Prólogo: Los chicos desaparecen durante el blip y no se dan cuenta hasta que te ven ya siendo mayor.

chemistryrff
(Cuando los chicos desaparecen tienes 12, y cuando vuelven tienes 17 años. Y además, después de haber terminado de escribir todo me di cuenta de que por alguna extraña razón, me imaginé todo en el departamento de Steven en la serie jejeje)

–¡YA DEJEN DE COMERSE LA MEZCLA DE GALLETA!–Exclamó Steven desesperándose desde el reflejo de la ventana de la cocina, viendo a Marc y tu comerse lo que estaban cocinando.

–Ya, Steven. No es para tanto.–Marc rodó los ojos, llevando su dedo con la mezcla a su boca.

–¿Qué es lo que te dice?–Le preguntaste riendo.

–Que dejemos de comernos la mezcla.

–Pendejo ya deja de desesperar al británico éste, ¿qué no vez que le van a salir canas verdes? El té no va a arreglar eso.

–Marc, dame el control.–Le dijo viéndolo seriamente.

Marc le ignoró mientras seguían comiendo, pero Steven forzó un cambio, y te quedó viendo con una ceja alzada.

–Ya basta, jovencita. Esto es para el postre.–Le dio un golpe suave a tu mano, con una pequeña sonrisa y dejando el recipiente en el mesón.

Cuando se dio vuelta, tomaste el recipiente y saliste corriendo. Así que Steven salió persiguiéndote.

–¡Vuelve aquí, ladrona de mezcla de galletas!–Exclamó rodeando las repisas con sus libros.

–¡Nunca me vas a alcanzar, viejo!–Reíste desde donde estabas detrás de su escritorio y él del otro lado.

–¡¿Cómo me dijiste?! ¡Te vas a arrepentir!–Te dijo con una pequeña sonrisa, para después ver como Jake tomaba el control.–Hoy te toca perder, pequeña demonio.

–Mierda...–Murmuraste dejando el recipiente a la vez que salías corriendo por el departamento.

Jake acortó camino por detrás de un estante y te agarró por detrás, haciéndote reír, llevándote al sillón para dejarte ahí y hacerte cosquillas.

–¡Nosotros no somos viejos, pequeña jovencita insolente!–Exclamó mientras tú reías con fuerza.

–¡Ya papá basta!–Le lanzaste patadas para alejarlo, así que Jake se detuvo.

–Ay dios mio santo, qué vamos a hacer contigo, mocosa insolente.–Rodó los ojos fingiendo molestia, tratando de contener la sonrisa y sentándose a tu lado con los brazos cruzados.

–Ya, abuelito. No se queje tanto.–Reíste abrazándolo y dejando un beso en su mejilla.

Jake sonrió y te abrazó de vuelta dejando un beso en tu mejilla para después darte una suave palmada en la pierna, levantándose y caminando hacia la cocina.

–Ya mejor sigamos con las galletas, mija.–Te dijo mientras caminaba.

De lo que él no se dio cuenta, fue que su cuerpo comenzó a hacerse polvo.

–¡¿Papá?!–Exclamaste asustada y confundida, corriendo hacia él, pero ya había desaparecido.–¡¿Steven?! ¡¿Marc?!–Les llamaste a los otros dos, pero no estaban.

Te asomaste por la ventana al escuchar ruidos fuera, y viste a la gente desapareciendo, coches chocando y mucho caos.

Cinco años después...

–¿Mija?–Preguntó Jake confundido dándose la vuelta.

Viendo a su alrededor, las cosas comenzaron a cambiar ligeramente. Algunos estantes estaban más ordenados y cosas nuevas aparecían alrededor como si volvieran a su forma normal después de ser polvo.

–¿Qué está pasando?

–¿Dónde está T/N?

–¡¿PERO QUÉ MIERDA?!–Escucharon desde la cocina, donde comenzaste a lanzarle los utensilios que tenías encima.

Jake se dio la vuelta y un cucharón le llegó en la frente, y comenzó a tratar de esquivar las cosas, haciéndose hacia atrás mientras te acercabas y le lanzabas libros, acorralándolo contra la pared y haciendo que se sentara en el suelo.

–¡¿PERO QUÉ CHINGADOS?! ¡T/N YA BASTA! ¡¿QUÉ TE PASA?!–Exclamó cubriéndose la cabeza.

Al oírlo, dejaste de lanzarle cosas y frunciste el ceño confundida, mientras los ojos se te llenaban de lágrimas.

–¿P-papá?–Preguntaste dejando el libro en la repisa junto a ti, acercándote a él.

–¡Pues si! ¿Quién vergas más?–Dijo confundido pero a la vez medio gritando.–¿T/N qué es lo que te pasa?

–¿Chicos por qué está tan grande mi niñita?–Preguntó con voz temblorosa.

–¡Papá!–Exclamaste rompiendo en llanto, abalanzándote sobre él y abrazándolo con fuerza en el suelo, llorando en su pecho.–Creí que ya no iba a verlos nunca más.–

Marc frunció el ceño y te abrazó con fuerza, acariciando tú cabeza mientras los ojos se le llenaban de lágrimas.

–Mi niñita estás tan grande...–Sollozó Steven tomando el control.

–Pero qué verga... ¿qué nos pasó?

Marc volvió a tomar el control y tomó tu rostro con ambas manos, observándote con el ceño fruncido.

–¿Por qué estás tan grande? ¿Cuántos años tienes?–Te preguntó con voz temblorosa.

–Diecisiete... los cumplí hace dos semanas... creí que no volvería a verlos...–Susurraste llorando y volviendo a abrazarlo.

–¿Pero qué verga pasó, mija? ¿Cómo es que ya tiene diecisiete si hace cinco minutos tenía doce?–Te abrazó sin querer dejarte ir.

–Es muy raro de explicar, pero básicamente hace cinco años, un gran alienigena morado eliminó a la mitad del universo y los Vengadores no pudieron detenerlo. Pero al parecer encontraron la forma de traerlos a todos de vuelta, y no sabes lo feliz que eso me hace...–Le explicaste sin querer soltarlo.

–Ay... ay no mames... mi princesa... cinco años solita...–Su voz era temblorosa y los ojos se le volvieron a llenar de lágrimas.

Se quedaron ahí en el suelo por largos minutos, ellos tomando turnos para abrazarte mientras trataban de asimilar que se habían perdido cinco años de tu vida. Y tu simplemente disfrutabas de la compañía de tus padres otra vez.