Capítulo 46


-¿No crees que deberíamos tomar las cosas con calma?- Definitivamente jamás imagino encontrarse en una situación semejante, encontrarse tendido en la cama con tan solo toalla envuelta a la cintura mientras intentaba alejar a cierto Omega que estaba sentado sobre él completamente desnudo, intentando a toda costa despojarlo de la única tela que cubría su zona íntima.

-Para nada, ambos somos jóvenes y debemos divertirnos un poco- Relamió sus labios al observar como las gotas de agua bajaban por el cuello hasta el pecho del más alto. Si bien ese cuerpo no estaba tonificado, su piel canela era realmente tentadora, tanto que daba ganas de recorrer con sus labios cada centímetro en ella. Efectivamente esas ropas sucias que el azabache portaba con anterioridad no dejaban apreciar lo que tenía para ofrecer.

-Esto no me parece divertido- Estaba sumamente nervioso pues luego de que el Omega lo aceptara en el teatro, lo había conducido hasta esa misma habitación que le dijo podía ocupar. Sin embargo no espero que al salir de tomar un baño este estaría sentado en la cama con tan solo una bata de seda azul de la cual no tardó en deshacerse antes de empujarlo y acorralarlo.

-¿Tienes un Omega ya?

-No, pero ese no es el problema.

-Tranquilo, recibo algunas dosis en mi cuerpo cada dos meses para evitar un cachorro. No está en mis planes dejar que mi figura se arruine- Sonrió de lado mientras se inclinaba sobre quien estaba debajo suyo para besarle el cuello mientras viajaba con sus manos en toda la zona del pecho pero nuevamente el otro chico intentaba alejarlo.

-En verdad tienes un cuerpo excepcional y te agradezco que me aceptaras aquí pero no por eso significa que yo... que nosotros tengamos que hacer estas cosas- Esperaba que comprendiera lo que intentaba decirle sin embargo la forma en que el más pequeño se relamía los labios lo hacía pensar que no estaba dispuesto a rendirse.

-Esto no afectará a tu trabajo, míralo como una forma de conocernos mejor es todo.

-Si quieres que nos conozcamos deberíamos conversar primero y ahh... qué... estás...- Un ligero gemido escapó de sus labios al sentir la mano de su compañero presionar en su entrepierna por sobre la toalla, la cual logró arrebatarle en poco tiempo y la arrojó a un lado de la cama.

-Lo tienes enorme ¿Acaso escondes más sorpresas?- Tras soltar una pequeña risa afirmó la mano sobre aquella extensión la cual recorrió a continuación, haciendo especial énfasis en acariciar la punta para obtener los gemidos que quería escuchar por parte del nuevo integrante del teatro.

-No... mhn... yo nunca... he hecho...

-¿Eh? Es una broma ¿Cierto?- Detuvo de inmediato su accionar para buscar la mirada ajena la cual delataba que para nada mentía y si eso no bastaba el sonrojo en las mejillas sí.
-Cuesta trabajo creer que alguien tan joven y tan apuesto como tú sea virgen.

-Cuando te la pasas trabajando para poder comer, el buscar una pareja pasa a un segundo plano. Si ya entendiste por favor déjame solo y ve a buscar a otro que si pueda complacerte.

-Estoy seguro de que podrás complacerme de maravilla, te enseñaré cómo- Lejos de decepcionarse ahora se encontraba aun más interesado en la otra persona, la idea de ser su primera vez resultaba tan tentadora que era imposible resistirse.

-¿Qué diablos sucede contigo? ¿No entiendes lo que te digo? No tengo intenciones de hacerlo con el primero que se me cruce.

-¿De modo que eres de esos que creen en encontrar a su pareja destinada?

-Sí...

-Es totalmente absurdo confiar nuestras vidas a una Diosa que no podemos ver. En lo único que creo es mí mismo y que en que este momento quiero tenerte a ti...

-Estás mal de la cabeza...

-Por ti cualquiera lo estaría, no he conocido a nadie igual. Todo en ti es perfecto e incluso tu aroma me está enloqueciendo ahora. Hueles a fresas pero con una presencia cítrica como si fueras un Omega pero eso que tienes ahí abajo es digno de un poderoso Alfa...- Al terminar esa frase posó su frente contra la ajena estableciendo contacto visual directo con él pues sabía que una vez que hiciera eso despertaría los instintos del azabache.

-Hum... yo...- De pronto era como si el aire se hubiera vuelto denso, como si el aroma del más pequeño se propagara e invadiera todo a su alrededor al igual que lo hacía el suyo. A ese punto era imposible apartar la mirada de quien estaba encima suyo, de quien lo estaba seduciendo de sobremanera y eso podía saberlo porque para ese momento ya le había provocado una erección.

-Olvídalo todo por ahora y solo confía en mí, te sentirás muy bien...



-Mmn... no tienes que...

-Te dije que me dejaras esto a mí, solo recuéstate y relájate- Anunció entre tanto descendía por el pecho del azabache, dejando besos tras su paso y trazando un lento camino hasta llegar a lo que más ansiaba probar. Por acto de reflejo se relamió los labios con los cuales apresó la hombría de su amante a quien notó tensarse. Deleitado por todo eso, engulló el miembro lo más que su boca pudo abarcar, iniciando una lenta succión en la que procuraba mover un poco su lengua al mismo tiempo en que su mano ocupaba la tarea de acariciar la base.

-Esto es... demasiado... para mí...- En verdad no podía dejar de removerse y aferrarse a las sábanas. Su intimidad estaba tan caliente y húmeda que creía que en cualquier momento tendría un orgasmo, sin embargo su compañero parecía ser todo un experto en el tema dado que cada que estaba por llegar al clímax, este detenía sus acciones por unos segundos para impedírselo. Aquel juego más bien se volvió una tortura puesto que ansiaba terminar de una vez por todas pero nuevamente el Omega se hizo a un lado, la diferencia fue que esta vez elevó la mirada y le sonrió buscando complicidad.

-¿Te gusta?- Si es que hizo esa pregunta es solo porque quería escuchar admitirlo porque todo estaba a la vista.

-S... sí...- Tuvo mucha vergüenza al decirlo pero ¿Qué sentido tenía ocultarlo cuando ya su miembro se encontraba liberando algunas gotas de semen? Cuando sus gemidos se volvían cada vez más fuertes al igual que los espasmos de su cuerpo.

-De eso se trata, de que disfrutes al máximo de tu primera vez. Ahora iremos un poco más lejos y aunque me encargaré de eso... siéntete libre de experimentar si deseas hacer algo en particular- El azabache asintió con la cabeza y eso fue suficiente para que buscara sentarse en una mejor posición, una en la que pudo tomar aquella erección y llevarla hasta su entrada.

-No, no deberías... es decir...- Puede que no tuviera experiencia pero tampoco era ingenuo o un desinformado que no sabía que le causaría dolor el recibirlo sin una preparación previa, por más que los Omegas tuvieran la capacidad de humedecer aquella zona naturalmente eso no quería decir que solo por eso pudiera hacerlo así nada más, sobre todo si se trataba de un Omega macho por el lugar en donde debía hacerlo.

-Eres tan adorable y tan lindo al preocuparte por mí pero está bien. Nos estamos conociendo y ahora sabrás que me gusta más de este modo- Apoyándose con una mano en el pecho del otro, hizo presión hacia abajo con las caderas para asimilar esa intromisión poco a poco. Desde un principio supo que se volvería algo complejo y aun así no le importaba, es más... disfrutaba de cada segundo en el que ese gran miembro se abría paso en él pero más aun de los gemidos que ambos dejaron escapar.

-Tan caliente... y tan estrecho, no sé si pueda moverme...

-Nnh... el problema... eres tú... lo dotado que eres...- A su mente llegaban una y mil vulgaridades que le habría dicho sin embargo con suerte podía hablar una vez que dio inicio a un lento vaivén que verdaderamente estaba padeciendo a pesar de ya estar muy acostumbrado a esa clase de cosas.

Las expresiones del Omega y la forma en que temblaba indicaba que le estaba tomando trabajo moverse y por su parte se encontraba en la misma situación. De todas formas quería hacer algo para aliviarle el dolor y fue así que buscó acariciar la intimidad del más pequeño quien de inmediato inclinó el cuerpo hacia él, dejándose caer un poco y luego apoderándose de sus labios, besándolo de una forma intensa como si fuera algo por lo que hubieran aguardado por años a pesar de apenas conocerse.



No estaba seguro de qué era lo que pasaba por su mente, solo sabía que ese chico alteraba hasta sus pensamientos y que en determinado momento sintió la necesidad de ser él quien llevara el control de la situación, de ser él quien estuviera sobre el cuerpo del otro imponiéndole un ritmo, embistiéndolo una y otra vez mientras que este se aferraba con ambas piernas implorando que no se detuviera, que lo tomara aun más fuerte a pesar de tener el rostro cubierto de lágrimas. Conforme se acercaba al final, las estocadas que propiciaba al Omega se volvían más profundas como un claro reflejo de que sus instintos estaban a flor de piel, de un deseo que lo consumía y lo impulsaba a buscar el cuello de su compañero.

-Ahh... espera... aun no... no puedes marcarme aun...- ¿Aun? ¿Eso fue lo que dijo? Por un instante se sorprendió de lo que él mismo había dicho pero el azabache lo embistió nuevamente nublando sus pensamientos, restando importancia al hecho de que este respiró peligrosamente en su cuello en los segundos previos a que ambos llegaran al clímax, el mismo que obtuvo al sentirse colmado con el nudo que fue formado en su interior.

-Aun no... aun no lo haré...- Logró articular esa frase antes de alcanzar el estado máximo de placer, antes de percibir como su cuerpo se estremeció por completo liberando así su esencia dentro del Omega a quien finalmente evitó morder, y la única forma de hacerlo fue clavando los dientes en su propio brazo. Finalmente se relajó y dejó su peso caer, percatándose de inmediato que no podía apartarse de la otra persona que había anudado.

-Para ser tu primera vez... debo admitir que fue muy bueno. Es más... dudo que otro me haya hecho este desastre- Aun respirando con dificultad debió comunicar aquello y es que para nada mentía, ahora no tenía la menor duda de que sus días en teatro serían muy entretenidos.

-No es... necesario que quieras hacerme sentir bien. Aun no entiendo por qué alguien como tú se dignó a estar conmigo.

-¿Alguien como yo? No entiendo a qué te refieres.

-Esa bata azul que tenías es de seda, lo sé porque lavé muchas de ellas aunque nunca tuve una propia. Y además... los pendientes en tu oreja son de plata, tienen diamantes incrustados. Estoy casi seguro de que eres de la alta sociedad- Ahora que nuevamente podía pensar con claridad y no estaba cegado por el placer es que podía analizar todas esas cosas.

-¿Y eso qué tiene que ver?

-En que... ustedes están acostumbrados a tomar lo que quieren y cuando quieren. Puedo tener sexo contigo otra vez pero que no por eso voy a ser tu juguete como una clase de fetiche por un campesino.

-Un campesino que es demasiado apuesto para serlo, uno que por lo visto es muy listo, que sabe tocar la guitarra y que canta como un profesional a pesar de no haber tomado clases. Y por si eso no fuera poco tu aroma es algo inigualable ¿Por qué no puedo mostrar interés en ti? Me sorprende que pienses tal mal de ti mismo.

-Es complicado hacerlo cuando tú mismo pensaste que estaba robando.

-Bueno, sobre eso... creo que te debo una disculpa. De ahora en más serás parte de esta familia en el teatro y lo que tú o yo seamos fuera de aquí no tiene relevancia, ese es el lema de aquí y lo que siempre dice Seokjin.

-¿Seokjin?

-Mañana te lo presentaré.

-Lo dudo, debo irme apenas pueda para entrar a mi trabajo. Al menos debo asistir esta semana para que me den mi paga.

-¿Qué es lo que aun no comprendes? Acabo de decirte que eres parte de esta familia y nosotros no le negamos cama o comida a nadie. Estás aquí ahora y debes concentrarte en terminar tu formación- Fue inevitable sonreírle pues en ese momento él se veía realmente inocente, casi como si sus ojos brillaran, sin embargo no esperó que lo abrazara y que recostara la cabeza en su pecho.

-Siento todo lo que dije hace un momento, no intento justificarme pero...

-Está bien, comprendo que las cosas no han sido fáciles para ti y además te diré un secreto... si es verdad que los nobles somos un poco caprichosos con lo que queremos y tal parece que ahora estás en esa lista, incluso hiciste que llorara con tu canción.

-¿En verdad?

-Sí, tienes un talento maravilloso, no dudes de eso...



El azabache a su lado se veía durmiendo tan profundamente que cuando llegó la mañana no quiso despertarlo, después de todo no tendrían ensayos hasta dentro de unos días cuando ya las últimas refacciones estuvieran hechas por lo que sencillamente cubrió al nuevo integrante con una manta para después dirigirse a tomar un baño.

Una vez estuvo limpio se colocó nuevamente la bata con la que había llegado hasta allí y caminó hasta su habitación asignada en donde buscó algo de ropa para poder ir al comedor, seguramente el personal estaría preparando el desayuno ya. Por un momento pensó en tan solo tomar un poco de comida y regresar con quien había pasado la noche pero hubo un incidente que se vio obligado a solucionar. El día anterior había admitido a unos cuantos jóvenes talentosos pero que primero debían pasar por un periodo de entrenamiento, eso implicaba que todos debían convivir y aprender a llevarse bien para sincronizar sus pasos de baile pero ahí estaban, montando un acto poco agradable en la mesa central.

-¿Por qué diablos es todo este alboroto?- Preguntó elevando un poco el tono de su voz mientras se acercaba al grupo, no tardando demasiado en descubrir que dos Alfas estaban molestando a un Omega muy joven que siquiera cumplía la mayoría de edad, y por molestando se refería a que estaban muy pegados a él a pesar de que este los rechazaba.

-No sucede nada malo encanto- Se atrevió a decir uno de esos sujetos.

-¿Encanto? Te recuerdo que yo soy tu instructor así que cuida como me hablas y no quiero saber que tú ni nadie vuelva a molestar a otro Omega. Esto no es un antro, es un teatro así que no pueden simplemente ir por ahí acosando a las personas ¿Entendido?

-Entendido hermosura.

Ni bien ese idiota enunció aquella frase también tuvo el atrevimiento de darle una ligera nalgada ¿Quién diablos se creía? Que fuera un Alfa no le daba derecho a hacer esa clase de cosas sin su consentimiento. Si algo detestaba eran a las personas de su clase y para nada iba a pasar por alto esa osadía.
-¿Te gusta lo que estás tocando?- Sonrió como si estuviera coqueteando, porque ese sujeto era tan idiota que iba a creerle.

-Me encanta a decir verdad.

-Bueno, si ese es el caso tal vez podamos...- Mientras decía eso tomó la mano de ese idiota y la acarició, llevándola lentamente hacia la mesa de roble simulando que estaba jugando.
-Ya sabes... divertirnos un poco luego.

-¿De qué forma te gusta?

-De esta- Rápidamente apartó su mano derecha de la del Alfa en el mismo segundo en que con la izquierda tomó uno de los cuchillos sobre la mesa y sin dudarlo lo clavó en la carne de este, atravesándolo de lado a lado y clavándole la palma a la madera. Los gritos de ese imbécil no se hicieron esperar mientras que todos a su alrededor se alejaron unos cuantos metros de ellos.
-Vuelves a tocarme a mí o a cualquiera y te arrancaré uno a uno los dedos de la manos. Esto también va para el resto y alguno por favor limpie esto antes de que la mesa se arruine con la sangre sucia de este bastardo.



-Entiendo por qué lo hiciste pero ¿Era realmente necesario? ¿No podías solo golpearlo?

-Por favor, como instructor es mi deber enseñar lecciones de vida- Después del incidente por cuenta propia decidió dirigiese al estudio de Seokjin para notificarle al respecto, antes de que lo supiera por boca de alguien más.

-Conozco muy bien tu filosofía pero ¿Y si se queja con las autoridades?- Ambos soltaron una carcajada ante su comentario con el que desde luego estaba bromeando.

-Vas a hacerme llorar de la risa- Tomó asiento en la silla frente al otro Omega quien después de calmar esa risa tan particular le ofreció una copa de vino.
-Gracias y a todo esto ¿A qué se debe tanto buen humor?

-Soy muy poco discreto al parecer.

-Demasiado, sobre todo porque te sacaste más de diez años con ese maquillaje y ese color negro en tu cabello.

-Ah lo de mi cabello es porque quería hacer juego con nuestra obra pero el resto si es por Namjoon. La última vez que lo vi fue hace tres meses y no esperaba que viniera sino hasta la inauguración oficial.

-De modo que tendrás mucha acción esta noche.

-Sí, así que confío en ti para que mantengas bajo control a ese grupo.

-Dudo que después de lo de hace un rato quieran intentar algo malo y hablando de los nuevos... he descubierto un diamante en bruto.

-¿Y por qué no lo trajiste ahora mismo contigo?

-Porque a decir verdad anoche nos divertimos un poco y quedó bastante cansado.

-Ya es el tercer novio este mes, si cierta persona se entera vas a meterme en problemas.

-Pero no va a enterarse y quizá... puede que este sea el definitivo.

-¿Debería preocuparme por ti?

-Es que no lo conoces, es demasiado apuesto, tiene un gran talento para cantar y también otra cosa...

-¿Qué tanto?- Preguntó por demás intrigado en lo que el menor le describía.

-Como de este tamaño- Enmarcó una sonrisa mientras dimensionaba con sus manos para hacer que Seokjin comprendiera.

-Diablos... uff... de repente hace calor aquí ¿No crees?

-Ni creas que voy a compartirlo, te lo presentaré más tarde.

-Estaré esperando conocerlo- Pensaba continuar la charla con el otro Omega cuando escuchó que alguien llamaba a la puerta de su oficina, específicamente su asistente que venía a informarle que Namjoon estaba en la entrada del teatro.



(Y hasta acá dejamos este cap que yo creo que más de alguno ya captó lo que sucede... En el próximo vamos a tener la reunión de Jin y Nam + algunas verdades reveladas... podría escribirlo en este pero ya lo que viene sería algo muy importante no quiero mezclarlo en este cap o se extendería todo mucho, de todas formas prometo no demorar demasiado en escribir el siguiente...)

(Ah y a todo esto díganme en los comentario por favor que el "sangre sucia e inmunda" lo leyeron con tono de Draco <--- pensé en que el personaje diga que la sangre iba a ensuciar la mesa con su peste y de inmediato se me vino la frase de Draco... tuve que ponerla ya no pude evitarlo, además el tono despectivo amerita a esta situación)

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