Cianacardozo
Alexaaajcs
Emma_Est

El día de su boda, Marc sentía que le hacías falta. No se sentía bien estando ahí sin ti, pero comprendía el porqué de tus razones para no querer verle.

El día que fue a tu casa, fue la última vez que se vieron. Nunca más supo de ti hasta más o menos cuatro o cinco años más tarde. Incluso podía haber sido más, no lo recordaba bien.

Ambos se reencontraron en la pirámide de Giza cuando los dioses encontraron nuevos avatares, y a Khonshu se le permitió ser parte de ellos.

Todo esto ocurrió después de lo de Harrow. Para ese entonces Marc y Layla ya se habían divorciado ya que no pudieron hacer que las cosas funcionaran. No pudieron acostumbrarse al hecho de que ya no era solo Marc, si no que también estaba Steven, y tiempo después se enteraron de la presencia de Jake.

Tu eras avatar de Anubis. Él te hizo su avatar dos semanas después de lo que ocurrió con Marc una vez te fuiste a vivir a Londres. Pero los dos, tanto Anubis como tu, preferían mantenerse al margen de los otros dioses y cumplir con sus misiones ustedes dos solos.

Te reencontraste con Marc en una de las reuniones que hubo donde se requerían a todos los avatares para conocerse entre ellos.

Hacía muchísimo tiempo que no lo veías, y creías haber superado todo lo que sentías hacia él, pero eso aún seguía escondido muy dentro de ti.

Aquel día, Steven estaba tan emocionado de verte otra vez que forzó un cambio para abrazarte y ponerse al día contigo, lo cual te sorprendió ya que la última vez que lo viste, él no sabía nada acerca de Marc. Aunque de todas maneras te aliviaba saber que no estuviera enojado contigo por ello.

Ahí te enteraste de que estaban viviendo en Londres, así que volvieron a la ciudad juntos después de la reunión y fueron a un café a ponerse al día. Ahí te contaron sobre todo lo que había pasado, lo que ocurrió con Layla, lo del Cairo, Harrow, y acerca de Jake.

Finalmente quedaste en contacto con Marc y Steven, a pesar de que aún se te hacía difícil olvidar tus sentimientos por los dos, en especial Marc. Y Jake quería conocerte formalmente. Mal para ti que también comenzaste a tener sentimientos por él.

Lo que tu no sabes, es que Steven siempre estuvo enamorado de ti. Jake también comenzó a tener sentimientos más que amistad contigo. Y fue ahí que Marc se dio cuenta de que siempre habías sido tú la mujer a la que él realmente amó.

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Marc había ido a cenar a tu departamento un día por la noche después de que ambos terminaran una misión y haya resultado exitosa.

Las cosas aún a veces eran algo incómodas, pero no podían evitarlo. Al fin y al cabo, ambos sentían cosas por el otro.

Marc estaba de espaldas hacia ti lavando los platos, mientras tú estabas sentada en el mesón de la isla de la cocina, bebiendo una copa de vino, ambos riendo de sus anécdotas cuando jóvenes.

–Cómo olvidarme de ese día... casi haces que nos echen del ejército.–Rió secando sus manos en un paño de cocina, para luego voltearse hacia ti dejando su espalda apoyada en el mesón y tomando su copa de vino.

–¿Yo? ¡Fue tu idea hacer eso! A mi jamás se me habría ocurrido.–Dijiste tomando un sorbo de tu copa.

–Sí... bueno... tuvimos muchos momentos buenos.–Dijo con nostalgia sin quitar la vista de ti, con una pequeña sonrisa.

–Y malos también, pero aquí estamos.–Le respondiste con una sonrisa, dejando tu copa vacía a un lado.

–T/N yo... esperaba... que tal vez algún día pudiéramos hablar de... b-bueno... tu sabes. De ese día.–Te dijo poniéndose algo más serio pero a la vez nervioso.

–Oh... ¿y quieres hablar... a-ahora?–Le preguntaste algo sorprendida por ello. Nunca habían realmente hablado de ese día desde que se volvieron a encontrar. Ni si quiera lo habías hecho con Steven ni Jake porque no sabías si ellos sabían acerca de eso.

–No tiene que ser ahora si no quieres. Yo solo...–Agachó la cabeza soltando un suspiro y dejando su copa a un lado, para luego volver a mirarte y acercarse a ti para tomar tus manos con delicadeza.–T/N yo cometí un error aquel día. Y muchas veces más antes que eso.

Yo sabía que no te veía como solo a una amiga, pero aún así me resistí a ello y traté de convencerme a mi mismo de que no era así. Que lo único que éramos, era amigos. Pero después de ese día que no te vi más, me di cuenta de que no era así. Pero de todas formas me casé con Layla, aunque no durara mucho tiempo.

Y ahora qué te volví a encontrar yo... no quiero dejar pasar esa oportunidad otra vez. Tengo muy claro que puede que ahora ya sea muy tarde y tú no quieras nada conmigo. Pero solo necesitaba hacerte saber esto. Necesitaba hacerte saber que yo también te amo de la misma forma en que tu lo hiciste cuando me lo dijiste, incluso más.

Entiendo que tal vez ahora no quieras verme, y eso está bien. Eso no va a impedir que puedas seguir viendo a Steven y Jake. Yo puedo darles su espacio si así lo quieres. Pero necesitaba que supieras eso.–Te dijo con una prqueña sonrisa y tragando el nudo que se le formó en la garganta, viendo hacia tus manos para luego levantar la vista y ver a tus ojos llorosos.

–¿De verdad me estás diciendo esto ahora?–Le preguntaste con la voz temblorosa y pequeñas lágrimas corriendo por tus mejillas.

–Bueno... en mi defensa siempre dijiste que era un idiota.–Te dijo con una pequeña sonrisa.

–¿Qué piensan Steven y Jake acerca de esto?–Le preguntaste sin quitarle la vista de encima.

–No sé si sea correcto que yo te lo diga... pero los dos se sienten igual que yo por ti. Los tres te amamos, T/N T/A. Más que a nuestras propias vidas.–Te dijo sin poder contener las lágrimas que silenciosas caían de sus ojos.

Inhalaste profundamente para luego tomar su rostro con ambas manos y estrellar tus labios con los suyos.

Marc casi pierde el equilibrio y se afirmó en el mesón con sus manos a cada lado de tus piernas, para luego dejar una mano en tu cadera y la otra en tú mejilla.

Ambos se besaron con pasión y desesperación mezclados, con lengua, dientes y saliva por todos lados. Era un beso que los dos llevaban muchísimo tiempo esperando poder tener, y ahora por fin lo habían conseguido.

Abriste tus piernas ligeramente para dejarlo en medio y atraparlo entre ellas, enrollándolas en su cintura y pegándolo más a ti, mientras llevabas tus manos a su cabello para desordenarlo y las de Marc recorrían toda tu espalda hasta tu trasero para acercarte más.

Ya los dos se estaban quedando sin aire, y a pesar de no querer separse, tuvieron que hacerlo quedando a centímetros del rostro del otro, respirando agitados y sin moverse de sus pociones.

Tus manos estaban en su cuello acariciando su mandíbula, y las suyas en tu espalda, ambos viéndose a los ojos.

–No te imaginas el tiempo que llevaba deseando poder hacer eso.–Le dijiste con una gran sonrisa, acariciando su mandíbula con suavidad.

–Yo también esperé mucho por eso.–Te respondió reflejando la misma sonrisa, tomando tu mano con la suya para llevarla a su boca y besarla con suavidad.–¿Quieres hacerlo otra vez?

–Te besaría todo el día si me lo permitieras.–Reíste ligeramente, pasando tu nariz por la suya.

–Claro que te lo permito. Puedes hacerlo cuando quieras.–Dijo con una gran sonrisa, para después volver a besarte mientras sus manos recorrían tu cuerpo sin descaro, al igual que las tuyas.

–¡Oye culero hiciste trampa! Nosotros dos queríamos a la dama mucho antes que tu te dieras cuenta de que también querías lo mismo, hijo de tu perra pinche madre.–Se quejó Jake desde el reflejo de la ventana de la cocina junto a ustedes, aunque a Marc no le importó mucho mientras comenzaba a quitarte la playera.

–Por mucho que opine igual que tú, Jake. Lo mejor será que les demos privacidad, ya tendremos nuestro turno.

–¡ME LAS VAS A PAGAR, MAMÓN! ¡¿ME ESCUCHASTE?! ¡NOSOTROS IBAMOS ANTES QUE TU HIJO DE TU PUTA MADRE! ¡BURRO SARNOSO CON CARA DE VERGA! ¡TE VA A TOCAR PERDER Y NO TE VA A GUSTAR! ¡ME LAS VAS A PAGAR BIEN CARO, CULERO DE MIERDA!–Le gritó mientras Steven lo arrastraba de la parte de atrás del cuello de su chaqueta hacia el espacio mental, a la vez que ustedes dos ya tenían las ropas olvidadas en el suelo hacía rato.