Cita doble.

Capítulo 12.

Cita doble.

—Pienso que deberíamos decirle a tu madre— dijo Julián.

Duncan mordió con más fuerza de la necesaria una rebanada de pan tostado, tragó y luego dijo; —probablemente ella se lo dirá a tus padres y ellos nos harían regresar. Amo a mamá y no me gusta ocultarle cosas, pero sé también que toma muy enserio su trabajo como beta.

Habían discutido sobre dar aviso del ataque a sus padres y aún no llegaban a un acuerdo.

Julián se dejó caer en la silla frente a su amigo y cruzó los brazos sobre su pecho, pensativo, a él tampoco le agradaba la idea de ser obligado a regresar, —¿crees que sólo fue un evento fortuito?

—Por supuesto, ninguna manada en su sano juicio atacaría a la nuestra.

La manada de Rilltown era bastante conocida y poderosa.

—Tal vez deberíamos por lo menos decirle a Bernardo.

Duncan rodó los ojos, —está bien, pero se lo dirás tú; y si nos delata se las verá conmigo.

...

—Como tu amiga, exijo que lo hagas.

—No puedes pedirme eso.

—¿Por qué no?— Efi, inflando las mejillas en un ridículo gesto de falso enojo, miró a Mauricio

—Sería extraño que estés allí.

—Antes hemos ido a una cita doble, no veo el problema ahora.

Mauricio no podía decir que la verdadera razón por la cual no quería salir con Julián estando Efi y Duncan allí eran sus celos; últimamente los estaba sintiendo cuando Julián hablaba de su mejor amigo, antes los había observado interactuar y no le gustaba del todo cuando se tocaban, ni siquiera un "choque de puños". Tener a Duncan alrededor de ellos sería muy incómodo.

—Vamos, por favor. Por lo menos dime que lo intentarás.

Mauricio suspiró y dijo, —está bien, le preguntaré.

Y con esa promesa transcurrió la mañana.

Por la tarde, camino al Red Sky, Mauricio se reunió con Julián como ya se estaba volviendo costumbre, pero esta vez Duncan estaba allí.

Si días antes se habían encontrado solo los dos, ahora no entendía el por qué Duncan estaba siguiéndoles, caminando unos metros más atrás de ellos. ¿Qué no tenía nada mejor que hacer que aparentar ser el guardaespaldas de Julián?

Entonces decidió preguntar por lo que Efi le había pedido; tal vez en un futuro cercano su amiga podría ayudar a mantener a Duncan lejos.

—¿Crees que a tu amigo le interese una cita doble?— lanzó la pregunta, algunas veces prefería no llamarle por su nombre, aún no aceptaba que no le agradaba.

Julián, quien aún se sonrojaba un poco al escuchar la palabra "cita", observó rápidamente sobre su hombro a Duncan, este parecía caminar despreocupado con los brazos elevados, ambas manos tras su cuello y mirando a su alrededor, evitando concentrarse en el par que tenía enfrente.

Duncan sabía que debía darles su espacio y privacidad en la medida de lo posible, ya que debido al reciente ataque ninguno estaba muy seguro solo, además de que existía la pequeña posibilidad de que Mauricio también fuera atacado por ser cercano a un lobo. Además del arma de fuego de Duncan, contaban con un afilado chuchillo, Julián era hábil con él y en este viaje lo llevó, lo había dejado en la maleta las primeras semanas, pero ahora lo llevaba consigo.

—¿Por qué lo dices?— preguntó el pelinegro.

—A Efi le gusta— probablemente Mauricio sería regañado por chica al haberla dejado en evidencia, pero poco le importó en ese momento.

Julián frunció los labios, —no estoy muy seguro de que acepte.

Mauricio también miró hacia atrás, por sobre su hombro; —¿no le interesan las chicas?

—En realidad no creo que Efi sea su tipo.

Y es que Julián nunca se había preguntado seriamente si Duncan tenía gusto por las chicas o no, pero lo que era bastante cierto era que una característica fundamental que buscaba en su pareja era que fuese cambiaforma lobo.

El comentario molestó un poco Mauricio, él no era de juzgar a la gente antes de conocerla lo suficiente, pero, ¿acaso Duncan creía que ninguna mujer lo merecía?

Duncan sintió la mirada molesta de Mauricio sobre él, si en realidad quisiera podría escuchar lo que decían, concentrarse y agudizar su sentido del oído era muy fácil, pero por respeto a su alfa y amigo no lo hizo; sino que fue dejando más distancia entre ellos cuando llegaron al Red Sky.

Por la puerta de acceso lateral ingresó Mauricio, no sin antes despedirse con un movimiento de cabeza de Duncan; Julián siguió al humano hacia el interior sólo por unos instantes y luego volvió a salir para reunirse con Duncan.

—¿Qué, te avergüenza que te dé un beso de despedida en público?— bromeó Duncan.

Las mejillas de Julián se tiñeron de rojo antes de propinarle un puñetazo al castaño en el hombro.

—¡Ey, pero si te sonrojas como una colegiala!— se rio burlón de nuevo, mientras se frotaba el área afectada.

—Idiota— masculló.

—Oye, oye; no tiene nada de malo. Yo no tengo nada contra ello, aunque al parecer él si tiene algo contra mí—, una cosa era respetar su espacio y privacidad, y otra muy diferente quedarse callado cuando estaba incómodo.

—¿Eh?— Julián le miró con los ojos muy abiertos, sorprendido.

—Sé que a Mauricio no le agrado, lo puedo sentir. Pero tampoco es como que importara mucho— explicó y se encogió de hombros, —si tú le quieres y él a ti, está bien.

Julián sabía que su amigo le apreciaba, el sentimiento era mutuo; y también entendía su punto de vista, en el pasado Duncan había tenido citas con un par de hembras omegas que no eran para nada del agrado de Julián. Aunque esto era diferente, Mauricio no era sólo una "cita", sino su pareja destinada.

—¿Qué dirías si te propusiera una cita doble?— Julián decidió abordar otro tema, no muy alejado del primero; y con su brazo rodeó los hombros de su amigo.

—Que es una tontería.

—No pensabas lo mismo cuando te acompañé a tu cita con Sally y su prima Keyla.

El castaño rio con fuerza, —¿Ahora te vengarás por eso? No fue mi culpa que Keyla vomitara encima de ti.

Sally había sido una de las primeras conquistas de Duncan, Keyla era la prima entrometida y la única forma de "quitársela" de encima era manteniéndola ocupada, y para eso había solicitado la ayuda de Julián, pero ninguno sospechó que Keyla fuera tan mala bebedora.

—No lo había pensado como una venganza.

—Entiendo; no quieres que sea la tercera rueda, por eso quieres que salgamos entre cuatro.

—Mauricio fue quien lo sugirió, dice que le gustas a Efi.

Duncan volvió a reír, —lo sospeché, soy irresistible.

...

—Cuatro semanas sin clases. ¿No es fantástico?— Efi sonrió al decir aquello; los cuatro estaban en el centro comercial, en el área de comida rápida después de haber pedido sus alimentos.

—Eso es demasiado; ¿en qué emplean tanto tiempo libre?— preguntó Duncan mirando el interior de su hamburguesa.

—En ir a fiestas, desvelarte por mera diversión y todo lo que no has podido hacer en estos meses— explicó.

—Bonita forma de aprovechar las vacaciones— ironizó.

—¿Ah sí?— frunció el ceño, —¿y tú qué haces exactamente?

Duncan no podía decir que salía a cazar o que se era obligado por su madre a unirse el grupo de entrenamiento.

—Viajar.

—¿Y a dónde ha ido el señor interesante?

—A muchos lugares, seguramente ni has escuchado de ellos— se jactó.

—Creo que esto no fue una brillante idea— dijo Mauricio cuando aquél par comenzó a "casi discutir".

—Yo creo que se divierten.

—Pues no le veo lo divertido— lo cierto era que la actitud de Duncan, esa de sabelotodo, le irritaba un poco.

—Vamos, no seas gruñón— Julián le sonrió y lanzó un guiño, —se llevarán bien.

Minutos más tarde Efi dijo querer ir al local de videojuegos y sin previo aviso tomó a Duncan del antebrazo y lo llevó por donde las nuevas máquinas de realidad virtual eran exhibidas.

—No creo que Mauricio esté muy contento con esto— dijo el castaño cuando sus pies se detuvieron y llegaron un área con luz tenue, —agregará "violador" a mi lista de defectos.

—¿Tú lo sabes?— Efi le miró asombrada.

—¿Qué cosa, que no soy de su agrado? No hay que ser muy observador para notarlo— explicó con apatía

—No te lo tomes personal, por favor.

—Despreocúpate, lo que piense de mi me tiene sin cuidado; lo que sienta por Julián es lo importante.

Ella sonrió, —aunque no quieres aparentarlo eres un buen chico; gracias a ti Mauricio y Julián están juntos.

—¿A mi?— incluso se señaló a sí mismo, no creía tener tanto crédito.

—Tú le dijiste a Mauricio que Julián gustaba de él; de lo contrario mi amigo no se hubiera arriesgado— Efi se recargó en la pared de ladrillo, —Mau ha sufrido bastante, los asuntos del corazón eran para los que menos tenía tiempo y míralo ahora, se está abriendo de nuevo y dejando a alguien más entrar en su vida; poco a poco, pero lo está haciendo. En verdad le gusta mucho Julián, tanto que cree que eres una amenaza; puede que él no se haya percatado de sus propios sentimientos, pero yo sí, cuando me habla de ti y de Julián noto que está celoso.

—¿Para eso me trajiste aquí, para advertirme que no me acerque a mi propio amigo?

—No, claro que no.

Fueran cual fueran las próximas palabras de Efi, fueron interrumpidas por Duncan.

—¿Están dementes? Julián es como mi hermano.   

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top