❤️15❤️

Dhayny volvió a entrar a la oficina de Taehyung pero esta vez se percato que no había nadie acompañándolo. Sus mejillas se sonrojaron al pensar en como entro. ¿Qué habría pensado el amigo de Taehyung?
Como siempre Tae estaba detrás de ese escritorio. Cerro la puerta y se sentó frente a el.

–Lo siento –se disculpó ella. Él alzo una ceja, confuso.

–¿El qué? ,haber entrado gritando

Bajó la cabeza.

–No sabía que tenías compañía.

Hizo una mueca y se mordisqueo el labio. Él sonrío deleitándose de la tierna expresión de ella. Dios. Como podía parecerle tan jodidamente sexy pero a la vez tan inocente y tierna. Su inocencia le quedaba tan bien que extrañamente le ponía duro. Como siempre. Estiro su brazo y acaricio su mano.

–No importa. Solo tuve que intentar sacar los ojos de Hoseok sobre ti –su estómago se encogió en volver a pensarlo–Eres muy hermosa, además ha escuchado algunas canciones tuyas en la radio, dice que eres buena.

Sus ojos brillaron dándole otro toque de ternura.

–Genial. Ahora que hablas sobre canciones, mi manager debe de estar al borde. Se suponía que grabaría algunas nuevas pero no le dije a nadie donde iría, solo lo sabe mi padre. Estoy oficialmente desaparecida –sonrío divertida.

–Si tan solo supieran que has estado haciendo –le devolvió la sonrisa con un tono pícaro. Ella se sonrojo–Me encanta cuando te sonrojas.

Ella volvió a sonrojarse aun mas. Tae río por lo bajo.

–Eres demasiado hermosa. Se miraron por un momento y un silencio incomodo comenzó a crecer entre ambos. Ella pudo casi jurar que las miradas de Tae eran de adoración.

–¿Por que estabas molesta? –pregunto el de repente. Ella tomo aire, soltó lo que contenía sus pulmones y comenzó a hablar sobre lo ocurrido quitando la parte sobre que mencionaba a la otra mujer en su vida, su estomago se encogía en tan solo pensarlo y por alguna razón no creía que era el momento para preguntarle quien era ella.

–Hablare con Kook luego, no tiene ningún derecho en insultarte –dijo con su mandíbula apretada y sus rasgos tensos. Estaba molesto. Dhayny quiso sonreír al notar que la defendía y decidió cambiar el tema.

–¿Porque pasas tanto tiempo en esta oficina? –Tae pasaba todo el tiempo en ese lugar y ya se preguntaba. El carraspeo buscando una respuesta. Nadie sabia en que proyecto trabajaba, era secreto.

Pero al mirar a Dhayny sintió que podía confiar en ella, algo en Dhayny hacia que se sintiera relajado como si estuviese de vacaciones.

–Sígueme. Se levanto y se acerco hasta la puerta, casi escondida, que se encontraba en una de las esquinas de su oficina. Dhayny frunció el ceño al ver como el ponía su mano sobre un pequeño aparato electrónico y en seguida la puerta se abría.

Siguió a Tae por el pequeño pasillo y lo vio poner una contraseña haciendo que otra puerta se abriera. Silbo por lo bajo por lo que veía. Era como una pequeña ciudad tecnológica. Había aparatos por doquier, algunas cosas cubiertas con una manta encima, herramientas esparcidas por el suelo y computadoras. Definitivamente Tae estaba forrado de dinero. Se volvió hacia a el y lo miro sorprendida.

–¿Esta es tu respuesta? –el asintió.

–Trabajo en un proyecto con el gobierno – señaló unos planos sobre una mesa. ¿Acaso eran...?
–¿Armas?

El paso una mano por su cabello.

–No cualquier arma, sino armas nucleares. Pueden parecer inofensivas a simple vista pero están creadas simplemente para destruir.

–Eres como un Tony Stark.

Tae rió ante la referencia del protagonista de Iron Man.

–Algo así.

–¿Para que el gobierno quiere armas?

–Guerra. Rusia y Estados Unidos están planeando una posible guerra y el gobierno me encargo de hacer armas nucleares mas potentes.

–¿Pero porque aceptaste hacer armas para guerras? –pregunto sorprendida.

Tae se encogió de hombros.

–Soy un enfermo. –Dhayny rió.–¿Sabes que esto no se lo puedes decir a nadie? Eres la primera en saberlo. – confesó. Los ojos grisáceos de ella se abrieron, le estaba confiando algo a ella que nadie mas sabia. Un nuevo sentimiento de alegría creció en ella, haciéndola sonreír.

–No lo haré.

–Confío en ti – dejó ver una sexy sonrisa que derritió a Dhayny por completo. Sin poder evitarlo estiro una mano y acaricio su pecho mientras se acercaba. El retiro su mano con delicadeza.

–No me provoques no puedo ensuciar mi lugar de trabajo – Dhayny mordió su labio y froto su cuerpo contra él. Escucho su gruñido y rio–Estas jugando con fuego, Dhayny.

Bajó una mano desde su duro abdomen hasta su entrepierna. Se inclino hacia él y plantó un suave beso en su cuello junto a un mordisco, luego subió hasta su oído y susurro.

–Entonces deja que me queme.

La castaña entro a su habitación la tarde del siguiente día y alzó las cejas, sorprendida, al ver la misma caja azul que la había dado la bienvenida. Se mordisqueo el exuberante labio superior y se acerco hasta la cama donde la caja reposaba inmóvil.

Escucho el leve maullido del gato que tenia a su disposición en ese momento. Sonrío y la acaricio el pelaje suave cuando se froto contra su pierna. Aunque a Taehyung no le gustaban los animales se sintió totalmente satisfecha en dejarle cuidar la gata. Volvió a posar. Su vista en la caja y un fino dedo trazo la cubierta azul claro, acaricio la tapa y con un leve movimiento la abrió.

Como la última vez que la había visto, su contenido era una carta de papel, un par de tacones negros y algo envuelto en un papel suave y aterciopelado. Se mordió mas fuerte el labio, ya rojizo, con curiosidad y abrió la carta.

Mon cher,

Quiero darte como muestra de agradecimiento un pequeño regalo. Se que te sometan a pasar un mes teniendo sexo con casi un extraño no debe ser nada agradable, pero por lo visto estas comenzando a acostumbrarte a ello y me agrada de esa manera.

Cenaremos juntos a las siete en un famoso restaurante francés de aqui, revisa el resto de la caja y quiero que te pongas eso esta noche. Hazlo por mi, cher

A ce soir*,

Taehyung

En vez de romper la carta, doblo esta con delicadeza y la volvió a guardarla en la caja. Saco el envoltorio y lo abrió como un niño con sus regalos en la noche de Navidad. Contuvo el aliento y una sonrisa se formo en sus labios.
La gata maúllo y Dhayny le dio su atención.

–Hermoso, ¿no? También me gusta –le dijo al felino con la misma sonrisa.

Un vestido corto color rojo sangre destacaba entre sus pálidas manos. Observo con precisión el profundo escote que se notaba y se imagino poniéndoselo, como había dicho, para el. Luego saco unas braguitas de encaje, del mismo color rojo.
Vale, la lencería era sexy pero había pensado a creer que a V le gustaba mas sin nada, aunque la mera idea de salir con un vestido corta sin ropa interior era un poco incomoda pero le parecía sexy.

Volvió a guardar el vestido conteniendo el impulso por probárselo, de alguna manera u otra sabia que le quedaría como un guante.

















|A ce soir | te veo en la noche.

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