La mejor *** de su vida (JAKE)*
Prólogo: Jake asiste a la boda de la novia de tu papá Tont Stark, la cual no sabías era su ex. Pero las cosas terminan en algo mucho más distinto en su habitación de hotel.
Advertencia: EXPLICITO. Dom!Jake, sub!lectora, fingering, múltiples orgasmos, sexo anal, sexo vaginal, smut, sexo sin protección, masturbación, sobreestimulación, ahorcar, sexo contra la pared, restricciones, marcas, mordidas, dirty talking, burlas, elogios, nalgadas, jalar el cabello, alusión a ser descubiertos, Jake no se quita los guantes PARA NADA, squirt, sexo oral, cum eating, cock warming. Y ya no me acuerdo qué más, disfruten 😎👍🏻
Jake había sido novio de nada más y nada menos que la única y sin igual Natasha Romanoff, aka, Black Widow. Aunque las cosas no funcionaron y ambos decidieron que terminar sería lo mejor, pero quedaron en buenos términos. De hecho, eran bastante amigos.
Tiempo después te conoció a ti, la hija del mismísimo Tony Stark.
Jake había sido contratado por Tony para que fuera tu chófer y guardaespaldas en Londres donde te ibas a hacer cargo de los negocios de la familia por un tiempo.
Y en ese tiempo, Jake y tu comenzaron una relación basada en solo sexo, pero tiempo después terminaron confesando su amor por el otro y así es como decidiste quedarte a vivir en Londres con él.
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Más o menos un año después de todo eso, te encontrabas en Nueva York visitando a tu papá y a su prometida, con la cual se casaría durante el tiempo en que estuvieras ahí.
La boda se celebraría al aire libre, por lo que después de todo el tema de caminar al altar y eso, ya todos estaban en la fiesta.
Tu te encontrabas bebiendo una copa de champaña junto a una mesa con los aperitivos que más te habían gustado, cuando un par de manos tomaron tu cintura por detrás, así que sacaste un cuchillo rápidamente que tenías escondido en el cinturón de tu conjunto.
–Tranquila, mami... me alegra ver que sigue mis consejos, pero no se preocupe que soy yo.–Te susurró al oído con su distintiva sonrisa.
–¡¿Jake?! ¿Qué estás haciendo aquí? Creí que estabas en Londres.–Exclamaste dándote vuelta con el ceño fruncido y volviendo a guardar el pequeño cuchillo donde estaba.
–La novia es mi ex y me invitó.–Te dijo como si fuera lo más normal del mundo, tomando tú copa y bebiendo todo el contenido para después dejarla en la bandeja de un camarero que iba pasando por ahí.
–¿Natasha y tu estuvieron juntos?–Le preguntaste confundida.
–Sí pero no duró mucho. Terminamos siendo amigos, 'pa serle sincero. Me envió la invitación hace un par de días atrás y quise sorprenderla aquí.–Te dijo tomando ambas de tus caderas con sus manos y acercándote a él, viéndote a los ojos con su tan distintiva sonrisa.–Y déjeme decirle, mi dama, que se ve bellísima. Nadie se le compara, ni si quiera la novia, pero no le diga a nadie.–Te susurró al oído.
–Tú tampoco te ves tan mal... aunque debo admitir que extraño la boina.–Le dijiste con una sonrisa coqueta, acomodando su traje y camisa.
–¿Qué le parece si nos vamos de aquí? Tengo el auto cerca de aquí...–Te susurró al oído, mordiendo ligerament la zona.
Miraste alrededor de ustedes por unos segundos antes de tomar su mano.
–Te sigo.–Una gran sonrisa se formó en el rostro de Jake y te guió hasta su coche que había rentado.
Una vez allí, abrió la puerta para ti, sin borrar la sonrisa de su rostro.
–Adelante, bella dama.–Te dio una nalgada mientras te subías, y luego dio la vuelta para subirse en el asiento del conductor.
Encendió el coche y comenzó a conducir, dejando su mano derecha en tu muslo y subiendo poco a poco por el corte que tenía tu vestido.
Pasó dos de sus dedos por tus bragas, soltando una pequeña risita al sentir tu humedad a través de la tela.
–Uy señorita... ni la he tocado y ya está mojadisima...–Dijo con la vista pegada en el camino, mientras hacía tus bragas a un lado y pasaba sus dedos por tu parte baja y tu abrías más las piernas.
–Sabes que es solo por ti...–Dijiste agitada sintiendo cómo insertaba un dedo en ti, sus guantes aún puestos.
–Hagamos un trato, mi vida. Si uste' se viene antes de que lleguemos a mi hotel, le voy a dar la mejor cogida de su vida.–Se volteó hacia ti en la luz roja, metiendo su otro dedo en ti y moviéndolos dentro y fuera de ti a una velocidad tortuosamente lenta.–¿Qué le parece?
–Trato...–Respondiste con la respiración agitada y dejando caer la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos.
–Así me gusta, bien obediente.–Con su otra mano volteó tu rostro por la barbilla y te besó forzando su lengua dentro de tu boca, llevando su pulgar a tu clítoris y haciéndote gemir en su boca.
Jake volvió a voltearse para comenzar a conducir una vez la luz estuvo en verde y te dejó completamente sin aire, mientras movía sus dedos un poco más rápido que antes.
Esa sensación en tu abdomen iba avanzando con lentitud al igual que sus dedos, y la desesperación por correrte era inmensa de tan solo pensar lo que ganarías después de eso.
–Ya vamos llegando, mi dama.–Te dijo casi que en un tono burlón, lo cual provocó que movieras tus caderas en sus dedos para ganar más fricción de la que estabas teniendo.
Jake seguía moviendo sus dedos lentamente, y aquella sensación en tu abdomen se fue haciendo cada vez más y más fuerte hasta que alcanzaste tu clímax y el orgasmo arrasó contigo, dejando sus dedos que tenían sus guantes puestos, cubiertos de tus fluidos.
Ni bien bajaste de aquella nube de placer y pudiste volver a tus sentidos, Jake había aparcado el coche en el estacionamiento y sacó sus dedos de ti para llevarlos a su boca y limpiarlos con su lengua, soltando un gemido de satisfacción.
–Siempre tan sabrosa, mami.–Murmuró con una sonrisa, dándose vuelta hacia ti para con su mano izquierda tomar tu mandíbula con fuerza y voltearte hacia él, tu aún tratando de regular tu respiración.–Y ahora como se corrió antes de que llegáramos, le voy a recompensar cogiéndola tan duro, le voy a dar tantos orgasmos, que mañana no se va a ni poder levantar y se va a olvidar hasta de su nombre.–Te habló con voz ronca a centímetros de tu rostro.
Si ya de por sí te estaba costando poder pensar, no podías ni imaginar con qué te ibas a encontrar después.
Jake besó tus labios con una delicadeza muy distinta a la de sus palabras y se bajó del auto para luego darse la vuelta y desabrocharte, acomodando tu vestido y luego te ayudó a bajar, dejando su mano en tú espalda baja y guiándote hasta dentro del hotel al elevador.
Jake no hizo nada y mantuvo la compostura hasta que llegaron a la puerta de la habitación la cual abrió y te dejó entrar primero. Y cuando te volteaste hacia él, ya había cerrado y puesto el cartel de no molestar, para luego poner su mano derecha alrededor de tu cuello y besarte con desesperación hasta que tu espalda chocó con la pared.
Enredaste tus manos en su cabello y jalaste de él haciéndole jadear, y te quitó las bragas antes de tomarte en sus brazos, levantándote contra la pared y subiendo tu vestido.
Tus manos fueron rápidamente a su cinturón y lo desabrochaste, bajando sus pantalones en tiempo récord y tomabas su erección en tus manos para moverla a lo largo de ésta.
Jake comenzó a besar tu cuello soltando gruñidos llevando su mano derecha a tu espalda para desabrochar el vestido y después te lo quitó. Inmediatamente desabrochó también tu brasier y lo lanzó a él otro lado de la habitación, y con lo único que te quedaste fue con tus zapatos altos.
–¿'tá lista para recibir la cogida de su vida, mi amor?–Te preguntó con sus labios hinchados rozando con los tuyos, pasando su punta por tu clítoris y luego llevándola hasta tu entrada.
–Papi por favor ya...–Te quejaste agitada y desesperada por tenerle dentro tuyo.
Jake soltó una pequeña risa antes de embestirte de una sola vez y tocar fondo, haciéndote gemir alto y enterrando tus uñas en sus hombros.
Ni si quiera te dio tiempo para acostumbrarte y comenzó a bestirte a una velocidad brutal y salvaje haciendo que sus cuerpos chocaran con fuerza y crearan un obsceno sonido.
–¿Le está gustando, mi dama?–Te preguntó con la voz ronca y agitada, moviendo su mano izquierda hacia donde sus cuerpos se conectaban y comenzó a estimular tu clítoris con velocidad.
Aún seguías sensible por tu primer orgasmo, por lo que el segundo no tardo tanto en hacerse presente dentro de ti y ya te estabas corriendo alrededor de Jake.
Tu segundo orgasmo fue vergonzosamente rápido, pero a Jake parecía no importarle al salir de dentro de ti y dejarte en el suelo, dándote vuelta y haciéndote apoyar las manos en la pared, tomando tus caderas y elevar tu trasero, con su pie haciéndote abrir más las piernas.
Volvió a entrar en ti de una sola vez y comenzó a moverse salvaje y fuerte dentro y fuera de ti.
–Yo sé que puede darme otro más, mami. Uste' puede, yo lo sé. No se contenga, su chófer la va a cuidar muy bien, uste' sabe que si.–Gruñó embistiéndote con fuerza, tomando tú cabello con su mano derecha haciendo que arquearas la espalda y hablándote al oído, mientras que su mano izquierda apretaba con fuerza tu cadera, dejando marcas a pesar de tener los guantes puestos.
–Ja-jake...–Gemiste sin realmente poder hacer ni pensar en nada más.
Tus piernas temblaban y tus manos de vez en cuando se resbalan de la pared, Jake tenía tu cabello en su mano haciéndote arquear la espalda lo cual le permitía llegar más profundo.
–¿Qué quiere, mi vida? Uste' dígame y yo lo hago. Uste' sabe que haría cualquier cosa para verla feliz.–Besó tu hombro sin dejar de moverse.
–Qui-quiero... más fuer.... ¡mierd-da no pued-do hab-lar!–Dijiste muy agitada y con los ojos cerrados.
–No se preocupe que yo me hago cargo de usted.–Rió ligeramente dejando ir tu cabello, saliendo de dentro de ti para guiarte a la cama al dejarte en cuatro con el rostro pegado en la almohada, y él arrodillado detrás tuyo después de haberse quitado los pantalones y lo que le quedaba de ropa.
Te dio una fuerte nalgada y entró en ti nuevamente, volviendo a moverse rápido y con fuerza salvaje.
Con ambas manos separó tus mejillas traseras, gimiendo ante la vista que tenía desapareciendo dentro de ti y sus testículos chocando contra tu trasero.
–Hijo 'e su madre, dama... se ve tan hermosa así... en cuatro solo 'pa mi y nadie más. Dejándome meter mi verga hasta el fondo suyo sin quejarse.–Gruñó dándote otra nalgada y volviendo a jalar de tu cabello para hacerte arquear la espalda.
Dejó besos por toda tu columna y luego dejó ir tu cabello tomando ambas de tus manos, haciendo que tu rostro cayera en la almohada y las sostuvo en tu espalda sin dejar de moverse con salvajidad.
Eras un completo desastre, tu maquillaje estaba corrido por las lágrimas que salían de tus ojos y tu labial por los besos que se habían dado, con un hilo de saliva cayendo de tu boca. Tu cabello estaba por todas parte desordenado y no podías ni si quiera pensar en que tal vez los estarían escuchando.
Pronto esa sensación en tu abdomen se hizo presente por tercer vez esa noche y te corriste otra vez sin aviso alguno, tus fluidos chorreando por tus muslos.
–Ay mami... ya ni si quiera puede usar sus palabras para avisar.–Se burló ligeramente riendo, dejando ir tus manos y salir de dentro de ti para darte vuelta, dejando tu espalda en la cama.
Tu respiración estaba agitada y no podías pensar en nada, y el saber que aún no se había corrido ni una sola vez era demasiado.
Jake tomó tu pierna derecha y la acarició mientras dejaba besos en ella y luego desabrochó tu tacón para lanzarlo al otro lado de la habitación, repitiendo la misma acción con tu otra pierna.
Una vez quitó ambos tacones, besó tus rodillas y dejó tus piernas en sus hombros, tomando tus manos con la suya derecha y sujetándolas sobre tu cabeza viéndote fijamente.
–¿Quiere parar o todavía tiene más para darme?–Te preguntó pasando su ereccion por tu entrada.
–M-más por f-favor...–Le dijiste entre respiraciones agitadas y viéndole a los ojos.
–Tan insasiable que me salió, mi vida...–Rió con ligereza antes de entrar de una forma más suave en ti, haciéndote arquear la espalda pegando tus senos a su pecho.
Jake llevó tu pecho izquierdo a su boca mientras entraba poco a poco y comenzó a succionar y morder, jugando con su mano con el otro y luego cambió para hacer lo mismo en tu pecho derecho.
Una vez estuvo completamente dentro, te dio unos segundos para poder acostumbrarte dejando besos en tú cuello y pecho con marcas a su paso.
Pronto comenzaste amover tus caderas contra las suyas, buscando esa fricción y movimiento que tanto necesitabas, lo cual no pasó desapercibido por él.
Jake comenzó a moverse una vez más en ti, poco a poco ganando más velocidad y gruñendo con más y más frecuencia en conjunto de tus gemidos.
Para éste punto ya estabas demasiado sensible y no te avergonzaba para nada que tu orgasmo avanzara con esa inimaginable rapidez.
Al sentir tus paredes contraerse a su alrededor, Jake mordió con fuerza tu pierna izquierda antes de dejar un beso en la zona y dejó ir tus manos, arrodillándose ante ti y sujetando tus piernas en sus hombros, moviendo sus caderas con muchísimas más rapidez.
Llevaste tu mano derecha a tu clítoris y la otra comenzó a apretar tu pecho haciéndote gemir al instante.
–Eso dama... j-juegue con uste' misma que se ve— ¡chungada madre! Se ve bellísima.–Gimió cada vez más agitado, cayendo encima de ti pero alcanzó a sujetarse con su mano derecha en la almohada junto a tu cabeza, llevando su mano izquierda a tu otro pecho para apretarlo.
–Ja-jake me voy a—. No pudiste terminar de hablar al momento en que Jake estrelló sus labios con los tuyos y forzó su lengua en tu boca, lamiendo y reclamándola como suya.
Todo tu cuerpo tembló y arqueaste tu espalda gimiendo alto en su boca mientras un squirt arrasaba contigo, haciendo que Jake sonriera en tu boca.
–Puta madre que me encanta cuando pasa esto.–Habló con voz ronca sin dejar de moverse, volviendo a arrodillarse y dejando tus piernas alrededor de su cintura, y tomando tus caderas con sus manos para dejarte quieta y embestirte con una brutalidad que estabas segura iba a dejar marcas y moretones en todos lados.
Ahora mismo estaba buscando su propio orgasmo mientras tú manos apretaban con fuerza las sábanas junto a ti.
En poco tiempo Jake se corrió dentro de ti, haciendo que su semen llegara lo más profundo que podía y dejando caer su cabeza hacia atrás mientras gemía con fuerza tu nombre.
Ya completamente vacío, dirigió la mirada hacia sus cuerpos conectados viendo sus fluidos chorreando por tus muslos.
Lentamente salió de ti y rió cansado viendo como su semilla chorreaba de tu cuerpo hacia la cama.
Llevó dos de sus dedos para empujarlo nuevamente dentro y luego los lamió.
–¿Le importa si la limpio, señorita?–Te preguntó con una sonrisa maliciosa y acercando su rostro a tu entrepierna, dejando besos en tus muslos y dejando tus piernas en sus hombros.
–A-adelante...–Dijiste agitada con los ojos cerrados.
Jake lamió tus muslos tragando sus fluidos hasta llegar a tu femineidad donde comenzó a lamer cada parte de ti, sus fluidos mezclados y llevando nuevamente dos dedos dentro de ti.
Arqueaste la espalda gimiendo y llevando tus manos para jalar de su cabello, apretando tus piernas alrededor de su cabeza y haciéndole gemir.
Su boca comenzó a succionar en tu clítoris mientras lamía los restos suyos mezclados.
Agregó un tercer dedo y los movía con rapidez dentro y fuera de ti, exactamente como sabía que te gustaba.
En poco tiempo estabas nuevamente retorciéndote bajo a él, gimiendo y corriéndote en su boca mientras Jake sujetaba con ambas manos tus muslos para dejarte quieta.
Ya más sobreestimulada no podías estar y Jake lo sabía, así que una vez tragó todo, se alejó de tu entrepierna lamiendo alrededor de su boca y sus dedos que habían estado dentro de ti, con una sonrisa arrogante en su rostro.
Se acercó a tu rostro dejando su cuerpo encima de ti y besó tus labios con pasión dejando que tu lengua explorara su boca sin vergüenza alguna, enrollando tu piernas a su alrededor y pasando tus manos por su cabello.
–Le dije que iba a ser la mejor cogida de su vida.–Te susurró pasando su nariz por la tuya.
–Sí que lo fue...–Reíste completamente sin aire.
–Ahora déjeme—. Jake intentó levantarse pero le abrazaste impidiéndole moverse.
–Por favor quédate aquí... necesito estar cerca de ti.–Le dijiste escondiendo tu rostro avergonzada en su cuello mientras él sujetaba su cuerpo en sus codos para no aplastarte.
Jake sabía a qué te referías.
–Lo que uste' quiera, mi vida.–Dejó un beso en tu frente y tomó su miembro ya más suave en su mano, guiándolo dentro de ti y ambos gimiendo ante la sensación.
Aún dentro de ti se recostó a tu lado y te pegó a su cuerpo, pasado tu pierna por su cadera para estar más cómodos, tu rostro en su pecho y ambos abrazados.
–Descanse dama, lo hizo muy bien, como siempre. Tan hermosa y buena para mi.–Te susurró mientras te quedabas dormida en sus brazos y su miembro hundido en ti, haciéndote sentir completa.
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