Un último suspiro

Prólogo: Los seguidores de Harrow te matan durante una pelea.

Prepárense para sufrir y llorar 🥲

Advertencia: Menciones de sangre  muerte, final triste.

Brillitoz-felicez
Letra negrita = Marc.
Letra cursiva = Jake.
Letra subrayada = Steven.
Cursiva y negrita juntas = Anubis.
Todas juntas = Khonshu.

Habías conocido a los chicos en una de las reuniones de los avatares de dioses dentro de la pirámide. Era algo común después de lo ocurrido con Harrow que los avatares se reunieran y discutieron acerca de las amenazas existentes.

Después de las muertes de la generación anterior, los dioses buscaron nuevos avatares, y Anubis te escogió a ti.

Como Marc y Steven se enteraron de Jake, terminaron decidiendo que seguirían siendo ahora los tres avatares de Khonshu. Sería más fácil ahora que Marc ya estaba oficialmente divorciado de Layla.

Khonshu había sido reintegrado una vez su exilio había sido revertido, por lo que tenía derecho de estar en esas reuniones.

Tu también vivías en Londres, en la puerta frente a la de Steven, así que los chicos y tú se veían bastante y eran muy cercanos.

Una noche, acompañaste a Jake a una misión contra unos seguidores de Harrow que seguían con sus ideologías. Pero lo que no se esperaban, es que hubieran conseguido reparar el bastón de Ammit y que lo usara contra ustedes.

Uno de sus seguidores lanzó un rayo con el bastón hacia Jake, pero te pusiste en medio para que no le golpeara a él.

Pasó todo tan rápido, que ni si quiera le dio tiempo de reaccionar correctamente. Aunque te logró atrapar en sus brazos, ambos cayendo al suelo mientras los seguidores de Harrow escapaban.

No, no, no, mi dama... ¡¿por qué hizo eso?!–Dijo con miedo al ver que no parabas de sangrar, un líquido violeta floutecente en la herida. Y que tú habilidad para poder sanar no funcionaba.–¡¿QUÉ ES LO QUE LE PASA?!–Le gritó a Khonshu que estaba a su lado con Anubis, pero él no podía ver a tu dios.

Eso no es algo se pueda sanar, Jake.–Le dijo sonando extrañamente apenado.

¿A qué te refieres?

Mientras ahora Marc discutía con su dios, Anubis se agachó para verte donde estabas en los brazos de Marc, apenas despierta y sangrando bastante.

–No voy a salir de ésta... ¿verdad?–Le susurraste con las pocas fuerzas que te quedaban, captando la atención de Marc.

No... lo lamento, mi pequeña y fiel humana. Me temo que ya no puedo hacer nada más por ti, más que acompañarte hasta que llegues con Taweret, una vez tu alma deje tu cuerpo.–Anubis siempre había sido bueno contigo, de hecho, existía un cierto cariño, una amistad entre ambos.

Una pequeña sonrisa se dibujó en tu rostro, a la vez que lágrimas silenciosas corrían por tus mejillas.

Q-querida. Te prometo que te vamos a ayudar, te vamos a sacar de esto. Nosotros—. Habló rápidamente, haciendo presión en tu herida, pero tomaste su mano en las tuyas, embarrándose con tu sangre.

–Steven... no va a funcionar... deben dejarme ir. Mi hora ya llegó...–Le dijiste con la sonrisa intacta, acariciando su mano.

No, mi dama. No se atreva a decir una cosa así porque vamos a salvarla. ¿Me escucho? Me niego a pensar en que usted se va a ir.–Intentó levantarse, pero Marc tomó el control del cuerpo.–¿De verdad no hay nada qué hacer?–Te preguntó con suavidad.

–No... lo siento tanto...–Susurraste a la vez que tu voz se quebraba.

Está bien... no te voy a dejar sola... puedes irte tranquila...–Te dijo con una sonrisa, acariciando tú cabeza con su otra mano, sus lágrimas cayendo en tus mejillas.

¡¿QUÉ MIERDA ESTÁS HACIENDO, CABRÓN?! ¡DÉJAME SALIR! ¡DÉJAME AYUDARLA!

¡¿Marc qué haces?! ¡Déjanos ayudarla!

Ambos le gritaban desesperados desde el espacio mental, pero Marc ya había aceptado el hecho de que estabas en tus últimos momento de vida. Así que simplemente se limitó a acompañarte  al igual que Anubis quien sostenía tu otra mano que no estaba en la de Marc.

–No sabes cuánto me arrepiento por no haberles dicho antes que los amaba...–Sollozaste ligeramente, comenzando a botar sangre por la boca.

Tranquila... nosotros también nos arrepentimos de lo mismo... pero te prometo que te buscaremos una vez también llegue nuestro momento.

–Los amo...a los tres...–Susurraste cerrando los ojos, soltando un último suspiro antes de que la muerte llegara a ti.

Y nosotros a ti...–Juntó su frente con la tuya, llorando desconsolado mientras los gritos en su cabeza ya habían parado.

Jake y Steven también lloraban dentro del espacio mental, y Anubis le dio un último apretón a tu mano.

Yo me voy a asegurar de que se encuentren una vez más, mi pequeña amiga humana. Te lo prometo.–Dicho eso, se levantó y desapareció en la oscuridad de la noche, al igual que tú traje de tu cuerpo en los brazos de Marc.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top