𓏲 Cap 3: Roce
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La mirada perdida de Chaeyoung se posó por unos instantes sobre la mano de Mina, quien parecía tenderle ayuda para levantarse. Tras un momento de duda, la menor de las dos decidió aceptar la muestra de amabilidad.
— No deberías haber venido aquí, no conoces el lugar ni las personas que lo frecuentan. Es viernes por la noche, así que hay muchos depredadores.
Chaeyoung entendía del todo las palabras de Mina; había vivido demasiado tiempo en la cárcel que sus padres construyeron para ella, alejándola de la realidad. Pero aún así, no era idiota; sabía que caminar sola de noche por las calles podía conllevar riesgos
— Gracias por ayudarme — dijo levantándose del suelo. Sus rodillas dolían y el pantalón blanco tan sumamente bien planchado ahora estaba roto y manchado de sangre debido a la caída. En las palmas de su mano, algunas piedras le habían atravesado la piel.
No quería llorar, no quería ser como una niña pequeña delante de aquella muchacha y aún así no pudo evitarlo. No se trataba del dolor, tampoco de su chaqueta rasgada o sus pantalones rotos en la zona de las rodillas... sus lágrimas le habían cubierto los ojos debido principalmente al miedo que instantes atrás había sentido. Estaba llorando de alivio.
Pero eso era algo que Mina no lograba adivinar, y quizás fue el motivo de su mirada confusa. No tenía ni la menor idea de qué decirle a esa muchacha de mejillas hinchadas que ahora dejaba salir lágrimas de sus ojos mientras se agacha y se abraza las rodillas. Así que, haciendo honor al ser humano tan sumamente bruto que siempre había sido, tironeó un poco más de su chaqueta instándola a levantarse de nuevo.
El sonido de la tela resquebrajándose un poco más la advirtió al instante y cambió de estrategia; esa vez se limitó a hablar.
— Levántate, necesitas limpiar tus heridas. En el baño de mi local hay un botiquín. Entra y cúrate.
Chaeyoung solo la miró, sus ojos repletos de lágrimas y enrojecidos en extremo parecían atacar la faceta dura de Mina. Esa muchacha era la enemiga, una religiosa obsesiva que incluso acudía a protestas contra el mundo LGBT. Aún teniendo tanta información negativa sobre Chaeyoung, no logró evitar la idea de ayudarla, al fin y al cabo, no era de ese tipo de personas que pueden ignorar el sufrimiento de otras sin obtener mala conciencia a cambio.
— Voy a arrepentirme de esto. Sé que me arrepentiré.
Mina bufó antes de tomar a Chaeyoung de la muñeca para levantarla y llevarla de nuevo al interior del local, incluso si la chica parecía tener problemas para caminar bien entre el tumulto de gente, en ningún momento la apartó o se negó a seguirla. El agarre de Mina era apretado, quizás demasiado, sin embargo, Chaeyoung no se sentía mal con eso. En su mente, mantenerse sujeta al brazo de la chica implicaba también mantenerse segura.
Tan pronto como llegaron al baño, Mina la tomó con leve fuerza por la cintura para sentarla en la repisa del lavamanos. Era fácil manejar a esa pequeña chica, ligera y delgada pero con una leve capa de músculos que se notaban a través de la rotura de la camiseta, había algo en ella que muchas no podrían ignorar, era bonita por su cara y sensual por la forma de su cuerpo. El tipo de chica que siempre captaba la atención de Myoui Mina, y, por supuesto, tenía reacciones que le hacían pensar en gran cantidad de actos sucios. Lo único malo era su mentalidad. Alguien que protesta por los derechos del colectivo jamás podría ser un buen partido para Myoui, ni tan siquiera una amiga o conocida. Alguien como Chaeyoung era en la mente de Min, un completo y total deshecho humano. Solo basura.
Chaeyoung sintió un cosquilleo extraño que la obligó a respirar con fuerza cuando las manos de Mina se posaron sobre su cintura, para ayudarla a sentarse en la repisa; ni siquiera su madre tocaba una sola parte de su cuerpo. A Chaeyoung no le agradaba que otras personas invadieran su espacio, lo que incluía caricias o besos. De no ser porque Mina llevaba en su mente desde el día de la protesta, probablemente la hubiese apartado molesta. No solo le estaba afectando notar las manos de la chica dejando a cámara lenta su cintura para ir hacia el botiquín, sino que también le estaba provocando el ver lo bien que se adaptaba al cuerpo de Mina esa camiseta de color negro. Le gustaba eso, había descubierto en algún momento de su vida que la ropa oscura hacía el cuerpo de las mujeres mucho más atractivo. Tal vez fuese su cansancio ante la ropa clara que su madre siempre compraba para ella, Chaeyoung solo sabía que el estilo de chica que le gustaba tenía que vestir con colores oscuros.
— Quítate la ropa rota, te dejaré algo para cambiarte, niña.
Chaeyoung no se movió. Tal vez si fingía ni haber escuchado podría evitar tener que pasar por la vergüenza de exponerse demasiado ante Mina.
— Me llamo Chaeyoung.
Mina ignoró las palabras de Chaeyoung y simplemente tomó una gasa para comenzar a limpiar de gravilla las rodillas de la chica.
— Duele si haces eso — por supuesto que Chaeyoung no era una quejica, pero Mina no estaba teniendo ni un poco de delicadeza mientras limpiaba con prisa la sangre y piedras de sus heridas.
— Dolerá más si sigues protestando, niña.
Sin embargo, en contra de su actitud y palabras, Mina fue más delicada después de escuchar la queja de Chaeyoung.
— Dame las manos.
Chaeyoung miró confundida a Mina, pero hizo rápidamente lo que esta le pedía, no quería enfadarla. Había comprobado que, en contra de lo que había imaginado durante la semana anterior, mientras soñaba despierta con Mina, la chica era más huraña de lo que creía.
En el instante en que Chaeyoung estiró las manos, notó la forma cuidadosa en la que Mina quitaba la gravilla y limpiaba las zonas lastimadas.
— Tienes suerte de haberte topado con alguien que no ignora el sufrimiento ajeno — dijo Mina terminando de cubrir las heridas con una gasa — de lo contrario, habrías estado en un problema.
Chaeyoung ni siquiera podía hablar, estaba perdida en el toque de Mina. Se sentía como una chica enamorada e idiota, que simplemente cae ante la persona que le robó el primer beso. Y así era en realidad, había pensado en Mina y creado su propio sueño a partir de un beso que no implicó ningún tipo de significado real para la otra.
— Es suficiente, creo que ya puedo irme — Chaeyoung se bajó de la repisa y miró a Mina unos segundos antes de tratar de escabullirse.
— Ten — Mina simplemente le lanzó su chaqueta — llamarás demasiado la atención si vas con la ropa rota y manchada de sangre por la calle. Podrían detenerte.
En esos instantes ninguna de las dos dijo nada más, Mina volvió a su trabajo y Chaeyoung se puso sobre su ropa la chaqueta que esta le había dejado.
Cuando salió del cuarto de baño, la música volvió a captar su atención y decidió que era el momento adecuado para camuflarse entre las personas sin que esa chica volviese a echarla del local. Seguía curiosa y necesitada de conocer a personas exactamente iguales a ella. Pero su sueño no tardó demasiado en acabar.
— Mina me ha pedido que te lleve a la parada de autobús, vamos, no creo que sea un buen lugar para ti. No somos algo con lo que tú quieras lidiar.
Recordaba a la chica, se trataba de Momo. La chica que la ayudó a llegar hasta el local, así que simplemente sonrió ampliamente y accedió a que la llevara a la parada.
— Solo quiero aclarar que estaba en la protesta por mis padres — Momo la miró confusa — Mina me besó en el día del orgullo. Estaba en la zona de la protesta, pero no tengo nada en contra de los homosexuales, son mis padres quienes lo tienen.
Momo asintió mientras se subían al coche.
— ¿Entonces por qué estabas allí? Puedes decidir por ti misma lo que apoyas y lo que no. Si Mina te besó fue parte de algo que hicimos para molestarlos. ¿No habrás venido hasta aquí por eso?
— Parecido... Mis padres forman parte de la religión extremista, así que son sensibles con todo. Siempre he tenido dudas en cuanto a mi sexualidad... Cuando Mina me besó, alguien gritó su nombre; busqué información sobre ella porque sentí que era quien lideraba al grupo de personas que nos atacaron con los sprays.
— ¿Por qué no le dijiste eso a ella? — Momo sonrió — Sí, es algo similar a una líder. Es una de las defensoras del sindicato para nuestra protección en Seúl. Cada vez que alguien necesita consejo o refugio por su condición sexual, Mina intenta ayudar y los acoge en su casa. Si estás aquí porque tienes dudas, sin duda ella es la persona adecuada para ayudarte.
Chaeyoung suspiró y miró por la ventana. El local seguía lleno de gente y ella seguía necesitando escuchar esa música que jamás podría escuchar en su casa. Todo lo que veía le causaba curiosidad, pero Mina era la dueña del local, y ella no la quería ahí.
— No me ha dejado hablar.
— Entonces insiste; cuando sepa que estás aquí porque vives en un entorno malo para que tu sexualidad se forme con naturalidad, apuesto a que te aconsejará y escuchará.
— Sí, lo intentaré de nuevo en otra ocasión — susurró Chaeyoung desanimada.
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