Prólogo: ¿Será que Khonshu tiene un lado sensible solo para ti?

nasho-senpai

Letra negrita = Marc.
Letra cursiva = Khonshu.

–¡MARC DESPIERTA!–Le gritó Khonshu al oído, haciéndole dar un salto en la cama.

–¡¿QUÉ ES LO QUE QUIERES PAJARRACO NOCTURNO?!

–La gusana. Tienes que ir por ella.–Le dijo ignorando su comentario, y sin moverse de donde estaba a su lado junto a la cama.

–¿Qué gusana? ¿De qué estás hablando? Khonshu, son las tres de la mañana, estoy cansado. Ya déjame dormir.–Se dio la vuelta para el otro lado, pero Khonshu hizo que se cayera de la cama.–¡¿CUÁL ES TU PROBLEMA?! ¡SOLO QUIERO DORMIR POR UNA MALDITA VEZ EN MI VIDA!

–Ve a por T/N al bar que está a unas cuadras de aquí. No está bien. Está ebria y cualquiera podría hacerle algo.–Le dijo sonando extrañamente preocupado.

Marc le quedó viendo confundido, para que luego una sonrisa arrogante se formara en su rostro y comenzara a ponerse unos pantalones y una playera.

–Así que al final no te desagrada tanto... ¿quién lo diría? El viejo Khonshu preocupado por una humana...

–No me preocupo por ella. Jamás me preocuparía por ningun humano insignificante. Sólo te lo digo porque es tu amiga. Pero tú veras lo que haces, gusano.–Exclamó molesto, desapareciendo en la oscuridad del departamento.

Marc solo soltó una risita, y tomó sus llaves para ir a por ti.

(.....)

Le tomó mucho tiempo el poder finalmente llevarte hasta su departamento, ya que tu no vivías para nada cerca de allí, y estabas MUY ebria.

Durante el camino, le contaste que habías descubierto a tu novio engañándote con tu mejor amiga, mientras Khonshu escuchaba atento a todo lo que decías, pero sin que Marc se diera cuenta.

–Okey T/N, tranquila. Tu duerme aquí en la cama, yo voy a dormir en el sofá, ¿de acuerdo?–Te dijo con suavidad, arropándote con las frazadas, pero lo único que resivió como respuesta, fue un ligero ronquido.–Tomaré eso como un sí. Descansa, nos veremos en la mañana.–Susurró dejando un beso en tu frente.

Horas más tarde, cuando Marc ya estaba durmiendo en el sofá, Khonshu se acercó a la cama y se agachó para tener una mejor vista a tu rostro.

Tenías casi medio cuerpo colgando fuera de la cama, y estabas a punto de caerte. Por lo que el dios te acomodó con cuidado, volviendo a taparte  y después se quedó un par de minutos ahí, simplemente observándote.

–No te preocupes, pequeña humana. Yo me encargaré que ninguno de los dos sean acompañados ni protegidos en sus viajes de la noche. Jamás volverán a acercarse a ti, ni mucho menos te causarán ningún daño. No mientras yo pueda evitarlo, te lo prometo.–Susurró con delicadeza, pasando con cuidado su gran dedo por tu mejilla, a la vez que una pequeña sonrisa se dibujaba en tu rostro.

Después de eso, se levantó y volvió a desaparecer en la oscuridad de la noche, dispuesto a cumplir su promesa contigo.

Al parecer, el viejo dios pájaro de la noche, sí parecía tener un lado blando y sensible solo por ti.