Prólogo: Los chicos siempre se han preguntado qué significa el tatuaje de alas que tienes en tu espalda, hasta que descubren qué no solo es un tatuaje, si no que también son reales.

Spider-Twice
Advertencia: Aquí la rayis tiene alas que puede esconder en su espalda como tatuaje (pueden imaginarlas como les guste ✨️)

A los chicos siempre les había dado curiosidad el tatuaje en tu espalda de esas grandes alas que te cubrían casi por completo esa zona.

La primera vez que lo vieron quedaron fascinados, y ahora cada vez que tenían la oportunidad les gustaba trazar con sus dedos la figura, sin embargo siempre les ha causado curiosidad.

Mientras que por otro lado tu nunca les habías querido que eran reales ya que pensabas que se podrían espantar, al fin y al cabo si era extraño, a pesar de llevar ya casi todo un año juntos.

En ese momento estabas en tu departamento recostada boca abajo en tu cama viendo tu teléfono con los audífonos puestos y con tus alas libres descansando sobre la cama, cuando los chicos llegaron.

Steven quería darte una sorpresa así que fue a tu departamento y abrió con las llaves que le habías dado, y de paso compró comida en su lugar favorito para cenar después de salir del trabajo.

–¡Querida! ¡Soy yo!–Dijo desde la cocina con una sonrisa, sin embargo frunció el ceño al no obtener respuesta.

Dejó las bolsas en el mesón y fue por el pasillo a tu habitación, donde se detuvo en la puerta y quedó boquiabierto al ver las alas en tu espalda, mientras que tu aún no notabas su presencia.

–Wow...

–A la verga... ¿estoy viendo bien? ¿Estamos viendo bien? ¿Cómo...?

–Así que por eso era el tatuaje...

Steven se te quedó viendo maravillado, mientras que tu en un momento lo viste en el reflejo de la pantalla de tu teléfono provocando que te sentaras de golpe volteándote hacia él y quitándote los audífonos.

–¡Steven! ¡No te escuché entrar!–Exclamaste dejando tu teléfono a un lado antes de ver hacia tus alas sintiendo tu corazón latir con fuerza en tu pecho.–Oh no... Steven enserio te lo puedo explicar...

–¿T-tu tatuaje son... s-son alas de verdad?–Te preguntó señalando hacia ellas dando unos pasos hacia ti, mientras tú te pusiste de pie en el suelo jugando nerviosa con tus manos.

–Si...–Dijiste tragando saliva algo preocupada y viéndole afligida.

Habías imaginado el momento en que finalmente les contaras la verdad un millón de veces, sin embargo aún te daba miedo lo que podrían decir con respecto a este pequeño detalle que escondías.

–¿Las puedo tocar?–Te preguntó sin poder apartar la vista de tus alas.

–O-okey...

Steven dio unos pasos hacia ti y tu acercaste una de tus alas hacia él, donde el británico pasó su mano por ella viéndola fascinado y con una sonrisa boba.

–Que suave...–Murmuró maravillado aún con su mano en tú ala, antes de levantar la vista hacia ti donde le veías algo preocupada.–¿Te duele cuando están así?

–No... más me molestan cuando las escondo porque pesan más escondidas que así.–Le dijiste con una pequeña sonrisita jugando con tus manos.–Perdón por no decirles antes, yo solo... n-no sabía cómo decirles... ni cómo iban a reaccionar...

–No tienes que pedir perdón por nada, mon amour. Son muy hermosas...–Te dijo con una sonrisa antes de volver a ver tus alas fascinado sin poder apartar su mano de ellas.–Me encantan...

–¿Y... qué dicen Marc y Jake?

–Están esperando su turno para poder tocarlas...–Te dijo viéndote embobado.

Soltaste una pequeña risita, y Steven se acercó para abrazarte, a lo que tu respondiste devolviéndole el mismo gesto dándole un fuerte abrazo, envolviendo tus alas alrededor de él inconscientemente.

Al sentirlas alrededor suyo, Steven dejó ir un suspiro totalmente relajado y maravillado cerrando los ojos disfrutando de la nueva sensación.

–No es necesario que las escondas con nosotros, ya no más.–Te susurró al oído antes de alejarse para verte a la cara manteniendo sus manos en tus caderas.

–Okey...–Le dijiste con una sonrisa acariciando sus mejillas, antes de acercarte para besarlo.

Steven sonrió en tu boca soltando un suspiro embobado, y prácticamente se derritió en tus brazos besándote de vuelta.

–¡Me toca!

–¡No Jake no inventes! ¡Yo siempre quedo al último!