Capítulo 18

[Reino Kim: Tierras del norte]

Después del incidente con la manada de los lobos finalmente la líder del clan los guió a él y a Taehyung hasta lo más profundo del valle, siguiendo el curso de un gran río por varios minutos hasta llegar al borde del precipicio de lo que parecía ser una caída sin fin de una cascada, siquiera podía ver qué es lo que había abajo pues la misma fuerza con la que el agua caía hacía que las partículas volvieran a elevarse creando una especie de neblina.

-Tenemos que bajar Jungkookie.

-¿Quieres que salte?- Estaba bastante sorprendido porque no había siquiera una cuerda con la cual pudieran bajar, supuso que lanzarse desde esa altura era la única opción.

-Es un forma de resguardar a nuestro poblado, normalmente nadie se atrevería a bajar por aquí- La mayor de todos rió un poco al ver la expresión en el rostro del azabache.

-¿El príncipe del clan guerrero Jeon tiene miedo?- Taehyung se estaba burlado de su Alfa quien mantenía la mirada fija en la caída de agua.

-No tengo miedo pero cualquiera analizaría la situación antes de tirarse desde aquí cuando siquiera sabe qué hay abajo.

-Tienes razón al menos en eso, podría haber rocas y aunque no las hubiera el impacto de la caída te mataría. Taehyung, muéstrele cómo debe hacerlo.

-No es necesario, si usted puede está claro que yo también- No lo dudó demasiado y simplemente tomó carrera para saltar al vacío, sintiendo una gran adrenalina recorrer todo su cuerpo que activó sus instintos animales por poco tiempo hasta impactar y sumergirse unos cuantos metros debajo del agua. Al salir a la superficie notó que había una gran cueva por la cual continuaba el río.

-Es un salvaje- Sonrió la mayor nuevamente mientras observaba a su nieto, aun sin poder creer que Jeon hubiera decidido saltar así como si nada.

-Lo sé, y eso me agrada.

Jungkook esperó a que los Omegas saltaran pero eso nunca sucedió, vio como ellos descendían lentamente por una extrañas rocas flotantes que se acomodaban debajo de sus pies, como si enmarcaran una escalera en bajada.

-De modo que sigues vivo niño.

-Bien pudieron decirme eso antes de que saltara.

-Tú no esperaste a que te explicara Kookie.

-¿Cómo diablos...

-Rocas magnéticas, este lugar tiene una gran concentración de energía por lo que si escoges las rocas adecuadas crean un campo de gravedad- Su Alfa aun tenía mucho que aprender pero estaba seguro de que solo era cuestión de tiempo para que se adaptara.

-Son como imanes que se repelen, en pocas palabras- Su Omega hablaba con terminología bastante compleja, no significaba que no entendiera lo que decía pero prefería las cosas más sencillas.

-Los imanes se atraen Jungkookie.

-No si inviertes la polaridad geniecito.

-Lo sé pero no es el mejor ejemplo.

-Niños, no quiero interrumpir su discusión de ciencia pero ya está por caer la noche y no es aconsejable estar aquí afuera, caminen.

-¿Y eso se debe a...

-Hay lobos salvajes, usualmente no invaden muestro territorio de día pero en la noche salen a merodear. Quizá no sean muy listos pero no dejan de ser un problema.

El azabache se sorprendió bastante al descubrir que aun en esos tiempos pudieran existir lobos salvajes ya que en su reino no los había, siquiera quedaban pequeñas comunidades como la que estaba visitando puesto que su familia se había ocupado de acaparar todas y cada una de ellas.
Siguió los pasos de la mayor por el conducto de la cueva hasta llegar a la salida de la misma, y allí fue que pudo apreciar la dichosa aldea. La misma estaba ubicada en las costas del arroyo y las casas se caracterizaban por estar construidas de madera. Así mismo estaban bastante elevadas del nivel del agua, supuso que aquello era para evitar que las construcciones se inundaran con la crecida del río en épocas de lluvia. Las personas que se encontraban en el exterior repararon en su presencia e inmediatamente voltearon hacia donde se encontraba.

-Este chico de aquí es un invitado de mi nieto, por favor sean amables con él- Anunció la mayor de todos y cuando la comunidad asintió ante su mensaje, les indicó que retomaran sus actividades habituales.

Por otra parte Jungkook se encontraba muy sorprendido de ver a pequeños cachorros en su forma de lobo jugando y corriendo en la costa del río. Normalmente los niños no podían mutar pero por lo visto ese poblado tenía una fuerte conexión con sus instintos incluso desde el momento de nacer. Estaba sumido en sus pensamientos cuando su Omega lo sujetó de la mano para guiar sus pasos hasta una de las cabañas más destacables allí y una vez pasaron dentro los recibió un hombre mayor a quien rápidamente Taehyung abrazó, comprendió que se trataba de su abuelo.

-Precisamente anoche estaba soñando con que vendrías a visitarnos mi pequeño.

-¿Si? Y no te equivocaste una vez más- Tras una breve pausa se separó de su abuelo y volvió a sujetar la mano de Jungkook para tirar levemente de ella, para hacer que se acercara también.
-Él es...

-Sé quien es, y supongo que él fue quien causó todo el lío de allí afuera, pude percibirlo incluso desde aquí.

-¿Usted también sabe de mi linaje?- No dejaba de asombrarle que para todo el mundo resultara tan evidente.

-Portas la sangre de un Jeon y eso no es algo que puedas ocultar. Y dime... ¿Por qué estás aquí?

-No lo sé...- Respondió sinceramente ya que era la misma pregunta que la mayor le había hecho y en verdad ahora lo estaban haciendo dudar de si no había otro motivo detrás de todo eso.

-Cariño, necesito que lo ayudes con eso. Mientras tanto llevaré a nuestro Tae afuera para comenzar a preparar las festividades.

-No es necesario que hagan todo esto cada que vengo a verlos, no quiero causar molestias.

-Sabes que todos se alegran de verte, no es una molestia. Anda, vamos afuera, él no podrá concentrarse contigo cerca.

-Pero...- El azabache quería permanecer con su Omega pero su abuela simplemente lo tomó del brazo y lo llevó al exterior, dejándolo solo con aquel hombre, el mismo que pocos minutos después le ofreció una bata negra para que utilizara hasta que su ropa secara, aunque al hacerlo se burló de él por haber saltado desde la cascada. Luego de eso le pidió que se sentara sobre unas mantas en en el suelo mientras encendía las velas que estaban colocadas por todos los estantes del lugar.

-Bien, ahora vamos a conversar un poco- Agregó en voz baja una vez que se sentó frente al joven.

-Realmente no comprendo nada de lo que dicen usted, su esposa o Tae.

-Si no abres tu mente no llegaremos a ningún lado.

-No pretendo llegar a ninguna parte, solo vine porque su nieto me lo pidió.

-Los jóvenes viven muy alterados hoy en día y tú estás incluso a la defensiva. Es un lugar desconocido para ti pero deberías confiar al menos en tu Omega.

-Bien- Quería preguntar cómo notó tan rápidamente de su relación con Taehyung pero no tenía sentido hacerlo, esas personas ciertamente poseían habilidades fuera de lo común.



-¿Qué es lo que sucede contigo mi niño? ¿Estás preocupado por tu Alfa? - El más pequeño no dejaba de observar en dirección a la cabaña, él usualmente conversaba más con ella pero ahora estaba muy callado.

-Sé que estoy exagerando pero... comienzo a extrañarlo- Siquiera había pasado una hora desde que se separaron y ya se sentía de esa forma. No le agradaba ser tan dependiente pero no podía evitarlo.
-Espera... - Recién entonces analizó las palabras de su abuela.

-Si, ya noté que es tu Alfa. La forma en que sus miradas se conectan es algo en verdad muy hermoso.

-¿Lo crees?- Que estuviera avergonzado no significaba que no estuviera feliz. Aun sabiendo que Jungkook era del clan Jeon a ella no parecía molestarle.

Algunos minutos después se acercaron a la fogata central del poblado portando las canastas con frutos que habían recolectado. Ya que debían esperar a que la luna estuviera en su máximo esplendor para comenzar con la celebración, los adultos se encontraban dispersos con los preparativos y eran tan solo los niños quienes merodeaban por allí en su forma animal. Apenas si dio un paso hacia ellos para saludarlos, estos se abalanzaron sobre él haciéndolo caer al suelo.
-Son demasiados en mi contra, necesito ayuda, me rindo~- Reía con mucha fuerza puesto que los pequeños lobos le hacían cosquillas lamiéndole la cara y las manos.
-Dejen de pasarme su baba- A pesar de que se quejaba frotaba el pelaje de los lobeznos quienes incluso movían la cola por la alegría pero... antes de que pudiera notarlo uno de ellos se deslizó con el hocico por debajo de su camiseta, levantando la tela y exponiendo su torso casi por completo. Instintivamente se tensó cuando sintió la lengua de al menos tres cachorros deslizarse por su abdomen, como si estuvieran de algún modo mimándolo, transmitiéndole cariño...

-Taehyung. . . ¿Acaso tú. . .- Era consciente de que el príncipe Jeon era el Alfa destinado de Taehyung, sin embargo jamás imaginó que ellos se hubieran unido tan pronto. Seguramente su esposo también se llevaría una gran sorpresa al descubrirlo.

-¿Por qué. . . me miras. . . de esa forma?- Sentía un nudo en la garganta ante la extraña forma en que su abuela lo observaba pero por sobre todas la cosas por el hecho de que los lobeznos no se apartaban de su abdomen, por la forma en que se acurrucaban allí. Esperaba una respuesta de la mayor pero en ese momento una de las niñas regresó a su forma humana y lo abrazó.

-Huele muy dulce, es tan lindo...

-¿De qué estás... hablando?- Ya siquiera podía hablar con normalidad porque aunque hiciera aquella pregunta en su mente se había instalado un único pensamiento, uno que la pequeña finalmente confirmó.

-Tu cachorrito Tae, tu cachorrito es muy cálido...

-Mi... - Ya no pudo continuar reteniendo las lágrimas que se agolpaban en sus ojos, sencillamente permitió que deslizaran una tras otra por sus mejillas.



-Shh... shh... ya has llorado bastante, eso no le hará bien...- Intentaba tranquilizar a su nieto quien estaba junto a ella en la pequeña cabaña que él utilizaba para dormir cuando iba a visitarlos.

-Es que... esto no está bien,  él está comprometido con mi hermana. Nam hyung siquiera sabe que nosotros... y el pueblo...- Quería poner en orden sus pensamientos pero aquello era imposible. Solo se abrazaba y lloraba en el hombro de su abuela.
-No comprendo cómo, bebí medicina cada día y...

-Taehyung... eres un Omega de Raza Superior y él es un Alfa de Raza Pura, sus genes son más fuertes que cualquier medicina.

-De haberlo sabido yo nunca...

-No dejes que el miedo te domine, tú querías unirte a él y ese pequeño cachorrito es fruto del amor de ambos. Además... también es un regalo de nuestra Diosa así como tú.

-¿Regalo? ¿Cómo puedes decir eso cuando... tu propia hija fue...

-Ahora lo veo claramente, viniste a este mundo a traer la paz a nuestras naciones pero no puedes hacerlo solo. Es por eso que nuestra Diosa puso a Jungkook en tu camino, a un Jeon...

-Esperas grandes cosas de mí que... quizá siquiera existan.

-Si no existieran ¿Qué otra explicación tienes entonces? Tu cachorro es la prueba de ello, ya no te aflijas y verás que todo se resolverá con el tiempo ¿Si?

-Está bien...

-Ahora debes decirle.

-De todas las cosas... es a la que más temo, tengo miedo de que me rechace.

-Eso no va a suceder pero si tantas dudas tienes con mayor razón debes decirle y despejarlas. Iré a pedirle que venga aquí.

-Necesito tiempo, le diré después de la celebración.

-Nada de eso, diré que te sientes mal y que dejaremos el evento para mañana. Más que nunca necesitas la contención de tu Alfa.

-Gracias...- Pronunció en voz baja pues ella hablaba con la pura verdad aunque esta afuera abrumadora, porque más que nada quería sentir el calor y el amor de Jungkook.



Ya no sabía cuánto tiempo llevaba meditando en silencio con aquel hombre, incluso era de noche y aun no lograba comprender qué era lo que esperaba que hiciera. Hablaba de que debía dejar la mente en blanco pero eso se volvía un poco difícil considerando que era Taehyung en lo único que podía pensar, quería verlo, estar a su lado, mimarlo y abrazarlo. Aquello era exagerado para alguien como él pero su Omega le provocaba querer hacer toda esa clase de cosas, sentía que perdería la calma si no lo veía pronto.
Afortunadamente la líder del clan se hizo presente e irrumpió lo que sea que estaba haciendo allí, ella no tenía idea de cuan agradecido estaba.

-Jeon, Taehyung no se siente muy bien y quiere verte, sígueme.

-El chico no ha logrado progresos ¿No puedes cuidar a Tae un poco más?- El Alfa mayor suspiró por el hecho de que el azabache se desconcentrara.

-Luego puede seguir con esto.

-Ella tiene razón, con su permiso- Tras hacer una reverencia siguió a la Omega y ella le señaló la ubicación de Taehyung, se sentía mal y ahora entendía por que había pensado en él todo el tiempo, probablemente el lazo que los unía lo hacía percatarse de ciertas cosas que le sucedían a su pareja.
Una vez que agradeció a la mayor, caminó con prisa hasta llegar a la cabaña en donde se encontraba su Omega y luego de abrir la puerta de madera pudo verlo acurrucado en el suelo debajo de las mantas. La habitación apenas estaba iluminada con unas pocas velas dispuestas en pequeños cerámicos pero aun así podía distinguir los leves temblores que se propagaban en su cuerpo. 

-¿Tae? ¿Qué sucede?- Con mucho cuidado se acercó a él y lo abrazó por sobre las mantas antes de darle un beso en la mejilla. Ya que no obtuvo respuesta le colocó una mano en la frente pensado que quizá tenía fiebre pero no era así. Sus ojos denotaban que había llorado, aun había algunos rastros de lágrimas en ellos a pesar de que estaban cerrados.
-Tae ¿Puedes escucharme?

-Sí...

En consecuencia a esa respuesta se apartó un poco y decidió meterse debajo de las mantas también para abrazarlo, para trasmitirle su calor. Pasaron varios minutos antes de que Taehyung finalmente lo mirara directamente. Él intento hablar pero sus labios temblaron un poco, le robó un pequeño beso a su Omega entonces mientras buscaba entrelazar la mano de este con la suya.
-Por favor... dime qué ocurre. Me duele verte así y no saber cómo ayudarte.

-Kookie...- Era evidente la preocupación de su Alfa y no quería que se sintiera mal pero sencillamente era incapaz de hacer algo. Sabía que debía ser fuerte, armarse de valor y comunicarle la noticia al mayor. Jungkook había sido el primero en percibir la presencia del cachorro en cierta forma pues aun durante el celo, le acariciaba el abdomen con frecuencia e incluso antes de llegar a la aldea lo hizo en su forma de lobo pero... aquello había sido a causa del instinto de Alfa, no significaba que la parte racional de su mente fuera a recibir gratamente todo el asunto.

-Taehyung... puedes confiar en mí. Sea lo que sea voy a cuidarte- Su Omega respiró profundamente y en ese preciso instante guió su mano para hacer que le tocara el abdomen por debajo de la tela. Taehyung le presionaba levemente el dorso de la mano haciendo que extendiera toda la palma en aquella zona. Cuando sus miradas volvieron a conectarse, el brillo en los ojos de Taehyung le hizo comprenderlo todo y tan solo le sonrió de la forma más tierna que pudo. Sintió la necesidad de besarlo y así lo hizo, de una manera lenta pero a la vez profunda, intentado transmitirle lo mucho que lo amaba.
Antes de conocerlo la sola idea de casarse y de tener una familia le parecía absurda, una pérdida de tiempo y un mar de problemas, sin embargo... Kim Taehyung en muy poco tiempo había puesto su mundo de cabeza, lo había hecho experimentar por primera vez un amor real y sincero, uno que hacía sentir su alma completa, un amor que resultó en una pequeña vida que ahora se encontraba creciendo en el vientre se su Omega.
-Te amo... eres lo más precioso que tengo, no lo dudes nunca... - Abandonó los labios del menor pero solo para comenzar a repartirle besos en toda la mejilla, buscando secarle las lágrimas antes de descender hasta donde residía su pequeño cachorro y besar allí también.

-Tengo miedo, Jungkook... no sé lo que pueda suceder de ahora en más- De una vez por todas logró hablar ya que estaba aliviado de que su Alfa se hubiera mostrado tan cariñoso, que le sonriera y lo hiciera sentir amado a él y su cachorro.

-Habrá dificultades, eso está claro pero... no dejaré que nada malo les pase...- Besó nuevamente el abdomen de Taehyung a quien sintió revolverle el cabello mientras tanto.

-Tampoco yo dejaré que les hagan algo malo a ti o a nuestro cachorrito, aun si... debo darle la espalda a mi nación. Ya lo he decidido, siento que si estoy contigo puedo hacer incluso eso.

-Todo saldrá bien, estoy seguro y además... también contamos con la protección de La Diosa de la Luna ¿Cierto?- Soltó una pequeña risa mientras elevaba su vista en busca de la de su Omega.

-¿De modo que ahora crees en ella?

-Fue nuestro cachorro, es un milagro sin precedentes.

-¿En verdad eres Jeon Jungkook? ¿El príncipe de la dinastía? ¿El gran conquistador de naciones? 

-Taehyung, no existe registro alguno en la historia de que un Omega de tu clase dejara descendencia.

-¿En verdad?- Le costaba asimilar lo que Jungkook estaba diciendo, hasta entonces no tenía la menor idea de ello. 

-Mi dinastía los ha estudiado en la antigüedad y se pensaba que ustedes no podían concebir pero al parecer no era cierto. Nuestro cachorro será el primero en su clase, algo así solo tiene que ser la voluntad de un Dios aunque no me guste admitirlo.

-Kookie... si eso es cierto... entonces puede que haya un propósito.

-Quizá pero no nos preocupemos de eso ahora, vamos a disfrutar de nuestro cachorro primero- Elevó su cuerpo para quedar a la altura del Omega y apoderarse de sus labios nuevamente, solo que esta vez de una forma más efusiva.

-Hum... espera...- Interponía sus manos con el pecho del Alfa cuyos besos habían dejado de ser sutiles, él ahora estaba buscando tener un contacto mucho más íntimo.
-Podríamos... lastimarlo...

-Que inocente, a pesar de ser un prodigio ignoras mucho respecto a la sexualidad de un Omega.

-No comprendo... ahh..- Jungkook ya había deslizado una mano por debajo de su ropa interior y ahora se encontraba frotando con insistencia su intimidad.

-Amor... cuando los Omegas tienen un embarazo necesitan frecuentemente la atención de su Alfa. Los betas son los únicos que deben evitar hacerlo en ese estado porque sus cuerpos son débiles- Explicó rápidamente mientras comenzaba a desnudar al menor.
-Les hará bien a ti y al cachorro, de lo contrario podrías incluso deprimirte.

-Siento que te estás aprovechando. 

-¿No quieres mis caricias entonces?

-Sí, las quiero...- Al notar que el Alfa detuvo su accionar, rápidamente colocó sus brazos alrededor del cuello de este y lo atrajo hacia cuerpo, apresándolo con las piernas en ambos lados. 

-Eso es, me gusta cuando eres así de honesto y mereces una recompensa.

-Tu boca, quiero que... utilices tu boca- Confesó con algo de vergüenza al sentir cómo su ropa interior comenzaba a humedecerse y cómo su miembro parecía rogar por una atención mucho mayor.  

-Niño pervertido ¿Qué es lo que haré contigo?

-Amarme, amarme y no dejarme nunca. . . 



Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top