28. Nudo
Temática: Millonarios
Relación: Alfa x Omega.
—Dime que tengo que hacer para convencer a mi alfa —murmuró KyungSoo con una sonrisa coqueta, sentándose sobre la amplia repisa de la ventana a su espalda y dejando que sus pies se adentraran en la tina.
JongIn, de pie frente a él, negaba en silencio, aunque el omega podía ver una pequeña sonrisa asomándose en sus labios.
—Mustang GT Premium. —Fue todo lo que dijo para que KyungSoo se diera cuenta que esto demoraría.
—Fue solo un rasguño —indicó con un encogimiento de hombros.
—El seguro lo declaró pérdida total. —El alfa seguía observándolo con diversión en su mirada aunque la forma de entonar las palabras era sobria —. Audi R8.
KyungSoo mordió su labio inferior y sus mejillas se enrojecieron, por un momento bajó la vista. Esperaba que no lo recordara.
—Ella parecía una buena persona. —Justificó KyungSoo con un mohín en sus labios intentando suavizar a su obstinado esposo.
—Era una estafadora, cariño —JongIn, relajando su expresión, se sentó a su lado y le dio un beso en la frente—, que se aprovechó de tu amabilidad.
—Su historia era muy convincente —musitó.
Aquella omega estaba llorando en la acera donde KyungSoo aparcó su auto, y tal vez por su corazón blando, le fue inevitable acercarse a la pobre, ella le contó una historia desgarradora y KyungSoo pensó que lo mejor que podía hacer era regalarle su automóvil para que se sintiera mejor. Tal vez fue demasiado ingenuo y generoso esa vez.
JongIn también recordaba lo que había pasado con el Audi R8 que, por algún motivo aún desconocido, terminó sumergido en un lago.
—Esta vez será diferente, amor. —KyungSoo se acercó donde su esposo, besándolo atrevidamente mientras una de sus manos desajustaba el lazo de su bata de baño, intentando persuadirlo.
En eso escucharon el toque en la puerta de la suite en la que se encontraban. Su omega empezó a quejarse con la interrupción.
—Debe ser el servicio a la habitación —JongIn manifestó con una voz ronca debido al deseo que se iba filtrando entre sus aromas—. Ya regreso.
KyungSoo suspiró cansino, cruzando sus piernas y bajando un poco su bata blanca a nivel de sus clavículas para provocar al alfa con la vista de su marca en su cuello.
El omega necesitaba ese carro y no se iba a ir de ese hotel hasta no conseguirlo. Dio un vistazo al gran ventanal detrás él con las luces de la ciudad a la mitad de la noche.
Entre tanto, JongIn ingresó al amplio baño, gruñendo bajo al ver a su atractivo esposo esperando por él. Las luces afuera parecían reflejarse en su piel nívea y su cabello oscuro se veía sedoso. Tragó grueso dejándose llevar por la fragancia envolvente de su amado y acercó a la tina, el carrito de comidas con la fuente de chocolate, el fondue de queso, las fresas y otros exquisitos aperitivos para esa noche.
JongIn tomó una de las fresas y la untó con el chocolate derretido, KyungSoo lo veía atentamente cuando se acercó con el fruto entre sus dedos y lo depositó en sus labios. El omega mordió despacio la fresa sin despegar la vista del alfa, cuyos ojos se habían oscurecido. Un poco del chocolate cayó —adrede— desde una sus comisuras labiales, y por supuesto, el alfa no se pudo resistir y su mentón fue barrido por la lengua de su esposo hasta alcanzar sus labios. KyungSoo gimió cuando se introdujo al interior de su boca, enrollándose con su lengua y siendo devorado en el proceso.
Los dedos de alfa empezaron a ascender sobre sus muslos, apretándolos suavemente su piel. Sus labios fueron dejando un camino desde sus labios hasta su cuello, justamente donde estaba la marca de la mordida. KyungSoo seguía gimiendo, sus feromonas excitadas se iban intensificando, sin embargo, si quería ese auto como regalo de cumpleaños, no podría caer tan fácil en su propio juego, aunque su omega estaría más que dichoso en no seguir el plan y dejar que el alfa le hiciera el amor frente a la bella vista de la ciudad... era bastante tentador, pero...
—Uhmm JongIn, podríamos destapar la champagne, emborracharnos un poco —indicó entre suspiros.
El alfa gruñó sobre su cuello, y aunque algo renuente, tomó la botella de champagne Dom perignon gold rose, entre tanto KyungSoo preparaba, con un par de sales, un baño de burbujas.
—Cuando regresemos a Seúl podemos ir a ese restaurante que mencionaste la vez pasada... podríamos ir en el Maserati MC20 —El auto que deseaba tener—, y luego hacer el amor allí ¿Qué dices?
—¿Aún piensas que te lo regalaré? —JongIn rio débilmente.
—Oh, vamos. Sería un bonito detalle para tu esposo—KyungSoo pestañeó tiernamente, apoyando su cara sobre el hombro de su esposo.
—Sería una irresponsabilidad de mi parte ponerte al volante, por eso tienes un chofer, cariño.
Antes de refutar, JongIn descorchó la botella y en seguida la espuma estaba por todo el lugar. KyungSoo se puso de pie sobre la tina, siendo roseado por el champagne, se acomodó mejor entre las piernas de su esposo y se quitó la bata ante la vista del alfa que le miraba como si fuera un trozo de comida. El omega sintió la excitación creciendo en él, le prendía ver la mirada animal de su alfa dirigida solo a él.
Tomó la botella de las manos de su esposo y bebió directamente de esta, las manos del alfa ya estaban sobre su cintura atrayéndolo posesivamente a su pecho. En seguida, una de sus manos descendió directamente a su trasero, en medio de sus nalgas. KyungSoo jadeó cuando aquellos dedos fueron encontrando un camino sobre su entrada que empezaba a lubricarse.
Sus piernas empezaron a flaquear no podía permanecer de pie sobre la superficie resbalosa, así que se adentró en la espuma que formaba el agua, y dejó la botella olvidada fuera de la tina. KyungSoo quedó de cara al pene erguido de su alfa que seguía sentado sobre la repisa, extendiendo sus piernas para que tuviera un mejor acceso a su falo.
El aroma de JongIn se sentían pesadas en ese momento, y lo miraba con expectación a su siguiente movimiento.
—Dime, JongIn ¿Qué debo hacer para que me compres ese Maserati? —El aliento cálido de KyungSoo enviaba un ligero soplo sobre la polla del alfa.
—Amor, no-.—El alfa apenas podía poner sus pensamientos en orden. Sabía lo que estaba intentando hacer su esposo, persuadiéndolo de esa forma seductora.
Y en parte era su culpa por cumplirle cada capricho al omega, no tenía inconveniente en comprarle todo lo que él desease, lo que KyungSoo quería, KyungSoo lo tenía, excepto un carro de lujo, en eso no podía ceder.
—Tal vez no soy el mejor omega para mi encantador esposo —expresó con renovada tristeza, muy lejos de sus reales emociones.
—¿Ahora qué estás diciendo? —JongIn arrugó su frente.
El alfa sentía la grave urgencia de estar dentro de su esposo, quien lo había estado tentando durante ese viaje de negocios. Su lobo se estaba volviendo loco en su interior, gruñía por puro placer, con solo la visión de su marido viéndose tan sumiso sobre su eje.
—Imagina lo bien que tomaría tu polla sobre la cojinería de cuero del Maserati, o mi alfa montándome desde el capó ¿Te gustaría, JongIn?
—Toma la maldita verga y chúpala —masculló con una mirada intensa sobre el omega, quien no dudó en obedecerle.
No era un buen momento que JongIn usara su voz de mando, era un jodido omega que se excitaba fácilmente con su marido dandole órdenes, acompañado de un semblante frío. Así nunca conseguiría lo que quería, y él quería ese Maserati.
KyungSoo siempre agradecería que su esposo pudiera controlar a su alfa, incluso en esos momentos tan duros, y no se descontrolara totalmente cuando introdujo su jugoso pene en su boca. Cerró sus ojos y dejó que su lengua bailara sobre su falo y saboreara el líquido salado que destilaba mientras se iba apoderando de su boca. Sus manos expertas se pasearon lentamente sobre su longitud, en movimientos lentos y superficiales en donde su boca no abarcaba.
Su esposo seguía gruñendo al murmurar su nombre. Esta vez el omega empezó a enredar su lengua sobre uno de sus testículos, simultáneamente, sus manos iban masajeando su polla. JongIn cerró sus dedos sobre su cabello y la sensación sobre su cuero cabelludo era tan malditamente placentera, que provocaba que su entrada estuviera lista para recibir la verga de su esposo.
No duró demasiado dándole placer a sus testículos, la lengua de KyungSoo se deslizó sobre la polla de JongIn, hasta atrapar entre sus labios la punta de este, ahuecando sus mejillas, ante la vista de su esposo, cuya mirada seguía siendo tan oscura, mientras que su mandíbula se mantenía tensa. Su esposo era jodidamente sexy, con su cabello cayendo en su frente, el sudor acumulándose en su cara y el color de piel dorada que parecía brillar. El omega casi podía llegar a su propio orgasmo con la vista del alfa destilando placer.
Con una fuerte sacudida, y su esposo gruñendo, la semilla de JongIn terminó dentro de su boca, aunque parte de esta se derramó de sus labios. El alfa seguía respirando agitadamente, llevando su cabeza hacia atrás, mientras se recuperada. KyungSoo se lo quedó viendo en silencio con su rostro enrojecido y sus labios más rojos debido a la presión ejercida con sus dientes.
JongIn más recuperado, entró en la tina quedando detrás de él. KyungSoo dejó que su espalda se apoyara sobre el pecho de su esposo, mientras una de las manos del alfa se dirigían hacia su pene para alcanzar su liberación, al tiempo que sus labios se unían en un beso sucio con el sabor del semen del alfa entre sus lenguas.
JongIn seguía cuidándolo, limpió con delicadeza su rostro luego de ese momento íntimo compartido, aún no habían terminado, seguía necesitando a su esposo en su interior, y la polla de su alfa parecía que ya estaba lista bajo su trasero. Pero JongIn seguía besando la piel de sus hombros y sus dedos apretando suavemente sus pezones, lo que provocaba que KyungSoo arqueara su espalda con el nombre de su alfa brotando de sus labios.
—JongIn... ah, tómame —pidió entre jadeos.
—Sí, cariño —respondió con una voz ronca.
El alfa sonrío con el cuerpo dócil de su amado, su verga estaba dura y solo quería doblarlo en la mitad y entrar en su apretado culo, con la vista de la ciudad delante de ellos. Tomó sus labios entre los suyos, robándole un beso descuidado. Los ojos de KyungSoo estaban vidriosos cuando quedó de rodillas, inclinando su cuerpo, con sus antebrazos apoyados sobre el borde de la tina, JongIn se posicionó detrás y pasó la yema de sus dedos sobre su espalda.
—Siempre tan encantador.
Dejó que la punta de su polla se adentrara entre sus nalgas, suspirando pesadamente antes de tomar sus caderas y-.
—JongIn, espera.
Su alfa gruñó en protesta, deteniéndose.
—¿Qué sucede, amor? —JongIn respiraba agitadamente, hablando con esfuerzo.
Su ceño se frunció cuando KyungSoo dio media vuelta y quedó frente a él en el estrecho espacio.
—El agua está fría, y-y está muy estrecho aquí, amor —dijo KyungSoo con un mohín en sus labios.
El alfa arqueó una de sus cejas, el omega se veía bastante pequeño entre sus brazos, indefenso, y muy apetecible. Empezaba a dolerle allá abajo.
—Tenemos una bella vista de la ciudad, pero sé de otro lugar que tiene una mejor —comentó bajo un tono seductor.
—¿Y qué propones?
Tal vez era porque hacía un rato le había dicho que "no" respecto al auto, que JongIn se había armado de paciencia.
KyungSoo se apoyó sobre sus hombros y acercó sus labios a su cuello, donde mordió y chupó.
—Hagámoslo en la piscina, amor —propuso, esperando que JongIn no se resistiera.
—¿Ahora?
—Por supuesto.
—Nunca lo hemos hecho bajo el agua —KyungSoo le robó un casto beso.
—Te verán —indicó malhumorado pensado que alguien más observara a su omega.
KyungSoo apretó sus labios evitando reír, era justo la respuesta que esperaba de su alfa posesivo.
—Esa es parte de la adrenalina. Además la piscina está en el siguiente piso. Vamos, cariño —persuadió al alfa, rozando la polla de su esposo con la yema de sus dedos.
JongIn gruño en respuesta y KyungSoo sonrío complacido con la pequeña victoria.
Subir en el ascensor se sintió excitante, estaba delante de Kai, quien tenía sus manos aferradas a sus caderas, para ocultar su pene que seguía manteniéndose en su lugar. Se sentía un poco mal, el alfa la estaba pasando mal, pero valdría la pena. Sus aromas se sentían fuertes en el ascensor, era toda una locura. No que KyungSoo fuera un exhibicionista, pero de vez en cuando podían ser creativos.
Al llegar al último piso, encontraron la piscina de borde infinito con paneles en cristal, y la agradable vista de la ciudad con sus edificaciones iluminadas. Era encantador, el agua estaba climatizada y había luces el interior del agua, y lo mejor para JongIn, es que el amplio lugar, estaba desahitado. De haber conocido las intenciones de KyungSoo, habría separado el lugar para ellos dos.
—¿Qué agradable vista no crees?
Indicó KyungSoo girando su cuello para mirarlo. En seguida el omega se quitó la bata, dejando su desnudez a la vista de JongIn quien, sin ningún reparo, llevó sus ojos a su voluminoso trasero.
—Amo esta vista —respondió con un tono grave de voz.
Escuchó la risa de su esposo antes de zambullirse al agua, JongIn se deleitó viendo ese trasero sobresaliendo en el agua mientras nadaba al borde contrario y le invitaba a seguirlo.
Con su verga dura como una roca, JongIn se metió en el agua y en un par de zancadas termino acorralando a su atrevido omega, besando con agresividad su cuello, mordiendo donde tenía acceso, y con sus manos sobre las caderas de su esposo.
El cuerpo de KyungSoo estaba presionado entre el cristal y el pecho de JongIn.
—Hazlo, JongIn. Hazme tuyo —jadeó listo para que su esposo lo tomara y empezara a llenarlo con su verga, lo que no tardó demasiado.
Su piel se sentía afiebrada, cuando la primera intromisión llegó cargada de gruñidos por parte del alfa, que siguió penetrándolo duramente bajo el agua, rasguñando la piel de sus caderas. Su pene estaba contra el cristal y sus gemidos salieron sin ninguna vergüenza, si alguien se acercaba, podría escuchar y sentir en el ambiente lo que era una buena follada.
—Duro, Duro, JongIn —gemía, con sus ojos sintiéndose pesados.
JongIn había olvidado que estaban en un lugar público, nublado con la lujuria y su omega pidiendo más entre gemidos. El alfa no lo dudó, su polla iba entrando con fuerza en su interior cálido y estrecho, en embestidas más intensas y salvajes. En el ambiente sentía sus feromonas mezclándose y enviando más placer a sus sentidos. La hermosa vista de la ciudad en la noche no se comparaba con ver a KyungSoo retorciéndose de placer y su cuerpo húmedo entre sus manos que le sostenían.
Gruñó con fuerza cuando su pene llenó de su semilla el interior de KyungSoo, luego de una carrera por su ansiada liberación, podía sentir las paredes palpitantes aferrándose a su verga para que no se saliera. Su nudo estaba hecho en su interior. JongIn sonrió satisfecho, descansando su cara en la curvatura de su hombro.
—Mierda, JongIn. —murmuró KyungSoo cuando lo sintió en su interior, casi desfalleciendo entre los brazos de su alfa, completamente satisfecho.
El alfa repartía pequeños besos sobre la piel a la que tenía acceso, mientras sus brazos le rodeaban, se quedó mirando la ciudad esperando tranquilamente que se deshiciera el nudo.
—Te dije que sería una buena idea —indicó el omega sonriente una vez recuperó parte de sus fuerzas—. Ahora imagina lo que sería hacerlo dentro del Maserati en el club, con nuestros amigos alrededor sin sospechar lo que hacemos. —rio débilmente al pensarlo.
—Eso no pasará, bebé. No habrá un Maserati para KyungSoo.
—Pero —KyungSoo ladeo su cabeza mostrando un puchero—. Yo quiero, JongIn —habló con una voz sensual, que hizo que el lobo de JongIn aullara y se le dificultara mantenerse firme en su decisión.
KyungSoo puso mala cara después que las fibras de placer abandonaran su cuerpo y la polla de JongIn también lo hiciera. Sin decir palabra, se movió hacia la otra orilla para salir de la piscina e ir por su bata. Por supuesto que JongIn no lo dejaría regresar solo a la habitación.
—¿Qué quieres a cambio de ese Maserati? pídemelo que quieras y yo te lo daré —indicó JongIn cuando ingresaron a la suite.
KyungSoo, con un puchero en sus labios, se cruzó de brazos. La verdad no había nada más que él no tuviera, su esposo le complacía en todo lo que él quería, era un mimado, y estaba bien con ello, pero al no poder tener algo, como un automóvil, le hacía quererlo con mayor fuerza.
El omega se mantuvo en silencio y fue por su celular, sonrió traviesamente ante la mirada curiosa de su alfa. Aclaró su garganta y miró a JongIn para luego dirigir la mirada a la pantalla, mordiendo su labio inferior.
—Quiero un Maserati, JongIn. Lo quiero —expresó seriamente, y sin dejar que el alfa negara, continuó—: De lo contario, haré que este video caiga en manos de tus amigos y vean que tan bien me la metes, JongIn. De seguro querrás que ellos se exciten con mi culo en la pantalla. ¿Qué piensas?
Kai gruñó tensionando su mandíbula, en la pantalla veía claramente lo que acababan de hacer, KyungSoo lo tenía todo calculado. ¡Era un maldito genio!
—Te doy este video a cambio de un Maserati MC20 —propuso KyungSoo arqueando una de sus cejas.
—¿Lo prefieres en blanco o negro?
KyungSoo le entregó su celular con la única copia del video de las cámaras de vigilancia. Le había costado una pequeña fortuna, sobornar a la persona encargada de la seguridad, para que desviara la señal de la cámara de la piscina durante la noche y se almacenara en una nube cibernética a la que únicamente KyungSoo tenía acceso. Había valido completamente la pena.
—Blanco, cariño. Así no lo perderé tan fácil de vista —Se atrevió a bromear ante el rostro serio de su esposo—. No hablo en serio, ya aprendí la lección, cuidaré ese auto... mucho.
—Está bien —JongIn aún seguía con un semblante serio.
—Ahora vamos a bañarnos. Mi cuerpo es tuyo, hazlo que quieras —resolvió coqueto adentrándose al baño con una sonrisa coqueta
Sabía que con esa propuesta podría contentar al alfa el resto de la noche.
Lo que KyungSoo quería, KyungSoo lo obtenía. El omega sonrió complacido.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top