Obra aburrida (OSCAR)*
Prólogo: Oscar y tu se aburren en la obra de teatro a la que fueron invitados, así que comienzan a hacer otras cosas.
Advertencia: Fingering, masturbacion, praise (elogios?), masturbacion pública.
Oscar y tu habían sido invitados a una obra de teatro en la cual eran parte de los invitados especiales.
¿El problema?
Es que estaba demasiado aburrido y ya querían irse ni bien habían pasado los primeros veinte minutos.
–Oscar...–Susurraste apoyando tu mentón en su hombro, mientras él tenía su mano izquierda en tu pierna por el corte de tu vestido largo.
–¿Sí, querida?–Respondió en voz baja, inclinando la cabeza ligeramente hacia ti.
–Me quiero ir...
–Yo también...–Susurró de vuelta mientras reía ligeramente, dejando un beso en tu cabeza.
–Entonces vámonos.–Pusiste tu mano sobre la suya que estaba en tu pierna.
–Sabes que no podemos hacer eso.–Llevó tu mano a sus labios para besarla y después seguir viendo la obra desde donde estaban sentados en una esquina bastante escondidos en la galería de los invitados especiales.
–Sí, pero tengo hambre. Y no de comida exactamente.–Tomaste su mano y la subiste por tu pierna.
–¿Ah si?–Te preguntó volteándose hacia ti mientras subía su mano hasta tus bragas para acariciarte por encima de la tela.
–Mhm...–Soltaste un pequeño gemido mordiendo tu labio inferior, enterrando tus uñas en su brazo.
Oscar con sus dedos hizo a un lado tu ropa interior y llevó su dedo pulgar a tu clítoris, mientras los otros separaban y jugaban con tus pliegues.
–Sí logras pasar toda la obra sin hacer un solo ruido, querida, entonces tendrás una gran recompensa de vuelta en casa.–Te susurró al oído, para después dejar un beso en tu cabeza.–¿Entendido?
–Sí...–Soltaste un suspiro mientras llevaba uno de sus dedos dentro de ti y el pulgar seguía donde mismo.
Comenzó a estimularte con ambos dedos antes de añadir el segundo dentro de ti, doblándolos ligeramente justo de la manera que más te gustaba.
Inhalaste profundamente conteniendo el aire por unos segundos al sentir lo que estaba haciendo, para después ir soltando de a poco y no gemir en el proceso.
Oscar se veía tan tranquilo viendo la obra, que pensaste en porqué no tal vez ayudarlo también.
Al fin y al cabo, ese era un juego en el que dos podían participar.
Aprovechando la oportunidad de que tenía su chaqueta en las piernas, pasaste tu mano derecha por debajo hasta llegar a sus pantalones y desabrocharlos lo más rápido que podías.
Se acercó a tu oído donde estabas sentada viendo hacia el frente con sus dedos aún jugando dentro de ti.
–¿Qué es lo que planeas hacer?–Te preguntó viéndote atento.
Tu solo sonreíste maliciosa mordiendo tu labio inferior para suprimir un gemido, pasando tu mano por debajo de su ropa hasta llegar a su miembro que comenzaba a erectarse.
Empezaste a masajearlo en sincronía con sus dedos, dándole un pequeño apretón que le hizo contener el aire para no gemir.
Ambos estaban sentados viendo hacia el frente intentando disimular lo mejor que podían.
Oscar comenzó a mover sus dedos dentro y fuera de ti cada vez más rápido haciendo que casi te sacaras sangre mordiendo tu labio, mientras tú aumentabas la velocidad también del movimiento de tu mano.
Querías tanto poder gemir fuertemente, pero aún seguían en el teatro y había mucha gente alrededor.
Llevaste tu mano izquierda al brazo de Oscar para apretarlo mientras te corrías en sus dedos, a la vez que movías la otra mano justo de la manera en la que sabías a él le gustaba.
No pasaron muchos segundos después de tu orgasmo que Oscar se corrió en tu mano, conteniendo lo más que podía sus gruñidos y ganas de gemir, mordiendo la parte interna de su boca.
Una vez sus orgasmos pasaron y recuperaron un poco el aire, Oscar sacó lentamente sus dedos de ti y volvió a acomodar tus bragas, mientras tú hacías lo mismo en él.
Disimuladamente sacaste de tu pequeña bolsa dos pañuelos de papel para limpiarse las manos, pero cuando se lo ibas a entregar a Oscar, le viste lamerse los dedos para después tomar el pañuelo.
–Deliciosa como siempre.–Susurró acercándose a ti para besar tu mejilla, tu aún sin palabras.
–G-gracias... supongo...–Soltaste una pequeña risa confundida mientras te limpiabas la mano.
Aún con la chaqueta en sus piernas, Oscar se acomodó los pantalones y los abrochó mientras tú también estirabas tu vestido y te acomodabas.
Se volvió acercar a tu oído dejando nuevamente su mano en tú pierna para darle un pequeño apretón que te hizo morder tu boca por la parte interna.
–Cómo recompensa por ser tan obediente, de vuelta en casa vas a recibir tu premio, mi vida.–Habló en voz baja para después dejar un beso en tu mejilla, mientras que te sonrojabas y una sonrisa se dibujaba en tu rostro.
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