Flores en el parque
Prólogo: Cuando los chicos rompieron contigo, no tenían idea de que estabas embarazada. Años después se encuentran contigo y tu hijo en el parque.
Si tienen ideas para la serie de las frases, pueden dejármelas por aquí, o en privado si así lo prefieren 💖
Los chicos te amaban con todo su corazón y alma. Incluso estaban dispuestos a dar su vida por ti de ser necesario. Aunque tenían miedo que por ser avatares de Khonshu, éste te lastimaría de alguna manera, o terminarías herida por culpa de ellos.
Por eso mismo, los tres llegaron al acuerdo en que deberían de terminar contigo. A pesar de que Steven creía que no era la única solución.
Lo que ellos no sabían, y que tampoco tuviste la oportunidad de decirles, fue que estabas embarazada de tres semanas al momento en que terminaron contigo. Y después de eso no los viste más.
—————
Ya habían pasado poco más de cuatro años de eso, y tú hijo ya tenía casi cinco.
Estabas sentada en una banca en el parque, viéndole a los lejos en las plantas, simplemente observando las flores y tomándolas con delicadeza pero sin cortarlas.
Tenías una sonrisa dibujada en el rostro viendo a tu hijo tratar con mucha delicadeza las plantas, y algunas mariposas que de vez en cuando se le acercaban.
–¿T-T/N?–Escuchaste a alguien decir detrás tuyo, haciendo que la sonrisa se te borrara al instante.
Te diste vuelta con el rostro pálido, levantándote de tu siento mientras él se te acercaba con una sonrisa, afirmando el bolso en su hombro.
–Steven...
–Que lindo verte... ha pasado bastante tiempo.
–S-si... casi cinco años.–Le respondiste tragando el nudo que se formó en tu garganta, mientras tenías una batalla interna dentro de tu cabeza en sí deseabas que se fuera, o se quedara y decirle acerca de la existencia de Liam.
–Es muchísimo tiempo... y aún así sigues igual de hermosa que la última vez que—. Te estaba hablando con esa sonrisa y mirada que tenía solo contigo, cuando un niño le interrumpió.
–¡Mami! ¡mami! ¡mami! ¡mida!–Ambos se voltearon hacia el pequeño que venía corriendo hacia ustedes.
Steven frunció el ceño al verlo y dirigió su mirada hacia ti, la cual notaste cambió a la de Marc.
Te agachaste ante tu hijo y le ofreciste la mejor sonrisa que pudiste forzar en ese momento.
–¿Qué pasó, mi vida?–Le preguntaste dejando tus manos en sus caderas con cariño.
–Encontdé ézta flod zola y botada en el zuelo, pero me parezió muy hedmoza para dejarla ahí, azí que te la quiedo obdzequiad.–Te dijo con dificultad al no tener sus dientes delanteros de arriba.
–Es hermosa, bebé. Muchísimas gracias.–Le dijiste con una sonrisa mientras Liam ponía la flor en tu oreja.
–¿Puedo id allá otda vez?–Te preguntó con una gran sonrisa.
–Claro que puedes, corazón. Pero quédate donde yo te vea.–Le dijiste dejando un beso en su frente y volviendo a ponerte de pie.
–¡Adióz mamá! ¡Te quiedo!–Exclamó mientras corría hacia donde estaba previamente.
–Yo te quiero más, mi pequeño.–Le dijiste con una pequeña sonrisa, para luego voltearte hacia Marc.–Intenté decírtelo.
–Entonces es nuestro.
–Sí... Liam es su hijo. Ese día que rompieron conmigo me enteré de que estaba embarazada. Me hice cinco tests en la mañana para estar segura, por eso fui a verlos. Iba a decirles que íbamos a ser padres, pero ni si quiera me dejaron decir hola cuando ya habían roto conmigo.–Agachaste la cabeza, tratando de contener las lágrimas ante aquel amargo recuerdo mientras jugabas con tus manos.
–¿Alguna vez pensaste en buscarnos y decirnos?–Te preguntó seriamente y sin apartar la vista de ti.
–Una vez. Cuando Liam nació fue que lo intenté. Incluso me contacté con Layla para saber si ella tenía alguna idea de donde pudieran estar, o que tuviera aunque fuera su número de teléfono. Resulta que ella no sabía nada de ustedes desde que habían firmado los papeles de divorcio.–Le explicaste levantando la vista para verle, con una sonrisa triste y ya con lágrimas corriendo por tus mejillas.–Después de eso supuse que era enserio cuando dijeron que no querían saber nada de mi.
–¿Cuánto tiempo tenía cuando supo que estaba embarazada?–La voz de Jake era suave y tranquila, y su mirada reflejaba una culpa y tristeza que jamás habías visto en él.
–Tres semanas...–Susurraste sin atreverte a seguir viéndole a la cara.–Liam sabe de que tiene tres padres viviendo en un mismo cuerpo. Sabe de ustedes tres, quien es quien, cómo diferenciarlos, lo que les gusta y lo que no. Le dije la verdad, solo que más sencilla.
Le dije que cuando habíamos terminado, ustedes no sabían que estaba embarazada. Y que cuando intenté contactarlos no los encontré. Solo que nunca ha visto ninguna foto de ninguno de ustedes.–Les explicaste con voz temblorosa.
–Liam es el nombre que habíamos pensado en caso de que tuviéramos un hijo.–Te dijo con una pequeña sonrisa, sus ojos reflejando el mismo dolor que tenían cada vez que hablaba de cómo su madre prácticamente le había abandonado y de cuánto lo odiaba.
–Así es... pero Marc—. Te acercaste a él y fuiste a tomar sus manos, pero te detuviste antes de hacerlo, volviendo a dar un paso hacia atrás.–Jamás los culpé por nada de esto, ni si quiera por dejarme. No tenían cómo saberlo, y yo sé que lo hicieron por miedo a que Khonshu pudiera hacerme algo.–
Marc se acercó a ti y tomó tu mano en la suya, viéndola y acariciándola con delicadeza.
–¿Crees... c-crees que sea muy tarde para conocerlo?–Levantó la vista y te quedó viendo con lágrimas amenazando por salir.–Tal vez nos hayamos perdido sus primeros años, pero eso no significa que no podamos estar en los que están por venir, ¿o si, querida?
–Jamás les negaría conocer a su propio hijo.–Le ofreciste una sonrisa sincera entre las lágrimas que salían de tus ojos.
Su expresión cambió nuevamente a la de Jake, quien dejó caer su bolso al suelo y llevó esa mano libre a tu mejilla para acariciarla, mientras te inclinabas en su mano y posabas la tuya sobre la que tenía en tu cara.
–Siempre prometimos que nunca la íbamos a lastimar, mi dama... y mire lo que provocamos. La dejamos sola cuando más nos necesitaba.–Te habló con suavidad, frunciendo el ceño mientras lágrimas corrían oír sus mejillas.
–Bueno... a mi parecer, creo que no hice un tan mal trabajo estando sola.–Reíste ligeramente, haciendo que una sonrisa se formara en su rostro.
Jake se acercó y te abrazó con fuerza, tratando de asimilar de que estabas en sus brazos otra vez.
Todos esos años habían sido una completa tortura para los tres por igual. Al fin y al cabo, siempre fuiste su cable a tierra, lo que los mantenía cuerdos, su vida, su todo.
–¿Les gustaría conocerlo ahora?–Le susurraste al oído, para luego alejarte un poco y verle a la cara.
–¿Es enserio? ¿Podemos conocerlo ahora?–Te preguntó viéndote sorprendido, dejando sus manos en las tuyas.
–Claro que si. Muy seguramente va a querer mostrarte todas las flores y plantas que ha encontrado aquí en el parque.–Le dijiste con una sonrisa, volteándote en dirección a Liam que estaba dibujando en su cuaderno la flor que tenía delante.
A Marc se le dibujó una gran sonrisa en el rostro viendo a su hijo a lo lejos.
Tomó el bolso del suelo, para luego dirigirse hacia ti.
–Nos encantaría conocerlo.–Dijo con la sonrisa intacta, para luego seguirte tomado de tu mano hacia donde Liam estaba. Ya nervioso por lo que le esperaba después, pero también emocionado al saber que tenía un hijo contigo. La mujer que siempre había amado.
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