Moon boys cuando están enojados y les muestras los pech*s

Sería así que ellos están molestos con la rayis por X razón, y ella para molestarlos y que se les pase, se levanta la playera 🤭

Montserrat0-0
Dayy_Schnapp

STEVEN GRANT🪞

Era muy raro que Steven se molestara contigo, o más bien era difícil que Steven se molestara en general, sin embargo habían tenido una pequeña discusión y ahora estaban molestos.

Steven estaba en su escritorio leyendo, aunque más bien solo miraba las páginas porque no se podía concentrar sabiendo que las cosas estaban mal entre los dos. No le gustaba cuando peleaban, ni mucho menos la sensación que le dejaba después.

A ti tampoco te gustaba la idea de estar peleados, pero también querías ver cuanto autocontrol podría tener Steven en comparación de Marc y Jake cuando hicieras lo que tenías en mente.

Aprovechando que tenías unas cosas del trabajo que revisar, dejaste la carpeta en el escritorio del otro lado frente a él donde Steven se rehusaba a levantar la vista, hasta que decidiste quitarte tu playera quedando sin nada más que tus pantalones encima.

Dejaste tu playera a un lado y abriste la carpeta para comenzar a leer, mientras que Steven se quedó helado en su lugar observando la página sabiendo exactamente como estabas frente suyo.

Tragó saliva apretando la mandíbula, mientras tú le dirigiste una rápida mirada con una sonrisita, fingiendo que nada estaba pasando.

Steven levantó la vista por un milisegundo solo para confirmar que no estaba soñando, y cerró los ojos un momento inhalando profundamente al ver que sí era real.

–¿Todo bien, Steven?–Le preguntaste sin dejar de sonreír apoyando la espalda atrás en la silla y viéndole frente a ti como apretaba un lápiz en su mano.

De maravilla...–Murmuró sin ver hacia donde estabas tú.

–Okey...

Volviste hacia la carpeta inclinándote más en la mesa dándole una mejor vista aún, mientras que él levantó la mirada ligeramente fijándola en tu pecho.

Steven comenzó a morder el interior de su boca con el ceño fruncido y la mirada ligeramente más oscurecida con su vista fija en tu piel descubierta, jugando con el lápiz en su mano.

–¿Ves algo que te guste?–Le preguntaste con una pequeña sonrisita.

Estás jugando sucio.

–¿Por qué? Solo me dio calor...–Le dijiste fingiendo inocencia y encogiéndote de hombros.

No lo creo, pero lo que sí sé es que alguien debería enseñarte modales.–Te dijo poniéndose de pie y acercándose a ti quedando detrás tuyo, donde se inclinó hacia adelante dejando su boca junto a tu oído.–Yo me voy a encargar de que aprendas bien y seas obediente, ¿si querida?

La sonrisa se borró de tu rostro y te quedaste ligeramente boquiabierta apretando las piernas muy lentamente, tragando saliva al oírle.

¿Qué pasó, mon amour? ¿Te comió la lengua el ratón?–Te preguntó en voz baja al oído sintiendo sus labios rozar en tu oreja, y sus nudillos pasando muy ligeramente, casi que ni tocando el espacio entre tus pechos además de dejar un rápido beso en tu cuello.–Ya no estás tan conversadora, ¿o si? Ni siquiera te he tocado y ya se te olvidó como hablar. No te preocupes, suele suceder, pero ya lo vas a recordar cuando tengas que suplicarme y decir mi nombre.

Resultó ser que Steven fue peor que Jake y Marc combinados.

MARC SPECTOR🌙

Marc y tu llevaban discutiendo un buen rato, sin embargo ya ni siquiera lo estabas escuchando tan distraída en lo atractivo que se veía enojado.

¿Deberías estarte sintiendo así? Claro que no, estaban discutiendo. ¿Querías que él hiciera algo contigo al respecto? Por supuesto, pero en la cama.

Una sonrisita se formó en tu rostro de tan solo imaginar las mil y un posibilidades en ese momento, provocando que Marc se irritara aún más donde estaba frente a ti en la cocina.

¿Y ahora qué te causa tanta gracia? ¿Eh? ¿Ves que contigo no se puede hablar enserio? Todo te da risa. Nada te lo tomas enserio.–Se quejó dándose vuelta y pasando ambas manos por su rostro frustrado.

En ese momento aprovechaste para rápidamente quitarte tu blusa y sostén tirándolos por ahí, y te volviste a apoyar atrás en la isla de la cocina dejando tus manos detrás tuyo esperando a que se volviera a voltear hacia ti.

Lo único que te pido es que por una vez te tomes enserio lo que—. Te iba diciendo volteándose hacia ti dejando sus manos en sus caderas, sin embargo se quedó en silencio y ligeramente boquiabierto al verte frente suyo.

–¿Tomarme enserio qué?–Le preguntaste con una sonrisita lo más inocente posible.

¿P-por qué... por qué te quitaste la blusa?

–¿La blusa? Oh es que me dio calor.–Le dijiste con una sonrisa asintiendo con la cabeza.–Mucho calor... de hecho, los pantalones me molestan también.

Desabrochaste tus pantalones y te los quitaste junto con el resto de toda tu ropa, incluida la ropa interior, y lo dejaste a un lado mientras que Marc te veía sin poder creerse lo que estaba pasando frente suyo.

–Ya está... ahora si, ¿qué decías?–Le preguntaste con una sonrisita.

¿Te sentías expuesta? Mucho.
¿Te estaba dando frío? Demasiado, ese departamento cuando no estaba prendida la calefacción parecía un congelador, pero tenías fe en que Marc te haría entrar en calor en cualquier momento.

En ese minuto Marc se veía tan gracioso, como si los ojos se le fueran a salir de la cara y había perdido totalmente la habilidad de hablar por lo sorprendido y distraído que ahora estaba.

–¿Marc? ¿Qué estabas diciendo?–Le preguntaste con una muy diminuta sonrisita en el rostro.

Te estás metiendo en problemas, mi amor. ¿Es eso lo que quieres?–Te preguntó finalmente levantando la vista a tu cara, dando un paso hacia ti.

–No tengo la menor idea de qué me estás hablando, mi amor.–Le dijiste viendo hacia sus labios y luego sus ojos.

Marc sonrió ligeramente y viste sus pupilas dilatarse con tan solo mirarte.

No me tientes, T/N.

–¿O si no qué? Yo no veo que hagas nada.

La expresión de Marc cambió a una más seria pero con aún ese toque de picardía en su mirada que te hizo estremecer por completo.

¿Ah si? Vamos a ver si después de esto tienes ganas de seguir hablando.–Dijo antes de tomar tu mandíbula con su mano besándote con fuerza, ya prácticamente haciendo que te derritieras contra él posicionando su rodilla entre tus piernas, mientras tratabas de seguirle el paso besándole de vuelta.

Iba a ser una laaarga noche.

JAKE LOCKLEY🚬

Jake y tu un par de horas atrás habían tenido una discusión, por lo que después de eso no habían vuelto a hablar cada uno dándose su propio espacio para que se les pasara el enojo.

En ese momento el latino estaba en la cocina del departamento con un paño en el hombro, su delantal puesto, la camisa algo desabrochada y las mangas dobladas con un cigarro en su boca manteniendo la ventana junto a él abierta mientras te preparaba la cena, muy enojado podía estar contigo pero no quería que te murieras de hambre y sabía que te daría pereza hacer algo.

Mientras tanto, tu le observabas desde la cama por entre las repisas viéndole moverse en la cocina, de vez en cuando usando su cigarro y soltando el humo en la ventana para que no quedara dentro.

Una idea se te vino a la cabeza, y te levantaste para ir a la cocina donde Jake estaba cocinando en total y absoluto silencio.

–¿Jake?

Mm.–Respondió apagando el cigarro en el cenicero, antes de volver a revolver lo que tenía en la sarten.

–Jake.

Dígame.

–¿Aún sigues enojado conmigo?–Le preguntaste acercándote a él para abrazarlo por la espalda.

Un poco.

–¿Solo un poco?

Si, ahora déjeme cocinar.–Te dijo con voz suave, pero sabías que seguía molesto.

Diste un paso hacia atrás, mientras él bajaba el fuego del sarten y lavaba sus manos.

–Oye Jake.

¿Qué pasa?

–¿No hay nada que pueda hacer para que se te pase?

Estoy cocinando dama, después hablamos.–Te dijo sin voltearse hacia ti comenzando a cortar unas verduras.

–Jake mírame.–Le dijiste levantando tu playera revelando tus pechos donde no llevabas nada abajo.–¿Seguro que sigues enojado conmigo?

El latino se volteó hacia ti con el ceño fruncido, sin embargo desapareció quedándose ligeramente boquiabierto con la vista pegada en tus pechos.

–¿Aún enojado?

¡NO! Sus truquitos no funcionan conmigo, yo soy un hombre con fuerza de voluntad y eso no va a funcionar.–Dijo volteándose nuevamente cerrando los ojos con fuerza.

–¿Seguro?–Le preguntaste quitándote la playera y dejándola a un lado.

Jake se volteó solo un poco, y volvió a girarse cerrando los ojos limpiándose las manos para cubrir ru rostro.

Chingada madre ya se la quitó... ¿pa' qué se quita la ropa?–Murmuró negándose a ver.

–En otra situación estarías contentísimo.–Le dijiste acercándote con una sonrisita.

No se vale, eso es jugar sucio dama, está haciendo trampa.–Se quejó volteándose hacia el otro lado mientras tú lo seguías.–Lamento decirle que no le va a funcionar su jueguito porque ojos que no ven, verga que no siente—

Mientras hablaba, tomaste su mano y la pusiste en tu pecho haciéndole maldecir por lo bajo mordiendo su labio.

Chingada madre, ya valió verga.–Se quejó apagando la sarten haciéndote reír, y te pasó por su hombro para llevarte a la habitación.

SANTIAGO "POPE" GARCÍA🧢

Después de que Santi y tu hubiesen discutido en la mañana, no habían vuelto a dirigirse la palabra en todo el día si no era estrictamente necesario.

Ya había llegado la hora de dormir, y como sabías que ninguno de los dos iría al sillón, aprovechaste la oportunidad de quitarte tu playera para quedar solo con tus shorts viendo tu teléfono recostada esperando a que él saliera del baño.

Después de unos minutos la puerta del baño se abrió, sin embargo tu no apartaste la mirada de tu teléfono sonriendo ligeramente sabiendo que Santi probablemente te estaba observando.

Le escuchaste aclarar su garganta, y luego le dio vuelta a la cama para recostarse en su lado, donde levantaste ligeramente la vista y notaste su bulto atrapado entre sus piernas en los pantalones.

Ambos llevaban frustrados todo el día queriendo estar con el otro, sin embargo también eran muy orgullosos y no querían dar el primer paso.

–¿Te ayudo con eso?–Le preguntaste con una sonrisita viéndole recostarse con el ceño fruncido.

–No.–Respondió recostándose de lado dándote la espalda y de brazos cruzados.

–Okey...–Le dijiste con una sonrisita.

Santi se quedó de espaldas a ti viendo hacia la nada frente suyo, hasta que te sintió moverte del otro lado de la cama, y pronto escuchó como el sonido de la vibración de algo haciéndole fruncir aún más el ceño.

Finalmente no pudo más con la curiosidad y se volteó hacia ti viéndote con tu vibrador en mano y ya sin nada de ropa encima, haciéndole tensar la mandíbula.

–No me prestes atención, tu solo vuelve a dormir.–Le dijiste con una sonrista recostándote en la cama.

Santi sonrió ligeramente y te quitó el aparato de las manos dejándolo en cualquier lado y posicionándose encima tuyo.

–No necesitas eso cuando me tienes a mi.–Te dijo con una sonrisita maliciosa.

–¿Ya estás listo para disculparte?–Le preguntaste dejando tus manos en sus hombros.

Santi soltó una risita, y se acercó dejando sus labios cerca y rozando al hablar.

–Créeme mi vida, vas a ser tú quien se disculpe primero.

Tres orgasm*s negados más tarde...

–¿Y bien mi vida? ¿Tienes algo para decirme?–Te preguntó moviendo cada vez más lento sus caderas contra tuyo estando dentro de ti, hasta quedar quieto por completo sujetando tus manos por encima de tu cabeza con la suya.

–A-ándate a la mierda, S-santiago...–Le dijiste con la respiración agitada y lágrimas en tus mejillas, además de sentir las piernas temblando.

–¿Voy a tener que enseñarte modales también?–Te preguntó sin dejar de sonreír comenzando a moverse otra vez con fuerza haciéndote gemir y chocando sus caderas contra las tuyas, ambos disfrutando al máximo del momento.

OSCAR ISAAC🍷

Sabías que Oscar seguía enojado contigo con tan solo verlo: tenía el ceño fruncido, la mandíbula apretada y no te dirigía la mirada sentado frente a su laptop en la mesa donde estaba dando una entrevista.

Tu estabas en el otro extremo de la mesa frente suyo haciendo tu propio trabajo, sin embargo no podías evitar de vez en cuando dirigirle una rápida mirada.

Una idea se te vino a la mente (quizás no era la mejor considerando que estaba trabajando), pero ibas a probar tu suerte de todas formas.

Fuiste a la cocina a buscar un poco de helado en un plato, y luego te quitaste tu (su) playera, y la dejaste a un lado quedando con tu parte de arriba descubierta al no llevar sostén, y te volviste a sentar en tu silla.

Oscar cuando te vio ir a la cocina no le prestó mucha importancia, sin embargo cuando te vio volver de reojo con el plato y sin playera alzó una ceja curioso de quizás qué se te habría ocurrido.

Te sentaste en tu silla frente a él, y llevaste una cucharada de helado a tu boca limpiando la cuchara con tu lengua haciéndole ver como quedaba helado en ella, y luego soltaste un pequeño gemido al tragar.

Oscar tensó la mandíbula pasando una mano por su boca, frunciendo aún más el ceño tratando de concentrarse en las peguntas que le hacían.

Justo cuando iba a contestar, levantó la vista por un segundo y vio que dejaste caer helado en tu pecho, y que lo limpiaste con tu dedo antes de llevarlo a tu boca manteniendo el contacto visual con él sin apartar la mirada.

¿Oscar?–Le preguntó la chica del otro lado de la pantalla.

–Si... perdón... mi conexión está algo mala, perdona.–Dijo con una pequeña sonrisa volviendo a ver a la pantalla.

Reíste ligeramente viéndole responder a la pregunta, y una vez terminó volvió a levantar la vista hacia ti dejándola fija en tus pechos, y luego vio hacia tu rostro donde seguías dándole todo un show limpiando el helado de la cuchara.

Se lo llevaron así por otro 10 minutos (los 10 minutos más largo de su vida), y una vez terminó la entrevista, cerró su laptop con fuerza y se cruzó de brazos apoyando la espalda atrás en la silla con la vista fija en ti.

–¿Qué estás haciendo?

–Disfrutando de mi helado.

–¿Sin ropa?

–Aún tengo mis pantalones puestos. Pero si tu me los quieres quitar...

Oscar sonrió ligeramente alejando su silla un poco de la mesa abriendo sus piernas con su notoria erección entre ellas, y levantó la mano para con dos dedos hacer un gesto y que te acercaras a él sin despegar la vista de ti.

Sonreíste ligeramente y te acercaste llevando el plato con helado, y te sentaste en su regazo pasando tu piernas hacia el otro lado.

Oscar tomó la cuchara con un poco de helado y lo dejó caer en tu pecho haciéndote dar un pequeño salto por lo frío que estaba, antes de dejar el plato a un lado pasando su lengua para limpiar manteniendo el contacto visual contigo.

–No podías esperar a que terminara la entrevista, ¿verdad? Tenías que empezar a provocarme... te gusta eso, te gusta provocarme para que después me haga cargo de ti.–Te dijo con una sonrista acercando su rostro hacia ti pasando sus nudillos por tu mejilla.

–Mmm... puede ser... ¿funcionó?–Le preguntaste viendo hacia sus labios y luego a sus ojos.

–Totalmente.–Dijo antes de besarte con fuerza y tomándote en sus brazos para sentarte en la mesa apretando tus piernas con sus manos, mientras las tuyas las enredabas en su cabello tirando de él.

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