquel niño indefenso no podría hacerle nada aún si portaba ropa que parecía ser cara y calientita, nada que ver con sus ropitas algo descuidadas.
Rápidamente tomo ello y comenzó a comer.
Sabía que sería muy tonto desperdiciar la comida que le regalaban, probablemente sería su cena en lo que quedaba de la semana y solo esperaba a que aquel lindo omega que era panadero pudiese regresar a salvo y brindarle un poco de comida como usualmente hacia con el.
— Mi hermano Soyin debe estar buscándome, tu eres como Soyin.
El niño que comía a gusto frunció ligeramente el ceño, el no sabía quién era ese famoso Ceboyin y no tenía intenciones de conocerle.
— Suga.
TaeHyung se mostró un poco confundido por aquella voz.
— Me dicen Suga. Gracias por esto.
TaeHyung le dedico una bonita sonrisa y antes de que pudiese hablar, su hermano SeokJin llegó corriendo a él, asustado y al mismo tiempo feliz de encontrarlo.
— TaeHyung estás bien, me había preocupado tanto por ti, porque te fuiste así.
Abrazo a su hermanito y tiro de el para ir con sus padres. Pero el niño negó y se giro para mostrarle a la nueva persona que había conocido pero cuando lo hizo solo encontró la envoltura en el suelo y sin ningún rastro de persona.
— No es justo, el copito de nieve se fue.
SeokJin no comprendía de que hablaba su hermano menor, probablemente de alguna historia o algo parecido pero después le preguntaría. Ahora estaba más apresurado a llegar a dónde sus padres, agradeciendo que Lee y Mina hubiesen encontrado a su travieso hermano.
Lo llevo de regreso y desde aquel lugar de sombras la mirada felina siguió esas dos figuras, arrugó su entrecejo al ver lo bonitos que se veían esos dos niños y no como él. Pero no podía evitar también sentirse triste.
Com cuidado avanzo por las calles donde admiraba la decoración, a veces le gustaba vivir en ese pueblo, no todos eran malos con él y en ocasiones recibía la ayuda de las personas, pero al ser un niño de la calle las probabilidades de acceder a algo mejor eran nulas. Solo ese bonito omega le permitía vivir en algunas ocasiones con el pues comúnmente salía del pueblo para buscar cosas.
Tan sumergido en sus pensamientos se encontraba aquel lindo niño que no se dio cuenta cuando chocó con una figura de su mismo tamaño, listo para pelear con aquella persona se percató de una mano en su dirección. Al igual que aquel niño de nombre Taecito— asociando a TaeHyung con aquella cálida tasa de té— este niño se veía de importancia, vestía un traje color azúl oscuro con cintos y cosas de valor y un gran bordado de dragón se mostraba sobre su pecho. Era su día de suerte al chocar con personas que se veían con mayores probabilidades de vida que el.
Acepto aquella mano y su mirada se dirigió a ese niño y a él, viendo la gran brecha que los dividía.
— Deberías tener más cuidado niño gatito.
Al escuchar ese ridículo apodo se enojo, las personas que estaban al cuidado del joven heredero se enternecieron antes aquel gesto de ese niño.
— Yo no soy un gato, soy Suga. Así me dice ese bonito omega.— le reclamo y el otro soltó una carcajada divertida.
— Mi padre dice que eso es un dulce, ¿No? Eres azúcar. Tienes el rostro dulce así que supongo que sí.
— ¡Claro que no, el Omega dice que eso se dice sugar no suga! Además de que me llamo Yoongi
Yoongi estaba hastiado de ese niño, a diferencia del otro, este se reía de el, pero claro que lo haría. Mientras el niño que tenía una cebolla como había dicho, este parecía de su edad.
— Entonces suga o Yoongi, déjame presentarme. Yo soy HoSeok, Jung HoSeok.
Yoongi se asombro por los modales que tuvo y asintió no muy convencido pero no sabía que la luna era curiosa y justamente en ese instante su mirada se fue en dirección a una mujer que sostenía al niño Taecito y después al frente de él donde el famoso HoSeok se presentaba. Su corazón tuvo un sentimiento extraño.
Todo esto era observado por Tzuyu, quien veía con una mirada nostálgica a aquel niño.
Suga, o por su verdadero nombre Min Yoongi estaba sellando su destino y el de las dos personas más importantes.
La primavera se levantaba con más fuerza y esperaba que con ella el retorno de su único amigo también llegase, aunque claro que después de esa noche todo cambiaría.
Bnnie o Laniz les dice buena noche.
A veces me inspiró y a veces puedo escribir algunos párrafos, este nuevo proyecto me emociona así que intento hacer lo más bonito posible todo.
Acabamos de introducir al pequeño Suga y por supuesto que esté tendrá un fuerte papel dentro de la historia.
Espero les guste y que disfruten de mi pequeño pero arduo trabajo, prometo mejorar más.
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