No el mejor momento (JAKE)

Prólogo: Jake te confiesa sus sentimientos en medio de una misión.

Maria__Lockley_GS_
En este oneshot, eres avatar de Horus.

Jake y tu estaban ocupados. BASTANTE ocupados.

Khonshu y Horus los habían enviado a una misión a un muelle para detener a una organización de trata de blancas, las cuales habían llegado aquella noche a la ciudad.

Eran más o menos treinta hombres, todos esparcidos por distintos lugares. Así que también haciendo uso de las habilidades que tu traje te concedía, la agudización de tus sentido, en especial la vista, pudieron derribar unos cuantos.

Pero en esos momento, se encontraban peleando contra cinco hombres cada uno.

Jake también tenía puesto su traje, y a pesar de estar partiéndole los huesos a unos hombres, lo único en que podía pensar, era en confesarte sus sentimientos.

¡Mi dama!–Te llamó a la vez que le partía el cuello a unos de sus cinco tipos.

–¡Dime!–Respondiste con los dientes apretados, dejando inconsciente a uno de los cinco hombres tuyos.

¡Sé que éste es el peor momento para decirle esto, pero ya no me lo puedo seguir aguantando!–Siguió peleando contra otros dos cuerpo a cuerpo, a la vez que los dos restantes también se sumaban.

–¡¿No puede ser más tarde?!–Le quitaste el arma a uno, y le disparaste en la pierna para hacer que cayera al suelo y así poder ocuparte de los otros tres.

¡Puta madre! ¡Ahora sí me hiciste enojar, mamón!–Exclamó cuando uno le golpeó en el rostro, y siguió peleando y conversando contigo.–¡No, mi reina! ¡No puedo decírselo en otro momento porque es ahora que me siento seguro de hacerlo!

–¡Bien, entonces te escucho!–Derribaste a otros dos, al igual que Jake.

¡No sé cómo chingados empezar, así que simplemente se lo voy a decir! ¡Me enamoré de usted, mi dama!–Dijo mientras dejaba caer uno al suelo, y le faltaba otro.

–¡¿Qué?!–Exclamaron tu y el hombre contra el que estabas peleando.

Lo tenías arrodillado en el suelo, sujetándolo para que no se cayera del cabello, él sangrando y tú de pie junto a él.

–¡Amigo! ¡¿Sí te das cuenta de que estás en medio de una pelea?!–Le preguntó el tipo que tenías sujeto del pelo.

¡Créeme que lo sé!–Le pateó el rostro al hombre que le quedaba, y ya todos estaban en el piso. Inconscientes o muertos, esa ya era otra historia.

Jake se acercó a ti y tomó tu mano libre en la suya.

...pero ya no podía seguir ocultándolo, mami. Necesitaba decírselo.–Te dijo sonriendo debajo de la máscara, sin importarle que tu no pudieras verle.

–No es así como creí que acabaría mi noche, pero sin duda es más interesante que las novelas que ve mi abuela.–Dijo el tipo, volteando el cuello lo mejor que podía para verlos.

Cállate, pendejo. Quiero saber qué dice la dama.–Se quitó la cáscara y te quedó viendo directamente a los ojos.

Tu también hiciste desaparecer tu máscara y sin soltar al tipo, le quedaste viendo fijamente a la cara, una pequeña sonrisa formándose en tu rostro.

–Señorita, ¿puede ya responder? Me tiene con la intriga de saber qué—

Ya cierra el pinche hocico, mamón. Nadie pidió tu opinión, chismoso entrometido.–Jake le dio un golpe en el rostro que le hizo caer inconsciente.–¿Entonces, mi dama? ¿Qué me dice? ¿Me dejaría llevarla a una cita?

¡¿Qué crees que estás haciendo, gusano?! ¡Te enviamos a una misión, no a profesarle amor a tu compañera!–Se quejó Khonshu desde donde estaba de pie junto a Jake, pero éste no lo escuchó.

Mejor vámonos de aquí, demosles espacio.–A pesar de que Jake no podía ver a Horus, como tu a Khonshu, ellos si se podían ver entre ellos.

Horus soltó una pequeña risa mientras hablaba y puso su mano en el hombro del otro dios, haciéndole caminar lejos de ahí para desaparecer en la oscuridad de la noche.

No podías decir una sola palabra, lo cual hacía a Jake cada vez más nervioso. Y cuando te iba a decir algo, tomaste su rostro con ambas manos, y estrellaste tus labios con los de él.

Jake te abrazó por la cintura y te pegó más a él, tomándote en sus brazos y caminando hacia la pared más cercana para pegarte contra ella. Afirmándote con la mano izquierda y la derecha apoyada en la muralla, mientras tú desordenabas su cabello.

Cuando comenzaron a quedarse sin aire, se separaron ligeramente respirando agitados, y quedando a centímetros el uno del otro.

–Fue una pésima forma de confesar tus sentimientos, pero yo también siento lo mismo.–Le dijiste con una gran sonrisa y entre fuertes respiraciones.

Perdón, es que entre en pánico.–Soltó una pequeña risa, sin moverse de donde estaba.–Usted tiene ese poder en mi, mami. Y ni si quiera se da cuenta. Puede pedirme lo que sea, lo que usted quiera, y yo lo voy a hacer sin cuestionar nada.

–¿Lo que yo quiera?–Le preguntaste con voz y sonrisa coqueta, pasando tu nariz por la suya.

Por supuesto... lo que usted quiera...–Bajó la vista a tus labios, y le besaste nuevamente con pasión, jalando su cabello y haciéndole gemir.

Escupiste en su boca en mitad del beso, lo cual le hizo soltar un pequeño gruñido. Además de que pudiste sentir cómo comenzaba a crecer en tu entrepierna, pegándolo imposiblemente más cerca a ti con tus piernas alrededor de su cintura.

–Tengo una idea de lo que quiero que me hagas a mi...–Susurraste en su boca, sin dejar de jalar su cabello, y acariciando su mejilla con tu otra mano.

Usted pida, mi dama, y lo va a tener. Sus deseos son órdenes para mi.–Te dijo viéndote a los ojos, antes de que volvieras a besarle con pasión, y ambos hicieran desaparecer sus pantalones.

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