Prólogo: Un compañero de trabajo está interesado en ti y te lo hace saber, pero resulta ser que tu tienes gustos muy específicos como para aceptar salir con él.

Me inspiré en una parte de una canción llamada "My type", así que espero les guste 😊

–Sigo sin entender cómo es que rechazaste a Chris de contabilidad.–Te dijo Claire, tu compañera de trabajo en el museo.

Ella era secretaria en recepción y tú trabajabas en el departamento de administración en las oficinas del otro lado del museo.

Ambas estaban en el mesón de la recepción del museo que quedaba justo frente a la tienda de regalos charlando mientras llenabas unos papeles.–¡Es muy guapo! Literalmente TODAS, y me incluyo, se mueren por tener una cita con él. ¡Y tú tuviste la oportunidad y la desperdiciaste, T/N!

–Tengo mis razones, Claire.–Reíste ligeramente firmando unos papeles que tenías en frente de ti donde estabas de pie junto al mesón y tu compañera sentada en su silla al otro lado de éste.

–¿Y cuales serían esas razones, si se puede saber? Y de verdad espero sean valiosas porque nadie en su sano juicio rechaza a tal pedazo de hombre.–Te dijo apoyando ambos codos en el mesón para verte hacia arriba.

–Bueno, Claire. Soy una mujer que tiene gustos bastante específicos, los cuales no incluyen a Chris de contabilidad.–Le respondiste con una sonrisa, entregándole los papeles e inclinándote con ambos brazos apoyados en el mesón para verla.

–¡STEVIE! ¡LLEGAS TARDE OTRA VEZ!–Ambas escucharon a Donna gritar, haciendo que las dos se voltearan hacia ella viendo como Steven venía entrando y pasaba por detrás del mostrador mientras la otra le regañaba.

–Dios... no quisiera estar en su lugar. Ésta ya es la tercera vez en la semana que llega tarde, y siempre es la excusa del autobús o alguna muy falsa. Donna siempre lo está— ¿T/N me estás escuchando?–Te preguntó al voltearse hacia ti y darse cuenta de que no estabas prestando atención, si no que simplemente estabas viendo con una sonrisa a Steven buscar algo dentro de su pequeño bolso.

–Él es justo mi tipo.–Dijiste sin apartar la mirada de él y tomando tu pequeña mochila del mesón, comenzando a caminar hacia el mostrador donde trabajaba Steven.

–¡¿ÉL?! ¡¿Qué tiene de especial él?!

–Muchas cosas, Claire. Cosas de las que tu jamás podrías fijarte al estar tan interesada en "Chris de contabilidad"–Te volteaste hacia ella para hablarle con una sonrisa y después seguir hacia el mostrador.

–Maldita sea, dónde está...–Murmuró Steven molesto, aún revolviendo las cosas dentro de su bolso.

–Buenos días, Steven. ¿todo bien?–Le preguntaste con una sonrisa dejando tu mochila apoyada en el mostrador.

Al escucharte Steven levantó la vista confundido, pero luego su expresión fue reemplazada por una sonrisa al verte.

Todas las mañanas, o en las que podías, tratabas de ir y saludarle. Al principio se le hacía extraño y pensaba que no le estabas hablando a él, o que simplemente le estabas jugando una broma, pero con el tiempo se dio cuenta de que no era así y que realmente te interesaba saber de él.

–¡Oh hola, T/N! T-te ves... te ves muy linda hoy— no lo digo de una forma irrespetuosa ni nada por el estilo. Solo creo que ese color te-te queda muy bien y-y pues hoy te ves muy hermosa— no digo que los otros días te veas mal, no, claro que no, tu jamás podrías verte mal. Me refiero a que siempre te ves muy bien y—. Comenzó a hablar sin parar, haciéndote reír ligeramente.

–Gracias, Steven. Tu también te ves lindo, igual que siempre.–Le dijiste con una sonrisa, haciéndole sonrojar con ligereza y agachar la vista avergonzado.

–Te lo agradezco, pero no creo que con éstas ojeras me vea muy bien.–Rió dejando su bolso a un lado y ordenando unos pequeños snacks que habían encima.

–Yo diría que si, se te ven bastante bien.–Respondiste sin apartar la vista de él, haciéndole sentir nervioso.–¿Pero está todo bien? Parecía que se te había perdido algo.

–Oh tranquila, no es nada. Es solo que al parecer olvidé mi sándwich en casa, solo traje mi té y olvidé la mitad de mi desayuno. Pero más tarde iré a comprarme algo.–Rió señalando hacia su té para luego volver verte.

–Bueno, hoy es tu día de suerte porque traje otra merienda más.–Le dijiste sonriendo y buscando en tu mochila para sacar una pequeña bolsa.

–Oh no, no puedo aceptar eso, pero te lo agradezco.–Volvió a reír nervioso.

–Por favor, Steven. Traje otro sándwich más aparte de éste. Prometo que no tiene nada de carne. También viene un recipiente con fruta cortada y un pequeño pastelillo, ya sabes, para cuando tengas antojo de comer algo dulce.–Dejaste la bolsa sobre la mesa y tomaste tu mochila.–Ten un buen día, Steven.–Te despediste con una sonrisa y sin darle tiempo de decir nada antes de irte.

Steven se quedó debatiendo por unos segundos acerca de qué hacer. No sabía si ir detrás de ti y devolverte la merienda o quedársela.

Finalmente decidió abrir la bolsa y sacó un sándwich envuelto en papel de aluminio con una nota pegada a éste.

"Espero poder alegrar tu día como tu alegras el mío :)"

Una gran sonrisa se le dibujó en el rostro y removió la pequeña nota con cuidado para después guardarla en el bolsillo del interior de su chaqueta y así poder comer el sándwich.