Nervioso y tartamudo (MARC)

Prólogo: Marc no sabe cómo reaccionar cuando le traes un obsequio de la salida con tus amigas.

JoselineGutierrez6

No es ningún secreto que Marc no está acostumbrado a las demostraciones de cariño, ni que mucho menos la gente se preocupe por él. Aparte de Jake y Steven, claro.

Por lo que cuando comenzó a salir contigo, le tomó un poco de tiempo el poder acostumbrarse a tu cariño y que de verdad te interesaba su bienestar. Y cada vez que le obsequiabas algo o le hacías algún cumplido, Marc no podía evitar sonrojarse. Lo cual se te hacía muy tierno.

Aquella tarde habías salido con una amigas, y Marc se quedó en el departamento ya que tenía el día libre de su trabajo y era su turno de tener el control.

Estaba sentado en el sillón frente al televisor mientras bebía una cerveza cuando abriste la puerta del departamento.

–¡Ya llegué!–Dijiste cerrando y con ambas manos llenas de bolsas.

Podrías haberme dicho que irías a la tienda y te encontraba ahí para que no tuvieras que cargar con todo esto tu sola.–Se te acercó y tomó las bolsas, dejándolas en la mesa de la cocina.

–Sí, pero yo soy una mujer fuerte, Spector. Que no se te olvide.–Le dijiste con una sonrisa, pasando tus brazos por su cintura, haciendo que él también sonriera y te besara con delicadeza.

¿Cómo estuvo tu día? ¿Te divertiste con tus amigas?–Acarició tus mejillas, ninguno de los dos moviéndose de donde estaban.

–Así si es. ¡Y mira! Te traje un regalo.–Te apartaste un poco para sacar algo de una bolsa.

Linda... no tenías que traerme nada...–Rió nervioso.

De la bolsa sacaste un tulipán, la flor favorita de Marc y un trozo de pastel que le gustaba de la cafetería a la que fuiste.

–Para ti.–Le entregaste las cosas con una gran sonrisa y un brillo en los ojos.

Marc se sonrojó y comenzó a reír nervioso, sin saber realmente qué hacer con eso.

Y-yo... b-bueno, l-linda... muchas... m-muchas gracias... n-no tenías... no tenías que molestarte, d-de verdad...–Tartamudeó riendo nervioso, de vez en cuando aclarando su garganta y con las cosas en sus manos.

–¿Entonces te gustó?

¡! Me... m-me encantó. Es... e-es maravilloso, y-y muy hermoso. De verdad...–Volvió a soltar un risita.

–Marc. Te amo.–Dejaste un beso en su mejilla, y después uno en sus labios.

Dios no sé qué hice para merecerte...–Soltó el aire que se estaba aguantando, dejando las cosas a un lado para después besarte con pasión y abrazarte al mismo tiempo.

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