Capítulo 03
Capítulo 03: vínculos y sospechas.
—¿Qué?
—¿Qué? —sacudí la cabeza, acabo de pasar vergüenza por culpa de mi imprudencia y mi falta de concentración. Me mordí el labio, haciéndome a un lado para hacerle pasar pero no se movió de su sitio, enarcó una ceja, permanece serio. Estoy segura de que escuchó bien lo que dije, shit.
—Estoy buscando a la señorita Venus, ¿Se trata de usted?
Pero qué voz tan... Suave, no es demasiado grave, tampoco demasiado aguda, está en un nivel justo, y la suavidad de su tono a pesar de la severidad que su rostro proyecta resulta muy... Ni siquiera sé cómo describirlo exactamente, pero es encantador. Me encuentro mirándolo sin disimular y es que no puedo no hacerlo. Santo dios de la luz, ilumina mi cabeza que ya estoy actuando como una verdadera oxigenada sin neuronas.
Carraspeo, debo recobrar la compostura. Hago una leve inclinación a la vez que leo la placa que reluce la palabra teniente junto a las iniciales.
JJK, en letras doradas.
Conque es él...
—Sí, soy yo ¿En qué puedo ayudarle, teniente?
Sus manos permanecen tras su espalda, lleva puesto un audífono escolta que se conecta a través de un delgado cable a su radio, el cual creo que permanece en uno de sus bolsillos traseros. Al igual que todos viste de traje negro y zapatos relucientes, su cabello negro es un poco más largo que el corte tradicional militar, y llámenme envidiosa pero quiero cortarle el cabello pues parece ser más suave que el mío. A través del traje puedo ver sus músculos queriendo atravesar la tela, pero es tan alto y esbelto que su musculatura no se nota exagerada, sino que elegante. Tiene la piel increíblemente pálida, muy, muy pálida. Y sus ojos son de color café, pero son... Hasta fantásticos, jamás había visto a un ser humano común con irises de un tono como ese. No sé si es un tono avellana o chocolate, o si es la luz de la lámpara detrás de mí que les da un aspecto tan majestuoso.
¿Acaso este hombre fue un príncipe en su otra vida? Porque luce como uno.
Que mirada tan bonita.
—La princesa Kim no puede venir hasta aquí —oh—, así que fui enviado para escoltarla a usted hasta sus aposentos, por favor sígame.
—Espere un segundo —le aviso. Trotando me dirijo de nuevo adentro dejando la puerta abierta, Liah ya me observa desde su sitio y antes de que yo llegue al escritorio me extiende mi cuaderno y mi bolígrafo, la cinta métrica ya cuelga de mi cuello así que eso era lo único que necesitaba—. Cuando termine iré a cenar, así que pueden cerrar el estudio por hoy, han trabajado duro ¡Buenas noches, bellezas!
—¡Buenas noches!
—Listo, ahora si podemos irnos —el hombre de elegante porte asiente y sin más comienza a caminar, lo sigo hasta posarme a su lado, es muy alto, así que debo de caminar más rápido para mantenerme a la par que él. No lo miro, no me resulta intimidante aunque ciertamente lo es, pero no quiero mirarlo y que haga lo mismo. No estoy tan arreglada cómo esta mañana.
Su aura... Es pesada, y solo hicimos contacto visual por un escaso y milagroso segundo.
Aun así, no voy a abstenerme de hablar, este silencio es muy incómodo, y Choi Venus nunca se queda callada, mucho menos por un hombre desconocido con apariencia de sicario destripador de rubias.
Sí, sí, soy exagerada también.
—Creí que la princesa Dasha vendría al estudio, por eso no me presenté más temprano en el área sur. —de repente los pasillos se me hacen largos.
—Princesa Kim o su majestad, así es como debe de llamarla.
—Lo siento, aun no me acostumbro —no respondió, ok— ¿Por qué no puede venir?
Otra vez, su silencio fue mi única respuesta. Eso y una mirada de soslayo que decía claramente un cierra la boca y camina. Desde ya sé que es un hombre difícil.
No recuerdo su edad, pero se ve joven, a los únicos escoltas jóvenes que he logrado percibir son Kim Taehyung y Min Yoongi, el cual por cierto se está ganando el odio de Camphell debido a que se encarga de supervisar personalmente a la servidumbre de ambas áreas. La pobre se queja a menudo con Chou de que está harta de que la mande y la corrija, y es que parece haberla tomado como víctima principal porque cualquier error que comete lo señala.
Es gracioso, básicamente le jode la existencia a Grecia como ella lo hacía con nosotros en la base de entrenamiento. Pero más le vale no pasarse de la línea, ella es peligrosa cuando se enfada, y puede hacer de tu mente un infierno sin mucho esfuerzo.
El control mental guiado por emociones negativas es un asunto delicado de alto riesgo. Hay pocos que llegan a controlar algo como eso, la mayoría de los soldados le tienen respeto debido a tal habilidad y a su carácter.
Es que joder, en nuestro grupo, la menos impresionante soy yo. Chou Suni es una cambiante, puede convertirse en cualquier tipo de canino, la mejor francotiradora del equipo. Grecia Camphell es una maestra del control mental y es una máquina de matar con armas blancas, Park Jimin maneja todo lo que tenga que ver con la naturaleza y los espíritus, es quien se encarga de la parte de la medicina científica y natural, y Goh Nana es una bimbaio de alto rango, una cambia formas a cualquier especie experta en el combate.
Luego estoy yo, la cerebrito con sentidos súper desarrollados que solo puede manejar armas pequeñas. Para los humanos eso es algo de admirar, de hecho, ni siquiera es creíble de lo asombroso que es, pero los bimbaio consideran esa habilidad como algo corriente porque, sí lo es. El ochenta por ciento de los agentes de Moonchild, ese es el nombre de nuestra organización casi secta —nuestra cultura da un poco de miedo—, tienen como habilidad la percepción extrasensorial, soy parte de ese porcentaje.
¿Cómo terminé en el ABlack Squad? Fui la única que pudo hackear el sistema de defensa y seguridad del palacio de Buckingham en Londres cuando intentaron asesinar a la reina. Literalmente después de eso me usaron solo para identificar drogas o detonadores explosivos en aeropuertos y demás. Sí, como un perro militar, olfateando por todas partes.
Volviendo a la realidad, hay algo inusual aquí. Por primera vez subo a un ascensor del palacio, el escolta escanea su carnet y las puertas se abren para nosotros. No pierdo la oportunidad, veo todo a mí alrededor, hay un espejo detrás de nosotros, huelo, observo y siento, nada. Intento escuchar algo, solo el sonido del elevador pasando piso por piso. Hay una cámara filmando frente a nosotros, es de seguridad. Con mi mano libre saco del bolsillo de mi falda mi labial rosa, un labial que con suerte y mucho esmero pude modificar durante la noche. Me miro en el espejo y poso el labial sobre mis labios, el escolta está de espaldas pero siento su mirada de nuevo en mi persona, no es por otra cosa que vigilarme.
A través del espejo veo otras cosas, un arma de fuego me dice hola a través del traje, porta un cinturón para llevarla. Veo un anillo, está en su dedo índice y es de color plata más el material es completamente de acero, termino de aplicar labial cuando sé que este ya ha hecho su verdadera función y lo guardo de nuevo en su sitio.
Glock 17, con una capacidad de quince proyectiles. Parece haber sido disparada recientemente pues el olor es más intenso de lo que normalmente sería. Logré ver a través de su saco, se usó un solo disparo por lo que solo está el espacio de una bala, pudo haber sido al menos hace unas dos horas, Chou mencionó que la princesa estuvo fuera todo el día ¿Hubo un inconveniente tal vez?. El anillo que lleva puesto lleva también sus iniciales, nada más, nada menos, pero hay anillos que llevan escritos por dentro, así que mantendré eso como una curiosidad.
¿Por qué el lleva un arma y los demás no? ¿Y por qué presiento que está escondiéndola? Pude verla porque bueno, soy yo, pero está debajo de su saco, solo podría ser visible si se estira o se quita tal prenda. Si yo no estaba enterada de tal detalle, nadie más lo está. Lleva un reloj también, uno muy caro. Un reloj de espionaje que al llevar sus manos tras la espalda, seguro captaron mi imagen aplicando labial, y si malinterpreta mi mirada, creerá que le estoy viendo el culo y no la pistola que esconde tan bien.
Guapo, intimidante y misterioso, completamente mi tipo.
Esto será interesante.
Salimos del ascensor para cruzar la pasarela llena de plantas colgantes que nos llevarán al otro patio, y por ende, a una de las siete entradas que tiene la residencia de la familia real. Su audífono comienza a trasmitir, alguien está hablándole.
Teniente Jeon, aquí Kim.
—¿Ocurrió algo? —contesta él de inmediato, por un momento parece haberse olvidado de mi presencia.
No, pero el rey llegará en cinco minutos con el doctor y debo salir a recibirlo. Min está ocupado y el resto cuida la entrada, necesito que te quedes con su alteza. Chou Suni está con ella.
¿Doctor? ¿Cuál doctor?
—Estoy entrando, puedes regresar a tu puesto.
Caminamos más rápido, atravesando las grandes puertas que dos escoltas abrieron para nosotros. En realidad no me sorprende demasiado, cuando me pidieron hackear el sistema de seguridad de esta área, lo cual fue hace un par de semanas por cierto, pude ver cada rincón, además, era yo quien controlaba y monitoreaba las cámaras en los teléfonos de los príncipes, por lo que cuando estas eran encendidas me permitían ver por donde pisaban. Conozco a todos aquí, pero ellos no me conocen a mí.
Sé quién es Jeon Jungkook, obviamente, Goh me advirtió sobre él y la capitana Abengoa. Son el dúo más temido y respetado en lo que a todos los escoltas respecta. Se encargan personalmente de la protección de dos de los tres príncipes, y son tan sigilosos como desconfiados. Él protege a la princesa Dasha, la futura reina de Corea. Abengoa protege al príncipe Seokjin, el consejero real.
También sé que Kim se encarga de cuidar al príncipe Namjoon, pero las personas no lo ven a él como un hombre tan importante desde que renunció a la corona un mes antes de su coronación, él era el heredero al trono, pero fui testigo virtual de cuando habló con sus padres alegando que eso no era lo que quería, y a pesar de ser bueno en lo que hacía, la política no era lo suyo. Por lo que sigue siendo príncipe, más se dedica exclusivamente al arte. La coronación se canceló, y tras lo sucedido no tuvieron más opción que cederle el trono a la hija menor, Kim Dasha, la cual aún es muy joven por lo que se encuentra preparándose para cuando llegue su momento. En mi opinión, será una buena reina, quizás no será tan amable y dulce como su madre, pero lo será, a su manera. Está en su sangre, Jimin dijo que era la elegida, y así terminó siendo.
Seokjin es un caso aparte, nunca hace lo que le dicen, así que es un caso perdido desde la adolescencia.
El punto es, que ser la pirata informático del equipo me hace enterarme de muchísimas cosas. Soy la amenaza principal de la privacidad de la familia Kim, ¿Debería de sentirme culpable? Tal vez, pero estoy acostumbrada, este es mi trabajo, nací para esto.
Por lo que es comprensible que me sienta inútil y una total decepción, porque no puedo dejar de repetirme que todo esto ha estado yendo mal y ni yo ni mi equipo lo notamos antes.
Mi corazón se acelera de forma repentina y un leve mareo me envuelve mientras subimos las escaleras, estamos cerca. Observo a todas partes, puerta por puerta escucho lo que hay en cada habitación, el museo, la sala con las joyas de la corona, la reina debe de estar ensayando, desde aquí escucho la música clásica proviniendo de su salón de baile.
El rey aún no ha subido, su despacho se encuentra vacío. Los adorados monarcas son los únicos en saber de nuestra existencia, pero es porque no tienen opción. Cuando un descendiente puro toma el trono, este debe ser informado de la existencia de los guardianes, e incluso deben hacer un ritual en el que juran no exponer información sobre nosotros ni aunque el mundo esté por acabarse, esto aplica para todos los reinos en el mundo, por lo que sí, ellos nos contactaron y nos pusieron al tanto de la situación. Nosotros ya lo sabíamos, el grupo anterior al nuestro cuidó de ellos y de sus hijos cuando nacieron, ahora nos tocaba a nosotros, la nueva generación. Mi madre fue parte de ese grupo, fue una bimbaio muy querida por la empresa.
Los príncipes siempre están en peligro, pero estos lo están aún más.
No sabemos quién carajo fue, pero alguien vendió información sobre el legado oculto que llevan la realeza en su sangre y como funciona esto. Una especie muy peligrosa ha estado tratando de asesinar a los nuevos descendientes de cada reino, quieren su sangre, ellos usan la magia negra a base de sangre, sabrá el Sol que es lo que quieren hacer con ella.
Usualmente son más, pero teniendo en cuenta cuantos reinos son, y son bastantes, solo existen siete descendientes jóvenes en todo el mundo. Tres de ellos están aquí, en el palacio.
He ahí la razón por la que estamos en este lugar, siempre los cuidamos desde la distancia, pero ahora debemos hacerlo en persona pues ya no se puede confiar ni en los mismos escoltas.
—¿Solo tomará medidas? —la voz del teniente guapo volvió a hacer acto de presencia, justo en ese momento nos detuvimos frente a una puerta, la habitación de la princesa.
—Sí, ¿Los príncipes están ocupados? Quería aprovechar para tomar las suyas también pero...
—Solo el mayor se encuentra aquí, pero para tomar las medidas del príncipe Seokjin deberá esperar hasta mañana por la mañana —asiento, claro, él sí puede llamar a Seokjin por su nombre pero yo no puedo decir Dasha porque se enoja, what. Da dos toques a la puerta, rápidamente una suave voz femenina del otro lado pregunta de quién se trata—. Traje a la modista, majestad.
La puerta es abierta, Chou es quien aparece en mi campo de visión. Se inclina ante nosotros, o mejor dicho ante él. Se hace a un lado y nos deja pasar.
Mi habitación se queda chica comparada con esta. No voy a describir, es la típica habitación moderna estilo anticuada que toda princesa debe de tener, solo que aquí abundan más los colores pastel que el rosa en sí. La princesa se encuentra tomando el té en el balcón, desde aquí la vemos, permanece sentada de piernas cruzadas con un vestido un poco arriba de los tobillos, lleva zapatos moderadamente altos y el peinado que lleva hace ver a su rostro mucho más angelical de lo que ya es. Nos sonríe, y con un movimiento de cabeza nos indica que nos acerquemos. Cuando estamos frente a ella hago una reverencia, Jeon también lo hace.
Es ahora cuando me siento como un perro agitando la cola de felicidad por ver a su dueño, debo desviar un poco la mirada o la miraré como tal y será extraño.
—Majestad. —saludo cordial, mi corazón va a explotar.
Es la criatura más hermosa que he visto, hasta parecen familia ella y su escolta. Sus cabellos negros son algo ondulados, y el volumen de esas brillantes e hidratadas hondas le dan ese toque adorable a su pequeño rostro, tiene el cabello corto pero no demasiado. La punta de su nariz es puntiaguda y alzada, pero su piel es un poco mas quemada y sus irises son de un color café muy oscuro. No estoy tan emocionada, pero el vínculo hace que me sienta así. Los príncipes son los únicos capaces de hacernos sentir inferiores, y es que el aura de estos es pesada, poderosa y cálida. Miro a Chou de soslayo, ella también se siente así cada vez que la tiene cerca. La princesa no se caracteriza precisamente por ser amable, pero conmigo parece serlo, puesto que me sonríe a labios cerrados dejando ver un diente chueco bastante tierno.
—Suni —llama a mi compañera—. Tomaré el té con la señorita antes de comenzar.
No es necesario decir mucho más, ella toma la tetera y sirve en una segunda taza. Luego Dasha mira a su escolta.
—¿Mi padre ya está aquí?
—Así es, su alteza. Subirá pronto.
—Bien, ya puedes retirarte. Suni nos ayudará —él hace otra reverencia, y tras echarme una mirada retrocede.
—Estaré cerca.
Se retira y Suni permanece a una distancia prudente de nosotras, arreglo mi cabello, estoy un poco alterada. La princesa parece estudiar mi rostro, yo no soy capaz de mirarle directamente a los ojos. Tomo asiento por fin, ella eleva su taza y bebe un sorbo. Odio el té, pero ya que, yo también lo hago.
Me quemo.
—Olvidé decir que estaba caliente, lo siento. —niego sintiendo que voy a morir. Escucho la risa ahogada de mi amiga castaña.
—Descuide.
—¿Cuál es tu nombre?
—Venus, Choi... Venus.
—¿Venus? ¿Cómo el planeta? —Asiento— ¡Qué lindo! ¿Cuántos años tienes? Te ves joven.
Sí, súper joven. Tanto que tu madre y yo podríamos ser hermanas.
—Veintitrés ¿Y usted? —tomo una galleta, ya que, ella me invitó.
—No me trates de usted, tengo veinte apenas —ríe, si, es extraño llamarle así teniendo en cuenta que soy mayor, pero no me siento así, es mi superior—. Oí hablar de ti cuando contrataron a los nuevos empleados, dijeron que habías trabajado para diferentes marcas y que eras muy buena, no tuve duda de ello, quedé encantada con tus diseños.
—Oh bueno... Es un honor, majestad... Gracias.
Por primera vez, no sé qué decir. ¡Es que me tiene de los pelos! Soy profesional, pero esto va más allá de lo normal. Estoy hablando frente a frente con una semidiosa, lo peor, ella no lo sabe.
—Bueno, no perdamos tiempo ¿Qué debería de hacer?
Me levanto de golpe, si, terminemos con esto de una vez. Ella se levanta y me guía hasta el interior de su habitación. La sigo, se coloca frente al espejo de pared mientras yo me quito mi cinta métrica y me coloco los lentes con aumento que permanecen en mi bolsillo. Echo hacia atrás mi cabello pidiéndole a Suni que sostenga mi cuaderno y ahora si, a trabajar. Sera rápido, así que pronto podré irme.
Me gustaría hablar con Park o Camphell, quizás ellos sepan algo sobre el mencionado doctor y para que lo necesitan. La princesa está aquí, por lo que no puedo sacar a Chou de su papel. Tendré que esperar, seguramente Jeon me escoltará hasta el otro edificio para asegurarse de que no me quedaré a fisgonear por aquí.
¡Qué fastidio!
—Por favor, levante los brazos.
—¿Te pido algo?
—Por supuesto.
—No seas tan formal.
Elevo una de mis comisuras. Dasha es la única mujer en la familia, después de su madre por supuesto. Cuando cumplí los veinte y me asignaron informar a los superiores de lo que ocurría o no aquí, fui testigo de muchas cosas, entre ellas el hecho de que a Kim Dasha la cuidaban y protegían como si fuera un cristal muy frágil, cuando en realidad es todo lo contrario. Fui testigo de sus escapes del palacio con la ayuda de su hermano, también de como lloraba en el jardín porque no tenía amigas. Lamentable, a decir verdad. Todo esto fue formando a una joven princesa caprichosa, ambiciosa y que se aburre con mucha, mucha facilidad.
Y que también, odia que le traten como lo que es porque se siente aún más sola. Camphell dijo que Dasha sentía rabia cuando las personas eran hipócritas, mas ha vivido entre tantas personas así que ya no sabe detectar cuando es que alguien está siendo sincero.
Como agente de élite del tercer nivel no se me da bien ser demasiado correcta, y puedo ser una mujer muy imprudente, pero tampoco uso el lenguaje informal muy a menudo, me criaron para sostenerlo aunque esté diciendo groserías.
Sonrío de lado y contemplo su reflejo en el espejo, es un poco más alta que yo.
—La formalidad es parte de mí día a día, pero bueno, haré una excepción por ti —suspiré y me agaché para seguir con lo mío, Dasha tiene un olor muy peculiar, por alguna razón, me recuerda a Jeon. Un olor dulce, casi empalagoso. Ella sonríe suspirando, eso parece haberle calmado.
—Gracias.
Si quiero agradarle a esta chica deberé tratarla como lo que es, una chica de veinte años con una solitaria y complicada vida. Sin embargo, con mis principios por delante. Ella y sus hermanos son prioridad.
—Y... ¿Puedo saber por qué tanta ropa? Me encanta la ropa, pero tu armario va a explotar —mueve su mano mientras me mira a través del espejo, yo solo ajusto la cinta a su cintura y anoto la talla, es más pequeña que la mía.
—Oh, es que voy a donar lo que ya tengo —Aclara—. Así que necesitaré más prendas para lo que queda de año.
Sigue siendo mucha, pero lo dejo pasar.
Una nueva presencia aparece detrás de las puertas cerradas, oigo a Jeon preguntar y resulta ser Park, tiempo después logra entrar con una bolsa decorada en sus pequeñas manos. Los ojos verdes de Dasha se iluminan al verlo, como los de todos los humanos ante la presencia de un ser como él. Le sonríe a la chica amablemente y levanta la bolsita para que vea lo que hay dentro.
Galletas, las favoritas de la princesa.
Ella suelta un gritito y debo detenerme cuando corre para tomarlas entre sus manos.
—¡Mantequilla! —exclama encantada, yo comparto una mirada con ellos. Cuando ella está feliz, eso también parece afectarnos, podemos sentir su emoción— Gracias, Jimin.
—No es nada, señorita —sonrió, entonces él me mira—. Oh, hola Venus —hace una inclinación sutil con la cabeza, yo correspondo con el mismo saludo y la menor de todos ya se encuentra comiendo de las galletas mientras va a sentarse en su gigante cama— ¿Cómo has estado?
Pues, bien, aquí babeando por el escolta loco que tiene su oreja pegada a la puerta. Bastante curioso y paranoico la verdad.
—Excelente.
—¿Se conocen?
—Estudiamos juntos, si —Dasha asintió cruzando las piernas, la castaña que tiene por acompañante se apresuró a llevarle un vaso con agua cuando esta se lo pidió—. También vine a avisarle que la cena estará servida en cinco minutos, tus hermanos esperan en la mesa.
Bueno, entonces ya debo irme.
—Am ¿Dasha? —le llamo.
—¿Si?
—¿Sabes si tus hermanos estarán disponibles mañana? Tengo que tomar sus medidas también —pareció pensarlo, luego respondió:
—Seokjin estará aquí en la mañana, después de eso no sé qué hará. Namjoon... —miró a Jimin, claro, es el mayordomo del hermano del medio.
—Estará libre todo el día, puedes venir a cualquier hora, Venus. Pero deberás consultar con sus escoltas de todas formas —asentí, recogí mis cosas y me acomode— ¿Te vas? Te acompaño. Dasha, por favor ve a cenar, Jeon no te traerá la comida esta vez.
—Tranquilo.
Nota mental: Dasha ya no come en el comedor como antes.
Me despedí de ambas chicas, cuando salí el escolta permanecía recto con las manos tras la espalda junto a la puerta, como si nunca hubiera estado espiando las conversaciones en la habitación. Parecía que iba a acompañarnos, pero Jimin usó su encantador tono de voz y bonita sonrisa para asegurarle que él me acompañaría, el pelinegro al no querer ser entrometido asintió y se quedó en su sitio. Ahora estaremos solos.
Hicimos el mismo recorrido, pero esta vez salimos por la cocina, saludó a unos cuantos empleados, el chef y por supuesto a una ocupada Camphell que al vernos le dejó la bandeja a otra chica y nos siguió sin siquiera excusar. Salimos del palacio hasta uno de los jardines, hay escoltas por todas partes a la par que flores y viento, la primavera en la ciudad de Seúl es algo fría por las noches. Esta nación es en pocas palabras rica, todas las ciudades, pueblos e islas que conforman al reino son famosas por su excelente economía y la belleza de la tecnología que, increíblemente, no hace daño alguno a nuestro ambiente. Y, aunque la reina hizo un buen trabajo por esa parte no puedo decir lo mismo de la seguridad. Pero aun así, me atrevo a apreciar la vista de la hermosa capital desde aquí.
Los jardines son inmensos, más un rato después de caminar y solo decir estupideces doy pase libre para hablar pues estamos en un punto muerto libre de cámaras, entre flores y césped Jimin toma asiento, y después de obligarnos con la mirada tenemos que hacerlo nosotras también.
El césped pica, llevo falda, no me gusta en lo absoluto y me quejo.
—¿Puedes dejar de berrear? Ya te pareces a Dasha cuando su merienda se retrasa —le dedico una muy mala mirada a la rubia, ella solo rueda los ojos—. Eres irritante.
—Tú eres irritante. —le devuelvo cruzándome de brazos. Jimin suspira.
—Chicas, dejen de pelear por un momento ¿Bien? A las flores no les gustan las malas energías.
—Triste por ellas.
—Grecia —regaña él—, no seas así.
—Hablas de las flores como si de verdad pudiesen ofenderse por algo. Todo el tiempo se están riendo las muy tontas —Jimin abre la boca, se ha ofendido.
—Ellas no, pero Terra y yo sí, más respeto ¿Quieres? —Él también se cruza de brazos, haciendo que los músculos de estos resalten debajo del uniforme, aun así, no es muy intimidante a la vista pero su aura sí que lo es—. Por primera vez deja de ser una hincha pelotas y actúa como la guardiana que eres. No me toques los huevos, Grecia.
Está perdiendo la paciencia.
—Oblígame —le reta. Esta mujer no aprende. Lo bueno es que parece arrepentirse un segundo después cuando él niega con la cabeza.
—Oh, no quieres que te obligue, preciosa —la rubia se calla, Jimin sonríe con inocencia pura.
Amo cuando pasa esto, puesto que no es muy común pero si entretenido. Si hay un guardián superior a Grecia en poder ese es Jimin, y ella lo sabe más que nadie. Siempre es partidario de la paz, pero cuando se meten con él y lo que cree que es importante, su paciencia se reduce a cero. Él no es de liberar emociones negativas, pero ama dar lecciones cuando ve que es necesario.
Y no es muy piadoso cuando eso pasa.
Los paganos son muy difíciles de hallar, uno de cada diez bebés bimbaio nacen teniendo esta habilidad, y eso es porque ser un guardián escogido por el mismísimo espíritu de este planeta conlleva tener un alma demasiado pura, y también demasiado fuerte. Cuando nace un guardián y Terra lo escoge como suyo, automáticamente se le denomina pagano, y automáticamente todos sabemos que ese guardián es muy importante, pues puede hacer lo que ninguno mas hace; ver y hablar con espíritus, ser oído por Terra, controlar la naturaleza a su antojo, escuchar las voces de la misma, y con mucha practica y desarrollo espiritual, hablar con dioses a través de un vínculo. Eso agregando otras cosas como el efecto que causa en las personas, su inocente belleza atrae y doblega hasta al más resentido ser.
Solo les falta ser inmortales para ser considerados pequeños dioses, lamentablemente no lo son, y por el contrario, hay que esperar unos veinte años más para que nazca una nueva generación de paganos. Solo nacen como máximo, veinte paganos en todo el mundo cada veinte o veintiún años.
Por esto, nadie se atreve a faltarle el respeto a, y es aunque no lo admitan el preferido de los superiores. Camphell no es la excepción, no le cuestiona nada, cuando el chico se enoja es mejor no decir nada, sería una falta de respeto. El problema radica a que su carácter no ayuda, y cuando se le está jodiendo la paciencia no piensa antes de hablar. Ambos se conocen mejor de lo que yo lo haría, y aun así, no paran de sabotearse en situaciones que no lo requieren.
Son la pareja más extraña, poco afectiva y salvaje que he conocido por el momento.
—Venus —me llama él, veo que me hace una señal para que me levante de nuevo. Obedezco y luego observamos como extiende su delantal sobre el césped, me mira y luego me sonríe—, así no picará.
¿Ven? Es un encanto.
—Ay, lloro brillitos te amo —él ríe, nos sentamos de nuevo—. Ahora sí, cuenten el chisme ¿Por qué hay un doctor en el palacio? ¿Está de visita o...?
—Pensábamos que estaba de visita, no hay ningún enfermo de la familia. Pero no es así, vino para una consulta —responde él, me preocupo. Miramos a Camphell.
—¿Quién está enfermo?
—Manipulé a Min y logré sacarle unas cuantas cosas, resulta que es un escolta, el escolta de la reina para ser exacta. —alcé una ceja, no entiendo.
—¿El rey trajo personalmente a un doctor para que revisara a un escolta?
—Es un sargento, y según sé la reina lo quiere mucho por sus años de servicio.
—¿Cuál de los dos es?
—Williams. —contestan los dos. Frunzo el ceño cuando una idea pasa por mi mente y allí se queda.
—¿Saben qué tiene?
—¿Por qué preguntas? —Cuestiona ella con el ceño fruncido— Si hubiera algo raro ya nos habríamos dado cuenta.
Ay no puede ser cierto, son tan inteligentes y a la vez tan tontos.
—Pregunto porque Williams es más joven que el otro escolta, nunca ha presentado problemas de salud o algo similar y es extraño que lo atiendan en el palacio cuando hay una clínica para ellos pasando el laberinto de rosas. El médico que lo vio no trabaja para ellos, es del hospital central de Seúl, lo vi en los pasillos y lo conozco, o algo así... Min se encarga de esas cosas por lo que pudo traer a un médico de allí o al menos, llevarlo a la clínica —ambos se miran—. Repito: ¿El rey trajo a un doctor solo para que revisara a un escolta?
Asienten, les he dado razones suficientes para que respondan a mis preguntas.
—La mucama del rey dijo que solo era un resfriado —chasqueo los dedos.
—Ahí está, ¿Lo ven? Una mentira, escuchen lo estúpido que suena; el rey se toma la molestia de salir del palacio, buscar a un médico del otro lado de la ciudad para que revise a un escolta que lo único que tiene es un resfriado —miro de nuevo a la rubia— ¿Es en serio? ¿Cómo no te diste cuenta?
—No la culpes, Seokjin nos tiene de aquí para allá todo el día, le han dado una apretada agenda. Lo mismo con Suni, creo que él y Dasha son los que tienen más actividades en la familia —la defiende Park, en eso le doy la razón. Pero vamos, se supone que Camphell está para percibir cuando alguien miente u oculta cosas, ella está para sospechar y vigilar, para estudiar el comportamiento de todos—. Es como si no quisieran darnos espacio para pensar demasiado en algo, este es el único descanso que hemos tenido en todo el día.
Es como si no quisieran darnos espacio para pensar demasiado en algo.
—Los mantienen ocupados para distraerlos de lo que importa —afirmo, Camphell también pareció captarlo y entre los tres compartimos miradas.
—¿Creen que ese escolta planee algo? —pregunta el, ella niega.
—Creo que quienes planean algo son el rey y ese doctor —expone Camphell—. Si lo pensamos mejor, resulta sospechoso que tengan encerrado a Williams durante todo un día en su habitación por un simple resfriado. El rey parecía estresado, pero solo percibí estrés a causa del trabajo.
—Si es lo que creo que es, entonces sí, tendrá mucho trabajo —me levanto, sacudo mis piernas y arreglo mi cabello. Ellos también lo hacen— ¿Suni está enterada de todo?
—Solo sabe lo que todos en el palacio —bien, está bien, es mejor que este con la princesa—. Esta noche será movida, esperemos que haya un asesinato.
—¡Bendito sea Saturno! Camphell, deja de ser tan sádica.
—Si ese escolta desaparece, tendremos muchas pistas y también sospechosos. Vean el lado positivo de eso. —se encoge de hombros, negamos en desaprobación.
—¿Qué hacemos? —pregunta el rubio de baja estatura, la rubia toma la palabra.
—No podemos hacer demasiado ahora, solo nos queda vigilar y si hacen algo mantener eso como evidencia —me observa— ¿Tienes algún dispositivo que capte imágenes y esas cosas? Goh querrá analizar lo que sea que pase.
Afirmo con la cabeza, de mi bolsillo saco mi labial de nuevo y se lo extiendo.
—Es un micrófono y cámara a la vez pero solo toma fotos y audios por separado, tiene un sensor por lo que se activa con el toque de tu piel —le explico mientras hago el ademan de pintarme los labios—, también tiene un GPS así que desde mi posición sabré en qué parte del palacio se encuentran. No lo pierdas, ya tengo información guardada ahí.
—¿Qué información? —pregunta el único hombre, suspiro, casi olvido mencionarles ese detalle.
—Jeon esconde cosas, así que véanlo como principal sospechoso. No dejen que sospeche de ustedes, es muy, muy astuto, está armado y no solo eso —ellos se miran, no parecen sorprendidos así que decido preguntar—, tiene una cámara espía en su reloj ¿Saben algo?
—No sabíamos que estaba armado, pero Grecia dijo que actuaba extraño. —observamos a la mencionada.
—Es un idiota ególatra y estricto, no habla con nadie más que con Kim Taehyung, y cuando lo hace, procura no ser escuchado por alguien más. No lo veo como alguien malo, la verdad, protege a la princesa con su vida. Y lo sé porque he podido sentir como trata de ignorar sus propias emociones para enfocarse en su bienestar —se encogió de hombros portando esa mirada fría de siempre, esta mujer es un caso—. Creo que solo desconfía de todo el mundo, al igual que nosotros. Puede que haya visto o escuchado algo que lo haga desconfiar.
Hold on...
—¿Sus propias emociones? —rodó los ojos.
—Jeon Jungkook está enamorado de Dasha desde hace bastante tiempo —responde y a mí se me va el ánimo de la desilusión ¿Es que todos los hombres guapos de aquí ya tienen dueña?—, de no ser por mí no lo sabrían, es muy bueno ocultando lo que siente... ¿Qué? ¿Ya le habías puesto el ojo?
—Sí —ambos ríen, ya es tarde y tengo que irme— ¿Dasha se siente igual?
—Ni idea —imbécil, la golpeo y me regresa el golpe.
—¡Camphell!
—Pff ¡No! su majestad tiene... Otros gustos.
—Oh.
—Aún así mantén las distancias, no sabemos bien quién es él así que tendrás que esperar un poco si quieres meterte en su cama.
—¡Grecia! —regaña Jimin pero yo me encojo de hombros, es así.
—En realidad es una buena idea.
—¿Lo ves? —le dice ella de vuelta—, es una maldita zorra.
—Es mi trabajo conseguir información, y no es tu asunto con quien o cuantos me acuesto para obtenerla —le digo sin perder ese tono habitual en mi. A veces suelo soltar veneno, pero mi voz seguirá siendo dulce y suave.
Lo cual, se que le molesta aun mas.
—Lo es si nos perjudica —advierte.
—No lo hará, vas a ver.
Fotito de Dasha Kim uwu
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