Segunda-feira
El despertador suena. El reloj digital marca las 6 de la mañana. El aparato recibe un golpe para que se calle y termina cayendo al suelo. Hay esperanza de que todavía funcione, no puede romperlo. Si lo hace, sería el tercero en este mes.
– Puto aparato de mierda – Gruñó Bakugou – Arriba, imbécil.
– Hoy es mi día libre.
– Sí, pero tienes que ocuparte de limpiar – Se escuchó un quejido amortiguado por la almohada.
– Lo haré en unas horas.
El rubio desistió en su intento de levantarlo y se paró de la cama. Se puso sus pantuflas y se fue al baño a enjuagarse; luego fue hacia la cocina para prepararse algo ligero pero rápido. Preparó su bento y dejó el desayuno listo para el alfa.
Regresó de nuevo a la habitación y se cambió con su ropa de civil, ordenó su bolso y colocó ahí todo lo necesario, su almuerzo, sus cosas personales, su traje de héroe. Iban a dar las siete cuando ya estaba listo. Solo debía ir al trabajo.
– Ya me voy, te dejé el desayuno en la cocina, no te levantes tan tarde.
– Bien.
Katsuki acarició el cabello de dos colores y luego salió de la habitación. El individuo en la cama todavía dormitaba pero escuchó claramente como el omega se iba.
El rubio salió de su hogar y fue hacia la estación de tren, se adentró y golpeó sin querer a unos alfas que intentaron acosarlo. Luego caminó tranquilamente hasta la agencia de Endeavour.
– Buenos días, Bakugou ¿Listo para patrullar? – Inasa, el calvo con el que había pasado las clases de recuperación cuando era adolescente, le saludó.
– Como sea, idiota. Solo voy a cambiarme.
En los vestidores y poniéndose su traje de héroe, Bakugou comenzó a pensar. Ya tiene 22 años, era un adulto joven en todo el sentido de la palabra. Finalmente está ejerciendo como en su momento quiso. Y por supuesto, está el hecho de que vive con el maldito Todoroki Shouto.
Solo sabe que la graduación estaba a una semana y él tenía nervios de decirle al bicolor, pero luego la imagen de Rei y su disgusto hacia él con querer alejarlo de su hijo, habían provocado el deseo del omega de mudarse junto con ese hijo. El problema era cómo abordar el tema.
Pensó en preguntar si el otro tenía alguna idea, en comentar casualmente que vivir juntos les ahorraría problemas, así como si nada. En realidad fue más sencillo de lo que parecía.
Bastó un "Hey, bastardo Icyhot, vivirás conmigo" y Shouto le contestó con un "está bien". No hubo preguntas, no hubo quejas, nada de nada. El alfa solo le dijo que estaba bien, y de ahí ya todo fue carga del rubio. Encontrar ubicación, alquiler y mudanza. Todoroki nomás le decía que sí a todo.
Luego se acomodaron en el departamento, no muy cerca de la agencia pero en una ubicación buena y de donde podían ir a varios lugares de interés, además de que la estación de metro les quedaba cerca. Tenía dos habitaciones amplias, pero decidieron invertir en una cama más grande para solo ocupar una de ellas.
Se convirtió en su pequeño nidito de am... perdón, de compañerismo. Ambos se adaptaron, llevaron sus cosas, se adueñaron por completo del departamento y le pusieron su propia marca personal, donde vivía juntos, comían juntos, dormían juntos, follaban juntos –eso era muy importante, porque eran fieles a su acuerdo–.
Terminó de cambiarse y cerró su casillero y fue hasta donde Inasa lo esperaba para comenzar a patrullar. No es que la idea le encantase pero al menos solo le tocaba medio turno, debido a que su época de celo se acercaba le permitían salir temprano hasta que le tocara quedarse en casa.
Fue hasta casi una hora después, que Todoroki despertó. Se enjuagó en el baño y luego fue a la cocina a calentar su desayuno. Se tomó la malteada de proteínas que Bakugou siempre le hacía diario y luego lavó los platos.
– Ah, creo que hoy me toca lavar la ropa... – Se dijo a sí mismo.
Fue hacia el cesto de ropa sucia y comenzó a separar la ropa como Bakugou le había enseñado. Por color y por uso, las blancas primero, las de colores después y separadas de la ropa interior. Repasó sus notas que había escrito en una libreta especial que se había comprado para apuntar las cosas que le tocaban hacer.
Desde cómo lavar correctamente la ropa, hasta hacerse un simple huevo duro. Todo lo que consideraba importante y cotidiano lo anotaba y hacía apuntes incluso con colores para que sean más fáciles de entender para él. No quería que Bakugou lo regañara por teñir de rosa la ropa blanca otra vez.
Metió el primer grupo de ropa y mientras esperaba a que la lavadora hiciera todo el proceso fue de nueva cuenta a su habitación y ordenó la cama y el resto del espacio; se deshizo de la basura tirada en el suelo, y recogió todo lo que estaba fuera de lugar. Su rutina y el celo de Bakugou se acercaban así que todo tenía que estar limpio.
Encontró la caja de condones que usaban de vez en cuando. Se sentó en la orilla de la cama y sacó los condones; con ayuda de un piercing en la oreja izquierda que Bakugou le había obligado a usar en forma de un reto, se lo quitó y pinchó cada uno de ellos. Enfermizo se recordó. Aun así continuó con su labor.
Metió de nuevo los condones saboteados en la caja y lo cerró, dejándola de nuevo en la mesita de noche. Se levantó, se estiró y salió de la habitación para volver al cuarto de lavado para seguir con su día productivo antes que el omega regresara.
– ¿Aun tomas anticonceptivos?
– ¿A ti qué carajos te importa? calvo de mierda – Bakugou ignoró al otro hombre, se tragó la pastilla con agua y terminó de cambiarse.
– Bueno, es solo que como creía que eran pareja...
– Pues creíste mal, ¡No somos una puta pareja!
– Viven juntos, comen juntos, duermen juntos, salen juntos, y pasan sus épocas reproductivas juntos. Viejo, yo diría que eso suena a una pareja, de noviazgo o casados, pero una pareja.
– Es solo un estúpido rumor de la prensa, él idiota y yo no somos una maldita pareja. Todo lo que hacemos tiene sus propias razones que no tengo porque discutir contigo.
– ¿Entonces debo suponer que no hay planes para algún bebé?
– Maldición, no.
Los había, claro que sí. Bakugou se aseguraría de eso. La caja de pastillas podía decir una cosa, pero el contenido era diferente. Habló con un especialista y bajo juramento de no decirle a nadie, le recetó pastillas para aumentar la ovulación y la fertilidad.
No contento con eso, fue con un herbólogo que le dio una raíz china que al ponerla en una malteada, hacía a los alfas producir más cantidad de semen, que hubiese más espermatozoides y que nadaran más rápido. Todoroki la debía tomar cada 24 horas, no se le ocurrió una excusa mejor que decirle que eran malteadas de proteínas.
Su objetivo era molestar a su futura suegra que siempre le quería alejar de Shouto. Sin querer lo escuchó cuando estaba en la casa Todoroki. Enji le gritaba a Natsuo que si embarazaba a su novia, tendría que casarse con ella porque ningún nieto suyo iba a ser ilegítimo. Ahí se le prendió el foco. Si él se embarazaba, Shouto tendría que casarse con él. Y de esa manera, Rei jamás podría echarlo.
El plan perfecto.
Pero debía ser cuidadoso y no delatarse o Todoroki podría darse cuenta –bueno, con lo denso que era, tal vez estaba a salvo– o de lo contrario podrían terminar el acuerdo que tenían y honestamente ya se había acostumbrado mucho al bastardo mitad y mitad para dejarlo.
– ¿Te vas a quedar a comer o ya te vas? – La voz de Inasa lo sacó de sus pensamientos.
– Me largo, no soporto verte ni un minuto más.
Yoarashi solo se rio con ganas ante la actitud de Pomerania enojado que Bakugou se cargaba en general, pero que aumentaba cuando estaba cerca de su celo y lejos de Todoroki.
– Está bien, te veo luego.
– Espero que no.
– Ya llegué – Dice el omega dejando sus zapatos en la entrada.
– Hola, bienvenido – Todoroki le respondió el saludo mientras veía la televisión. La ropa limpia ya doblada al lado suyo, como si no se hubiera molestado en guardarla – Hay agua caliente en la bañera.
– Maldición, perfecto. Me voy a bañar.
– Bien. Puedo pedir algo para cenar más tarde, digo, si quieres.
– De acuerdo, idiota.
– ¿Sushi?
– No. La última vez el olor me dio asco.
– ¿Qué tal unos combos de McDonald's?
– Mejor. Pídeme un sundae de chocolate también.
– No entiendo tu gusto de usar el helado como aderezo de las papas.
– Me sorprende que alguien cuyos quirks se basen precisamente en eso, no le guste comer papas calientes en helado.
– Touché.
N/A: Algo se traen, ¿Qué será? 👀
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