Una familia de verdad
Prólogo: Terminas embarazada, y tus tres esposos tienen opiniones diferentes al respecto.
LizziexOscar_
Advertencia: Embarazo, final feliz.
Letra negrita = Marc.
Letra cursiva = Jake.
Letra subrayada = Steven.
Ninguno de los tres jamás se imaginó alguna vez que alguien podría llegar a amarlos por igual, ni que de verdad se quedaría con ellos sin abandonarlos. Y mucho menos que llegarían a ser padres. Sin embargo sucedió.
Primero conociste a Marc en un bar donde había ido a ahogar sus penas después de que Layla y él firmaran los papeles del divorcio. Al principio se volvieron muy buenos amigos, y de hecho durante ese tiempo fue que te presentó a Steven y a Jake.
Ninguno de los tres pudo evitar enamorarse de ti, aunque Jake aparentaba no estarlo porque tenía miedo de que los lastimarías. Pero terminó sin poder resistirse a ti. ¿Cómo podría? Muy pronto te convertiste en su dama, su señorita, y pobre del que alguna vez se atreviera a hacerte algo.
Tres años después, los chicos decidieron pedirte matrimonio, y no pasaron ni cinco meses y ya estaban casados. Aunque prefirieron que mantendrías tu apellido para que así no hubieran peleas entre ellos. Pero de vez en cuando usabas el apellido de alguno de ellos, dependiendo de quien estuviera en control.
El tema de tener hijos había surgido en un par de ocasiones, pero no era algo con lo que estuvieran completamente de acuerdo. Marc no creía que podía llegar a ser un buen padre con todo lo que había hecho en su pasado. A Steven le encantaba la idea de tener su propia familia y todas esas cosas, pero esa no era una decisión que dependía solo de él. Y Jake se veía más a sí mismo como "el tío Jake" y no como "papá Jake". Es verdad que le gustaban los niños, solo que no podía verse a él mismo siendo responsable de uno, especialmente por las cosas que había hecho y las que aún a veces hacía.
Es por eso mismo que cuando te hiciste el test de embarazo y salió positivo, casi te dio algo.
Sabías que Steven estaría feliz por ello, pero Marc y Jake no mucho. Y tenías miedo de que alguno de ellos dos, en especial Marc, tomara la decisión de dejarte.
Finalmente, decidiste que les dirías a los tres al mismo tiempo. Así que pusiste un espejo junto a la cama donde sabías que Marc y Jake estarían, y Steven estaría sentado contigo en la cama.
Al momento en que las noticias salieron de tu boca, Steven se desmayó. Y cuando despertó, no era él quien estaba en control, era Marc. Y podías ver el pánico y miedo en sus ojos.
Te tomó muchísimo tiempo el tranquilizarlo, pero finalmente terminó aceptando el hecho de que sería padre. Y con Jake no tuviste mucho problema, a pesar de que no estaba en sus planes el convertirse en padre, al escucharte decir que estabas embarazada, algo cambió en él.
A partir de ese momento, los tres se volvieron aún más sobreprotectores contigo. Prácticamente no podías ni salir sola. Y por supuesto que también cada uno de ellos tenía alguna cosa favorita para hacer ahora que estabas embarazada.
Steven siempre le leía cuentos, poesía, sus libros de mitología, o compraba libros especiales para su bebé.
Marc al principio prefería mantenerse algo alejado de todo el tema del bebé, pero después de descubrir que iba a ser una niña, terminó siendo el más entusiasmado de todos, incluso más que Steven. Comenzó a comprarle ropa, juguetes, y él mismo preparó todo para su llegada. Y cuando pensaba que estabas dormida, le hablaba de las cosas que haría con ella, lo mucho que la protegería, y más.
Jake por otro lado, no podía quitarte las manos de encima, y no solo en una forma sexual. A pesar de ser el que estaba más dispuesto a cumplir con tus hormonas, no podía quitarte las manos de tu vientre. Y aunque aún no se notara, él decía que podía ver tu pequeña pancita y que sentía las patadas. Sabías que era mentira, pero lo dejabas porque veías lo feliz que era y el brillo en sus ojos.
A medida que la fecha en la que su bebé iba a nacer se acercaba, podías notar que los tres estaban más tensos de lo normal. Más aún cuando un día en la noche despertaste por una fuerte contracción, aunque aún faltaban tres semanas para la fecha indicada por su doctor.
–Steven... respira, ¿si? Es solo una simple contracción, eso no significa que vaya a nacer ahora.–Trataste de tranquilizarlo, aún sentada en la cama mientras le veías buscar el bolso y las cosas necesarias para partir al hospital.
–¡Steven dame en cuerpo!–Le gritó Marc desde el espacio mental que compartían, igual de nervioso pero sabiendo que Steven estaba colapsando por dentro.
–Pendejo ya dame el cuerpo a mi. Mírate, estás hecho una bola de nervios. Deja de darte vueltas y déjame llevarla al hospital.–Dijo Jake igual de ansioso y nervioso, pero tratando de no demostrarlo. Pero Steven simplemente los ignoró a ambos.
–Querida, esto puede ser grave. No quiero que nada le pase a Zahra.–Te dijo sin dejar de moverse de un lado a otro.–¡¿Dónde está su vestido para cuando salga del hospital?!
Te levantaste de la cama forzosamente, lo cual no pasó desapercibido por Steven que en un segundo estuvo a tu lado, ayudándote a levantarte.
–Steven, cariño, mírame.–Tomaste una de sus manos en la tuya, mientras la otra la ponías en su mejilla.–Necesito que te calmes, ¿bien? Todo va a estar bien con Zahra, eso te lo puedo asegurar. Pero por favor, respira... y tranquilízate... ¿está bien?–Le hablaste con voz suave y una pequeña sonrisa.
–Está bien... estoy tranquilo...–Te dijo soltando un pequeño suspiro, para luego acercarse y dejarte un pequeño beso en los labios.
–Me alegro que estés mejor, porque mientras te hablaba, mi bolsa rompió.–Le dijiste con la misma tranquilidad y sonrisa.
–¡¿QUÉ?!–Exclamaron los tres al mismo tiempo.
Steven vio hacia abajo que por debajo de la playera de Marc que estabas usando sin nada más que tus bragas debajo, un líquido corría por tus piernas y el suelo tenía una posa de agua.
–Ay no...–Steven cayó desmayado al suelo, pero no pasaron ni treinta segundos cuando se volvió a levantar, Jake en control ésta vez.–Perdón por eso mi dama. Ahora tenemos que llevarla al hospital, sin protestas ésta vez porque le advierto que nuestro sistema está ligeramente colapsando.–Te dijo poniendo el bolso en su hombro, para después tomarte en sus brazos y salir del departamento, camino a su taxi y ya ahí pasarte un par de pantalones.
(.....)
Sabías que Jake no era el mejor conductor del mundo, era algo obvio, es taxista, y aunque no lo quiera admitir, no es de los mejores. Pero jamás le habías visto pasarse tantas luces rojas en toda tu vida.
Cuando llegaron al hospital, literalmente llegó gritando entre lo nervioso y desesperado que estaba porque alguien te llevara una silla de ruedas y te trasladara a una habitación.
Una vez ya estuviste recostada en tu camilla y la doctora te revisó, los chicos lograron tranquilizarse, solo un poco. Aunque Jake daba vueltas en círculos frente a ti, mientras conversaba internamente con Marc y Steven.
–¿Jake?–Tú voz llamó la atención de los tres, aunque Jake estuviera en control en ese momento.–¿Todo está bien?
–Sí mi dama, no se preocupe. Solo estábamos hablando, nada más.–Se acercó para sentarse junto a ti en la cama y tomar tus manos en las suyas.
–¿Y de qué hablaban?–Le preguntaste algo dudosa. Sabías que era algo tonto, pero aún así no podías evitar sentir ese pequeño miedo de que tal vez ahora a último momento decidirían huir y abandonarlas a ambas.
–Acerca de quien estaría en control. Uno debe estar a cargo, mientras los otros dos están co-conscientes cuando llegue la hora en la que tenga que pujar.–Te explicó viendo hacia abajo mientras acariciaba tu mano.
–¿Y quien va a tener el control?
–Marc.–Levantó la vista y te quedó mirando a los ojos con una pequeña sonrisa.–Marc quiere hacerlo.
Marc obviamente también era el padre de Zahra, pero jamás te imaginaste que él querría ser quien tuviera el control durante el parto. Entendías sus miedos y dudas acerca de la paternidad debido a su infancia, sin embargo, no podías estar más feliz por ello.
Pequeñas lágrimas comenzaron a correr por tus mejillas ante la noticia, así que Jake se acercó y te dio un abrazo, dejando besos en tú cabeza.
–¿No te molesta que sea yo quien esté contigo?–Te preguntó Marc tomando el control del cuerpo, algo inseguro.
Te alejaste un poco para verle a los ojos y tomar sus manos en la tuya, secando las lágrimas con la otra.
–¿Bromeas? Estoy feliz por ello. Sé que Steven y Jake también van a estar aquí viendo a través de tus ojos.–Llevaste tu mano para acariciar su mejilla con suavidad, Marc inclinándose en ella para tomarla con su mano y besarla.
–De verdad espero poder ser un buen padre para ella...–Susurró viéndote a los ojos, con lágrimas amenazando por salir.
–Vas a ser un increíble padre, al igual que Steven y Jake. Zahra es muy afortunada porque no va a tener uno, si no tres padres que la van a consentir, amar y proteger como nadie.–La sonrisa no se borraba de tu rostro, y Marc soltó unas pequeñas lágrimas.
Besó tu mano y luego se acercó para besar tus labios con mucha suavidad y dulzura.
–No te imaginas cuánto te amo...
–Y tu no te imaginas cuánto los amo, a ustedes y a nuestra pequeña.–Le dijiste con una sonrisa, volviendo a besar sus labios.
–Te prometo que me voy a quedar contigo. No te voy a dejar sola.–Acarició ti mejilla con ternura, ofreciéndote una pequeña sonrisa.
La puerta de la habitación se abrió, y la doctora volvió a entrar con unas enfermeras a su lado, listas para iniciar.
–Muy bien, ya es hora de empezar, Señora T/A.–Te dijo con una sonrisa, acomodándose a los pies de la camilla para prepararte.
Marc se posicionó a tu derecha y tomó tu mano en la suya al ver la expresión nerviosa que había en tu rostro.
–No te preocupes, mi amor. Los tres estamos aquí para ti.–Te susurró al oído, besando tu mano para intentar tranquilizarte.
El tiempo que pasaste pujando pareció infinito. Ya estabas cansada y no podías más, pero Marc estaba ahí para darte los ánimos necesarios. Y cuando por fin escucharon el llanto de su bebé, ambos sintieron una sensación de alivio. Aunque Marc también pudo sentir como el miedo empezaba a crecer dentro de él.
–Marc. Respira. Tranquilízate porque T/N te necesita ahora. No nos pidas que tomemos el control porque ella espera que tu estés a su lado, tal y como se lo prometiste.–Le dijo Jake desde el espacio mental, los tres estando co-conscientes.
–Lo vas a hacer increíble.
La enfermera se acercó a Marc y le entregó a su pequeña Zahra.
Al momento en que la tomó en sus brazos, soltó una pequeña carcajada, lágrimas de felicidad corriendo por sus mejillas mientras tú también llorabas viéndolo desde la camilla.
–Virgen santa... mi princesa es bellísima... ¡Puta madre! ¡SOMOS PAPÁS PENDEJOS! ¡LO HICIMOS!
–Es... es hermosa...
–Hola pequeña...–Le saludó Marc con una gran sonrisa, entregándotela en tus brazos, para luego pasar uno de sus brazos por tus hombros y poder tomar su pequeña mano con la suya.
–Hola bonita... éste es tu papá Marc... más tarde vas a conocer a tu papá Jake... y a tu papá Steven con V...–Le susurraste con una gran sonrisa, mientras la pequeña abría los ojos. Iguales a los de los chicos.
–Te prometo que siempre vamos a estar aquí para ti, pequeña. Siempre...–Le dijo Marc con voz muy suave, sin dejar de sonreír.
–Lo logramos...–Te volteaste un poco para ver a Marc y posar una de tus manos en su mejilla.
Marc besó la palma de tu mano, y luego tus labios con mucha pasión y amor.
–No te imaginas lo feliz que soy contigo... y ahora con nuestra pequeña... ahora tengo una familia de verdad...–Juntó su frente con la tuya, para luego besarla con suavidad.
–Siempre vamos a estar aquí para ti, Marc.
–Exacto. Y todo ha sido muy lindo, pero ya déjame salir que quiero tomar a mi princesa en mis propios brazos. Apúrate.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top