Capítulo 2
Viktor se colaba en sus pensamientos como los rayos del sol en la mañana. Él era una persona alegre, habladora y que sin duda alguna, le encantaba molestarlo cuando tenía la oportunidad.
Sin embargo, sentado en piso de madera, contemplando el tono claro del mismo en completo silencio le hizo percatarse de algo; se aburría mucho sin él.
Tomó su celular, acomodando sus lentes mientras veía la pantalla de su celular. Se sentía inseguro de escribir para verse en algún lugar. Sus dedos temblaban y únicamente podía observar el reflejo de la luz por sus lentes.
—¿Debería...?—preguntó para él, Tomó valor y escribió, borrando casi de inmediato las palabras. Así, oscilando entre mandar el texto que escribió en repetidas ocasiones o dejar su celular a un lado y vivir con el miedo a mandar un mensaje.
Suspiró, llenándose de calor para mandar un mensaje.
Hoy no habrá clases en el estudio, ¿quieres ir a algún lugar? :) 》
Miró el mensaje una vez más y sintió nervios, escribiendo con rapidez otro mensaje.
《Claro, si no estás ocupado ni te molesta x.x》
Esperó varios segundos, sintiendo un ligero pánico. ¿Y si lo interrumpió en algo importante? Tal vez estaba en medio de una práctica, enseñando a algún alumno o en su tiempo libre en el cual prefería estar callado y lejos del contacto humano.
Al pensar en esa posibilidad tuvo que mandarse a sí mismo una señal para tranquilizarse y no pensar tanto en los mensajes de Viktor. El problema era que le preocupaba la opinión del músico mucho más de lo algún otro. Esa etapa la superó después de ganar el Roseta Mauri cuando tenía veinte.
Se sobresaltó ligeramente cuando recibió la respuesta de Viktor.
《Ahora mismo voy al estudio~ :D》
Yuuri sonrió, iba a esperar a Viktor el tiempo que fuera necesario.
Se levantó, con más energía y ánimo que antes. Conectó la música para poder bailar, concentrados en la melodía. Debía ser expresivo, decidido en cada uno de sus pasos. Pero se perdió, en algún momento de la melodía se encontraba moviéndose sin orden alguno, como si nada importara y no tuviera algo planeado en su cabeza.
De esa manera había bailando esa noche, y con su cabeza fresca y llena de ideas podía terminar la coreografía de Viktor. Aquello le daba miedo, porque estaba tan cerca de acabar con la misma que veía el tiempo con el músico reducirse.
Ese pensamiento se borraba cuando recordaba que aún tenía pequeñas apartes que enlazar.
Se sentía libre de esa manera, y sin poder evitarlo, la imagen de Viktor llegó a su mente como si fuera imposible pensar en él cada vez que bailaba. Y es que esa era la verdad que nunca le podría decir al ruso, pensaba en el cada vez que bailaba en silencio y cada vez que enseñaba a alguien a bailar.
En más de una ocasión se encontró detallando en su mente como sería si Viktor aceptase bailar con él. Tuvo muchas parejas de baile mientras aprendía, y todas tuvieron algo interesante que aportar a su formación.
No quería a Viktor como un medio de aprendizaje o porque fuera su obligación como colega. Yuuri pensaba en simplemente bailar. Sin ensayos, ni rutinas.
Un sonido lo alertó en medio de sus pensamientos, obligándolo a salir para encontrar a Viktor antes de sentir una húmeda lengua pasar por su rostro. El perro del ruso le recordaba mucho a una mascota suya, era un caniche tan alegre que no podía molestarse por caer en el suelo.
Habló con Viktor, entonces él le dio un rápido vistazo y habló.
—¿Has estado practicando?
—No. Es que... —habló, sintiendo nervios. Sabía que sus palabras no eran del todo ciertas—, esta mañana tuve un par de ideas para terminar la coreografía.
Viktor era una persona quien primero hacía las cosas antes de explicar el porqué de las mismas. Parecía que era impensable para él realizar una acción sin decirlo previamente en la mayor parte de los casos. Lo vio dirigirse a la grabadora y escuchar la primera canción de su música.
—¿Viktor?
—Sólo quiero escuchar un poco de la música que escucha mi hermoso bailarín—respondió mirando al chico. Las mejillas de Yuuri se tiñeron de un fuerte color rojo. Viktor no tenía idea de cómo sus palabras afectaban al japonés.
Verlo pasar de canción en canción con un silencio sepulcral le resultaba extraño y lo hacía dudar. Tal vez, con Viktor siendo un músico, su variación de sonidos alternativos y diversos no eran de su gusto.
Pero no fue así, en su lugar pareció tranquilo. No pudo evitar observarlo varios segundos. Los cabellos claros caían en su rostro, casi cubriendo uno de sus ojos. Su reflexión cuando observa en silencio algo se le hacía muy atractivo.
—¿Quieres bailar conmigo?—preguntó, tomando desprevenido a Yuuri.
No supo interpretar sus palabras. Parecía más bien una duda que una propuesta para bailar. El japonés no estaba seguro de que responder, porque Viktor lograba confundir los pensamientos que él controlaba bien.
Se llenó de valor, pasando un brazo por encima del hombro contrario con cuidado, sintió el cuerpo de Viktor colocarse rígido. Tomó su mano, con más delicadeza de la que jamás había tomado la de alguien antes, intentando hacer sentir más cómodo al mayor.
Una mano pasó por su cintura y Yuuri sintió un pequeño escalofrío, Viktor parecía estar más cómodo. Y aquella posición le resultaba reconfortante.
Se movió primero, dando un pasó hacían adelante para que Viktor se animara a seguir. Después de varios segundos encontraron un ritmo y Yuuri sonrió.
Sentía como su pianista titubeaba con cada paso que daban, sus pasos eran realmente torpes, pero en lugar de molestarlo le provocaban sonreír con dulzura al ver esa faceta de Viktor.
Lo vio cometer el típico error que hacían todos, dirigir su atención a los pies mientras descuidaba la postura. Yuuri pasó su mano por su mentón para que levantara ligeramente la mirada y lo observara a los ojos, cuando los zafiros se encontraron sorprendidos se disculpó, pero Viktor resto importancia al asunto.
De un momento a otro Viktor lo hizo girar y sintió que su estómago imitó el movimiento. Sonrió, a pensar que Viktor era claramente alguien con poca gracia para bailar, era genuinamente feliz de esa manera.
"Si hubiera tenido la oportunidad de elegir, hubiera elegido bailar únicamente con él, por siempre."
No supo cuando acabó la música, pero Viktor todavía lo en sus brazos, como si la música no se hubiera detenido en ningún momento y la habitación sólo estuviera el silencio y el ligero ruido del exterior. Yuuri apretó ligeramente la mano contraria, y Viktor subía el tacto de su cintura lentamente. Se grabó el sentimiento de sus dedos delgados acariciando su espalda con suavidad.
Yuuri intentó permanecer tranquilo, aun cuando cada parte de su cuerpo se erizaba y Viktor parecía no notar lo cerca que estaban sus rostros.
Sin embargo, el encanto no duró demasiado. Makkachin daba vueltas alrededor de ellos, despertándolos de ese momento tan cerrado. Sonrió, separándose de Viktor con tranquilidad y acariciando al caniche cuando subió sus patitas en busca de atención.
Aun mostrando esa tranquilidad su corazón latía muy fuerte.
No se podía olvidar del calor de Viktor.
Las prácticas privadas habían comenzado y Yuuri sentía el ambiente vacío sin la presencia del ruso.
Cuando debía concentrarse en la siguiente presentación terminaba por imaginar lo que Viktor estaba haciendo. Tal vez escribiendo una nueva canción, quizá tocando en algún sitio o con sus amigos. Pero existían mínimas ocasiones en las cuales, con la intimidad y soledad de mente imaginativa, creía que quizá, Viktor estaba pensando en él.
—Yuuri—llamó una voz, el japonés dirigió su atención al chico que estaba frente a él.
—Lo siento, Leo—dijo con una sonrisa apenada—. ¿Me decías algo?
—No, no era eso—habló, analizando a su amigo—. Es sólo que luces algo distraído últimamente, ¿sucede algo?
—No, todo se encuentra bien—respondió con una sonrisa. No entendía a que venían dichos comentarios. Los había escuchado de Pichit, de Seung-gil, Sala; incluso en una videollamada que tuvo con Yuko dijo que algo parecía diferente en él.
—En todo caso, nada malo le ocurre—comentó Michelle cuando escuchó la conversación—. Aunque es extraño cuando de un momento a otro sonríe de la nada.
—Hoy luces más bien aburrido—dijo Leo—. ¿Te molestan las prácticas?
—Creo que extraña al ruso que siempre viene...—murmuró Sala. El control del volumen de su voz parecía ser el apropiado, no obstante, Yuuri escuchó todo y con sus mejillas levemente encendidas tuvo que caminar unos pasos.
—Sigamos practicando—musitó.
No podía sacarse a Viktor de la cabeza.
Desde el día en el que conoció a Viktor supo que el ruso deseaba que bailara para él. Sin embargo, imaginarse en un espacio, solos y con sus ojos fijos en su persona terminaba por hacerlo dudar. Aún tenía esa duda en su cabeza de saber si Viktor se iba a alejar en cuando viera la coreografía completa.
Había ofrecido a Viktor ir a su próxima presentación, aquella que por mala suerte había caído el día de su cumpleaños.
—Lo siento. Tengo que viajar el veintiocho a Moscú para tocar al día siguiente. No estoy seguro si podré ir—escuchó. Viktor se veía realmente apenado, por lo cual sonrió para hacerlo sentir mejor.
—Está bien, será para otra ocasión. De todas formas ese día también debes tocar y no podré estar ahí.
—De verdad lo siento—repitió, Yuuri sólo sonrió. En realidad estaba decepcionado, de verdad quería ver a Viktor.
—¿No te molesta que él no venga?—preguntó Phichit, observando las vestimentas que se les había sido asignadas para la presentación.
—Él tiene su propia carrera y asuntos—respondió Yuuri. Llevaba colocado ese ceñido traje negro mientras revisaba que costura estuviera en su lugar.
—Pero ese día es tu cumpleaños—habló Phichit—. Íbamos a hacer algo para ti, pudimos haberlo invitado.
—Ya te lo dije, va a viajar a Móscu, está como cuatro horas de aquí en avión, es imposible que pueda venir. —respondió—. Además... él no sabía que será mi cumpleaños.
—¿No se lo dijiste?
—No es como si fuera gritando a los cuatro vientos cuando cumplo años, Phichit—dijo mirando a su amigo—. No creo que sea una fecha tan importante, es más, es por ustedes que lo celebro...
—¿Por qué no lo haríamos si eres nuestra familia?
El tailandés suspiró, sentándose en el suelo de madera mientras tomaba del hilo y aguja que estaba en una caja de costura. Con cuidado y metió el hilo en el hondón dispuesto arreglar una falla en la costura.
—Bailé con él.
—¿Con quién?—preguntó Phichit, al ver el rostro de su amigo, con sus ojos entrecerrados y boca en una línea recta, entendió—. Oh, lo siento, cosía. De todas formas... ¿cómo fue?
—Era increíblemente tieso—respondió, sin embargo, en su rostro se formó una dulce sonrisa—. Pero fue divertido...
—¿Te acuerdas de esa frase que nos solía decir Celestino?—preguntó Phichit, aparentemente cambiando el tema de conversación.
—Nos ha dicho muchas frases...—murmuró mientras pensaba cual referencia buscaba el tailandés.
—La que hablaba del amor.
El japonés asintió con la cabeza.
—"Ustedes conocerán el amor solamente cuando, al bailar con alguien, sientan que hacen el amor"—contestó Yuuri, hablando suavemente las palabras que estaba citando
—Aun lo dices como si recitaras un poema...—sonrió Phichit—. Es algo que tomar en cuenta, ¿no?
—¿Y con eso quieres decir...?—preguntó Yuuri, aunque había entendido bien lo que quiso decir el tailandés.
—Piensa en que es lo que sientes cuando bailas con Viktor.
—Cuando bailo con él...—dijo bajo.
"Cuando bailaba con él, mi mundo era perfecto. El ver mi reflejo en sus ojos me hacía pensar que era el único en su corazón."
Phichit decía muchas cosas que en ocasiones Yuuri no quería decir. Sabía también que éstas tenían un propósito, pero aun con eso en su conocimiento no entendía realmente que era lo que pasaba por su cabeza cuando las decía.
Él mencionó a Minami, un muchacho que iba por un tiempo determinado a verlos y que fue su alumno por un corto periodo de tiempo. Gracias a compartir su nacionalidad era más fácil y refrescante hablar en su lengua materna.
Lo pudo ver durante poco tiempo debido a que el muchacho tenía sus propias obligaciones. Fue gracias a un intercambio estudiantil desde Japón y Rusia y terminó ahí. Sus obligaciones escolares lo mantenían muy pegado al escritorio de su habitación. Sin embargo, charlaban a menudo.
—Así que Yuuri tiene un admirador...—habló Viktor—, que mal. Tengo que compartir a mi musa. Y yo que creí que sólo te tendría para mí.
—No bromees con eso, Viktor, te van a escuchar—dijo Yuuri apenado, mirando a varios lados por si un par de oídos curiosos decidían que era una buena idea escucharlos. Sin embargo, algo en esas palabras lo había hecho feliz.
—No es una broma—respondió sonriendo, aunque su voz había sonado bastante seria. Yuuri sintió el aire escapar de sus pulmones y se obligó a reír mientras negaba con la cabeza.
El salón era insoportable en los últimos días de práctica para alguna presentación. Generalmente todos los espacios estaban ocupados por grupos y sentía la presión sobre sus hombros.
En esa ocasión el objetivo era ser lo más seductor y sensual posible, papel que había encajado muy bien con Phichit y Seung-gil, pero que lamentablemente él no podía completar en su totalidad. Eso le provocaba ansiedad y para poder descansar su mente agitada salió con Viktor para ensayar a las afueras.
Así, terminaron en el parque en el cual se encontraron la primera vez. Yuuri sabiendo muy bien que Viktor iba observarlo practicar, como todos los días a los cuales iba al estudio.
Viktor se acercó a él, posando una mano en su hombro, y Yuuri se sintió especialmente renovado cuando lo escuchó.
—Eres brillante y talentoso, lograrás presentarte en dos semanas con tus pasos pulidos. Y cuando lo hagas ellos verán lo que yo veo en ti.
No puso evitar levantar su mano para tocar la de Viktor, buscando sentir ese calor que conoció la primera vez que bailó con él.
—¿Lo qué ves en mí?
La mirada de Viktor se desvió en cuanto lo miró varios segundos. Yuuri esperó una respuesta, porque no entendía en ocasiones el comportamiento del ruso.
—Claro, eres mi musa—dijo Viktor con una sonrisa, Yuuri se sintió abrumado al sentir por un segundo decepción—. Me llenas de inspiración.
—¿Entonces quieres que inspire gente?
—De preferencia que no te busquen e intenten pasar todo su tiempo contigo—respondió Viktor, una vez más su corazón latió y sólo pudo reír.
—No creo que eso suceda—habló Yuuri, alejando su mano de la contraria para fijarse en su maleta. Ahí se encontraba una botella de agua fresca y sus lentes.
Después bailó, pero no lo hizo para un público, tampoco para practicar. Aunque fuera de una forma muy silencio e interna, esa era su forma de presentarle a Viktor el espectáculo al cual no iba a asistir.
Viktor no lo sabía, pero todo lo hizo pensando en él.
Esa era la primera vez que bailó únicamente para Viktor.
"Cada vez que lo miraba, escuchaba música. Yo sólo era un simple viajero que terminó encontrando el calor de Viktor por accidente, y se aferraba a él como un niño perdido."
— ¿Qué tal lo he hecho?
—Si logras hacer eso para ellos, la audiencia será tuya.
—Entonces creo que por fin lo he logrado—sonrió satisfecho. Esperaba otra reacción por parte del ruso. Después de todo, cuando lo miró en los últimos segundos del baile se encontró con una mirada tan profunda que pensó por un momento que Viktor era capaz de leer sus pensamientos.
Lo invitó a ir por algo de comer y aceptó, procurando comer algo que estuviera dentro de su dieta. El restaurante no era precisamente un lugar saludable en el cual pudiera seguir su regimen tan extricto.
—¿Por qué tanto cuidado con lo que comes?—preguntó Viktor, mirándolo de reojo. Yuuri sintió su cara enrojecer, no le había quedado otra opción que comer una ensalada que llevaba trozos de pollo.
—Yo... tengo tendencia a engordar—respondió—. Si descuido mi dieta pudiera subir de peso, y esa no es la apariencia que debería tener un bailarín.
—¿Por qué?—preguntó el ruso, mirándolo atentamente—. Lo importante es que sepas y disfrutes lo que haces. Es como si yo le dijera a alguien que no puede tocar un instrumento por tener manos pequeñas. Claramente puede que no sea tan fácil, pero si lo intentas, serás capaz de conseguirlo.
Observó a Viktor.
"Todas las palabras que él decía eran tan hermosas, tanto que en ocasiones me parecía irreal como la suave pronunciación de sus palabras descortinaba mis pensamientos."
—Yo...—balbuceó, intentando responder algo coherente.
—Además, creo que seguirías siendo igual de lindo—sonrió, Viktor tomó una papa frita del motón que tenía y la extendió frente a él—. Vamos, toma una de mis papas fritas, no creo que una vaya a hacerte daño
Sintió su cara enrojecer nuevamente, desvió la mirada por varios segundos antes de acercarse y aceptar el alimento. La textura crujiente y el sabor, le resultaron un gran deleite después de un largo tiempo sin comerlas.
Sus preocupaciones sonaban ridículas cuando Viktor les restaba importancia. Con ese pensamiento en mente, sonrió.
Regresó a casa más tarde, cuando Phichit se encontraba frente a la pantalla de su celular con un recipiente llenó de palomitas de maíz con mantequilla extra. Su expresión era aburrida.
Yuuri entró feliz, con una gran expresión de felicidad mientras se sentaba junto a Phichit. Tomó un poco de las palomitas de maíz y comió sin decir nada. Su mejor amigo estaba sorprendido, despejando sus ojos de la pantalla para enfocarse en él.
—Yuuri, esas tienen mantequilla extra.
—¿Y qué?—repuso con una sonrisita—. Unas cuantas no me harán daño.
Phichit se quedó quieto. Su mejor amigo siempre rechazaba comida chatarra al menos que fuera un evento especial o tuvieran unos días de descanso. Era muy extremo con su dieta desde el inconveniente que tuvo de subir de peso dos semanas antes de una presentación importante. Desde entonces cuidaba de cada alimento como si fuera estrictamente necesario para vivir.
Sin decir nada, extendió el contenedor para que el japonés pudiera comer. Lo vio tan a gusto que no pudo evitar curvas sus labios con alegría.
Sabía que Yuuri pasó la noche con Viktor después de que dejaron el estudio. Pero no esperaba verlo tan campante y feliz mientras comía sin pensar en que pronto subiría de peso.
Viktor estaba cambiando a su mejor amigo de una forma tan imperceptible y positiva que prefería quedarse en silencio, contemplando lo que se estaba formando frente a él.
Lo había notado desde antes, pero ahora lo aseguraba completamente: Viktor hacía completamente feliz a Yuuri.
Se encontraban en el estudio. Yuuri se colocó los audífonos para escuchar una canción que le gustaba mucho, intentando pensar en lo que faltaba para la presentación que se realizaría la próxima semana.
Iban a quedarse dentro, pero prefirió salir para darle a Leo su privacidad. Cuando tenía esos pequeños momentos para hablar con su amado Guang-Hong prefería que tuvieran su tiempo solos.
Yuuri se encogió, escondiendo lo máximo que pudiera su cabeza entre sus hombros levantados. Sentía mucho frío, no había ido con la vestimenta apropiada para enfrentar ese clima ruso tan hostil. Por otra parte, Viktor parecía muy cómodo con el ambiente, sin sufrir ningún cambio.
Terminó contándole cual era el lema que siempre se puso para evitar despedidas en los diferentes países a los cuales iban. A Yuuri no le gustaban las despedidas, no le gustaba dejar una parte de sí en cada lugar que iba. Le asustaba el hecho de aferrarse a un lugar, y la forma más rápida de hacerlo era cuando uno terminaba completamente encariñado con alguna persona.
—¿Y entonces por qué pasamos tanto tiempo, juntos, si no quieres nada especial?—interrogó Viktor.
Enmudeció, con su cuerpo rígido. Sus ojos vagaron de un lugar a otro en búsqueda de palabras coherentes que pudieran responder. Ni él mismo podía encontrar las palabras exactas.
Deseaba estar junto a Viktor, esa era la verdad. No quería buscar una respuesta lógica, simplemente le gustaban como eran las cosas en ese momento. Él era diferente de todas las personas que conoció. No existía nadie como él.
"A veces... las cosas que no se planean, pero suceden, son las mejores."
—Tú...eres diferente, Viktor—respondió Yuuri, sintiendo el palpitar incesante de su corazón—. No estaba en mis planes conocerte, porque no esperé que me buscaras aquella noche que nos vimos... Hasta creo que las cosas serían diferentes si no estuvieras...
El japonés bajó la mirada, apenado.
—Me recuerdas a los años en los cuales aprendí a bailar....
"Él me recordaba todo lo dulce que viví en el pasado, y lo hermoso que era mi presente a su lado."
—Me alegra haberte buscado. Resultante más interesante de lo que pensé que eras aquella noche—habló Viktor con una sonrisa.
Los días con Viktor estaban contados, eso era algo que sabía de antemano. La parte lógica de su cerebro le decía todo lo malo que podía salir de eso, una advertencia de aquello que no podía cambiar.
—Yo...—hizo una pausa, intentando calmar los sentimientos que afloraban en su corazón—. Me alegra que me hayas encontrando, Viktor.
La noche cayó y muchos de los bailarines salieron tan pronto como el sol se estuvo ocultando. Yuuri no lo hizo, en realidad su conversación con Viktor había quedado tan profunda en sus pensamientos que no podía pensar con claridad nada que no fuera referente a Viktor.
El sonido de una melodía hermosa llamó su atención, salió en profundo silencio, escuchando las notas provenientes de una armónica prodigiosa.
Descubrió a Viktor, y no pudo encontrar una imagen más hermosa que esa en todos sus años de conocer diversos lugares.
El cabello platino de Viktor brillaba como si el reflejo de la luz de las estrellas estuvieran enfocándolo únicamente a él. La mirada profunda de color azul, como un eco nocturno que lo observaba en una delicada admiración silenciosa. Todo él era una perfecta obra de arte.
—Yuuri...—la mención de su nombre lo estremeció.
—¿Sucede algo, Viktor?
—Permíteme seguir haciendo música para ti...
Abrió los ojos con sorpresa y sus mejillas se tornaron completamente rojas. Viktor dijo las palabras con tanta sinceridad que no encontraba una forma de poder hablar. Pudo afirmar levemente con la cabeza.
Recibió una suave sonrisa y lo vio cerrar los ojos antes de volver a la melodía que estaba escuchando. Vio los dedos moverse con destreza y sus cabellos moverse con el ligero viento frío de San Petersburgo.
El japonés se posicionó a su lado, dándole su espacio para que pudiera moverse, en silencio, observaba al mayor.
"Quería guardar esa imagen en mi mente para toda la vida. Su silueta, con el fondo de un millón de estrellas que brillaban sólo para él."
Después de un par de minutos terminó con la melodía, Viktor miraba al cielo, como si se encontrara en otro mundo. Y Yuuri quiso saber qué clase de mundo era el que soñaba el ruso para poder tener esa clase de expresión melancólica.
—¿De qué trata tu melodía?
—Es un deseo...
—¿Un deseo?
—Más bien una súplica al cielo—respondió, ahora dirigiéndose hacia Yuuri.
—¿Y cuál es ese deseo?
—Estar cerca de una persona—contestó—. Aprovechar el momento cuando uno se siente vivo.
—Eso suena muy bello...
Guardaron silencio. Viktor parecía estar en un conflicto interno.
—Esta canción te pertenece, Yuuri.
"De alguna manera, él siempre encontraba una nueva forma de hacer latir mi corazón."
Yuuri sintió que la felicidad no cabía en su pecho. Intentó hablar, nada más logrando abrir y cerrar su boca en repetidas ocasiones sin que las palabras pudieran formarse.
Cada una de las historias o recuerdos que Viktor compartía con él eran muy valiosos. Recordaba cada detalle a la perfección, intentando de esa forma mantener el grado de confianza igualado. Esa era la forma silenciosa en la cual mostraba lo importante que eran las palabras de Viktor para él.
—¿Hay algo que ames más que bailar?
—¿Tal vez? No lo he pensado—titubeó, mirando sus propias manos. La pregunta lo había tomado desprevenido—. ¿Qué tal tú? ¿Hay algo que ames más que la música?
Viktor analizaba la pregunta, como si intentara recordar algo entre todas las cosas que conocía. La mirada ajena se detuvo en su persona y lo escuchó hablar
—Luego te digo...
"Yo lo amaba más que cualquier cosa que hubiera conocido en el pasado. Viktor era mí baile a la media noche y la más bella canción de amor que alguna vez escuché."
Hola, gente bella~
No sé porque me ha entrado nostalgia leer y escribir esto. Es decir, es como un recorrido por todo lo que vivieron, no sé qué pasa con esta sensibilidad.
Espero que no les aburra el punto de vista de Yuuri. Como ven, están saliendo escenas y pensamientos que no se podían apreciar por el lado de Viktor.
Una linda chica hizo un pequeño escrito basado en Moondance, que podría contar como una parte de la historia. Creo que iría bien entre el capítulo XX y XXI, porque está muy lindo, les dejó el enlace :3 (Si no les sirve pueden entrar al perfil de ella)
https://www.wattpad.com/357544943-sueño
Gracias a Chokola_Neko por escribir tan bello escenario.
Entre esta y la próxima semana estaré subiendo mi nuevo fic dulce y diabético~
Gracias a todas las personas que leen esto, en verdad las quiero. Su apoyo me conmueve~
PD: EL CAPITULO XXI NO FUE EL FINAL DE FIC, NO SE ESPANTEN, ESTO ES COMO UN RECUENTO Y UN INTERMEDIO.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top