Prólogo: Los chicos van a verte practicar con tu banda.

Gisi_Ackerman

Steven estaba sentado en un taburete comiendo un burrito con una gran sonrisa dibujada en el rostro, observándote a ti y a tu banda practicar para una presentación que tenían en dos días en su pequeño estudio.

Una cosa que a los chicos les encantaba hacer, era verte cantar y/o ensayar con tu banda. Literalmente eran tus fans número uno.

–Puta madre que es hermosa mi dama.–Dijo Jake con una sonrisa orgullosa y de brazos cruzados en el reflejo del espejo detrás de Steven.

–Concuerdo contigo.–Dijo Marc con una sonrisa también.

Mientras tanto, Steven no les prestaba atención y simplemente te observaba cantar, hasta que la canción se detuvo y todos dejaron de tocar sus instrumentos.

Steven se puso de pie y dejó el burrito sobre el taburete para aplaudir, aún con la boca llena de su cena.

–¡Fue un buen ensayo! ¡Nos vemos mañana! ¡Adiós Steven!–Se despidió uno de tus compañeros, al igual que los otros mientras salían del estudio después de haber guardado sus cosas.

–¡Adiós chicos! ¡Lo hicieron increíble!–Se despidió Steven con la mano y una sonrisa, para después acercarse a ti.– ¡Estuviste maravillosa, querida!–Dijo con una gran sonrisa, posando sus manos en tus brazos y dejando un tierno beso en tus labios.

–Gracias, aunque aún debemos seguir ensayando si queremos que salga perfecto.–Pasaste tus brazos por su cintura y lo acercaste a ti.

–Yo sé que lo van a hacer igual de increíble que ahora, mi amor. Tienes una voz maravillosa.–Llevó sus manos a tus mejillas para acariciarlas  mientras tu dejabas las tuyas en sus caderas y las pasabas por debajo de su playera para acariciar la zona.

–Espero tengas razón porque ésta presentación me tiene más nerviosa que todas las otras que hemos hecho.–Le dijiste con una pequeña sonrisa.

–Mi dama, usted no se ande preocupando por éstas cosas. Uste' vaya y cante no más. Déjese llevar como siempre lo hace y ya va a ver que los va a dejar a todos impactados como siempre lo hace.–Jake se acercó a ti y comenzó a dejar besos por tu cuello y mandíbula, haciéndote reír.–Aunque yo conozco otros métodos para ayudarle a relajarse...

Su comentario te hizo reír, para después dejar un beso en sus labios y alejarte de él.

–Tal vez cuando lleguemos a casa, pero primero debo terminar de ordenar.–Le dijiste comenzando a guardar algunas cosas.

–Déjame ayudarte, querida. Y luego podemos irnos a casa y ayudar a relajarte.–Steven se acercó a ti y dejó un beso en tu hombro, para después ayudarte con lo que pudiera en el estudio.