"Propuesta indecente" (JAKE)
Prólogo: Jake trabaja para tu esposo como su conductor privado, pero siente cosas por ti. Por lo que al momento que tiene la oportunidad de expresarte sus sentimientos, lo hace sin pensárselo dos veces.
JFSY09
Inspirado en la canción "Propuesta indecente" de Romeo Santos. Espero me quede bien 😅
Tu esposo era un gran hombre de negocios, y Jake trabajaba para él de vez en cuando como su conductor.
Estaban en una fiesta de su empresa, y como era de costumbre, una vez llegaron al lugar donde se realizaba el evento, te dejó sola por ahí, y él se fue quién sabe dónde.
Te quedaste en una mesa de pie en una esquina que no tenía mucha iluminación para pasar desapercibida, bebiendo una copa de tu champaña y observando a la demás gente bailando, charlando, etc.
Jake te veía a lo lejos desde donde estaba en otra mesa.
A su parecer, aquel vestido largo negro te quedaba a la perfección y resaltaba muy bien tu figura. El corte que tenía revelando en tu pierna izquierda le volvía loco. Aquellos zapatos altos con punta de aguja era maravillosos.
La forma en que tu cabello estaba arreglado en una media coleta enrollada y tú maquillaje te hacía ver espectacular, a pesar de que te había visto miles de veces sin maquillaje cuando te había llevado a otros lugares o en tu casa, y para él eras simplemente hermosa.
Lo que no pasó desapercibido, fue aquel brazalete en tu mano izquierda que Jake te había obsequiado para tu cumpleaños.
Habías insistido en que no era necesario, y sin embargo Jake lo compró para ti.
Mientras que tu esposo no había recordado que era tu cumpleaños hasta que en la noche, las señoras que trabajaban en la cocina de tu hogar, quienes eran amigas tuyas y te querían muchísimo, te cantaron el cumpleaños feliz con tu pastel favorito que ellas mismas hicieron.
Verte usando aquel pequeño e insignificante obsequio que él mismo escogió y te dio, hizo que su corazón se llenara de felicidad.
Jake terminó de beber de un sorbo su copa de champaña y caminó hacia ti.
–Desde el primer momento en que entré en ésta gran habitación, no pude evitar fijarme en usted, bella dama. Se ve realmente hermosa.–Se te acercó y tomó tu mano izquierda para besarla, observando por unos segundos el brazalete, y luego te quedó viendo a los ojos.
–Muchas gracias, Jake. Pareces ser el único a quien le parece que me veo bien.–Le dijiste con una pequeña y triste sonrisa, bajando la mirada y dejando tu mano sobre la pequeña mesa.
–¿Qué quiere decir? Cualquiera que tenga dos dedos de frente puede notar lo hermosa que se ve, y lo preciosa que es usted.–Te dijo con el ceño fruncido.
Soltaste una pequeña y amarga risita, bebiendo de tu copa todo de una vez.
–Te lo agradezco. Ojalá mi propio esposo pensara de esa manera... que patética me siento... recibiendo cumplidos de otras personas porque ni mi propio marido se da cuenta de mi existencia.–Reíste ligeramente, jugando con ambas de tus manos.
Escucharte le rompió el corazón a Jake.
Él siempre te había observado desde la distancia, sin querer hacer ningún movimiento hacia ti porque estabas casada, con su jefe para variar. Pero siempre le habías parecido la mujer más hermosa y bella del mundo. Probablemente la mujer más perfecta que pueda existir.
–Discúlpeme, mi dama. Pero si el jefe no puede ver lo hermosa y maravillosa que es la mujer que tiene junto a él, entonces es bien pendejo el mamón ese.
Su comentario te hizo reír.
Una risa de verdad que a Jake siempre le había traído felicidad, y una gran sonrisa al rostro.
No era muy común verte así, y saber que él mismo era la causa de ello, le llenaba el corazón.
En un momento puso atención a la música que estaba sonando, y extendió su mano hacia ti.
–¿Le gustaría bailar, mi reina? He escuchado por ahí que le gusta mucho bailar, y es muy buena en ello.
–Sería un placer.–Pusiste tu mano sobre la suya con una sonrisa, ambos acercándose a la pista de baile.
Jake puso su mano izquierda en tu cintura, y la otra sostenía la tuya propia. Mientras que tu mano derecha descansaba en su hombro, ambos bastante cerca del otro.
Él te veía con una sonrisa, hipnotizado por ti, sintiendo el olor a tu perfume al tenerte a tan poco distancia.
Jake nunca había estado tan cerca de ti, y eso le estaba gustando. Más de lo que debería.
Mientras bailaban, las ganas de confesarte lo que sentía por ti, y hacerte sentir bien se volvieron incontrolables. Así que se acercó su rostro a ti, dejando su mejilla junto a la tuya y su boca a la altura de tu oído.
–¿Por qué mejor no nos vamos de aquí? Puedo llevarla a otro lugar donde va a pasarlo mucho mejor que en ésta fiesta llena de pendejos que creen que el dinero lo soluciona todo.–Te susurró con voz dulce, pero a la vez con un toque de coqueteo.
–¿Qué me estás proponiendo?
–Hacer lo que usted quiera. Usted dígame qué es lo que quiere, y yo lo voy a hacer. Cualquier cosa. Usted pida y es suyo.–Se apartó un poco de ti para verte a la cara, su nariz prácticamente tocando la tuya.
–¿Sabes que eso se pude malinterpretar como una propuesta indecente?–Le preguntaste con una sonrisa, viéndole directamente a los ojos.
–¿Y qué si lo es? Yo haría todo por usted. No me importa quien sea su esposo, yo sé que la puedo hacer feliz. Además, me gustan las aventuras que huelen a peligro, sobre todo si es con usted.–Te dirigió una sonrisa coqueta.–¿Entonces qué me dice, bella dama?
Te quedaste pensando por unos segundos, antes de morder tu labio inferior con una sonrisa, viendo a tu alrededor y luego a Jake.
–Bien. Vámonos de aquí.–Le dijiste con una sonrisa, haciendo que una también se dibujara en su rostro.
Jake te tomó de la mano y salió contigo lo más rápido que pudo, llevándote al coche en el que habías llegado con tu esposo, pero en el cual ahora te ibas con el chófer de tu esposo.
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