Una fantasía BDSM*

Prólogo: Los chicos quieren cumplir una fantasía tuya.

Marianito161

Advertencia: Temática BDSM (de verdad espero me haya quedado bien), restricciones (manos atadas), ojos vendados, dirty talking, humillación (?), escupir, sexo oral (mujer recibiendo), fingering, nalgadas (golpes?), mordidas, negación de orgasmo, sobreestimulación, múltiples orgasmos, elogios, jalar el cabello, posesividad (?), sexo sin protección, smut. Y ya, creo que eso es todo.

Los chicos sabían acerca de tus fantasías que incluían BDSM, y estaban dispuestos a volverlas realidad para ti.

Es por eso que en ese momento te encontrabas atada de manos en la cadena de pie que Steven tenía en su cama, de piernas abiertas y con los ojos tapados por una corbata de Jake.

Pero mire que bonita vista... ¿a usted esto le gusta, verdad mami? ¿Esto es lo que quería de nosotros, cierto?–Te preguntó con una sonrisa maliciosa viendo cómo te tenía en la cama, sus dedos hundidos dentro de ti.

Ya te había negado dos orgasmos previamente, y estaba listo para negarte el tercero.

Al no recibir respuesta por parte tuya, con su mano le dio un golpe a tu muslo derecho que te hizo soltar un gemido y que te sobresaltaras, tirando de las cadenas que tenían tus manos atrapadas.

Le hice una pregunta, mi dama.

–S-si... si me gusta...–Le respondiste con voz temblorosa y sintiéndote humillada.

Estabas completamente avergonzada y te sentías expuesta a más no poder. Pero todo te estaba encantando y lo estabas disfrutando al máximo.

¿Sí qué?–Preguntó nuevamente con la voz mucho más seria.

–S-si papi... me gusta... y-y es lo que quería...–Respondiste con la respiración agitada.

Muy bien, mi amor. Siempre tan obediente. Ahora, ¿por qué no mejor continuamos?–Marc tomó el control y te habló con voz casi burlona, moviendo los dos dedos de su mano izquierda que tenía dentro de ti, haciéndote soltar un gran gemido.

Sus dedos los movía dentro y fuera de ti, haciendo que la humedad en ti sonara fuertemente lo cual provocaba que te sonrojaras ante el obsceno sonido que ésta creaba.

Siempre tan hermosa para nosotros... con tus piernas bien abiertas y lista para recibir lo que tenemos para darte.–La voz de Marc era maliciosa y oscura al igual que la ligera risa que soltaba.

Tomó tu mandíbula con la mano derecha y te forzó a abrirla para escupir en tu boca y hacer que tragaras, para después besarte con desesperación y sin dejar de mover sus dedos.

Comenzó a dejar todo un camino de besos por tu cuello donde ya tenías muchas marcas moradas, para luego seguir bajando por tus pechos y morder cada uno, luego por tu abdomen donde también dejó otras marcas más y mordidas que durarían un par de días.

Tus gemidos no cesaban, y podías sentir que volvías a estar cerca del orgasmo, lo cual Marc también podía sentir.

Tus paredes comenzaron a contraerse alrededor de sus dedos, y en un movimiento rápido los sacó de dentro tuyo, haciéndote soltar un quejido en su boca.

Lo siento tanto, mi querida... mira como te tienen esos dos... ¿te gustaría poder correrte ésta vez? ¿Liberar toda esa tensión dentro de ti?–Te habló con suavidad, quitando lo que cubría tus ojos, para después pasar los nudillos de su mano derecha por tu rostro.

Asentiste con la cabeza, cerrando los ojos y respirando agitada.

Muy bien... no te preocupes que me voy a asegurar de que recibas lo que tanto deseas, mi vida. Te lo prometo.–Se acercó y dejó un beso en tu frente, para luego acomodarse y dejar su rostro a la altura de tu femineidad.

Steven no desperdició ni un segundo y se acercó a ti para trazar una línea recta con su lengua en tu parte baja, abriendo aún más tus piernas de forma delicada.

No pasó mucho tiempo hasta que ya estabas gimiendo otra vez, tirando de la cadena y haciendo que tus muñecas ardieran. Pero realmente no te importaba.

Con tus piernas en sus hombros apretaste su cabeza, haciéndole a él soltar un gemido de satisfacción por la presión que ejercías en él.

Los sonidos que resultaban de los actos de Steven podían oírse alrededor de todo el pequeño departamento junto con tus gemidos.

Levantaste un poco la cabeza y te encontraste con los ojos de Steven observándote atentamente.

Soltaste un gran gemido de satisfacción con tan solo la vista que tenías, para dejar caer la cabeza hacia atrás otra vez.

Tu cuerpo estaba cansadisimo, pero las sensaciones que te recorrían eran maravillosas.

Ya sin poder contenerte más, te corriste en la boca de Steven mientras éste tragaba todo y gemía de satisfacción como si fueras lo más delicioso que jamás haya probado.

Una vez tú orgasmo ya había pasado, Steven seguía lamiendo y dándote placer, sobreestimulándote y haciendo que tu cuerpo temblara con el nuevo rápido orgasmo que se formaba dentro de ti.

–S-stev-ven...–Dijiste entre fuertes respiraciones, jalando aún más de las cadenas.

Vamos, mi querida... yo sé que puedes darme uno más...hazlo por mi, ¿si?–Su voz era tan dulce y distinta a sus acciones. Hablaba como si no tuviera el rostro sumergido entre tus piernas.

Una vez asentiste con la cabeza, sonrió de forma maliciosa y volvió a lo suyo, haciéndote gemir su nombre con fuerza.

Tu garganta ardía y tu cuerpo temblaba por completo, sobre todo tus piernas y tus muñecas ya estaban irritadas.

No pasó más tiempo hasta que volviste a correrte en su boca.

Mientras el orgasmo arrasaba contigo, pudiste sentir que alguien había tomado el control, aunque no tenías muy claro quién.

Sin embargo cuando sentiste sus grandes manos apretar con mucha fuerza tus muslos, reconociste que era Jake.

Te volviste a correr en su boca, y una vez pasó, Jake subió por tu cuerpo pasando su lengua hasta llegar a tu boca donde la introdujo mientras te besaba con una salvajidad increíble, dejando que te saborearas a ti misma.

Mami usted es adictiva.–Prácticamente gruñó a centímetros de tu rostro.

Cualquier hombre que hubiera hecho ese sonido antes te habría parecido asqueroso, pero era Jake Lockley quien lo había hecho, después de devorarte como si fueras la última comida en la Tierra.

Te dio la vuelta haciéndote quedar recostada en tu abdomen como si fueras hecha de pluma, y te hizo elevar el trasero.

En un rápido movimiento se quitó la única prenda de ropa que tenía puesta que eran sus bóxers, escupiendo en su mano para pasarla por su miembro y luego entrar de una sola vez en ti, haciéndote soltar un gemido que te hizo doler la garganta.

Puta madre, dama... mi verga fue hecha para entrar en usted...–Dijo agitado mientras te embestía con rapidez y fuerza a la vez.

Dejaste caer la cabeza en la cama y mordiste las frazadas con fuerza mientras soltabas un gran gemido, apretando aún más las manos atrapadas en las cadenas.

Jake te dio una gran nalgada que te hizo dar un pequeño salto, para después tomarte del cabello y jalar hacia atrás, haciendo que arquearas la espalda.

Tan obediente mami... mi verga no le pertenece a nadie más que usted, mi reina. Se lo prometo.–Se inclinó para morder tu hombro con fuerza y luego besar tus labios con posesividad, después dejándote caer de nuevo en la cama.

Jake se detuvo solo por un segundo mientras Marc forzaba un cambio, para después poner ambas manos en tú trasero y moverse aún más rápido.

Hola mi amor... extrañaba tenerte así...

–M-marc...–Gemiste jalando de las frazadas con las manos atadas.

Eso preciosa... córrete otra vez... yo que lo quieres.–Llevó su mano izquierda a tu clítoris para sobreestimularte aún más, haciendo que gimieras su nombre.

Sin previo aviso, te corriste alrededor de él, empapando su mano la cual llevó a tu cadera para tomarlas con ambas manos, llenándote con su semen y gimiendo alto, mientras tú pasabas tu orgasmo.

Ya sin poder con tu propio peso, colapsaste en la cama boca abajo mientras tratabas de regular tu respiración.

Marc se quedó por unos segundos dentro de ti, apoyando ambas manos a cada lado de tu cabeza.

Llevó la derecha hacia tu espalda para acariciarla y luego bajarla hacia donde Jake dejó su mano marcada para acariciar la zona. Marc no era muy fan de los golpes durante el acto sexual, pero Jake si.

Salió de ti lentamente haciéndote soltar un pequeño quejido.

Se agachó y besó donde estaba la mano marcada, para después dejar besos por toda tu espalda.

Soltó tus manos y las acarició con cuidado, besando tus muñecas.

Con delicadeza te volteó y te abrazó, pegándote a su pecho mientras besaba tu cabeza y tu cerrabas los ojos.

¿Cómo te sientes?–Te preguntó con la voz ronca pasados unos segundos, acariciando tu trasero y tú espalda con suavidad.

–Mejor que nunca...–Reíste a pesar del ardor en tu garganta.

Mami usted es maravillosa... se veía tan hermosa en cuatro para nosotros.–Te susurró al oído, mordiendo tu oreja y dándote una nalgada más suave ésta vez.

–Gracias...–Volviste a reír, dejando un beso en su pecho.

¿Te gustaría un baño con agua caliente? ¿O tal vez una taza de té?–Steven llevó su mano a tu mejilla para acariciarla con suavidad.

–Quedémonos así por un tiempo más...–Murmuraste cerrando los ojos, tu cuerpo sucumbiendo ante el cansancio evidente en él.

Por supuesto, mi vida... estuviste maravillosa.

–Ustedes hicieron gran parte del trabajo...

Solo esperamos que haya sido así como iba tu fantasía.–Te susurró Marc en un tono más juguetón.

–Fue mejor de lo que alguna vez imaginé...

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top