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La noche había transcurrido lenta y tortuosa para Dhayny. No logro dormir mas de tres horas seguida, sus problemas de insomnio volvieron después de la tarde anterior. El culpable tenía nombre y apellido. Taehyung Kim. Si solamente ella no hubiese sido tan estúpida como para soltarle la bomba, tal vez nunca se hubieran peleado y nadie saldría herido. Logró ver la hora en el reloj de pared que marcaba las nueve con once minutos. Suspiró y se obligó a si misma a levantarse de la cama.

Tal vez Tae y ella volvieran a la normalidad y harían como si no pasara nada hasta que terminara el mes. Hasta podría convencerlo de que el también la amaba. Negó ante su testarudez, debía irse, lo sabía pero aun así quiso quedarse. Tenía la esperanza de que todo habría sido un malentendido y Tae olvidara que ella le confesó que lo amaba. Aquella idea le dolía aun más de lo que pensaba.

Cuando entró al cuarto de baño se despojó la ropa y miró su rostro en el espejo. Sus ojos estaban hinchados y rojizos aun cuando no se había permitido llorar, tenía unas leves bolsas bajo ellos por su falta de sueño y sus labios estaban completamente pálidos y quebrados. Obviamente no parecía la misma Dhayny de unas noches atrás, en ese momento se recordaba como la adolescente que lloraba por la falta de atención de su primer amor. Irónico. Unos diez años atrás se encontraba en la misma situación con Tae solo que el no estaba consciente de su presencia en aquel momento.

Se dió una ducha rápida y se cambió de ropa para encontrarse con Taehyung. Por intuición sabía que estaba en la cocina. Respiró unas cuantas veces y se paró en seco al escuchar una risa femenina.

¿Qué mierda...?

Sintió la sangre abandonar su cuerpo y un nudo en su garganta al escuchar la voz suave de la mujer. Avanzó a la cocina y se quedó parada en el umbral para ver a Tae solo con unos vaqueros oscuros y una mujer rubia y hermosa usando su camisa.

Ambos intercambiaron miradas y en su interior lo que quedaba se había roto por completo. Seguía amándolo, pero su sangre hervía de rabia y sentía la necesidad de matarlo a golpes.

–Dhayny... –murmuro Tae.

Ella cerró sus ojos y quiso que la tierra se la tragara ahí mismo sin que dejara algún rastro de ella.

–Esta es Katheryne. Katheryne esta es Dhayny.

La rubia se levantó dejando ver sus kilométricas y bien torneadas piernas, su perfecta cabellera rubia caía en ondas por su hombros y esta esbozó una pequeña sonrisa. Por supuesto era todo lo contrario de ella. Cuando esta estiró su mano Dhayny la ignoró, pasó por su lado y se plantó enfrente de Tae.

–Puedo explicarlo...

–Tú, Taehyung Kim, eres el cabrón más grande del mundo. Mi papá siempre tuvo razón en tí, eres un jodido infeliz –apretó sus labios hasta convertirlos en una linea. Una lágrima sin poder contenerla se escapó de sus ojos y resbaló por su mejilla–No solo eres eso, eres patético. ¿En verdad crees que me trago eso de que te acostaste con ella? Se que no eres capaz, teníamos un vinculo especial y lo sabes; si solamente querías que me fueras tenías que pedirlo, no tenías porque crear este estúpido escenario –suspiro– En estos momentos te odio como a nadie ¿estás feliz con eso?

Bufó.

–Por supuesto que lo estás – murmuró –en realidad creí que podías amarme aunque sea un poco, lo creí.

Tae se quedó callado mientras Katheryne solo los miraba. La pelinegra espero que Tae hablara y cuando no lo hizo se limitó a limpiarse las lágrimas y negar con su cabeza.

–Al menos conseguiste tu objetivo, fui tu juguete sexual. Iré a empacar mis cosas, au revoir.

Dhayny dejó la habitación y Tae no parpadeó durante un minuto. La había lastimado más de lo que pensaba. No había pensado en como se sentirá cuando había llamado a Katheryne.

La rubia se le acercó y lo miro culpable.

–Es muy inteligente

–Mas de lo que yo podría ser.

–Y eres un imbécil.

Asintió.

–Lo sé, uno de primera.

–Eres peor que Hoseok, en estos momento lo prefiero a él antes que a ti. Pensé que la amabas –el dejó salir un suspiro y miro a su amiga.

–Lo hago.

–¿Por qué lo hiciste?

El movió su cabeza.

–Te dije, es mejor para ambos. Además soy un bastardo egoísta –rió amargado–Me preocupo más de mi mismo que de ella.

–¿No intentarás detenerla? – él se negó.

–Es lo mejor...

Katheryne resopló.

–Espero que sigas pensando lo mismo en unos días, sabía que ayudarte en esto sería una idiotez y eso fue. Te daré máximo una semana hasta que te arrepientas.

–No lo haré, creeme.

O eso creía él que no haría, cuando Dhayny estuviera lejos de su casa volvería a tener su mente despejada, eso esperaba.

Una semana luego...

–Dahyny cariño, tienes que despertar.

Ella estiró su mano y golpeo a Jin.

–Levantate, tienes que estar en el estudio dentro de hora y media –Jin le sacudió el cuerpo cubierto por una manta blanca. Dhayny abrió un ojo y lo cerro inmediatamente cuando la luz de la habitación comenzó a molestarle.

–Levantate, o lo hago yo.

–¿Qué pasaría sino voy?

–Probablemente te manden a buscar y no ganes dinero para tu nuevo álbum.

Dejó escapar un suspiro y se levantó con pereza. Estiró su cuerpo y gruñó cuando su cabeza y cuello comenzaron a doler.

–Si sales de mi habitación podré cambiarme.

–Es mi habitación, tu solo me obligaste a salir de ella.

–Como un buen caballero tenías que cederla –mostró su lengua y empujó a Jin fuera de la habitación.

Cerro la puerta y se frotó las sienes con dos dedos y dejó escapar un sonido de cansancio. No había pasado más de una semana que había vuelto y su manager había comenzado a atosigarla de cosas por hacer, entrevistas, canciones nuevas, fotos...

Amaba su trabajo pero a veces, solo a veces, odiaba estar tan ocupada y no tener un poco de espacio personal. Reviso el reloj que marcaba las diez y cinco minutos y abrió su maleta.

Cuando volvió a Houston decidió llamar a Jin y pedirle quedarse por esa semana con él, no quería ver a su padre, sabía que si lo vería recodaría el porque había pasado dos semanas en la casa de Tae. Se aclaró la garganta cuando un nudo empezó a formarse, se había prometido no llorar, lo había hecho. Estaba segura que una semana seria suficiente en no darle mas importancia a Tae pero cada día que pasaba era un día más que le dolía.

Tuvo que haber prestado atención a la regla de Tae. ''No confundas el sexo con el amor''. Pero tontamente lo había hecho y ahora estaba ella totalmente destrozada. Cogió su ropa y vió un pedazo de papel en un rincón de ella. Frunció el ceño y desdoblo el papel. Había sido una nota que Tae le había dejado una mañana después de haber pasado toda la noche juntos. Maldijo por lo bajo al releerla y escucha su voz en su mente.

Una lágrima cayó por su mejilla y sin poder evitarlo mas lágrimas se unieron. La puerta se abrió y la pelinegra se apresuro a limpiarse las mejillas.

–¿Estás bien? -pregunto Jin.

–Puedes tocar la puerta antes de entrar, ¿sabes?

El negó y se acercó a ella para rodearla por los hombros. Vio el papel y lo sostuvo para leerlo.

–Debería matar a ese bastardo...

–Jin.

–Es un cabrón, no puedo creer que te haya tratado así, te uso y luego te boto. ¿Qué clase de animal hace eso con una mujer?

Ella lo atravesó con su mirada gris.

–Hiciste lo mismo con Yale una vez.

–Vale, pero me arrepentí. Mi mejor amiga no puede ser tratada de la misma forma. No sin que la cara del imbécil este destrozada antes.

Esbozó una pequeña sonrisa.

–Por eso te quiero, eres lo más cercano a un hermano o a un padre. Sin duda si tuviera que escoger entre tu y mi papá te escogería sin pensarlo –Jin rió y le dió un empujoncito.

–No quiero volver a verte a soltar aunque sea una lágrima por Taehyung, ¿vale? Con el tiempo vas a olvidarlo.

–Eso espero – murmuró.

–Lo harás, tal vez solo hayas confundido el sexo con el amor, si es así lo olvidaras fácilmente.

Ella soltó un suspiro y cogió su ropa.

–Lo dices como si fuera tan fácil.

–Lo es y si no lo es para ti entonces le parto la cara.

Dhayny rió y volvió a empujar a Jin de la habitación.

–Largate, necesito vestirme.

Tenía que hacer caso a Jin, debería olvidarlo. ¿Qué estaría haciendo Tae? Tal vez no la tomara en cuenta ya, apostaba todo lo que tenía a que volvería a su rutina diaria.
Con un gruñido se vistió.









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