Terça-feira
Con el nuevo día, ambos se levantan para irse a trabajar porque los dos tienen turnos. Independientemente que Katsuki se retirara más temprano, la hora de entrada es la misma. Mientras esperan el horno -porque van a comer sobras que el omega tiene para cuando le dé flojera cocinar- Todoroki se toma su malteada de proteínas y luego exige su leche.
Bakugou mira el horno y cuando nota que falta tiempo, acepta y se acuestan en el sofá para que el bicolor pueda chupar y que ninguno se canse. Es un poco gracioso, porque debido a los genes y géneros secundarios, Todoroki ya es mucho más grande que Katsuki, así que el que ambos quepan en un sillón común y de tamaño promedio es una odisea.
Eso no quiere decir que no puedan hacerlo.
- Te voy a prohibir esto - Comentó el rubio luego de un rato. Shouto le ve sin dejar de chupar, pero con la duda en la cara - No puedes seguir así. Simplemente ya no puedes hacerlo.
Todoroki entonces deja ir su pezón y se relame los labios, listo para volver a hablar.
- Primero fue de lunes a viernes, luego de dos a un día a la semana y ahora no quieres que lo haga. ¿Qué más quieres para prohibirme? - Se quejó el alfa, frunciendo el ceño de manera leve. Bakugou le miró de la misma manera.
- Pues es tu maldita culpa, nunca dejas de apretarlos y siempre andas pegado a mi pecho como un maldito mocoso. Por tu culpa crecieron el doble, parecen magullados y ya hasta cambiaron de color - El rubio desvió la mirada pero continuó con el ceño fruncido - Se ven grotescos.
Todoroki fijó su atención en el pecho del omega. Ha ganado un poco más de grasa en sus pectorales, los pezones ahora lucen hinchados y más grandes de lo que eran en la UA y el color rosado pálido de las aureolas ha pasado a un color café claro con un toque de rosa apenas.
- A mí me parecen atractivos - Dijo encogiéndose de hombros mientras volvía a chupar.
El rubio se sonrojó pero no le miró a la cara y tampoco dejó su ceño fruncido. Esperó hasta que el maldito ruido del horno que tenía sonara para avisarle que el desayuno estaba listo y poder sacarse a ese bastardo alfa de su puto pecho de una vez.
Luego de un patrullaje de rutina -Todoroki esta vez con Inasa, mientras que Bakugou tuvo que conformarse con Hawks- la cosa iba bastante tranquila, no hubo muchos problemas, ni robos. Cuando mucho algún idiota que alteraba la paz pública pero hasta ahí.
Por eso mientras Bakugou caminaba por la acera alejándose de Keigo, se sorprendió cuando una mano tocó su cuello. Como héroe, estaba capacitado para reaccionar ante cualquier tipo de agresión o contacto físico no deseado y sorpresivo. Pero como omega, sentir presión en el lugar donde las glándulas olfativas estaban expuestas vulnerablemente, le dejaba indefenso.
¿Fue un villano? No le importaba, cualquiera que se atreviera a tocar aquella parte tan íntima de un omega sin el consentimiento adecuado era una mala persona. Fue por eso que Bakugou no pudo evitarlo y casi de manera instintiva, gritó con fuerza, casi un chillido que logró que la atención de dónde estaba y sus alrededores se fijara en él.
Su grito fue tan alto, que hizo que algunos pájaros salieran volando de los árboles e incluso, llegó a los desarrollados oídos de Todoroki, que estaba con Inasa relativamente cerca.
- ¿Un grito de socorro omega? - Preguntó Yoarashi confundido, distinguiendo el sonido y frunciendo el ceño ligeramente.
Todoroki lo identificó enseguida. Bakugou lo solía usar siempre contra él cuando no hacía lo que le decía. Se ponía a gritar y chillar, a veces con lágrimas hasta que finalmente cediera a sus deseos. Pero fuera de ahí, el rubio nunca la usaba. Escucharlo ahora, significaba algo malo.
- Tengo que ir - Fue lo que dijo emprendiendo carrera hacia el origen del sonido. Inasa comenzó a seguirlo para ser de apoyo.
Después de todo, aquel chillido lastimero había sido una característica evolutiva que los omegas habían desarrollado en contraste con la voz que los alfas tenían. El sonido aturdía al intruso al estar justo al lado y de la misma forma, lograba que los alfas cercanos que escucharan el llamado adoptaran una posición defensiva para salvar al omega que lo emitía.
Incluido durante el celo omega, los alfas estaban casi obligados a actuar protectoramente. La falacia de que el olor hacía que los omegas fuesen violados era solo eso, una mentira. Cualquiera que usara aquella excusa barata solo era para justificar sus actos.
Cuando Todoroki llegó al lugar donde provino el chillido, se encontró con aglomeración de gente rodeando a Bakugou y al que el omega había tachado como el atacante; Midoriya.
- ¿Eh? ¿El héroe Deku? - Inasa frunció el ceño en confusión. Todoroki también lo hizo.
La multitud de personas parecían dividirse en dos grupos, los gritos, aromas mezclados y la tensión se percibía por toda la calle. Katsuki se había alejado del peliverde que solo intentaba disculparse por la acción, pero Keigo estaba en medio de ellos para evitar cualquier clase de contacto físico.
- ¡Deku-san ya se ha disculpado! ¡No fue su intención!
- ¡¿No?! ¡Pudo llamar la atención de Dynamite perfectamente de otra manera! ¡Tocar el cuello de un omega está mal!
- ¡Deku y Dynamite son personas cercanas! ¡Lo hizo porque se tienen confianza!
- ¡Sí la tuvieran, ¿Por qué Dynamite gritó pidiendo ayuda?! ¡Es obvio que ese tacto no le agrada!
- ¡Pues si tanto les molesta, tal vez los omegas deberían ponerse collares!
- ¡¿EH?! ¡Pero si no somos perros, idiota!
Y los comentarios seguían entre los dos grupos, tanto alfas cómo betas y omegas en ambos lados. Sorpresivamente, habiendo más alfas que estuvieran del lado de Bakugou; su instinto protector activo y viendo al héroe peliverde como una amenaza hacia la integridad del rubio.
Después de todo había hecho que el omega que la mayoría conocía como el más rudo, salvaje y confiado, soltara un grito lastimero de auxilio por su acción tan tosca y maleducada.
Todoroki rodeó a la multitud y se fue a donde Bakugou se encontraba escondido detrás de Keigo, ambas manos cubriendo su cuello, como si sintiera la mano enguantada de Midoriya aún.
- Katsuki, ¿Estás bien? Escuché tu llamado.
- No, no estoy bien. ¡Este cabrón me tomó del cuello muy campante! - Gritó furioso mientras señalaba a Midoriya.
- ¡Kacchan ya te dije que lo sentía! ¡Te vi y corrí pero cuando llegué a tu lado estaba cansado! Iba a poner mi mano en tu hombro, pero mientras recuperaba aire no vi donde la puse.
- ¡Y una mierda, mentiroso!
- ¡Solo te la puse encima! ¡Ni siquiera hice el amago de apretar ni acomodarla ni nada de eso! ¡Fue un accidente!
Shouto no sabía a quién creerle. Bakugou era muy esquivo y feroz en una discusión y desde el punto de vista del omega, parecía tener la razón. Pero al mirar los ojos esmeraldas de Izuku también se daba cuenta del arrepentimiento en ellos y que no parecía haber malicia en su voz ni en su acción tan precipitada.
Pero aunque Midoriya fuera su amigo y compañero alfa, Katsuki era el omega con quién vivía. Su instinto era protegerlo a él, tuviera razón o no, hubiese hecho algo malo o no. El rubio era su prioridad y escuchar el chillido desgarrador casi llamándolo a él, no hacía más que aumentar su protección.
- Tal vez debas regresar a la agencia e ir a casa - Fue su opinión para evitar más discusiones.
- Shouto tiene razón, ve y dile a Enji-san lo que ocurrió y te retiras. No debería decirte nada - Secundó Hawks, que hasta el momento había permanecido callado y solo como oyente.
- Ve tú igual, Todoroki, cubriré tu turno. No tengo problema - Inasa llegó hasta ellos justo al final, ya que se había quedado intentando tranquilizar a los civiles.
- ¿En serio? - Preguntó el bicolor sorprendido.
Después de todo, a diferencia de su compañero, Todoroki tiene turno completo porque su celo, aunque estaba cerca, tiende a dejarlo menos "débil" además de que tarda menos. Sí, sí, pensamientos tercermundistas en un país de primer mundo. Irónico.
- Lo que Bakugou menos necesita es irse solo y no considero apropiado que Deku lo acompañe. Sin ofender, claro - Se refirió a Midoriya.
- Está bien, estoy de acuerdo. Kacchan debe retirarse y se sentirá más cómodo contigo a su lado, Todoroki-kun.
- Oigan, no hablen de mí como si no estuviera presente, hijos de puta.
- ¿Prefieres irte solo a casa? - Preguntó con inocencia el alfa bicolor - Puedo quedarme a terminar mi turno y luego te veo. ¿Bien?
- Tch - Chasqueó la lengua, se cruzó de brazos, desvió la mirada y frunció el ceño, además de que estaba a nada de hacer un puchero - El calvo ya dijo que cubrirá tu turno.
- ¡No estoy calvo! - Se quejó e incluso levantó su gorro para que vean el poco cabello que tenía.
La acción provocó una ligera risa en la mayoría de los presentes que aligeró la incomodidad y tensión del ambiente. Bakugou solo rodó los ojos ante el gesto.
- ¿Voy contigo entonces? - Preguntó cuándo notó que el omega comenzaba a caminar, alejándose de ellos.
- Haz lo que quieras.
Pero esa era la señal, la respuesta que esperaba y que tomaba como luz verde para despedirse de los otros, agradecer a Yoarashi y comenzar a caminar detrás del rubio hacia la agencia de Endeavour.
Ya al llegar a casa, Shouto se aseguró de besar, lamer, mordisquear y chupar sin dejar marcas, el cuello del omega. Claro, con consentimiento, permiso y por petición de Katsuki.
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