☄️Chapter 04
Pov Seokjin.
Soy un descendiente de la luna, así aunque suene inconcebible, es completamente cierto.
La diosa Luna me envió aquí hace ya demasiado tiempo para ser el protector del Reino de Plata, y asegurarme de que todo esté bien con los humanos; tendría que encargarme de las fases lunares, las cosechas, el clima y la naturaleza en sí. Además, al estar aquí, están bendecidos por ella, dándoles prosperidad y poder.
En general, deberían considerarse afortunados por haber sido elegidos por mi madre para recibir sus presentes.
Sin embargo, en realidad te traje aquí con la esperanza de poderlos ayudar antes de que sea tarde.
Conozco a cada persona del Reino, y a algunos plebeyos también. Sé de memoria sus políticas en dónde no se aceptan los sentimientos ni nada que demuestre una debilidad, incluyendo la empatía, la amabilidad, el perdón, etc... ¿Y sabes algo?, esas son cosas básicas que ayudan a qué los humanos vivan en paz.
Por lo tanto, sin ellas, tarde o temprano se genera caos.
De hecho, ya comienza a generarse, poco a poco, el peligro se acerca a su Reino y mi madre Luna ya lo advirtió; ella me dijo que su futuro estaba en riesgo si es que ustedes no empezaban a cambiar, a ser realmente humanos de nuevo.
Así que me dió una nueva misión: tratar de evitar que el caos que trae el ser inhumanos llegue al Reino de Plata.
Y vaya que ha sido una verdadera odisea el tan sólo lograr que alguien me prestara atención. Hace meses empecé a enviar luces distintas a varios puntos, pensando que éstas llamarían a los plebeyos o alguien del palacio por la curiosidad, pero no, nada resultó; solamente llevaban los reportes de las luces extrañas y lo dejaban así. Dios, que frustración.
Por eso, cuando ví a tu caballería cerca, ví una oportunidad más.
No sabía si llamaría tu atención en especial, o la de alguno de tus compañeros... Pero menos mal que tú decidiste venir, finalmente alguien lo hizo.
Y ahora que está hecho el primer paso de todo, necesito que confíes en mí, y me ayudes en esto. Si no lo soluciono pronto, tu Reino se vendrá abajo cuando menos lo esperes.
Pov narradora.
—Si... ¿Y cómo sé que no mientes?, podrías ser un simple demente.—expresó el castaño cuando la explicación terminó. Ahora su voz sonaba humana, ya no trataba de hacerla volver a su estado mecánico.
—Ten ésto.—Jin se quitó un collar con un dije de luna menguante, el cual parecía brillar constantemente—Tómalo, y cierra los ojos... Cuando los abras, atrévete a decirme que estoy mintiendo.
Namjoon arqueó una ceja, y estiró la mano hacia Jin.
Con cuidado y confusión tomó el collar que se le entregó, mirando por última vez de reojo al peli blanco, para después atender su petición.
Sin saber exactamente qué esperar, cerró los ojos despacio, mientras apretaba el dije en su palma; todo empezó con una sensación particular de frío alto en su mano, como si el objeto se congelara en segundos.
Empezó a sentir una energía muy fuerte en sí mismo, algo distinto a todo. No era una carga pesada, solamente poderosa, que lo envolvió e hizo que su propia aura se tornara tranquila; era una energía increíble, que lo calmó y abrió su mente fuera de aquellas cosas negativas que había sentido.
En su cabeza se comenzaron a reproducir imágenes maravillosas, como si fueran sus recuerdos, o como cuando te imaginas algo con mucho ímpetu.
Pudo ver a la diosa Luna en su forma más humana, con el cabello largo y blanco, un vestido brillante y levitando a una distancia visible del suelo.
También vio el momento en que Jin bajó a la tierra, era como si una estrella luminosa descendiera del cielo hasta llegar al bosque.
Vio pasar las fases de la luna en una velocidad sorprendente, y el como siempre eran controladas por los dones de Seokjin.
Ese collar le mostró con hechos la historia que el chico le había narrado.
Namjoon abrió los ojos poco después, con la boca entreabierta y con la impresión cubriendo su rostro. Miró entonces a Jin y aligeró el agarre en el collar, sabiendo entonces que no mentía.
—Ese dije fue un regalo de mi madre, en él se contiene parte de la fuerza vital del cosmos y de la luna... De ese modo se pueden reproducir imágenes en la mente humana para demostrar mi llegada y origen... Sabes, me lo dió en caso de necesitar probar de dónde venía.—explicó Jin con suavidad, manteniendo una pequeña sonrisa—Menos mal que al fin sirvió.
—E-entonces... Eres más grande que nadie...—admitió Kim, dándole una reverencia de forma inmediata—Me disculpo por no creerlo...
—No te disculpes, solamente ayúdame.—Seokjin posó su mano con delicadeza sobre la cabeza de Namjoon, revolviendo un poco su cabello—Necesito explicarte lo que debemos hacer ahora.
Y ahí, fue momento de que se revelara exactamente el plan de Jin.
Ya con el líder de la caballería ahí, de su lado, las cosas podrían ser más fáciles. La idea era que Namjoon, desde dentro del palacio, empezara a hacer cambios en las personas que pudiera tener a su alcance; enseñar que los sentimientos y lo que va ligado a ellos es muy importante, y hacer entrar en razón a todos progresivamente, comenzando desde la Corte, la servidumbre, la realeza y por supuesto, el rey.
Pero, no sabía si dejar a Kim solo con la misión allí sería prudente.
—No puedo cambiar a todos yo solo... Tendrías que venir conmigo y hacerlo los dos, como equipo.—dijo el castaño cuando la explicación terminó.
—Lo haría, pero hay un impedimento... Yo solamente aparezco desde el atardecer hasta el amanecer, en el día es como si yo no existiera, ¿comprendes?
"Claro, es un hijo de la luna, lógicamente no está presente de día", pensó Nam.
—Solo cuando la noche llega mi brillo aparece, y es entonces cuando podríamos trabajar juntos... Pero en el día, tendrías que continuar solo...—añadió el peli blanco.
Quizá el líder no habría aceptado tal cosa, pues aún dudaba un poco de la situación y de su repentino comportamiento sentimental.
Pero, si era verdad, y el Reino peligraba, entonces no tenía otra opción más que confiar en aquel que decía provenir de la luna.
No se perdonaría a sí mismo si ignorara las advertencias y más tarde viera como su hogar de Plata se venía abajo.
—De acuerdo, cuenta conmigo.
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