Miedos de un taxista (JAKE)
Prólogo: Continuación de la frase 041.
Emma_Est
Narcissa_505
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SweetNut1807love
robot_of_hell
Desde aquella discusión que tuvieron, comenzaste a evitar a Jake lo máximo posible, y él lo notó. ¿Cómo no hacerlo?
Comenzaste a llegar más tarde del trabajo, y por las mañanas te levantabas extremadamente temprano para irte antes que él, tomabas turnos y cirugías extras en el hospital para pasar menos tiempo en el departamento, y más.
Ésta nueva rutina estaba matándolos a los dos, pero de momento, es lo único que podían hacer.
—————
Una noche que Jake sabía habías escogido cirugías extras durante el día, te esperó despierto hasta muy tarde a que llegaras para poder hablar contigo.
Para explicarte todo lo que pasaba por su cabeza, y de que tenía miedo denperderte.
Estaba sentado en el sillón con los codos apoyados en sus rodillas, simplemente viendo al suelo, ni si quiera estaba fumando.
Cuando te escuchó insertar la llave del otro lado, dio un salto del sillón y abrió la puerta.
–Buenas noches, mi dama...–Te saludó tragando el nudo que se le hizo en la garganta de tan solo verte.
–Hola.–Pasaste por su lado para entrar y quitarte los zapatos.
–La estaba esperando, necesito hablar con usted.–Te dijo sacándote la pesada mochila de la espalda y dejarla en el mesón.
–¿Ahora si quieres hablar?–Tú voz demostraba indiferencia, sin embargo tratabas de ocultar tus ganas de llorar. Aunque el sueño y cansancio que tenías ayudaba a no demostrarlo.
Tomaste tu mochila y zapatos para ir hasta la habitación donde dejaste las cosas en la cama, para luego tomar tú pijama y entrar al baño a darte una ducha.
Jake se sentó en la cama y esperó pacientemente a que salieras del baño. Por ti esperaría hasta el fin del mundo, y tampoco se iba a rendir así de fácil.
Te necesitaba tanto como se necesita del aire para vivir. Tal vez era exagerado, pero te volviste la parte más importante para él y su razón de querer seguir viviendo.
Cuando volviste a abrir la puerta del baño, ya estabas en pijama, y viste a Jake sentado en la cama, esperando por ti.
–No te vas a rendir tan fácil, ¿o si?
–No. No puedo perderla así como así por pendejadas que pienso y por mi manera tan verga de comportarme con usted.–Se puso de pie y te habló viéndote a los ojos, jugando nervioso con sus manos.
Soltaste un suspiro y te acercaste a la cama para dejar tus cosas en una silla, y luego sentarte de tu lado de la cama.
–Bien, te escucho.
Jake se dio la vuelta y se sentó frente a ti, sintiendo su corazón latir con fuerza.
–M-mi dama yo... l-le quiero pedir perdón...–Su voz comenzó a quebrarse y los ojos se le llenaron de lágrimas, viendo hacia abajo tratando de evitar tu mirada.–Le pido perdón por tratarla de la forma en que lo hice, fue un error gigantesco.
Usted es lo que más amo en el mundo, y-y me dio miedo que... m-me dio miedo de que saliera lastimada p-por mi culpa y las cosas que hago. E-entonces pensé que sería mejor si la trataba de esa forma para que así usted rompiera conmigo, y no tener que hacerlo yo.
Llámeme cobarde, y todas las cosas que quiera... pero por favor perdóneme.–Sollozó tomando tus manos, dejándolas en su regazo y pegando su frente en ellas, aferrándose como si su vida dependiera de ello.
Tu ya tampoco podías contener las lágrimas más tiempo, así que te acercaste a él y lo abrazaste, dejándolo llorar en tu hombro mientras acariciabas su espalda.
–Perdóneme, mi dama... perdóneme. Fui un imbécil, jamás debí tratarla así...
–Shhh... tranquilo... está bien...–Te recostaste en la cama, dejándolo a él encima de ti con su rostro en tú cuello.–Pero por favor, para la próxima no me alejes. Déjame ayudarte... sé que te da miedo que me pase algo, pero yo también puedo cuidarme sola.
–Perdóneme, mi vida... se lo prometo. Le prometo que esto nunca más se va a repetir... yo la amo demasiado...–Dijo ya un poco más calmado, dejando besos en tú cuello.
–Ya... tranquilo.–Besaste su mejilla, acariciando su espalda y rascando su cabeza para ayudarle a que se relajara, mientras él cerraba los ojos murmurando disculpas y diciéndote cuanto te amaba.
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