12. Supresor

Temática: Guardaespaldas
Relación: Alfa x Omega




—Por favor, solo serán 3 días. No te lo pediría si no fuera porque en verdad no puedo asistir —insistió el alfa.

KyungSoo arqueó una de sus cejas incrédulo ante las excusas de su colega, Oh Sehun.

—¿Quieres que trabaje durante mis vacaciones? —preguntó riendo sin rastro de humor ante la desfachatez de Oh.

—Recibirás una comisión extra —agregó seriamente.

KyungSoo, un guardaespaldas que trabajaba en una organización privada, no podía cerrarle las puertas a un dinero extra.

—Está bien —resolvió sin más—. ¿Quién, cuándo y dónde?

—Kim JongIn, diseñador de modas —informó mirando la pantalla de su celular—. Este fin de semana estará en un resort fuera de la ciudad, donde estará lanzando su nueva colección de verano.

KyungSoo no estaba al tanto de las noticias del entretenimiento por lo que no podía saber quién era. El único inconveniente que veía era que la fecha se cruzaría con la de su celo. Su ceño se frunció tras meditarlo.

—Hazme llegar la comisión extra antes del viaje y lo haré —expresó con firmeza—. Te doy mi palabra. —Estiró su mano para estrecharla con el otro alfa.

Sehun pareció dudoso antes de cerrar el trato.

—Está bien. Gracias hyung.



Apenas ingresó a la habitación, muy temprano en la mañana, KyungSoo supo que su cliente sería un problema tras ser inundado por un dulce aroma de feromonas que le recordaba al durazno, lo que provocó que sus fosas nasales se dilataran. Sus ojos se posaran sobre Kim JongIn recostado sobre un sofá, vistiendo una bata de estampado de leopardo, que apenas cubría sus muslos, mientras comía fresas desde un tazón y le gritaba algo a su asistente.

KyungSoo había estado tomando supresores para prevenir su celo, pero eso no significaba que podía dispersar sus pensamientos provocados por el omega semidesnudo frente a él y su fragancia bailando alrededor de su nariz. Carraspeó su garganta, tanto el omega como el beta callaron y le miraron atentamente.

—Es usted el señor Do ¿verdad? —El asistente fue el primero en hablar.

—Así es —dijo, mostrándole su credencial al asistente que se acercaba lentamente—. Soy Do KyungSoo, guardaespaldas profesional.

—Yo no necesito uno —comentó insolente el omega desde el sofá, apenas mirándolo.

—Pero JongIn... ya lo hablamos. —El beta se llevó una mano a su cabello oscuro luciendo desesperado ante la actitud desafiante del joven sentado.

KyungSoo podía entenderlo, el omega parecía ser un mimado.

—Has estado recibiendo notas amenazantes y en la noche es-.

—No me importa —le interrumpió—. No quiero a este alfa petit aquí —añadió dedicándole una mirada burlona.

El beta se sonrojó completamente avergonzado, con una expresión de disculpa en sus facciones. Por su parte, a KyungSoo no le afectaba aquellos comentarios, era mucho más fuerte y ágil que otros alfas más altos que él.

—Yo me puedo defender por mi cuenta —agregó.

KyungSoo intentó reír discretamente tras escucharlo, tapando su boca con una mano, pero se percató que el omega arqueaba una de sus cejas en su dirección, exigiendo una explicación.

—¿Y cómo piensas defenderte de un alfa? —le cuestionó aun sin borrar la sonrisa cínica de sus labios—. ¿Eres lo suficientemente fuerte para enfrentarte a un alfa? Tu asistente tampoco se ve preparado, sin ofender —dijo esto último dándole una breve mirada a la persona en cuestión.

—Tal vez le muestre mis piernas, son un arma mortal entre los alfas —indicó en un tono retador cruzando sus piernas—. Usted que no ha parado de mirarlas, debería saberlo.

El otro hombre intervino velozmente, disculpándose ante la desfachatez del omega. KyungSoo pensaba que la comisión extra que recibió no sería suficiente para soportar a su maleducado cliente.

—Espero pueda entenderlo, JongIn no es así... siempre. —El asistente habló tras dirigirlo fuera de la habitación, cerrando la puerta tras él—. Está estresado con su última colección, su celo comienza en un par de días y-y bueno, con las amenazas.

KyungSoo solo asintió manteniendo una expresión seria. El omega también estaría en su celo, más le valía que estuviera tomando alguna clase de supresores.

—Lo olvidaba. S-soy Kim Junmyeon, el asistente de JongIn. —Se presentó tardíamente. Era evidente su estado de agotamiento, acompañado de una palidez enfermiza—. Yo fui quien contrató el servicio de guardaespaldas, luego que JongIn en las últimas semanas recibiera un par de notas amenazantes.

—Entiendo. ¿Me puede comentar sobre el contenido de estas notas?

Junmyeon hablaba con rapidez mientras le explicaba sobre las notas amenazantes que fueron encontradas en el buzón de su residencia entre las cartas de fans, sin ningún remitente aparente. La primera fue 3 semanas atrás, y por supuesto que JongIn no le había dado gran importancia. Solo era el asistente quien lucía genuinamente preocupado por la seguridad del omega, angustiado por la posibilidad de un atentado durante el evento. También le compartió las fotos de las notas y todo parecía apuntar a un alfa demasiado posesivo, que no deseaba verlo con alguien más aunque no mencionara explícitamente al omega; probablemente era la consecuencia de alguna aventura, supuso KyungSoo.


—Así que viaja con nosotros —comentó JongIn de mala gana desde la parte de atrás del vehículo.

KyungSoo, en el asiento del copiloto, miró al omega. Sería un viaje de 2 horas mientras el asistente conducía hacia el hotel.

—Soy tu guardaespaldas —contestó con un tono profesional—, tengo que estar cerca.

—Pues está despedido —comentó sin apartar la mirada de su celular.

KyungSoo sonrió de medio lado antes de contestar.

—Lo siento. Solo me puede despedir la persona que me contrató.

Esta ves JongIn despegó la vista de su celular, y sus ojos se encontraron a través del espejo retrovisor. Lo vio arqueando una ceja en su dirección.

—La persona que lo contrató le paga con ¡Mi! Dinero —exclamó furioso.

—JongIn, por favor —Junmyeon le llamó la atención, apretando sus manos sobre el volante—. ¿Qué no entiendes que estoy preocupado? —hablaba al borde del desespero—¡Solo deja que el señor Do haga su trabajo!

El omega solo volteó la cara hacia la ventana y cruzándose de piernas, no objetó más.

El resto del viaje fue silencioso. KyungSoo no podía estar más agradecido... aunque cierto leve aroma seguía allí, torturándolo.





—¡Te dije rojo borgoña esto es vino tinto! —le gritó JongIn histérico a Junmyeon cuando le entregó un blazer que se veía bastante costoso.

—Yo ya regreso —titubeó un poco—. Veré que pudo hacer. —En seguida el asistente salió apresurado de la habitación con el traje en sus manos.

KyungSoo mantenía su ceño fruncido desde su posición, no ha podido evitar guardar cierto resentimiento hacia el omega caprichoso y sin modales. Negó con la cabeza cuando JongIn lo miró y arqueó una de sus cejas.

—¿Qué?

—Eres demasiado grosero con tu asistente. —Y con todos a tu alrededor, agregó en su mente—. Podrías ser un poco amable con la persona que te debe soportar.

—No tiene permitido entrometerse en mi vida, señor Do. Solo limítese a hacer su trabajo.

—Por supuesto —expresó seriamente.


Las siguientes horas son caóticas en el backstage del evento, con la entrada y salida de decenas de personas entre el staff, modelos, Junmyeon, que parecía una pequeña hormiga obrera, y por supuesto JongIn, quien repartía ordenes aquí y allá, sin importar si se dirigía a alfas, betas u a otros omegas, nadie se quejaba de su temperamento y de ese tono mandón, era respetado como líder. Definitivamente algo interesante de apreciar para KyungSoo, quien se mantenía atento, discretamente cerca de JongIn viéndolo ser el jefe.

A pesar del tóxico aroma de feromonas mezclándose, KyungSoo podía distinguir claramente el aroma a duraznos que desprendía su protegido. Se había inyectado dos cápsulas de supresores, luego que se reprendiera mentalmente cuando se quedó observando detenidamente a JongIn, y las olas de calor fueron ascendiendo en todo su organismo, eso fue antes que las primeras personas llegaran al lugar esperando las directrices del diseñador.

—En quince minutos debes salir, JongIn —le informó Junmyeon, quien seguía usando un intercomunicador en su oreja.

El nombrado asintió sentándose en la silla. Llevó una mano a su frente, el aroma a feromonas se intensificó, una dulce fragancia que aceleró el pulso de KyungSoo, apretó las manos permaneciendo inmóvil. El lugar estaba prácticamente vacío, los modelos estaban en la pasarela y el staff se encontraba afuera.

—Hey, JongIn ¿Estás bien? —Junmyeon se le acercó notándose preocupado.

—Lo estoy, no te preocupes, Jun —le dijo cariñosamente.

Junmyeon fue llamado por el intercomunicador. Así que solo quedaron ellos dos.

Dio un vistazo a la cara de JongIn, sus mejillas estaban enrojecidas, y una ligera capa de sudor aparecía sobre el nacimiento de su cabello, sin contar que el aroma de sus feromonas se hacía más fuerte.

—No te ves bien —comentó lo obvio. Su voz había sonado más grave de lo habitual. Incluso con los supresores, estaba siendo afectado por el omega.

JongIn salió precipitadamente de la habitación, así que KyungSoo lo siguió por entre los pasillos, no había manera que lo dejara solo, independientemente si estaba cumpliendo una labor, no podía abandonarlo cuando su aroma llamaría la atención de  algunos alfas.

—¿También tiene que acompañarme al baño? Esto es estúpido. Y usted lo sabe.

KyungSoo lo ignoró e ingresó con él.

—¿Has tomado tus supresores?

Es lo primero que le dijo tras cerrar la puerta y cerciorarse que los cubículos estuvieran vacíos, pero JongIn ni siquiera lo estaba mirando. KyungSoo caminó hacia donde estaba el omega apoyado sobre la pared.

—Estás rodeado de alfas que desearían tomarte en cualquier momento ¿No pensaste en eso? —le recriminó.

JongIn solo cerró los ojos por unos segundos, y lentamente los abrió, sus pupilas se encontraban dilatadas, y su mirada se posó sobre él. KyungSoo tragó con dificultad cuando se dio cuenta lo cerca que estaban.

—Para eso usted está aquí —comentó hablando pausadamente, como si le costara formar una oración—. Para protegerme de esos alfas o convertirse en uno de ellos —. Finalizó y su voz salió ronca.

KyungSoo cerró sus manos sobre los hombros de JongIn, acercó su nariz a su cuello, tomando una gran bocanada de aire, aspirando su aroma.

—¿Quieres que sea esa clase de alfas —susurró con cierta dificultad al sentir su cuerpo calentarse con el deseo jugando en su mente— de los que debo protegerte?

—Uhm sí —contestó al cabo de unos segundos.

El cuerpo de JongIn parecía relajarse entre los sutiles toques que le proporcionaba KyungSoo con sus labios rozando la piel de su cuello, ascendiendo lentamente sobre su mandíbula hasta sus rojos y rellenos labios, donde plantó un suave beso, mientras lo escuchaba suspirar. Sonrió entre sus labios apenas conectados.

—¿JongIn estás aquí? —alguien habló desde afuera.

KyungSoo maldijo mentalmente, dejando algo de distancia con JongIn.

—Él no se siente bien, Junmyeon. —Rápidamente se recompuso mintiendo al instante, hasta notándose preocupado cuando el asistente ingresó.

JongIn, por otro lado, parecía que estuviera a punto de desvanecerse. Aunque el beta no podía aún entender la situación, las feromonas del omega estaban por todo el lugar.

—Oh, yo me encargo, espere afuera.





JongIn fue recibido entre aplausos y ovaciones cuando salió al escenario junto a los modelos, el público parecía realmente fascinado por el gran trabajo del diseñador. JongIn, quien tenía un magnetismo como nadie, lucía radiante y mucho más animado.

Por fortuna, el evento contaba con seguridad adicional, aún así KyungSoo seguía alerta ante cualquier amenaza, mientras su cliente seguía en la pasarela.

—Estoy tan orgulloso de él —comentó Junmyeon a su lado sin dejar de aplaudir.

KyungSoo permaneció en silencio sopesando sus palabras.

—Le debo una disculpa —añadió apenado—. JongIn me comentó qué su celo se ha adelantado, yo no sabía, sé que debió ser difícil para usted...

—No tiene que disculparse —indicó velozmente antes que la conversación se tornara incómoda—Puedo controlarme —mencionó, aunque en parte era una mentira que le gustaría creer.

—Él es muy cuidadoso tomando sus supresores cuando coincide con un evento importante, salvo que esta vez me dijo que los olvidó —explicó sin apartar la mirada del diseñador en la pasarela—. Pero no se preocupe, yo tenía unos de emergencia. JongIn está bien por ahora —le aseguró.

KyungSoo asintió, lo sabía luego que ya no pudiera sentir su aroma pues este había sido bloqueado con los supresores. No sabía que pensar al respecto, estuvo a punto de cruzar una línea muy delgada sino hubiese sido por Junmyeon quien oportunamente apareció allí, no hubiese podido controlarse y hacer con ese omega lo que su lobo le insistía.

Después de culminar el desfile, hubo una pequeña celebración en un salón dentro del hotel, KyungSoo, desde su posición cerca de la barra de bebidas, vigilaba atentamente a JongIn, quien parecía divertirse, charlando y bailando con sus amigos. Evitó gruñir cuando lo veía muy cerca de alfas, pero ninguno representaba una amenaza real para el diseñador.

Tras dos horas, poco a poco la fiesta iba a llegando a su fin. Con los invitados despidiéndose del diseñador, el salón empezó a vaciarse.

—No has estado bebiendo. —Fue lo primero que mencionó cuando el omega se acercó. 

—¿Siempre da su opinión sin haber sido solicitada? —Se burló JongIn tomando agua de una botella—. No soy bueno con la bebida, señor Do. Me pongo un poco... —sonrió traviesamente—. Un poco loco.

KyungSoo miró directamente a JongIn, quien ahora  lucía agotado, su cabello castaño estaba alborotado cayendo sobre su frente y unas pequeñas ojeras se empezaban asomar. El omega era atractivo, reconoció tardíamente.

—Estoy cansado, dígale a Junmyeon que me voy a mi habitación. 

—No debería irse aún —mencionó tomándolo de su mano para que no se marchara. 

—Allí está, nuevamente dando su opinión —JongIn sonrío brevemente viendo sus manos entrelazadas—. La fiesta acabó —indicó bostezando— ¿Dónde estará Junmyeon?

JongIn abandonó el lugar junto a KyungSoo. Subieron al segundo piso donde se encontraba su habitación. Como su guardaespaldas fue el primero en ingresar para cerciorarse que todo estuviera en su lugar.

—Todo está...

JongIn sorpresivamente empezó a besarlo y KyungSoo correspondió de inmediato, chupando sus labios con fuerza como había querido hacer antes, lo tomó de su nuca profundizando el beso. En seguida  lo llevó  directamente a la cama, donde el omega suspiraba entre besos cada vez más acalorados. Los efectos del supresor de emergencia parecían perderse cada vez que la punta de su lengua probaba su piel dorada, desabotonó la camisa de bordados del omega, repartiendo besos por todo su pecho y tomando entre sus dientes uno de sus pezones. El diseñador disfrutaba del buen trato que recibía, soltando pequeños gemidos que salían de sus labios violentados.

—Necesito que... —JongIn intentó hablar entre jadeos mientras movía sus caderas, dejando entrever mejor  sus intenciones.

—¡Señor Kim! —Golpearon a la puerta—. Hay un problema.

No podía estar pasando de nuevo, renegó KyungSoo con la persona al otro lado de la puerta. JongIn tampoco tenía deseos de detenerse y lo atrajo para dejar un cálido beso en sus labios.

—Es Junmyeon, hay un alfa que lo está molestando —insistió la voz.

Eso pareció poner fin a sus deseos. JongIn abrió los ojos aterrados.

—En un momento estoy allí —exclamó entre respiraciones entrecortadas hacia quien quiera que los haya interrumpido.

KyungSoo se puso de pie rápidamente, acomodando su ropa antes de salir con una erección de la que no podía encargarse.

—Tú quédate aquí. Es peligroso. —Se dirigió al omega quien tembló cuando usó su voz de mando. 

—No quiero —musitó inseguro, también arreglando su ropa.

KyungSoo llevó una mano a su frente, tampoco podía dejarlo sin protección, así que se acercó a él y mordió su cuello ganándose un pequeño gemido del omega. No  fue una  mordida profunda ni mucho menos, solo lo suficiente para dispersar su aroma excitado, e impregnar su propio olor de alfa sobre JongIn para que otros dudaran en acercarse al omega.

—Quédate detrás de mí.

Le insistió en un tono suave, a lo que JongIn asintió y entrelazaron sus manos.

Apenas salieron de la habitación, escucharon un escándalo al final del pasillo, donde había una pequeña sala. KyungSoo apretó su agarre en su mano, intentando que el diseñador se sintiera protegido. 

Había un alfa llorando a los pies de Junmyeon, quien se le notaba incómodo.

—¡Eres mío! —gritaba el alfa usando su voz de mando— ¿por qué te alejas si eres mi destino? —En ese momento tomó la pierna de Junmyeon aferrándose  a esta.

—No lo soy. —El beta estaba temblando.

—Solo acéptame, soy tu alfa. ¿Acaso no te gustaron mis cartas?

—¿Lo conoces? —preguntó KyungSoo a JongIn, observando la escena a unos metros de allí.

—Sí, es el exnovio de Junmyeon, su nombre es Minho —susurró, manteniéndose detrás de KyungSoo—. Es un alfa peligroso, pensé que estaba en la cárcel. ¿Dónde está la seguridad?

No había nadie más allí, la persona que los alertó no se le veía. 

—Quédate aquí, no te muevas por favor.

KyungSoo se desajustó del agarre del omega y le sonrió brevemente antes de acercarse al alfa enfurecido.

—Junmyeon ya te dijo que no —dijo contundente  al alfa patético en el piso.

—¿Quién es usted? —El acosador gruñó y se puso de pie— ¿Acaso ustedes dos?

—Sí, estoy cortejando a Junmyeon —contestó  acercándose al sorprendido beta—, luego que saliera con un bastardo, supongo que es usted. Déjelo en paz.

—No, él es mío —exclamó mostrando sus colmillos.—. ¿Qué va-..

KyungSoo lo tomó de su cuello haciendo una llave con sus brazos. El alfa más alto gruñía intentando zafarse de su agarre, pero era más fuerte.

—Suélteme, maldito.

Minho se encontraba ahora  en el piso, la rodilla de KyungSoo presionaba su espalda, mientras esperaba que la policía llegara y lo detuvieran.

—Voy a presentar cargos, —dijo Junmyeon acercándose temeroso.

—Nadie se mete con mis amigos, Minho. Cuando salgas de prisión te espera una demanda —acotó JongIn aferrándose a su asistente.




Luego que la policía se llevara detenido a Minho y que confesara sobre las notas amenazantes dirigidas a Junmyeon y no al diseñador, el  trabajo  de KyungSoo había finalizado. Junmyeon estaba seguro al igual que JongIn.

El alfa golpeó la puerta de la habitación de JongIn. Se sentía como un estúpido parado allí. 

—No hay necesidad que se quede aquí. —Fue lo que dijo JongIn al abrir la puerta—. No necesito de un guardaespaldas. Ya no me tiene que proteger de alfas que se quieran meter conmigo.

—No estoy aquí como un guardaespaldas. —La fragancia dulce del omega bailaba a su alrededor, podía sentir perfectamente el calor formándose en la parte baja de su vientre.

—¿Ah no? ¿Qué hace un alfa tocando a la puerta de un omega a esta hora? —preguntó arqueando una de sus cejas, aunque la sonrisa formándose en sus labios lo delataba.

—Quiero ser este tipo de alfas...

—Me ha marcado con su olor, hágase responsable de sus acciones, señor Do. —JongIn abrió la puerta en una clara invitación.

Los efectos de los supresores abandonaron completamente su cuerpo y el delicioso aroma a feromonas se mezclaba con el deseo que emanaba del suyo. 

Sin supresores de por medio, JongIn estaba en pleno apogeo de su celo al igual que KyungSoo.

.

KyungSoo había encontrado un omega dispuesto a estar con él durante ese verano. Definitivamente serían unas buenas vacaciones al lado de JongIn. 

Después se lo agradecería a Sehun.





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