❤️07❤️
Bienvenida, mon cher.
Me alegra que hayas decidido salvarle el pellejo a tu viejo padre y aventurarte en pasar un mes conmigo. Eres una mujer muy inteligente. Sinceramente es un placer, en muchas formas.
Tal vez no nos veremos mucho por el día ya que normalmente trabajo, pero por la noche te aseguro que nos veremos, y mucho...
Te diré algunas reglas para que puedas pasar este mes. Primero, no puedes utilizar tu móvil para llamar a tu padre, amigos o a cualquier otra persona. Segundo, no podrás salir a la ciudad al menos que te acompañe yo mismo. Y por último, como había dicho antes, tienes que cumplir tu mes entero, nada de largarte antes. Un trato es un trato. Espero que tu lo cumplas, así tu también disfrutaras de este mes. Aunque dudo que no lo hagas...
P.D: En la caja hay otra cosa que quisiera que vieras, te aseguro que te gustara.
Taehyung.
Dhayny arrugó rápidamente el papel y lo tiró contra la pared con fuerzas. El muy imbécil la iba a tratar como si fuese una esclava, no le dejaría utilizar su móvil, no podría salir si quería, estaría como una esclava. Como su esclava. Era un absoluto idiota, en aquellos momentos ella simplemente quería salir de aquel lugar y volver a Houston. Todos los planes que tenia para sus vacaciones terminaron en la basura y ahora estaba allí. En una mansión de Nueva Orleans, esperando, para que la utilizara como juguete.
Maldijo en voz alta y se sentó en la cama. ¿Ahora que tenía que hacer? ¿Esperar a que se hiciera de noche para que se acostara con ella? Dios santo, en serio que estaba loca. A veces dudaba de su inteligencia. Una persona inteligente no haría esto... ¿O sí?
Estaba segura que no volvería a dirigirle la palabra a su padre después de esto. Se suponía que un verdadero padre no ofrecía su hija para que no lo chantajeara. Se rio al pensar que John la trataría como una hija alguna vez, solo intentaba controlarla como si tuviese aun dieciséis. Observo la caja abierta y saco lo que había adentro. Sabía que era algo liviano, como tela y le dio curiosidad ver que era.
Puso una mano en su estomago cuando este gruño reclamando comida.
Tal vez después de todos debería pasarse por la cocina a comer algún bocadillo. Dejo a un lado el envoltorio. Salió de su habitación y se dirigió a la cocina. Como se lo imaginaba aquella cocina era el sueño perfecto de cualquier chef. Un delicioso olor se apodero de las fosas nasales de Dhayny haciéndola suspira. Una señora mayor estaba guardando algunos platos y se giro para verla. Le sonrió, formándose algunas suaves arrugas por sus ojos.
-Hola, cariño. Debes de ser Dhayny, ¿cierto? -ella asintió-Me llamo Diana. Mi esposo me dijo que te guardara algunas de mis magdalenas de chocolate. -se acerco hasta el microondas y saco una pequeña bandeja con algunas magdalenas sobre ella. La boca de Dhayny se hizo agua al percibir su exquisito olor. Sin duda que le vendría bien probar una. Estiro su mano y agarro una, a continuación le dio un mordisco.
Cerró sus ojos por el sabor celestial de la magdalena. Dios, esa mujer sí que sabía cocinar.
-¡Están deliciosas!
-Gracias -le sonrió y se quito el delantal- Me tengo que ir. Nos veremos mañana, cariño -dicho eso, salió.
Terminó de comer su magdalena y cogió otra para comérsela en su habitación. Al sentarse en la cama volvió a ver el envoltorio a un lado y decidió abrirlo. Sus ojos se abrieron al ver lo que contenía.
Siete menos diez minutos. Taehyung se removió en su silla y observo a Dhayny por la pantalla de su portátil. Nunca había pensado que aquellas cámaras le servirían algún día. Sonrió cuando la vio entrar en su habitación la primera vez con su expresión sorprendida. Tal vez se había impresionado por el tamaño de su casa. Las pocas personas que sabían de su existencia tenían la misma expresión. Dejó lo que hacía y miro fijamente cada movimiento que aquella castaña hacia.
Dios santo. Aquella mujer incluso desde una cámara se notaba sus curvas, sus generosos pechos y aquellos labios carnosos que pedían a gritos que los besara. Él solo tenía la necesidad de salir de su oficina, buscarla y arrancarle toda la ropa que tenia encima. Maldijo en silencio cuando se ponía duro en tan solo pensar arrancarle la ropa.
«Cálmate, Kim», se dijo a sí mismo. Tenía que terminar con su informe diario y luego la buscaría.
Vió como Dhayny abría la caja azul que había dejado sobre su cama y sacaba la nota que había escrito. Rio suavemente cuando esta arrugo la nota y la lanzo contra la pared. Dió clic a la pantalla a un botón para escuchar lo que decía. Alzo ambas cejas cuando ella comenzó a maldecirlo, tenía que castigarla por eso luego.
Intentó concentrarse en su informe pero aquella mujer no le dejaba y menos el bulto que se notaba en sus pantalones. Cuando ella salió de su habitación, suspiro y agradeció que lo hiciera.
Se concentró en el informe. Escribió unas cuantas palabras, borro algunas otras y luego guardo lo que tenia. Gruño, estúpido trabajo. Quería terminar con aquel proyecto lo más pronto posible, y aunque su mente en aquel momento estaba en Dhayny. Sabía muy bien separar el placer y el trabajo.
Alguien toco la puerta. Uno, dos, tres veces. Tae pidió que pasaran. Mark Tyson, un chico joven, alto y con cabello negro entro con su traje y Tae reprimió una risa al verlo caminar. Le quedaba pequeño y caminaba de una manera extraña y divertida. Mark le envío una mirada asesina al observar su expresión.
-¿No es muy pequeño ese traje? -pregunto divertido Tae.
-Sino fueses mi jefe te juro que te mataría...
Taehyung hizo un gesto, levantando la mano.
-Ya. ¿Qué quieres?
-La chica ya está acá -informo el chico. Tae asintió- No sabía que necesitaras un asistente, pensé que no te gustaban.
Se encogió de hombros, restándolo importancia. No podía decirle la verdad, aunque le pagara muy bien a sus empleados para que fuesen más que discretos y mantuvieran su boca bien cerrada.
En verdad no necesitaba un asistente. Nunca lo necesito. No había estado muy cómodo con decirle a otra persona que hiciera cosas por él. Durante muchos años había sobrevivido por sí solo y seguía sin confiar en alguien como para que hiciera todo por él.
-Cambie de opinión en este proyecto.
-Podías pedírmelo, como ves prácticamente hago todo lo que dices -apunto con su dedo su traje. Taehyung rio-No te rías - se quejó el chico.
-Vale, solo que necesitaba a otra persona. Tú ya estás bien con lo que haces. ¿Diana hizo magdalenas? -pregunto, cambiando de tema-Tráeme algunas -le pidió al pelinegro cuando asintió.
Mark revoleo los ojos y salió de la habitación quejándose.
-Si tan solo no necesitara el dinero no estaría acá -le escucho decir Taehyung.
Volvió a fijar su mirada en la pantalla de su portátil al escuchar una exclamación de Dhayny. Sonrió al verla con su regalo en la mano.
Dhayny quedo boqueando observando el pedazo de tela que Tae le había regalado. ¿En serio el pensaba que se pondría aquello? Ni de coña.
Paso un fino dedo por la tela roja, que era casi transparente, del negligé y lo puso sobre la cama. Vio como había otras piezas. Una diminuta braga roja y un sostén de encaje que hacia juego.
Lanzó el resto de las cosas en la cama y termino su magdalena con un bocado. Idiota. ¿No podía esperar aunque sea una noche? O tan urgido se sentía para hacerla usar aquel atuendo.
Desvió su mirada hasta los objetos y levanto el negligé rojo para observarlo mejor. Lo puso sobre su pecho y se acerco a un largo espejo que estaba en un rincón. Una picara sonrisa se asomó en sus labios. Aunque pensándolo se le vería bien... Sacudió su cabeza y pestañeo quitando de su mente el pensamiento.
Le lanzo una mirada asesina al pedazo de tela y lo guardo de nuevo en la caja azul. De ninguna manera se pondría aquello, por nada en el mundo.
Mucho hacia al presentarse en aquel lugar para salvarle el pellejo a su viejo, como había dicho Taehyung en la carta. Guardo la caja debajo de la cama y luego se sentó. Aun no entendía que podía ver V en ella, era algo que no se lo explicaba. No era exactamente una modelo o diosa. Sus senos no eran tan grandes como muchas mujeres y su cuerpo no era muy menudo o esbelto, tenía algunas curvas pero nada de que envidiar. ¿Qué le veía a ella? No podía ser que creía que tuviera alguna experiencia porque no era así. Más bien era una absoluta inexperta en el tema del sexo.
Escucho algunos pasos por el pasillo y su corazón se acelero. ¿Sería Taehyung? Mordisqueo su labio y miro atenta esperando que la puerta se abriera. Nada. Los pasos se alejaron, pero su corazón seguía latiendo como loco. Soltó aire y camino hasta el cuarto de baño. Puso su mano en la fría pared y busco el interruptor, cuando las luces iluminaron el lugar, quedo sin aliento. Genial. Aquel baño parecía a aquellos que salían en las revistas y sin duda que era mejor que esos.
Observó la bañera, ducha y el jacuzzi con rapidez. A continuación, lavo su rostro y lo seco con una pequeña toalla. Apago la luz y cerró la puerta del cuarto de baño.
-Hola, Mon Cher-dijo una voz totalmente masculina. Dhayny se sobresalto.
-¡Joder! - exclamó y se giró hacia la voz.
Tae estaba en el umbral de la puerta viéndola, de brazos cruzados y con una sexy sonrisa en la cara. Su corazón automáticamente comenzó a latir con rapidez y se quedo sin aliento al verlo por completo. Santo dios, si diez años atrás el había llegado a ser un hombre sexy, aquella palabra no llegaba a alcanzar en aquello momentos. Tenía una camisa azul que se ajustaba a sus músculos y unos pantalones negros que le quedaban de muerte. Su corte de cabello le daba el toque profesional y sus ojos color miel...aquellos ojos mieles que siempre habían logrado hecho derretirle de joven la miraban con intensidad. Sin duda que no parecía a un hombre que fuese científico. Más bien parecía un modelo de Levi's. Ella se aclaró la garganta e intento ignorar el nudo que se formaba en su estómago.
-También es un gusto en verte, Cher.
El solo observó como Dhayny se quedaba de piedra ante él. Una sonrisa traviesa se formo en sus labios y se acerco a ella lentamente. Casi pudo sentir como se tensaba a medida que avanzaba. Dhayny contuvo la respiración y observaba como Tae se acercaba a ella como si fuese un felino grande. Le hizo recordar a una pantera o a un tigre.
Antes de que volviera a parpadear Taehyung ya se encontraba lo suficientemente cerca de ella como para percibir su olor, era una mezcla entre el típico olor masculino y crema de afeitar.
-¡Me has dado un susto de muerte! - exclamó ella. Él frunció el ceño.
-No veo por qué. Ya sabías que estaba en casa y en la nota te dije que pasaría más tiempo contigo de noche que de día.
Ella asintió con su cabeza. Observo como Tae veía la cama y luego la observaba a ella. Se acercó a la cama y se agacho para sacar la caja azul debajo de ella. Dhayny soltó el aire que contenía sus pulmones.
-¿Por qué has escondido la caja?
-Yo...no, no sé. Pensé que no usaría lo que hay adentro -casi se quiso abofetear por escucharse tartamudeando. Tae sin duda le ponía nerviosa.
Sacó el negligé rojo y se acerco a ella con la misma sonrisa sexy.
-Cher, obvio que lo usarás. Aunque no prometo que por mucho tiempo.
Dejo el negligé sobre la cama. Tae estiró su brazo y acarició un mechón de cabello negro que caía suavemente por su rostro. Puso una mano en su cintura y la acaricio con delicadeza. Dhayny se puso aun más tensa ante su contacto y reprimió un suspiro que se esforzaba por salir de su boca. Hacía años que había deseado que Tae la acariciara y cuando lo consiguió finalmente ella se tensaba y quedaba de piedra. Nunca antes se había visto intimidada por alguien, pero en aquel momento se sentía completamente intimidada por Tae. Era alto y grande y casi tenía que levantar su mirada para observarlo. Tenía una barba de un par de días que hacía que su aspecto luciera aun más peligroso y salvaje. Tae tragó saliva. Los labios de él se acercaron peligrosamente a los de ella y automáticamente ella estiro sus brazos y lo separó.
-Deberíamos hablar primero... -pidió ella con un tono nervioso en su voz. El tomó aun más distancia entre ellos y la miró con el ceño fruncido.
-¿Hablar? ¿De qué podremos hablar? ¿De todas las formas en la que te puedo hacer suplicar de placer?
Dhayny tragó saliva e intentó confiarse que sus palabras no le afectaban del todo.
-No tenemos nada que hablar en verdad -dijo.
-Podríamos comenzar en saludarnos...como debería.
-Hola -sonrió burlón-Has crecido mucho, Dhayny.
-La última vez que me viste tenía diesiseis años era flacuchenta y tonta. No creías que quedaría toda la vida de aquella manera ¿no? -dijo ella sarcástica.
-Por eso me sorprendí mucho al ver tus videos. Sin duda que a tus dieciséis eras un poco extraña.
Nunca en su vida pensó que aquellas palabras le llegaran a doler tanto.
-¡Claro si solo quería era obtener tu atención, idiota! -le espeto. Y antes de que pensara en lo que había dicho, ella sintió morirse.- Lo siento, no escuches lo que he dicho.
-¿Querías mi atención? Cariño, te veía, sabía de tu existencia. Pero no podía acercarme a ti y seducirte. Eras solo una niña y te confieso que hacer el papel de pedófilo no me va para nada.
Mon cher: mi querida o mi amor en francés.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top