Capítulo 11
Capítulo 11: nuevos problemas.
Me he quedado sola.
Apenas amaneció los superiores enviaron a los siete escuadrones ABlack en la base para realizar una búsqueda, intentarían localizar el escondite principal de Sinya Kûv. Con todo lo que los escoltas dijeron lograron capturar a varios brujos y encerrarlos en retención para hacerles análisis de sangre. Estos se negaron a hablar, dijeron muy poco pero sirvió de algo.
El problema se presentó cuando comencé a ponerme mi uniforme de trabajo de campo y Nana me dijo que los superiores habían ordenado que me quedara pues no estaba en condiciones para salir de aquí hasta que sanara. Intenté decirles que estaba bien, pero no puedo contradecir a los superiores y Jimin se encargó de dejar en claro que yo necesitaba descansar.
Así que ahora mismo estoy caminando por el edificio porque me han dejado a mí de niñera de los escoltas y los hermanos Kim.
Cuando llego a la habitación en la que ahora residen, me encuentro con que los escoltas ya están allí. Me cruzo de brazos en el marco de la puerta, frustrada.
—¿Qué hacen aquí? Salgan —les digo directamente, Ikaika que estaba sentada en la cama junto a Seokjin y Taehyung se levanta al igual que él. Jungkook se encontraba mirando por la ventana que daba al pasillo con las demás habitaciones mientras Dasha descansaba, no veo al tercer hermano pero después sale del baño—. No tienen permiso para estar aquí, deberían estar entrenando.
—Cancelaron los entrenamientos, no hay agentes disponibles para vigilar a los aprendices. —contesta Jungkook aún con la vista en la pequeñísima ventana. Supongo que ahora los tres están al tanto de todo, los superiores estuvieron varias horas con ellos allí metidos y no creo que solo haya sido para hacerles preguntas.
Pero me pregunto si habrán aceptado el hecho de lo que son realmente. Parecen resignados.
Suspirando hago que la puerta se mantenga abierta, y después de hacer una repasada por toda la habitación la atención de los presentes.
—Muy bien, salgan de aquí —no se mueven, solo hacen gestos de confusión y los seis se miran entre sí. Entorno la mirada porque no hacen nada y les insisto con mi mano señalando la salida—. Ustedes también, majestades.
—¿A dónde vamos?
—La hora del almuerzo se acerca y los superiores quieren que los descendientes estén juntos mientras los escuadrones están fuera. —explico brevemente, Namjoon se encoge de hombros restándole importancia y después de saludar con un asentimiento es el primero en salir al pasillo. Los demás parecen pensarlo pero poco después me hacen caso, el último en salir es Jungkook, al cual ni siquiera miro. A diferencia de él, que no ha quitado sus ojos de mí.
—¿Por qué quieren que estemos juntos? Ni siquiera los conocemos. —es Dasha quien habla y comienzo a caminar con ellos siguiendo mis pasos.
—No los conocen, pero aún así todos están conectados. Espiritualmente son como primos, bueno no es así como se dice pero es para que me entiendan —Taehyung me presta especial atención al igual que Namjoon, son ellos quiénes se atreven a caminar a mis costados, el resto se mantiene atrás. Cuando vamos por el pasillo principal hay agentes caminando de aquí para allá cumpliendo con sus deberes y cada vez que se topan con nosotros agachan la cabeza en señal de respeto a los semidioses—. Además, princesa Dasha, ahora que los escuadrones de élite están fuera de la base es mejor si se les vigila a todos en el mismo lugar.
—Pensé que eras parte del escuadrón. —comenta Namjoon, presiono el botón del ascensor y es tan grande que todos cabemos allí sin apegarnos demasiado.
—Lo soy. —Las puertas se cierran— pero no estoy en condiciones de trabajar fuera.
—¿Es por tus heridas?
—¿Desde cuándo se llevan bien ustedes dos? —como siempre Dasha es incluso más imprudente que el mismo Seokjin, y este no se queda atrás.
—Cierto, que yo sepa no confiamos en estas... Criaturas.
—Relájense, hermanitos, además ¿En quién vamos a confiar sino? Estas "criaturas" como las llamas, son los únicos que se preocupan por nosotros ahora mismo.
Gracias, Namjoon. Me ahorraste algunas cosas.
—Ahora —continúa él y yo me giro para darle frente a todos— ¿Cómo te hiciste eso?
Suspiro preparándome para explicar, porque no pienso volver a repetirlo. Los escoltas permanecen callados, los príncipes tratan de hacerlo.
—Para empezar, soy una guardiana de categoría E, lo que significa que mi habilidad es la híper sensibilidad de los sentidos. Puedo ver, oír, sentir, oler y escuchar veinte veces mejor que un humano común —las cejas de varios se levantan, pero es Taehyung quién hace notar más aún su sorpresa—. Cuento con un equipo de protección especial para mis oídos, ojos y nariz, pero el día de la explosión estábamos tan preocupados por los príncipes que no pensé en llevarlo conmigo. La explosión acabó con todo el palacio y también con mis tímpanos.
—Joder, eso debió haber dolido.
—¿Ves estos parches? —Los señalo— Jimin los colocó después de realizarme una pequeña cirugía, exponerme a sonidos fuertes estando sensible solo atrasa mi sanación.
—Espera... ¿Jimin? ¿Park Jimin? —Asiento a lo que pregunta Dasha y todos se sorprenden aún más— No sabía que era médico.
—Le sorprendería lo que es capaz de hacer, su alteza.
—Entonces ¿Puedes oír lo que pasa en los otros pisos?
—Si me concentro mucho, sí.
—¡Qué cool! —exclamó Namjoon y Seokjin le mandó a callar— Eres como la centinela del escuadrón ¿Qué más puedes hacer?
En eso las puertas se abren y doy pasos fuera a lo que ellos también.
—Pues... Soy pro hacker, y creo que eso es todo. No soy tan impresionante.
—Que modesta —murmura con ironía Jungkook, y yo le miro sonriente.
Si estoy siendo modesta, claro que soy impresionante. Si omitimos el hecho de que la mayoría de los agentes puede hacer lo mismo que yo, claro.
Estamos en el comedor de la base, como todo aquí es gigantesco. Las paredes son blancas al igual que el brillante suelo, tiene ventanas que dan hacia otros pasillos porque esta área se encuentra en el centro de todo. Al estar bajo tierra tenemos máquinas diminutas que cumplen con la misma función que las plantas en el mundo, proporcionar oxígeno. Esas máquinas se concentran en mayor cantidad en esta zona. A los semidioses la falta de oxígeno en el área no les afecta, aunque creo que ese detalle no lo notan. Pero a nosotros sí, sobre todo porque la luz solar no llega aquí y eso nos debilita un poco.
Somos como las plantas, necesitamos aire, agua, comida y luz solar para mantenernos estables. Pero no solo eso, también es vital para nosotros contar con la energía de los espíritus y los semidioses, es así. Es un poco extraño, porque somos bastantes fuertes pero al mismo tiempo muy vulnerables. Si no tenemos baterías, no hay otra forma de hacernos funcionar, pero cuando estas se recargan somos como máquinas
La concentración de energías ahora es mayor debido a que los semidioses están todos reunidos aquí para tomar su almuerzo. Mi corazón va explotar, mi organismo está alterado, como si me hubiese tomado una buena dosis de energizante. Los chicos me siguen hasta que los ubico en una mesa junto a los demás, los cuatro príncipes restantes comen de lo que les han dado. O bueno tres, porque Meghan parece estar lidiando con el pequeño Sussex que creo no disfruta del menú.
—Altezas, tomen asiento —indico a lo que ellos obedecen bajo la mirada de los demás—. Les traerán su comida en unos segundos, que tengan buen provecho.
—¿No van a comer? —pregunta Seokjin acomodando su cabello negro. Ahora que me doy cuenta, ya no tienen la ropa que los caracterizaba anteriormente. Ahora llevan ropas similares de color blanco con el logo de la luna gris y el escudo de Moonchild. Son sus pijamas pero creo que poco les importa. Suni fue quien llenó sus armarios y como habla poco seguramente ni se esforzó en explicarles.
—No se preocupe —sus ojos cafés como los de su hermana van a parar en las tres personas que solo esperan a que yo les diga algo—. Esta mesa es de ustedes, ellos vienen conmigo.
Hago una pequeña inclinación y me despido de ellos en el momento exacto en el que uno de los bots que se encargan de atender les trae las bandejas con sus platos. Sus caras son todo un poema y eso me causa gracia, mientras tomo una mesa cercana a ellos y me siento. Los tres restantes se miran entre ellos, Taehyung es quien toma asiento primero y los otros dos le siguen. La máquina de apariencia similar a la de un humano trae una bandeja con nuestros platos y yo le sonrío amablemente porque aunque son solo tecnología, aprecian los buenos tratos. Me sonríe también y con luces expresa su gratitud por mis tratos.
—¿Qué son? —pregunta Taehyung sin dejar de ver a la máquina, son una combinación entre las facciones de un hombre y una mujer. No tienen un género en realidad.
—Se llaman faunas.
—¿Y qué hacen?
—Todo —me encojo de hombros y los tres me miran ya con sus platos de comida en la mesa—. Al ser agentes estamos ocupados todo el tiempo, todos los guardianes que entran aquí o pertenecen a un equipo, están en alguna misión o son aprendices. Sería humillante contratar a guardianes solo para que hagan cosas como limpiar, lavar la ropa y eso.
—¿Por qué sería humillante?
—Porque todos nacemos con un don que debe mostrarse y usarse. No es discriminante —me apresuro a aclarar—, solo tenemos cosas más importantes que hacer que ser funcionales en el contexto domestico.
—Entonces ¿Estas cosas hacen todo eso? —pregunta la morena.
—Desde preparar comida para miles de personas hasta limpiar cada esquina de esta base, sí.
—¿Quién las creó? ¿Cómo funcionan? —Su boca se abre entre el asombro que le provoca cuando admira a una de las faunas por la ventana de la cocina batir una mezcla con mucha rapidez— Es fascinante.
—¿Eso es código Morse? —sonrío apenas cuando Jungkook decide hablar, tiene el ceño fruncido mientras observa a todas las máquinas que se mueven por doquier. Unas limpian las mesas, otras barren el suelo y las demás sirven el almuerzo a todo aquel que tome asiento en una mesa.
—Así es como se comunican, con clave Morse de luz y sonido. Son muy eficaces.
—Ya lo veo. —murmura él mismo. Devuelve su vista al frente y como estoy sentada frente a él por consecuencia sus ojos acaban en mí, lo que no esperaba es que desviara su mirada tan rápidamente.
Hm, ¿Ok? Eso fue raro.
Los chicos comienzan a comer, yo no lo hago porque he desayunado demasiadas cosas y los antibióticos que Jimin me ha ordenado tomar me quitan el apetito. Comeré algo ligero más tarde o quizás no lo haga, da igual, puedo pasar dos días enteros sin comer y mi energía sigue siendo igual, sobre todo porque los descendientes están reunidos a mi alrededor.
Tenerlos así de cerca constantemente es como beberse veinte tazas de café en un día.
Y otra vez, no tengo nada que hacer.
—¿Qué tal todo? —les pregunto de manera casual— ¿Los príncipes pudieron hablar con su madre?
Obviamente es el moreno quién contesta, se adapta rápido al parecer.
—Pues sí, pero ya sabes cómo es ella... Un poco impulsiva. —contesta, encogiéndose de hombros. Asiento dándole la razón, la reina es un poco fuera de lo común. Está loca, tanto que decidió volver al reino siendo escoltada por varios agentes diciendo que como gobernante era su deber estar ahí.
En parte le doy la razón porque ahora que el rey desapareció mágicamente alguien tiene que estar a cargo de todo, además, la reconstrucción del palacio no comenzará sin el permiso de alguien de la familia real. Por lo que básicamente llegó, convivió con sus hijos medio día y regresó a Corea. Eso fue lo que me contaron, no tuve oportunidad de volver a verla.
—Dokhye ha sido así de nacimiento —le contesto a él aunque todos me están escuchando—. Los difuntos reyes siempre estaban encima de ella para que no cometiera tantas locuras. Incluso intentaron tener más bebés para que ella no quedara como la única heredera al trono —sonrío negando lentamente, era mi madre quien me contaba esas historias cuando me escapaba de los entrenamientos en Estados Unidos y viajaba a Moscú por unos días—. Ya ves que no resultó así.
—Lo que has dicho me ha confundido —frunzo el ceño— ¿Conociste a la reina en su juventud o estoy delirando?
—¿Cuantos años crees que tengo, Taehyung?
—Pues pareces estar en tus veinte.
—Y no te equivocas, parezco estar en mis veinte —cruzo las piernas—. Pero mi edad real es de 585 lunas.
—¿Lunas? —pregunta Jungkook y le miro. Ahora todos me prestan más atención.
—Así es como contamos nuestra edad, en lunaciones.
—¿En años humanos cuál sería tu edad? —Ikaika es quien habla. Ahora que la veo bien, parece estar teniendo problemas. Luce un poco demacrada.
—En años solares tengo cuarenta y cinco años de edad. —Leo abre sus ojos en grande, sorprendido. Su boca se abre un poco y parece un niño viendo una película de terror. Me río de su expresión. Ikaika se remueve en su sitio pero no parece en lo absoluto sorprendida al igual que Jungkook, quién ni siquiera se mueve, solo mantiene sus ojos fijos en mí.
Y me es inevitable recordar lo que qué pasó en ese elevador.
—Abusadora, podrías se mi madre.
Le doy la razón con una sonrisa apenada.
—¿Por qué te ves tan joven? —pregunta Ikaika.
—El envejecimiento y desarrollo de los bimbaio es mucho más lento —explico—. Un bimbaio puede tener quince años solares y seguirá siendo un bebé hasta eso de los dieciocho o veinte, luego se convierten en niños grandes.
—¿Cuando es la etapa de la adolescencia? —esa pregunta vino de Taehyung.
—A eso de los treinta años solares comienza la etapa de la pubertad de un bimbaio, y a los treinta y cinco o treinta y siete años comienza el proceso para convertirse en un adulto joven. Por lo que aunque soy mayor que ustedes, mi edad mental y mi apariencia física son las de una joven humana de veintitrés años.
Taehyung abre su boca, formando una pequeña "O" entre su asombro y sus ojos cafés brillan, realmente está impresionado. No se parece en nada al hombre un poco intimidante que me guió por el palacio el primer día.
—Woah, eso es increíble... Espera —arruga sus cejas—, eso quiere decir que ¿Nosotros también tardaremos en madurar?
Creo que él ya aceptó que no es del todo normal. Sonrío más amablemente, dispuesta a aclarar todas sus dudas al respecto.
—El caso de los híbridos es un poco diferente, sobre todo si son hombres —comienzo y asiente— Les explico: Jungkook y tú son hombres hijos de un humano y un bimbaio, el ciclo dicta que si un guardián engendra a un híbrido niño, este nacerá con más características humanas. Pero si el resultado de la unión de ambas especies es una niña, esta va a heredar más características de un bimbaio. —asienten, al parecer han entendido. La mujer que está prácticamente a mi lado deja de masticar mientras que el menor de nosotros parece estar en una especia de trance, no ha tocado su comida, solo la revuelve con los cubiertos.
—¿Eso quiere decir...?
—Quiere decir que Jungkook y tú envejecen como un humano normal y no tienen habilidades sobrenaturales demasiado resaltantes o comunes, de hecho, sus habilidades pueden ser tan peculiares que no les otorgaran una categoría hasta dentro de un tiempo. Pero Ikaika sí tarda más en envejecer, así como también debe tener alguna habilidad perteneciente a una categoría por ahí que no ha despertado —esto llama la atención de la mujer y me atrevo a hablarle directamente—. Después de un tiempo recibirás un entrenamiento como guardiana completa para desarrollar tal habilidad y usarla a tu favor y el nuestro.
—¿Es obligatorio?
—Lo es, incluso los bimbaio que no son agentes deben recibir ese entrenamiento para aprender a controlarse —ella solo suspira y se cruza de brazos asimilando la información que acabo de proporcionarle—. Al igual que ustedes no nacemos sabiendo caminar, y los primeros pasos son peligrosos. Podemos lastimarnos.
—¿Cómo fue tu entrenamiento? —ahí es cuando la pequeña sonrisa que se formaba en mi rostro decayó. Realmente no tengo buenos recuerdos de mi juventud como aprendiz, creo que ningún agente los tiene.
Ni siquiera los superiores.
—No me preguntes eso, no quiero asustarlos.
—¿Tan malo es?
—Muy bien semidioses, ha llegado la hora de que reciban su entrenamiento.
—¿Disculpa? ¿Yo entrenar? ¡Jamás!
—Príncipe Kim semidiós de la armonía. Si no deja de interrumpir a los guardianes tendrá que recibir tutorías de buenos modales.
Su expresión de indignación era merecedora de una foto, pero no podía hacer eso o recibiría una reprimenda también. Aprieto los labios para no reír y noto que Ikaika hace lo mismo. Estos chicos no han querido separarse de los príncipes en ningún momento y entiendo que sea así, no confían del todo en nosotros como para dejarlos solos. Ahora estamos en la sala de prácticas oeste, en el medio de todo — justo en la imagen pintada en el suelo de la luna y el sol— se encuentran dos de los superiores que se encargarán de dictar las clases de hoy. Los siete príncipes hacen un círculo rodeando a ambos y un poco lejos del campus de suelo de cristal, en las gradas de un material extraterrestre estamos sentados los escoltas y yo observado y oyendo todo.
El príncipe Enrique es quien está en el lugar de su hijo, es un bebé apenas por lo que sería una pérdida de tiempo que reciba el entrenamiento. Por ende su padre debe hacerlo ya que él si tiene la edad adecuada.
—Esto es inaudito—expresa Seokjin y su hermano le da un empujón con su hombro—. Bien, bien, ya me callo.
—La lección de hoy será simple, aprenderán a encontrarse.
—¿Qué?
—Lo que oyeron —asiento a lo que la mujer del centro dice, tuve bastantes problemas en esta fase.
Tuve problemas desde el comienzo hasta el final. A veces pienso que solamente he tenido suerte—. Deben de conocerse primero o de lo contrario sus poderes no saldrán a la luz. Tienen que saber quiénes son realmente para que su alma y su cerebro puedan conectarse.
—Cuando eso suceda, el cerebro podrá enviarle órdenes a su espíritu, tendrán el control total de sí mismos y podrán desarrollar y manejar sus propias habilidades como más les parezca.
—¿Realmente tenemos poderes? —pregunta el príncipe de Dinamarca, Klaus.
—¡Por supuesto! Son poderosos, mis príncipes, no duden de eso. Cada uno de ustedes guarda un poder especial que espera por ser revelado, solo tienen que tener paciencia y por supuesto —sonríe—, confiar.
Algo vibra en mi chaqueta de cuero, no me demoro en sacar mi teléfono de allí para verificar de qué se trata. El remitente indica que se trata de Grecia y no tardo en levantarme para responder. Me voy debajo de las gradas para alejarme un poco de los demás y contesto la llamada.
—¿Todo en orden? —es lo primero que pregunta.
—Los pilares están en su entrenamiento, todo bien —arrugo el ceño porque no tengo que esforzarme mucho para oír lo que sucede en el fondo. Escucho disparos, gritos y ajetreo— ¿Qué ocurre?
—Te pondré al tanto de la situación, debes informarle a los superiores —asiento aunque no puede verme y espero a que hable, la voz de Nana se oye por encima del bullicio y conecto un auricular para seguir oyendo mientras le envío un mensaje a Yeounjun para que rastree la ubicación de la llamada—. Encontramos el escondite de los brujos pero no es el único, al parecer nos estaban esperando.
—¿Qué?
—No es el único escondite... Ellos... —oigo su respiración y como al parecer está corriendo— Son muchos, en todo el mundo. Una secta, o más bien una religión... Alaban a un solo dios y no estoy hablando del nuestro.
Yeounjun responde, están en Italia en un pueblo fantasma. Se en dónde queda, es un pueblo que fue abandonado hace muchos años debido a que ocurrían sucesos extraños que aterraban a sus habitantes. Fantasmas, brujos. El río negro en dónde hacían sus sacrificios.
Se supone que habían hecho una limpieza por esos lados, pero al no haber nada más allí Moonchild no ordenó más expediciones ni revisiones de la zona.
—No solo quieren a los príncipes... Nos quieren a nosotros... Y quieren a los originales.
Oh, maldición. Creo que ya estoy cayendo en cuenta de la gravedad del asunto. Solo un dios se ha atrevido a desafiar a Shamash y a Inanna y todos sabemos quién es.
—Quieren traer de vuelta a Adán... Quieren destruir a los originales —cierro los ojos sintiendo el pánico llenar mi ser, esto es un desastre y comienzo a temer de lo que pueda ocurrir—. Quieren al hijo del Sol como sacrificio, ocho.
Esto tiene que ser una maldita broma.
Ikaika en multimedia porque es bellísima y la amo lqlskqljd
Musa.
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